LA SALINERA ESPAÑOLA S.A., EL SALINERO Y D. VICENTE RODRIGUEZ MARTINEZ

SI AL MATI TRONA A LA MAR, MARINER VES-TE´N A CASA A ESMORZAR

La Compañía Salinera Española fue conocida en origen como Empresa de la Fábrica de Sal de Ibiza, y su historia comienza al liberar el Estado la propiedad de las salinas, concebidas hasta ese momento como elementos estratégicos; tal era el valor del oro blanco.
Grano a Grano. Historia de Salinera Española S.A. (1871-2015), escrito por Tomeu Canyelles (ISBN: 978-84-16116-91-1) y editado por Lleonard Muntaner cuenta esta historia desde el punto de vista empresarial, dedicando muy poco espacio a la parte marinera de la compañía, pero es, como tal, imprescindible en nuestras bibliotecas.

Foto del pailebot SALINERO.jpg

A finales del siglo XVIII la producción de las salinas de Ibiza oscilaba entre 15.000 y 30.000 toneladas, y su explotación no comenzó a modernizarse hasta que “otro carpintero Pere Ferrer, ideo con posterioridad la llamada rueda pontona, una pieza de gran tamaño pero notable efectividad que le valió el nombramiento de Maestro Mayor de las Reales salinas”
No fue hasta la venta de las salinas por el Estado que podemos decir que nació el germen de la Salinera Española. En el libro citado se anota:
…”Como consecuencia directa de los cambios políticos vividos en aquellos momentos en España, un nuevo proceso desamortizador sirvió para anunciar la venta de las salinas de la isla de Ibiza —por entonces, con una extensión estimada en 353 hectáreas— mediante la Real Orden del 16 de junio de 1869. No obstante, se tendría que esperar hasta la primavera de 1871 hasta que estas pudieran pasar finalmente a manos privadas gracias a una subasta pública anunciada en el Boletín Oficial de la provincia de las Islas Baleares. Por 1.162.020 pesetas —una cifra astronómica que, a partir de los cálculos monetarios, superaría los actuales nueve millones de euros— fue adjudicada a un grupo de empresarios mallorquines. Al frente de ellos se encontraba José Astier Cuevas, por entonces director de la próspera Empresa Marítima a Vapor, creada el año anterior.

Botadura del pailebot SALINERO. Torrevieja. Año 1918. Foto Darblade. Del libro Los Ultimos Veleros del Mediterraneo. Tomo II.jpg
Botadura del pailebot SALINERO. Torrevieja. Año 1918. Foto Darblade. Del libro Los Ultimos Veleros del Mediterraneo. Tomo II.jpg

Según afirmaba en 1880 otro de los socios, Juan Sureda Villalonga, «la fundación de esta empresa [Fábrica de Sal de Ibiza] la originó la reunión de ocho amigos que, animados por datos y esperanzas halagüeñas que dos de ellos demostraron, quiso lanzarlos en el negocio». Hijo del reputado arquitecto Juan Sureda Ripoll —y, también, hermano del también arquitecto Antonio Sureda Villalonga—, Juan Sureda destacaba entonces por ser un conocido banquero de la ciudad de Palma, suficientemente hábil como para convencer a su otro hermano, José, para participar en aquella nueva aventura empresarial. A ellos se sumaron Josep Tur Llaneras, un político progresista de origen ibicenco, Melchor Vidal Salva, Juan Bautista Socias Oliver, Míquel Bauló y, finalmente, un reconocido empresario mallorquín que terminaría por jugar un papel trascendental en esta historia: Manuel Salas Palmer”…
Este último, como anotara el autor en otros apuntes, lideraría el futuro de la empresa.
Tomeu Canyelles cita también:
…”La Fábrica de Sal de Ibiza, tal y como se bautizó a la nueva empresa, fue otorgada en escritura pública el 14 de octubre de 1871 al grupo empresarial mallorquín; el 9 de diciembre de ese mismo año fue formalizada legalmente, quedando inscrita en el tomo número 1 del registro del Ayuntamiento de Sant Josep de Ibiza (folio 222, número 3/91). A pesar de que las oficinas centrales se habían instalado en el número 49 de la calle Palacio (Palma), la primera reunión de la nueva empresa se celebró en casa de Juan Bautista Socias Oliver. En su transcurso, el propio Socias y José Astier serían designados presidente y vicepresidente de forma respectiva”…
Durante esta primera etapa de la compañía, no he encontrado ningún indicio de que esta poseyese buques propios, ni el autor cita nada relativo a esto en el libro.
En 30 de octubre de 1878 se da otro gran paso al convertirse la Fábrica de Sales de Ibiza en “una de las primeras sociedades anónimas de España”.
…”El capital social de la nueva sociedad anónima se fijó en 2.250.000 pesetas, representadas por un total de 2.250 acciones de 1.000 pesetas cada una”…
En la reforma de los estatutos que se aceptó en la Junta Extraordinaria del 27 de octubre de 1888 se mantiene el nombre de Fabrica de Sal de Ibiza “aunque aceptando como denominación alternativa Salinas de Ibiza”.
Y posteriormente aparece ya la primera compra de la compañía en el sector marítimo; el remolcador SALINAS.
Tomeu Canyelles cita:
…”Coincidiendo con un ciclo epidémico que azotó las salinas ibicencas entre los años 1889 y 1890, se impulsó la compra de maquinaria nueva: desde una máquina encargada de elevar las aguas de la entrada del estanque —adquirida a la Sociedad Industrial Mallorquina por el precio de 7.220 pesetas— hasta el emblemático remolcador SALINAS, una embarcación adquirida por 56.000 francos en 1889. Construido en los astilleros de Marsella, el SALINAS tuvo a Gabriel Riera como su primer capitán y hasta 1962 —fecha en la que se produjo su desguace— remolcó sin descanso las barcazas de la empresa, convirtiéndose en uno de los elementos más distinguibles de las aguas del puerto ibicenco”…
En su momento haremos el estudio completo de este remolcador.
Aprovechando lo mejor en los peores momentos de la historia de España, la compañía amplía sus posesiones a finales del siglo XIX. El libro cita:
…”Tampoco es que los tiempos fueran demasiado favorables para España. La Guerra de Independencia cubana (1895-1898) estaba a punto de concluir con la pérdida del último terreno español en el continente norteamericano, afectando necesariamente a la economía nacional: «Las difíciles circunstancias que ha atravesado el país, y especialmente nuestras Antillas, han dificultado el desarrollo de nuestras ventas». Una solución para seguir manteniendo el alto número de exportaciones y no perder clientes —más bien, asegurarlos— fue el arrendamiento de las salinas de Torrevieja y La Mata, ambas en Alicante, por entonces propiedad del Estado. El principal impulsor de esta idea fue Manuel Salas Palmer quien, por entonces, señaló la importancia de «adquirir el máximo número posible de acciones de la Compañía Arrendataria de Sales de Torrevieja».
Las crecientes presiones económicas y la alta carga de trabajo y responsabilidades pudieron con Manuel Guasp Pujol, que presentó su dimisión en febrero de 1898. Fue el momento en el que Manuel Salas Palmer, uno de los ocho fundadores de la empresa, tomó el mando para convertirse en el nuevo presidente de la Salinera Española S.A., nueva denominación de la sociedad, a pesar de que también se solían utilizar indistintamente los nombres de Salinas de Ibiza y Empresa de la Fábrica de la Sal de Ibiza. Fue el 6 de febrero el día en que se elaboró un nuevo modelo de estatuto, «para facilitar su aplicación y dar unidad a las reformas hechas hasta el momento», en el que se fijaba el capital de la empresa a 50.000.000 de pesetas representado por 50.000 acciones indivisibles («La sociedad no reconocerá más que un solo propietario por cada título», se advierte). Se hereda, además, una estructura organizativa heredera del anterior modelo estatutario y que se divide en la Junta General, la Junta de Gobierno, la Comisión Permanente y el Director Gerente”…
Y es a partir de este momento cuando empieza la historia moderna de esta sociedad que, aun hoy, se perpetúa y es líder en el mercado.
Uno de los buques más representativos de la compañía fue el pailebot de tres palos SALINERO, construido en el año 1918 en Torrevieja por el mestre d´aixa Miguel Gutiérrez (apodo) El tío Migalo. Este buque acabo sus días incendiado para hundirlo en la bahía de Palma, con el nombre de CALA D´ORS, perteneciendo, como su nombre indica, a la Naviera Mallorquina.
Sus casi gemelos SALADAR y SALOBRE tuvieron diferentes suertes en la vida, ya que el ultimo ni siquiera llego a acabarse. Compartió flota también con el TRES HERMANAS, el SALTON y el pequeño remolcador de 35 toneladas SALINAS (que actuaba en Torrevieja), y que no debe confundirse con el SALINAS de Ibiza, de la misma compañía. Tambien hubo un SALAZON, pequeño bote o velero que actuaba en la zona de Cadiz.
Así mismo, y como curiosidad, hubo una fragata, o barca quizás, llamada SALINERA ESPAÑOLA, de bandera argentina y que había sido en origen la COUNTY OF KINROSS, y que debió construirse para desarrollar el negocio que en Argentina tenía la compañía. Todo un reto a investigar.
En la biblioteca del Museu Maritim de Barcelona se pueden consultar las copias de las hojas de asiento de centenares de buques. Casi todos de la matrícula de Barcelona. Una rareza, es el SALINERO, en la que aparece la narración en cifras del único viaje transoceánico que realizo. Una rareza y una recopilación de datos interesantísimos. Veámosla:
…”SALINERO. Matricula de Alicante. 2ª Lista.
Pailebote de tres palos que para la “Compañía Salinera Española” construyo en Villajoyosa, en 1918, el maestro carpintero de ribera…
Mide este buque 28,30 metros de eslora, 8,00 de manga, 3,70 de puntal y 2,55 de máximo calado, siendo su tonelaje de total arqueo 180,91 toneladas, y el neto 157,96: puede cargar, como máximo, 210 toneladas y su desplazamiento es de 400 de dichas unidades.
Este velero, después de algunos cortos viajes por el litoral de levante de la Península hizo un largo y próspero viaje a América; pero después ya no realizó ningún otro viaje a ultramar; pues debido al gran descenso que experimentaron los fletes la navegación trasatlántica ya no era remuneradora para un barco de esta clase.
A continuación se detalla el itinerario del viaje que hizo a América meridional y septentrional, así como a las Antillas, bajo el mando del capitán de la Marina mercante D. Francisco Giménez Gallud. Duración de las travesías con fechas de salida y fechas de llegada:
De Torrevieja (4 noviembre 1918) a Montevideo (27 diciembre 1918) 53 días.
De Montevideo (16 febrero de 1919) a Habana (19 abril 1919) 62 días.
De Habana (11 junio 1919) a Fernandina (19 junio 1919) 8 días.
De Fernandina (5 julio 1919) a Barcelona (19 agosto 1919) 45 días.
Distancias navegadas.
De Torrevieja a Montevideo: 5.780 millas.
De Montevideo a Habana: 6.550 millas.
De Habana a Fernandina (Puerto situado en el extremo norte de la costa atlántica de la península de la Florida y junto a la frontera entre este Estado y el de Georgia): 522 millas.
De Fernandina a Barcelona: 4.325 millas.
Total: 17.177 millas”…

D. Vicente Rodriguez Martinez, temerario y valiente patrón del SALINERO. Del libro Los Ultimos Veleros del Mediterraneo. Tomo II.jpg
D. Vicente Rodriguez Martinez, temerario y valiente patrón del SALINERO. Del libro Los Ultimos Veleros del Mediterraneo. Tomo II.jpg

El SALINERO obtuvo el record de velocidad mantenida entre Torrevieja y Barcelona, con una media superior a 9 nudos –toda una hazaña para un buque a la vela en esa zona marítima- y el patrón que lo mando en esa aventura fue:
…”Vicente Rodríguez Martínez. Conocido por Vicente el «Estéfano«.
Torrevieja, tierra que fue de patrones de mucha nombradía y de donde salieron famosos conductores de barcos de vela, como fueron los Ballesteros, los hermanos «Pichones» y otros, tuvo uno de sus mayores exponentes en Vicente Rodríguez Martínez hijo de Vicente Rodríguez Alberola, primero en ostentar el sobrenombre de que se hace mención, también fue patrón.
Vicente Rodríguez Martínez, fue lo que los americanos de la época de los veleros «Clippers» acostumbraban a llamar, un «Driver”, o sea un duro conductor aguantando velas arriba en los palos.
Sus paisanos, también patrones de su época, acostumbraban a decir de él que «era un hombre que sabía dar velas pero que no sabía cuándo tenía que quitarlas debido a su costumbre de aguantarlas largas hasta que el viento huracanado se las arrancaba de los palos y se las llevaba hechas jirones por el aire, pero a pesar de la dureza con que trataba a los barcos sacándoles su máxima velocidad, jamás perdió ninguno, y las solas averías de que se le podía acusar, eran las de perder mucha lona.
La época en que vivió, y la vida tan dura y tan competitiva de aquellos años de la navegación a la vela, le hicieron demostrar su valer, y pasar a veces por situaciones bastante críticas.

1945. Con el velamen roto debido a un fuerte temporal y al impetu de su patron Vicente Rodriguez Martinez. Del libro Los Ultimos Veleros del Mediterraneo. Tomo II.jpg
1945. Con el velamen roto debido a un fuerte temporal y al impetu de su patron Vicente Rodriguez Martinez. Del libro Los Ultimos Veleros del Mediterraneo. Tomo II.jpg

Su último barco de vela sobre el que ostentó mando fue el pailebot de tres palos «SALINERO» de la Compañía Salinera construido en Torrevieja.
Cuando murió, se dedicaba ya bastante falto de salud y delicado, al mando de embarcaciones pesqueras de altura del pueblo, siendo la última la llamada «PAULA” dedicada a la pesca de la traína.
Durante muchos años mandó barcos a la carrera a Galicia transportando tejas del cercano puerto de Alicante, siendo su nombre muy conocido y apreciado por todas aquellas Rías Bajas.
Era poseedor del mayor récord en la travesía de Barcelona a Torrevieja que efectuó al mando del pailebot «SALINERO«, travesía realizada en 28 horas, lo que siendo la distancia entre ambos puertos de 250 millas, anduvo a razón de 9 nudos correlativos durante las 28 horas.
Mandó entre otros, lo siguientes barcos de vela: Balandra «PEDRO«; Pailebot «SABANELL«; Bergantín soleta: «SAFFI«; Goleta de tres palos y 500 toneladas MENDO; Pailebot de tres palos y 500 toneladas CONSTANTINO CANDEIRA; Bergantín goleta MARCELINA; Bergantín goleta JOVEN PURA; Bergantín redondo LLORET; Goleta de tres palos ISABEL MATUTES; Pailebot PAQUITO VERA; pailebot de tres palos SALINERO; Pailebot de tres palos y 500 toneladas SAN FRANCISCO DE PAULA.
Mando otros veleros más, pero con estos que se reseñan se puede dar una idea del número y categoría de los barcos que mando, sin que llegara a perder ninguno”…
Este apunte pertenece al libro Los Últimos veleros del Mediterráneo, Tomo II. De la colección Torrevieja Marinera, fue escrito por el inolvidable José Huertas Morión (ISBN: 84-7231-607-6)

El final del CALA D´ORS. Del libro Los Ultimos Veleros del Mediterraneo. Tomo II.jpg
El final del CALA D´ORS. Del libro Los Ultimos Veleros del Mediterraneo. Tomo II.jpg

Debemos decir que el SALINERO arbolaba unos gruesos mástiles que sustituyeron a los de construcción en un momento indeterminado de su vida marítima.
Como ya hemos dicho, el SALINERO lo compra la Naviera Mallorquina en 1965, y le instala un motor, lo renombra CALA D´ORS, y casi inmediatamente se deshace de el quemándolo junto a otros veleros de la casa en Ses Penyes Rotjes.

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