EL VEINTE DE ENERO, SAN SEBASTIAN EL PRIMERO
La revista Navegación, de Barcelona, en su edición de 1 de octubre de 1919, en su página 13, citaba:
…”En los aslilleros gaditanos de Echevarrieta, se comenzará dentro de breves días la construcción de cuatro buques para la Compañia naviera Bermeo, aumentándose con dicho motivo el número de operarios”…
Parecía una buena noticia, pero…
Los buques BERMEO, CHIVICHIAGA, TORRONTERO, SANTAMAÑA, ARICHACHU, ATALAYA y GASTELU formaron parte, en su momento, de la Naviera de Bermeo. Pudo ser una gran naviera, pero acabo siendo, como luego veremos, una gran estafa.
Este estudio quedara bien diferenciado en dos partes; la vida marítima del ARICHACHU y la tormentosa vida legal de la Naviera Bermeo.
Vamos primero con el vapor.
Según la L.O.B, año 1935, las características técnicas de este vapor eran las siguientes:
…”Señal distintiva: EABD; armador: Naviera Easo; año de construcción: 1920; clasificado por el Lloyd´s como + 100 A1; eslora entre perpendicualres: 100,64 metros; manga: 14,63; puntal: 6,98; calado (indeterminado): 6,70; registro bruto: 3.811,69; registro neto: 2.802,10; carga maxima: 5.714,0 toneladas; desplazamiento: 8.300 toneladas; maquina de vapor de triple expansión; 411 caballos nominales o 2.000 caballos indicados; velocidad en carga: 9 nudos; capacidad de las carboneras: 464 toneladas; consumo diario: 24 toneladas”…
Se puso su quilla en los astilleros de Echevarrieta y Larrinaga, en Cadiz, el 2 de octubre de 1919, y se boto el 30 de septiembre de 1920.
Hasta 1925 lucio los colores de la Naviera de Bermeo.
De 1925 a 1927 es propiedad de Credito de la Unión Minera, la casa matriz de la Bermeo, por hechos que luego veremos.
De 1927 a 1940 es propiedad de la Naviera Easo, creada por Credito de la Unión Minera para gestionar la naviera, por hechos que también veremos luego.
De 1940 a 1967, con el nuevo nombre de GAYARRE (segundo en la flota de este armador con ese nombre) pertenece a los colores de Angel Alvarez.
A partir de 1967 se convierte en el ASTILLERO con los colores del armador Ignacio Vega Leguina.
Se desguaza en 1974, siendo ya un candray sin paliativos.
Foto 2. Vapor ARICHACHU abarloado al LITUANIA en un puerto danes indeterminado. Foto Henriette Gavnholdt Jakobsen, en la web del Museet for Sofart
A finales de febrero de 1921, estando a la espera de carga en Melilla, un fuerte temporal le hace derribar hasta Almeria, a donde llega con el molinete averiado y habiendo perdido un ancla y nueve grilletes de cadena.
En la zona entre Almeria y Melilla estuvo actuando como mineralero parte del año 1921.
El 18 de noviembre de 1921 llega a Santa Cruz de Tenerife desde Rosario y Buenos Aires, con carga de cereales y destino a Hull, estando consignado por Deposito de Carbones de Tenerife.
El 9 de septiembre de 1924, conduciendo una carga de 5.800 toneladas de mineral, cargadas por Compañía Española de Minas del Rif, zarpa de Melilla con destino Middlesborough.
El 29 de mayo de 1925 llegaba a Barcelona con 4.500 toneladas de buen carbón de Cardiff.
A finales de marzo de 1927, carga mineral de hierro en Melilla con destino Middlesborough.
El 10 de agosto de 1927 llega en lastre desde Venecia, a Melilla, para cargar mineral de hierro. Sale el día 11 con un completo para Gastón.
A finales de octubre llega desde Genova a Almeria, con carga general, saliendo posteriormente hacia Cádiz.
El 6 de diciembre, con carga de mineral de hierro, sale de Almeria hacia Middlesborough.
El 10 de marzo de 1928, con unas 5.000 toneladas de mineral de hierro de la Compañía Española de Minas del Rif, sale de Melilla hacia Middlesborough.
El 9 de mayo de ese año volvía a repetir viaje con unas 6.000 toneladas de mineral.
El 19 de junio de 1929 llegaba a Barcelona, desde Newcastle, con carbón a la orden.
El 20 de febrero de 1934 zarpa de Barcelona, hacia Gijón, en lastre, a cargar carbón para Barcelona desde aquel puerto.
El 11 de noviembre de 1935 zarpa desde Huelva con destino a Gante con carga de mineral, encontrando mares gruesas en el viaje, y el día 20 de ese mismo mes lanza un SOS encontrándose en situación 43º 53´N y 8º 23´30” O, acudiendo varios buques en su apoyo (Fuente: Diario La Libertad, en su edición de 21 de noviembre de 1935)
Le ayuda en su llega a El Ferrol el vapor FERNANDO, y tras reparar averías prosiguió su viaje.
Su vida maritima durante la guerra civil la narra Gonzalez Echegaray en el libro La marina Mercante y el trafico maritimo en la guerra civil (ISBN:84-7.140-150-9) en que cita:
…”Quedo en el Mediterráneo y dio nada menos que cinco viajes seguidos y sin contratiempos de Bilbao a Holanda y Gran Bretaña con mineral, pero estando en un puerto francés, por intervención de los agentes especiales de la frontera de Irun, se consiguió que el buque saliese y se entregara a la Armada nacional, el 3 de agosto de 1937, siendo llevado a Pasajes y dedicado a transporte de guerra. Participo en importantes convoyes durante el resto de la contienda, tanto en el Cantábrico como en el Mediterráneo, con frecuentes viajes a Italia”…
Al final de la guerra, como ya sabemos, se vende a la naviera de Angel Alvarez y se renombra GAYARRE, siendo, como ya hemos dicho, el segundo en aquella flota con ese nombre.
La Naviera Alvarez era conocida popularmente como la del “difuntin” según nos comenta Pedro Blanco Alvarez.
En marzo de 1941 es abordado por un patrullero ingles sufriendo averias en la proa (Fuente: El avisador numantino. 1941 marzo 26)
En la posteguerra sigue en el abundante trafico de carbón que desde la cornisa cantabra se expedia a la industrial Barcelona.
Como ya hemos dicho, a partir de 1967 se convierte en el ASTILLERO con los colores del armador cántabro Ignacio Vega Leguina y se desguaza, de puro viejo, en 1974.
Vayamos ahora con la parte mas comprometida, ya que los cargos que se imputaron a los directivos de la Naviera Bermeo eran, pura y simplemente, de estafa.
Todo parecia ir bien en la compañía cuando se repartio el “primer dividendo activo de 10 por 100 sobre el valor nominal de sus acciones, ó sea 25 pesetas por acción”, según citaba el diario La Actualidad financiera, de Madrid, en su edición del 23 de julio de 1919 (n.º 874, página 7).
Sin embargo, el origen de la estafa, como luego veremos, quedaba impreso en las lineas del diario El Financiero, de Madrid, en su edición del 1 de agosto de 1919, en su numero 957, página 23. Atentos a la cifra de los treinta millones de pesetas. El diario citaba:
…”Aumento de capital de la Compañía Naviera Bermeo.—La Junta general extraordinaria de accionistas de esta Sociedad, celebrada en la Delegación de Bilbao el 26 de Julio último, acordó pedir el desembolso de 50 por 100 á las 10.000 acciones actualmente en circulación ó sea pesetas 250 por acción, para liberar las totalmente. En dicha Junta se acordó también ampliar el capital social hasta 30 millones de pesetas, que estará representado por 60.000 acciones de 500 pesetas nominales cada una, y que los actuales accionistas puedan suscribir hasta 20.000 acciones de las de nueva emisión que han de ponerse en circulación después de efectuado el desembolso del 50 por 100 á que nos referimos en el párrafo anterior. El derecho de los accionistas á la suscripción es de dos acciones nuevas por cada una de las que posean actualmente; pero podrán pedir cuantas acciones tengan por conveniente, y se efectuará prorrateo si las solicitadas pasaran de 20.000 acciones. El desembolso acordado y la petición de acciones deberá hacerse por los accionistas desde el 1 al 15 de Agosto actual”…
Foto 5. Arte, salitre y oxido en esta maqueta del maestro Pedro Blanco Alvarez.
Atentos también a estas citas que añadimos:
…”Compañía Naviera Bermeo.—Pide a los poseedores de las nuevas acciones el primer dividendo pasivo de 20 por 100”… (Fuente: Revista ilustrada de banca, ferrocarriles, industria y seguros. 25/10/1919, página 17)
…”Compañia Naviera Bermeo. Pide el segundo dividendo pasivo de 15 por 100; ó sean 75 por acción, de las de nueva emisión, números 20.001 al 60.000, cuyo desembolso deberá efectuarse desde el día 10 al 30 del corriente mes, ambos inclusive, en el Crédito de la Unión Minera”… (Fuente: El Financiero (Madrid). 14/11/1919, n.º 972, página 35)
…”Compañía Naviera Bermeo: Pide el tercer dividendo pasivo de 10 por 100, o sea 50 pesetas por acción de los de nueva, números 20.001 al 60.000”… (Fuente: La Actualidad financiera (Madrid). 16/6/1920, n.º 919, página 7)
…”Compañía Naviera Bermeo.—Pide el cuarto dividendo pasivo de 10 por 100, o sea 50 pesetas por acción de las de nueva emisión, números 20.001 al 60.000, cuyo desembolso deberá efectuarse desde el 5 al 10 de Enero de 1921, en el Crédito de la Unión Minera”… (Fuente: El Financiero (Madrid). 17/12/1920, n.º 1.029, página 47)
…”Compañía Naviera Bermeo.—Pide, el quinto dividendo pasivo del 10 por 100, o sea 50 pesetas por acción”… (Fuente: El Financiero (Madrid). 10/6/1921, n.º 1.054, página 48)
…”Compañía Naviera Bermeo. Pide el sexto dividendo pasivo de 10 por 100, o sean 50 pesetas por acción, cuyo desembolso se ha de efectuar desde 1.° del corriente al próximo 10 de Enero”… (Fuente: El Financiero (Madrid). 9/12/1921, n.º 1.080, página 43)
Después de exprimidos los pobres accionistas, se libro una gran batalla legal y publica, en el que el diario La Acción, de Madrid, fue el abanderado de la justa causa. Este diario, en su edición del 21 de febrero de 1923, en su página 1, citaba:
…”La Accion. Un notario publico acusa y dice que se ha cometido una estafa de treinta millones.
Prologo.
Perdona, lector, que figure dos veces mi firma en este numero. Ya sé que no es costumbre; pero, vaya por las veces que no firmo.
Estoy obligado a trazar estas líneas de prólogo. Te explicaré el motivo. Hace días recibí una carta, escrita en estilo cortante, nervioso, viril, franco. Muchas cosas en pocas palabras. La suscribía don José Nieto Méndez, y en el membrete se revelaba la condición de abogado y notario del firmante. Yo profeso a los notarios un gran respeto. Hasta por costumbre, son incapaces de mentir. El depósito de la fe notarial da una solvencia indiscutible. Este señor notario me decía que unos pobres pescadores de Bermeo, centenares de pescadores, habían sido burlados por hombres influyentes y estaban en trance de ruina. Acudieron a él para que los representara y defendiera y él, por ampararlos, sufría persecuciones y estaba metido en la calle de la Amargura de un pleito frente a políticos poderosos y a entidades omnímodas. «Por justicia o por caridad, es necesario que usted me ayude a salvar a estos infelices, que son pobres, más desde que los han explotado y engañado algunos ricos.» Le contesté que estaba a a su disposición y que me enviase los datos. Con su respuesta vino a decirme, poco más o míenos: “No; la responsabilidad de cuanto se diga la asumiré yo, porque eso es mi deber. Puedo vivir tranquilamente, porque tengo hecha mi posicion desde hace años. Si no fuera hombre de solvencia social y no estuviera convencido de la justicia de la causa, no me dirigirla a usted. Sólo pido un poco de espacio para denunciar ante el pais sin que me preocupen las consecuencias, un hecho grava cometido por gentes poderosas contra gentes humildes e indefensas.
¡Bien! Aquí hay un ciudadano con valor cívico. Otro hombre que abandona sus comodidades por servir a la justicia. Me he informado de la calidad de la persona. No se trata de un cualquiera, sino de un abogado notable, de un meritísimo jurisconsulto, de un notario que ejerce a conciencia su sagrado ministerio.
En hombre do esas condiciones se ha de tener confianza, más cuanto mayor gravedad encierra lo que tenga que decir. Por el estilo de su primer trabajo se divinan un carácter entero, una inteligencia vigorosa y un gran espíritu de justicia. Expuse el caso a Delgado Barreto, que me contestó; «Las columnas de La Acción están siempre en blanco para los españoles de notoria solvencia que necesitan apelar a la conciencia pública justificadamente.» . Y eso es todo. Hoy recibo el primer artículo, por el cual deduzco que se trata de nuevos enormes escándalos de la corrupción pública, fruto del sistema político imperante.
Oigamos al señor notario de Bermeo y feIicitemosle por su prueba de valor. ¡Así se da ejemplo!
Estafa de treinta millones. La Naviera Bermeo.
Yo acuso. Al reproducir esta célebre frase de Zola, ni en sueños pretendo codearme con el gran literato; pero seguramente le aventajo en rectitud hacia el fin.
Falto de entrenamiento en la técnica del periodismo, iré derechamente al grano, acusando y probando, sin cuidarme de lindezas de estilo.
Todos los periódicos en una sección diaria cronican los delitos ocurridos en España cuando los delincuentes son infelices ciudadanos anónimos, contándonos los detalles más nimios de la vida y milagros de los culpables para satisfacer la malsana curiosidad de los «dilettanti» del crimen, popularizando nombres que jamás hubieran sonado en la vida honesta, y hasta muchas veces en los relatos se hallan pinceladas de escarnio para las víctimas y de admiración para el hábil ladrón o asesino; las procacidades de Aldige y Lopera, divulgadas por la Prensa, conquistaron más simpatías que todas las brillantes parrafadas de nuestros profesionales de la política.
Yo encuentro plausible la publicidad de ciertos delitos, tales como «timos», «atracos», «entierros», «cambiazos», etcétera, etc., de la nomenclatura complicada del dificilísimo arte de apoderarse de lo ajeno contra la voluntad de su dueño, en cuanto con tales crónicas se da un toque de atención al público incauto, para que lleve abrochada la americana, para que en las calles solitarias camine por el centro del arroyo, y sobre todo para que no oiga las proposiciones de gentes que necesitan el auxilio de almas piadosas para el reparto de fastuosas limosnas, o bien que ofrecen colocar las míseras pesetas sedimentadas en el pie del calcetín durante una vida de crueles privaciones en negocios seguros con rendimientos mayores que los de la celeste caja de ahorros, de la que se dice sólo reditúa el ciento por uno…
…La lesión menos grave y el robo inferior a un millon no se escapan sin pena; pero el asesino halla frecuentemente un amable Jurado, y los grandes ladrones causan respeto y admiración; nadie se atreve con los inmensos artistas del robo.
La justicia y la virilidad están en crisis.
¡Una estafa de treinta millones! ¿Pero es que entre los españoles existe suma tan cuantiosa? ¿Quién ese señor que nos refiere este cuento tartaro? ¿Qué finalidad persigue?
Si, señores; treinta millones, sin rebajar un cero ni suprimir una peseta, siendo lo mas doloroso del caso que varios millones de esos salieron de los miseros hogares de pobres pescadores, que en contra de unas pocas pesetas ponen su vida todos los días sobre el glauco tapete del Cantábrico; ahorros que eran cristalización de inmensas virtudes y esperanza de aquellos viejos lobos de mar, que buscan ávidos el sol norteño para templar sus huesos, enfriados por las borrascas de todas las latitudes…
… Al grano. Entre los varios delitos que integran el complejo «affaire» se destacan, como el planeta entre satélites, los delitos de falsedad en documento publico y emisión de títulos por valor de treinta millones de pesetas, tan falsos como las imitaciones de billetes de Banco con anuncios.
Una Compañía Anonima con capital de cinco millones de pesetas en diez mil acciones de quinientas, se desarrolla tan prosperamente, que tales acciones alcanzan una cotiozacion en Bolsa de mas de un 20 por 100 de prima.
Sin convocatoria ni anuncio al caso, reunidos unos cuantos señores del Consejo de administración en una localidad distinta de aquella en que tiene su vida legal la Compañía, consignan en el libro de actas los hechos, totalmente falsos de haberse reunido con aquellos buenos señores una mayoría de acciones y accionistas, acordando la ampliación del capital social a treinta millones de pesetas en sesenta mil acciones de quinientas, las cuales acciones con el predicamento que tenían las otras, fueron adquiridas avidamente por un publico de buena fe, que ignoraba el doloroso origen de la emisión, pagándose por ellas importantes primas, hasta que empezó a susurrarse el vicio de origen.
La sorpresa del público fué enorme al enterarse de la existencia del acta de una junta clandestina, en la que se dio por presentes no sólo a personas de gran solvencia espiritual y material, que juraron no haber asistido a tal reunión, sino que se cometió el descuido de poner en lista de los asistentes a personas que ha bían fallecido mucho antea de la fecha en que se hizo la extraordinaria inflación.
No; no se trata de un negocio fracasado, ni de ligerezas disculpables por la buena fe; donde la clandestinidad y la falsedad son evidentes, queda excluida toda noción de buena fe.
No quisiera citar nombres, pues nada más lejos de nuestro deseo que perjudicar créditos personales; pero la imprecisión origina la duda, que tenemos que evitar concretando hechos y presentando pruebas, con las que necesariamente tienen que surgir nombres.
Este asunto no afecta sólo a las víotimas sino que también trasciende a la economía nacional, pues si la confianza pública desaparece en nuestro país, que ya por fatalidad es de bárbaros individualismos, se mata la más poderosa fuerza de progreso, retrayendo al capital de su concurrencia para las grandes empresas.
Con alto pensamiento pedía no hace mucho tiempo uno de los más importantes diarios de Madrid, con motivo del «crak» del Banco de Barcelona, una ley de Policía financiera, que impida a la finanza aventurera y sospechosa los abusos de confianza, las gestiones imprudentes de incapaces y las manipulaciones fraudulentas en perjuicio de la multitud, tanto más necesitada de tutela cuanto mayor es su incultura.
En otros artículos presentaremos hechos y pruebas.
José Nieto Mendez (Abogado del ilustre Colegio de Madrid. Notario en Bermeo (Vizcaya.)”…
Después de una previa introducción el articulo se refiere a la Naviera de Barmeo en estos términos:
…”La Naviera de Bermeo. El pecado original.
La Compañía anónima naviera Bermeo vino al mundo con un vicio de origen que inicia la serie de los actos punibles que matizan toda su vida. Antes de fundarse tal Compañía de Bermeo, su presidente crónico, don Juan Núñez Anchustegui, diputado a Cortes por el distrito de Molina de Aragón, por obra del convenio electoral a que se llegó entre la Resinera y el hombre público que goza de reales prestigios en la Alcarria, gerente del Crédito de la Unión Minera y presidente de gran numero de Compañías anónimas, etc., etcétera, firmaba un documento, como presidente del Consejo de administración de la nonnata Sociedad, por valor de sesenta y siete mil novecientas veinticinco pesetas, referentes a un corretaje que decía pertenecer a un primo hermano suyo menor de edad.
Se darán las explicaciones mas peregrinas sobre tal documento pero la fecha anterior a la constitución de la Bermeo, la cantidad de pesetas, las circunstancias del parentesco y menor edad del agraciado con el corretaje, y sobre todo la antefirma del presidente de lo que aún no había nacido, acusan una incorrección inusitada, prodrómica del subsiguiente parto distocico.
El 1º de septiembre de 1918 vino al mundo la Compañía anonima naviera Bermeo, bautizada asi en la escritura de constitución que autorizo el notario de San Sebastian don Luis Barrueta.
Se fijo como capital social la cantidad de cinco millones de pesetas representados por diez mil acciones nominativas de quinientas pesetas.
El domicilio social se residencio en San Sebastian, quedando el Consejo de administración facultado para crear las agencias que estimase conveniente.
Una de las primeras cosas que llaman la atención, es que preguntados el primitivo gerente y sus sucesores por la calle o plaza donde la Compañía tiene sus oficinas y domicilio real en San Sebastian, no saben dar razón, ocurriendo lo mismo con los señores consejeros, aumentando la perplejidad de cuantos necesiten conocer el domicilio efectivo de la expresada Compañía, al observar que ni una sola junta de accionistas, ni una sola reunión del Consejo se celebro en la bella capital de Guipuzcoa.
Comparecieron en la escritura de fundación el citado don Juan Nuñez; don Eulogio Echevarria, ex comerciante en Ultramar; don Juan Garategui, tambien indiano, como se dice en el pais, y don Isaac Garay, ex factor de la estación de Eibar, ex taquillero de la de Achuri y posteriormente empleado en la casa Sota y Aznar.
Por si y ante si, estos señores formularon unos estatutos y designaron el primero para presidente; los dos siguientes quedaron como vocales del Consejo de administración, y el ultimo señor, modestamente se quedo sin cargo; pero poco después hizo el sacrificio de aceptar el de gerente, con la modesta retribución de cincuenta mil pesetas anuales de sueldo fijo, el 1 por 100 de los dividendos, y etc., etc.; ademas en la misma escritura de fundación los mismos cuatro comparecientes, con sus únicos votos, nombraron consejeros a otras cuatro personas mas de su agrado, entre ellas al mencionado primo hermano del presidente, menor de edad, no emancipado, incapacitado para el comercio, al que se le adjudico el cargo de vocal-secretario nada menos.
Beneficio social. El estruendoso reclamo que se hizo en Bermeo y sus contornos de la nueva Empresa motivo la inmediata suscripción de las diez mil acciones, por las que se desembolso desde luego una mitad de su valor nominal, o sea doscientas cincuenta pesetas de las quinientas valor nominal de cada acción, reuniendo asi un efectivo de dos millones y medio de pesetas, con las que se pago parte de los 4.279.275 pesetas, precio que la compañía santanderina vendió su mayor PEÑA SAGRA que luego se llamo BERMEO, quedando aplazado el resto del precio.
Puesto en explotación por la Compañía Bermeo el citado vapor, rindió en los últimos cuatro meses del año 1918 un beneficio liquido, confesado, de cerca de medio millón de pesetas, y el año 1919 este beneficio alcanzo sobre la cantidad anterior a 1.830.333 pesetas. Es visto que con los dos millones y medio desembolsados por los accionistas mas el beneficio de los dieciséis primeros meses de vida social, habría bastante para el pago del vapor BERMEO y aun quedaba un remanente de mas de medio millón de pesetas, del que una mitad se repartió en un dividendo de veinticinco pesetas por cada acción en agosto de 1919, quedando un sobrante de mas de trescientas mil pesetas y el vapor BERMEO completamente pagado; de donde se deduce claramente que los accionistas habían duplicado el capital que desembolsaron.
El sentido común decía a los accionistas que puesto que se había obtenido tal beneficio, las acciones quedaban de hecho liberadas, ya que el BERMEO había ganado mas del doble de lo desembolsado por los accionistas, cubriéndose así con exceso el capital que se fijo como social en la escritura de fundación.
Armoniza con nuestras afirmaciones lo que consta en el acta del Consejo de 8 de julio de 1919, de la que resulta ser deudora la Bermeo al Crédito de la Unión Minera de Bilbao por 154.004 pesetas, para cuyo paga se aplicaba parte de un crédito mucho mayor que a su favor tenia la Bermeo, el cual crédito se cobro cumplidamente, según hace constar el mismo Consejo en el acta del 17 de los dichos mes y año; es de advertir que el Crédito de la Unión Minera era la única casa de banca que operaba con la Bermeo, pudiendo decirse que esta compañía era como una hijuela de aquella, hasta el punto que todos los pagos y cobros de dividendos de la Bermeo se residenciaban en las oficinas del Crédito de la Unión Minera de Bilbao, y en la casa social de esta entidad bancaria, también en Bilbao, se hacían todas las reuniones de la Bermeo.
El estado prospero de la naviera Bermeo se reflejo inmediatamente en la Bolsa, cotizándose las pocas acciones que se ponían a la venta con prima de un 20 por 100, habiéndose hecho fuera de Bolsa cotizaciones con mayor beneficio.
Verdaderamente no puede decirse que lo relatado hasta ahora corresponda a la gravedad que apuntábamos en nuestro primer articulo; no hemos pasado aun del prologo.
La insistencia del publico demandando avidamente alguna de las diez mil acciones de la Bermeo, sin reparar en fuertes primas, fue el acicate que acucio a la inflación súbita del numero de acciones, elevado fulminantemente a sesenta mil, creadas a espaldas de los accionistas, clandestinamente, correlativas a un valor de treinta millones de pesetas, todo hecho sobre una base de falsedades realizadas tan torpemente, que sólo puede explicarse por la creencia, no muy descaminada, por desgracia, de que en España el sentido de la justicia, de respeto a la ley y de dignidad de pueblo culto se manifiesta con poca intensidad, arreglándose las cosas más enormes con la eterna vergüenza de las influencias.
Cierto que Meco fue el único culpable de nuestro desastre colonial; que el astro solar lo fue del hundimiento del tercer depósito en Madrid, que ocasionó tantas víctimas; quizá ahora sobre el zancajo de Mahora caigan todas las inculpaciones de lo ocurrido en África, y acaso también todo lo ocurrido en la naviera Bermeo sea efecto de verdaderos milagros, llegando la permisión divina a facultar a los accionistas muertos para surgir de sus tumbas y colaborar en la fabricación de las sesenta mil acciones significativas de treinta millones de pesetas, que hoy figuran como de la naviera Bermeo, y están en poder de gentes modestísimas, que no pudiendo suponer las falsedades que las originaron, comprometieron todo su porvenir adquiriéndolas de buena fe y pagando por ellas importantes primas.
Comprenderán los lectores de La Acción que la cuantía del asunto que sirve de epígrafe a estos artículos implica necesariamente una evolución muy compleja, cuyo desarrollo fatigaría a los lectores si se expusiera totalmente en un solo número, además de ser esto incompatible con la estructura de un periódico, y en tal razón ponemos fin a este prologo con el clásico «se continuará».
José Nieto Mendez. Notario en Bermeo (Vizcaya)”…
El tema dio mucho que hablar en prensa, y para los interesados, en el mismo diario La Acción, en su edición de 3 de marzo de 1923 están expresadas las versiones de uno y otro bando desde la querella interpuesta el 9 de Noviembre de 1921 en el Juzgado del Ensanche, de Bilbao “siguiéndose proceso por falsedades y estafas realizadas en relación con la Compañía naviera Bermeo”…
De esta edición de La Acción destacaremos que, visto el volumen y gravedad del tema, se proponía la edición de un libro en el que se verían:
…”la historia interna de este asunto, cuyo examen de causas y nexo con los efectos, serán satisfechos cumplidamente cuando se publique el libro indicado, que partirá de la suspensión de pagos presentada, poco antes de empezar la guerra, por uno de loa Bancos, que salió del apuro por el momento y se encumbró fulminantemente, decuplicando el valor de sus acciones por haber entregado la dirección de los negocios a un joven cuya falta de preparación para el caso confirmó una vez mas el aforismo de Juvenal”…
El libro tambien prometia cosas tan jugosas como:
…”vapores que misteriosamente naufragan, intentando los armadores cobrar seguros que los Tribunales deniegan; hablaremos de anticipos que un banco libro sobre tales seguros; también hablaremos de cuentas triples, de aperturas de créditos inverosímiles, de balances tan hueros como las pompas de jabón, del derrumbamiento estrepitoso de algunas acciones bancarias”…
En el mismo articulo, y aquí si transcribimos, anotan:
…”Endoso de un negocio.
La Bermeo, como hemos dicho, tenia un solo vapor. Don Juan Nuñez Anchustegui habia contratado con la Compañía Duro Felguera la compra de los vapores (SAMA y FELGUERA) que aquella estaba construyendo para el dicho don Juan (no como presidente de la Bermeo, sino como particular). Atendida la prosperidad de la Bermeo, debió pensar el dicho señor Nuñez que la guerra tocaba a su fin, y que seria conveniente endosar los tales vapores SAMA y FELGUERA, de su propiedad particular, a la Compañía Bermeo, que presidia, y en efecto, así lo hizo.
Claro es que si le preguntamos a este don Juan Nuñez sobre el particular, nos dirá que tal cesión fue un rasgo de generosidad.
El caso es que, sin ser consultados los accionistas, se encontró la Bermeo con dos vapores mas, que cambiaron los nombres de SAMA y FELGUERA por los de CHIVICHAGA y TORRONTERO al ser transferidos a la Compañía Bermeo.
Esta compañía no tenia fondos para la compra de dichos vapores, por haber invertido ya en la compra del BERMEO su capital, y ni siquiera se había hablado hasta entonces de ampliaciones; sin embargo en el acta del Consejo de administración celebrado el 17 de julio de 1919, resulta que la Bermeo pago a la Duro Felguera por cuenta de aquellos vapores 3.811.877,09 pesetas; en la del 21 de agosto siguiente aparece abonado a los señores Echevarrieta y Larrinaga 1.734.000 pesetas como primer plazo por la construcción de otros cuatro vapores; es decir se pagaron 5.545.877,09 pesetas, o sea una suma mayor que la fijada para capital social; todo sin conocimiento ni aprobación de la junta general de accionistas.
Tomada en préstamo dicha suma era necesario ver como se había de saldar, y a la vez hacer frente a los compromisos de construcción de los siete vapores contratados por el Consejo para formar una flota de unas 30.000 toneladas, que vinieron a salir aproximadamente a 1.000 pesetas de costo cada tonelada.
El asombro de los accionistas que creían tener un solo vapor y se encontraron con siete en construcción, fue enorme. Para eso se necesitaba comprometer el capital desembolsado por los accionistas mas los beneficios obtenidos por el vapor BERMEO, y ver también de embarcar a los incautos en la nueva aventura de la emisión falsa. Como la opinión general era adversa a que se adquirieran nuevos compromisos, no se vacilo en acudir a la falsedad.
El artículo 168 del Código de Comercio faculta a las juntas generales de accionistas para ampliar el capital social, siempre que sea en junta extraordinaria convocada «al efecto». El artículo 15 de los estatutos de la Bermeo, dispone que las juntas extraordinarias se convoquen con quince días, al menos, de antelación, pudiendo, en casos de urgencia, reducir este plazo a ocho días, y añade que las convocatorias se harán «publicándolas en el «Boletín Oficial» de la provincia donde la Compañía tenga su domicilio», con expresión del lugar, día, hora y objeto de la reunión. He aquí la génesis de las falsedades que acusamos: El 8 de Julio de 1919, el Consejo acuerda convocar a los accionistas a junta general para el 17 del mismo mes, para ampliar el capital social a veinticinco millones de pesetas en cincuenta mil acciones de quinientas pesetas nominales cada una.
El día 17 (señalado para la junta general) acuerda el Consejo, que no habiéndose reunido número de accionistas suficiente, se señale una segunda convocatoria para el próximo día 26; lugar de ía reunión, Bilbao, calle de la Estación, 5.
Pasemos por alto, cual si fuera cosa de poca importancia, que se haya reducido el plazo de la convocatoria al mínimo, tratándose de asunto de tanta importancia, sin indicar siquiera la razón de la urgencia, y asimismo no comentaremos que se haya señalado como lugar de la reunión Bilbao, siendo el domicilio social San Sebastián, lo mismo pudo señalarse Chinchón, Cádiz, Lisboa.
Lo notable es que la convocatoria no se hizo y pues no fue publicada, como disponen los estatutos, en el «Boletín Oficial» de Guipúzcoa, ni en el de Vizcaya, y soIo en algunos periódicos de Bilbao apareció un anuncio citando a junta general extraordinaria, sin expresar el objeto de ella.
Claro es que no habiendo habido convocatoria, no existió tal junta extraordinaria; pero lo que me hizo dudar de mi propia existencia es que en el libro de actas de juntas generales aparece una extraordinaria, de 26 de Julio de 1919, en la que resulta acordado ampliar el capital social no a 25 millones en 50.000 acciones, sino a 30 millones en 60.000 acciones de 500 pesetas cada una figurando en la tal acta, de los 624 accionistas que constituían la Compañía, asistiendo personalmente tan solo 53”…
El diario sigue con la relación de diecisite señores que, teoricamente, asistieron a la citada junta, pero que, según el mismo diario cita:
…”Pues bien; estos 17 señores protestan y juran «que es falsa» la afirmación de su asistencia a tal junta general extraordinaria de 26 de Julio de 1919, en que se acordó lanzar a la plaza 60.000 acciones con valor de 30 millones, tomadas de buena fe por el público, en la creencia de un origen legítimo ; pero que son tan falsas como los billetes del Banco de España hechos por los profesionales de la falsificación”…
La cita la acaba el Sr. José Nieto Mendez, Notario en Bermeo, de la siguiente manera:
…”El acta de referencia aparece al pie con las firmas del presidente y secretario de la Bermeo, que son, respectivamente, don Juan Núñez Anchústegui, director del Crédito de la Unión Minera, presidente de la Naviera Bermeo, etcétera, etc., y diputado a Cortes por Molina de Aragón, y don Bernabé Astorqui, que no es nada más que eso: secretario de la Naviera Bermeo”…
El tema coleo durante años, y así, La Acción volvía a la carga en editoriales el día 10 de marzo de 1923, y el 16 de ese mismo mes. Tambien se hacia eco de este fiasco la revista Vida económica, de Madrid, en su edición del 20 de marzo de 1923, en su n.º 479, página 7.
Como siempre en este país, la justicia esta al servicio del poder –nada ha cambiado- y en este tema no iba a ser menos:
…“En los primeros días de Noviembre de 1921 se presentó la querella correspondiente ante el Juzgado de Bilbao, incoándose un proceso, que sufrió vicisitudes tan extraordinarias como es la de haber mudado nueve veces de juez instructor y estar pendientes de ejecución diligencias acordadas por los diversos jueces desde hace mas de un año”…
Esta cita es de La Acción en su edición del lunes 25 de junio de 1923.
Los años fueron pasando y la crisis economica que afectaba duramente a las navieras y la crisis legal ocasionada por los hechos relatados hacen que la compañía pida un nuevo esfuerzo a los accionistas. Asi, según la Revista Ilustrada de Banca, Ferrocarriles, Industria y Seguros (10/9/1924, página 20) se exige un nuevo desembolso:
…”Compañía Naviera Bermeo. -Pide a los tenedores de acciones, comprendidas entre los números 1 al 60.000, el séptimo dividendo pasivo de 10 por 100, a sean 50 pesetas por acción”…
El 27 de junio de 1925 se celebraba la Junta de accionistas de la Compañía en la que se daban y aprobaban ordenes y acciones muy importantes:
1º) El balance cerrado el 31 de diciembre de 1924 se desaprobo por unanimidad.
2º) El antiguo consejo que promovio la suspensión de pagos fue separado de sus funciones.
3º) Se aprobo un nuevo Consejo para la Compañía.
4º) Se reviso el contrato entre Credito de la Unión Minera y Naviera Bermeo, traspasándose la flota de esta ultima al primero, para saldar la deuda de cinco millones y medio.
5º) Quedo aprobado saldar la deuda de tres millones y medio de la naviera con Horacio Echevarrieta.
6º) Se acordó revisar los balances de la Compañía desde el año 1920, por si había que declarar la quiebra caso de persistir la suspensión de pagos (Fuente: La Época. 29/6/1925, n.º 26.680, página 3)
La antigua junta directiva fue denunciada y llevada a juicio –uno de aquellos juicios en España que se perpetuan en los años a traves de incompetencias, marrullerias y corrupción politica y legislativa- según cuenta el diario La Voz, de Madrid, en su edición del 7 de noviembre de 1927, en su página 3:
…”Vista de la causa de la Naviera Bermeo. La acusación privada pide que se imponga a los procesados, ademas de la pena de reclusión, una indemnización de 30 millones de pesetas.
Bilbao, 7 (3 t.). En la Audiencia ha dado principio esta mañana la vista de la causa llamada de la Naviera Bermeo. Figuran como procesados el ex gerente del Crédito de la Unión Minera y presidente del Consejo de dicha Naviera, D. Juan Núñez, y los consejeros gestores Sres. Azcoreta, Sorétegui y Astorquia. Defienden a los procesados los Sres. Musturi y Migoya, y ejerce la acusación el notario de Bermeo D. José Nieto. La calificación fiscal considera el hecho constitutivo de un delito de falsedad en documento mercantil por imprudencia temeraria, y solicita para los procesados un año de prisión. La acusación privada divide en cuatro los hechos, y solicita para los tres primeros delitos, que califica de falsedad en documento público, la pena de catorce años y ocho meses por cada uno de ellos, y dos años por el último, que califica de falsedad en documento mercantil. La indemnización que solicita alcanza la cifra de 30 millones de pesetas. La jornada de la mañana estuvo dedicada a la declaración del Sr. Núñez”…
A partir de aquí perdemos el hilo de los acontecimientos, pues los buques son pasados en 1927 a una nueva naviera; la Naviera Easo.
La antigua Naviera Bermeo, aun sin buques y actividad, se mantiene en el mercado, y no sera hasta entrados los años treinta, como luego veremos, que se liquida definitivamente.
Mientras tanto, y según el diario La voz, en su edición de 22 de marzo de 1928, se anotaba:
…”El Credito de la Union Minera convoca a junta de acreedores. Bilbao, 21.-
La comisión liquidadora del Credito de la Union Minera acordó convocar las juntas generales de acreedores y accionistas para el mes de junio. También acordó pagar, con fondos que obran en su cuenta corriente procedentes de la Naviera Easo, cuyas acciones le pertenecen en su totalidad, doce pesetas y media por acción en concepto de dividendo de dicha naviera por utilidades del año.
Doscientas mil pesetas, es decir veinticinco por acción, a cuenta de la suma asignada el año 1927 a amortización del valor de los buques y como devolución de capital, y pagar otras doscientas mil pesetas, es decir, veinticinco por acción, en el mismo concepto de los recursos procedentes de liquidación de la cuenta de compraventa de petróleos”…
Al final, y para evitar males mayores, se disolvió la Naviera de Bermeo, según apunta la revista Navegación, puertos, industrias del mar, en su edición de febrero de 1934, n.º 2, página 40.
…”La disolución de la Naviera Bermeo. La Compañía Naviera Bermeo prepara la celebración de una junta de accionistas para tratar de su disolución. Para quienes conocen la vida financiera de Bilbao, esta noticia les traerá el recuerdo de aquellos tiempos brillantes de la guerra y la postguerra con las Navieras, los Bancos, los negocios de oro que luego quedaron, cuando la postguerra vino y con ella la desolación de la baja de precios en negocios, en quiebra. La Naviera Bermeo, que brilló en los momentos postreros de la guerra, fue conocida, más que por eso, por haber servido de escabel al famoso financiero Núñez, taumaturgo que elevó hasta los cielos al Crédito de la Unión Minera, que arrastraba encubiertamente un estado de semiquiebra después de la suspensión de pagos sufrida en los albores de la guerra mundial, que al final surgió como un estallido. La Naviera Bermeo, que hasta fue motivo de temas novelescos, terminó su vida de Empresa legal cediéndose sus acciones hasta con prima, puesto que la caída de su negocio la sorprendió cuando todavía los títulos tenían un buen montón de pesetas por desembolsar”…
Eran las consecuencias de la gran burbuja económica que produjo la Gran Guerra en el sector marítimo español.
La última foto de Pedro Blanco (Astillero) es en la dársena San Agustín de Avilés.
Necesito información como encontrar los archivos de la desaparecida naviera Isleña Marítima…alguien me podria ayudar?