AGUSTINA FORNER; DE JOSE REDO

NO POT DIR CAP MARINER:»D’AQUESTA AIGUA, NO EN BEURÉ»

La línea de navegación que desde la Gran Bretaña conectaba con las repúblicas sudamericanas de Brasil y Argentina era conocida como la “ruta de oro y plata”.
En esta línea destacaban, entre otros, unos grandes buques frigoríficos de casco negro azabache y altas chimeneas negras, a dos tercios de altura de las cuales cruzaba una franja de rojo bruñido en la que lucía una bonita cruz de malta. Para todo portuario de esos países, marino profesional o erudito historiador no hacían falta más datos; eran vapores de Houlder Line.
Tradición, profesionalidad, rentabilidad, servicio y circunstancia, con pompa incluida, eran la base que sostenía la bandera de esta compañía cuyos orígenes se remontan a 1849 cuando Edwin Svory Houlder entro en el negocio marítimo.
La compañía se especializo en el transporte de ganado vivo y carne refrigerada, lo que requería de buques especializados y rápidos, ya que las rutas de navegación eran de grandes distancias –alguna línea hasta Australia y Nueva Zelanda- y la navegación compleja.

El vapor HORNBY GRANGE en lugar y fecha desconocidos. Despues fue el AGUSTINA FORNER de nuestra contraseña. Foto del libro Ships in Focus. Record 6.jpg
El vapor HORNBY GRANGE en lugar y fecha desconocidos. Despues fue el AGUSTINA FORNER de nuestra contraseña. Foto del libro Ships in Focus. Record 6.jpg

A finales de 1900 Houlder disponía de diez grandes vapores, todos con el nombre acabado en Grange –mansión- en recuerdo de la primera que tuvo el armador, y en todos ellos, en la escala principal, había un gran cuadro del lugar a que hacía referencia su nombre.
Desde 1883 Houlder Brothers tenía firmado un contrato para transporte de carne refrigerada desde Argentina a Inglaterra con la compañía River Plate Fresh Meat Co. Sus rivales eran otras dos navieras de peso en la vida marítima inglesa; la Royal Mail y Nelson Line, ni más ni menos.
Hasta 1888 la compañía actuó con buques fletados, y no fue hasta 1889 que se decidió a contratar buques que luciesen en propiedad su distintivo. Los dos primeros fueron el HORNBY GRANGE y el OVINGDEAN GRANGE. El primero de ellos seria, con el tiempo y ya muy viejo, el AGUSTINA FORNER.
Estos dos buques no eran gemelos, aunque sí muy parecidos; el HORNBY GRANGE fue construido por J. Wigham Richardson, en Newcastle, por 36.724 libras esterlinas, mientras el otro era construido por Raylton Dixon, en Middlesborough. El buque había sido botado el 7 de diciembre de 1889 con el número 238 de Neptune Yard, en Low Walker, y su O.N. era 98048. Se entregó a sus armadores el 27 de febrero de 1890 y tenía las siguientes características técnicas:
2.473 toneladas de registro bruto; 1.593 de neto; 3.373 toneladas de peso muerto; 300,0 pies de eslora entre perpendiculares; 40,3 de manga; 19,9 pies de puntal en bodega; casco de acero; maquina alternativa de triple expansión; diámetro de los cilindros: 24, 37 y 62 pulgadas para una carrera de 42; potencia nominal: 400 nhp; maquinas construidas por J. Wigham Richardson & Co, en Low Walker (Fuente: Tyne Built Ships)
El 9 de marzo de 1890 zarpaba el HORNBY GRANGE hacia la Argentina. Su casco, de cubierta corrida y estilizada, se remataba en unas superestructuras gráciles y sutiles coronadas por dos chimeneas en ligera caída. 700.000 pies cúbicos de carga refrigerada, repartidos en seis cámaras, y 18 pasajeros en primera clase eran su sello comercial.
Las cargas hacia el Sur las hacían con material de construcción, y hacia el Septentrión venían cargados con las carcasas de carne del mejor ganado argentino.
Como dato curioso, en una operación, que debió ser interesante y espectacular, en 1896, toma un cargamento de carcasas de borrego llevadas a bordo en sus propios botes, en donde eran congeladas antes de emprender viaje.
En 1906 es charteado por el Gobierno ruso para actuar como congelador flotante en Vladivostok.
En 1911 Houlder se vende a Furness Withy, quien mantiene el nombre de la compañía –un gran activo- y el de los vapores.
Llegada la Gran Guerra es requisado por el Gobierno británico, como todos los buques frigoríficos, por ser estratégicamente relevantes, y se exprime toda su sabia en largas y continuas navegaciones.
Tras la guerra, y con el buque ya muy desgastado, se pone en venta y lo compra el armador valenciano José Redo, poniéndole el nombre de AGUSTINA FORNER. Este armador, comerciante de vinos del Grao de Valencia, también fue, o era, dueño de los buques PARIS (incendiado en Valencia), UNION y VINAROZ. Estamos en el año 1919.
Concretamente en septiembre de ese año se encontraba en fase de alistamiento en Valencia (Fuente: Diario de Valencia (23/09/1919))
Las reparaciones duraron hasta diciembre de 1919, en que se anuncia su salida –seguramente con vino y frutas o verduras- hacia Rouen y Le Havre, el día 5 de ese mes.
El día 24 de enero de 1920 partía de Valencia, para Hull y Newcastle, con una carga de 1.000 cajas de cebollas y 5.106 de naranjas.
Convertido en oscuro tramp, el vapor se anunciaba en los diarios de la siguiente manera:
…”Salida para Habana, New Orleans y Galvestón. El vapor AGUSTINA FORNER saldrá de este puerto el 14 del corriente, directo para Habana, New Orleans y Galveston, admitiendo carga y pasaje.
Para informes y fletes, dirigirse a su consignatario D. Manuel Manglano, Barón de Vallvert, San Vicente 157, teléfonos 339 y 3043”… (Fuente: Diario de Valencia. Año X Número 3238 – 1920 mayo 13)
Poco antes, el 10 de mayo de ese año, llegaba de Génova en lastre.
Al final el buque salía el 24 de mayo, para Habana, con carga general.
Y ahí acabaron sus singladuras. Llegaba la gran crisis y los buques se amarraban a centenares.
A mediados de noviembre de 1920 entra a reparar a Valencia, en lo que sería un largo recorrido. El buque debía dejar sentir sus años y sus carencias. A finales de enero del año siguiente seguía reparando en Valencia
Junto a su hermano de compañía, el VINAROZ, debían estar realmente detenidos por falta de fletes o rentabilidad, ya que el año 1922 lo ve en la misma situación (Fuente: El Pueblo. Edición de 30/08/1922)
1923 lo ve amarrado en firme (solo con guardia mínima a bordo) frente a la calle de la Reina, en Valencia.
El diario El Pueblo, de Valencia, en su edición del 28 de diciembre de 1926, constataba los daños hechos por una borrasca con vientos del NW. El dique flotante de UNL quedo al garete, también el PRIMO DE RIVERA y el AGUSTINA FORNER, que garrean y se van al centro del puerto, en donde en una gran carambola abordan a unos veleros y una draga.
Los gastos de mantener un buque en esas condiciones conducen a su desguace, que según el diario Las Provincias, en su edición de 7 de diciembre de 1927, se efectúa en el dique flotante de la ciudad.

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