EN SANTANDER, UN PEZ CADA MES
Según parece ser, en febrero de 1860 se botaba el brick-barca TETUAN en aguas de Sunderland. Según parece ser, era el número de grada 107 de los astilleros W. Briggs, quienes posteriormente, en los años 1873 y 1876, ya bajo bandera inglesa, harían reparaciones y alteraciones en su aparejo.
Esta barca fue, en origen, santanderina, para con los años llegar a lucir la contraseña inglesa y morir con la alemana, en fecha, y con nombre, indeterminados para nuestro conocimiento.
Rafael González Echegaray, en su libro La Marina Cántabra. Desde el Siglo XVII. Vol. II, hace el siguiente apunte sobre la barca TETUAN:
…”En abril de 1860 se terminó su construcción en un astillero de Sunderland, Condado de Durhan, para los señores Abarca y Plasencia, de Santander, teniendo 414 toneladas de registro y siendo incluida por sus armadores en la matrícula de buques santanderinos el 11 de mayo del expresado año. Dejó nuestro puerto al ir a La Habana, llevando un importante cargamento de harinas, alubias, latas de besugo en escabeche, etcétera, y después de arribar a la bahía habanera, salía de las aguas cubanas y partió a Valparaíso capitaneada por el señor Plasencia. De Guayaquil a Santander trajo un cargamento de cacao que valía 200.000 reales el 6 de noviembre de 1861 y en uno de sus numerosos viajes sobre los mares de Extremo Oriente, llegó a Manila procedente de Hong Kong el 6 de diciembre de 1861. Don Miguel Ortiz, montañés de Cantabria establecido en Manila, adquirió en noviembre de 1862 esta barca que hizo un nuevo viaje de Santander a Filipinas el 22 del último citado mes y año, al mando de don Celedonio de Ansola”…
En realidad fue construida para los Sres. Abarca, Seminario y Plasencia, este último capitán de la Marina Mercante e ilustre gaditano.
Los orígenes de esta barca, y la vida del capitán Antonio Plasencia están narrados en la Revista de Santander, Cuarto Tomo, Núm. 2, del año 1931, en la que en un artículo muy en la línea de lo que después sería la prosa de González Echegaray, cita:
…”De la Flota Santanderina del Siglo XIX.
La brick-barca «TETUÁN» y el capitán Plasencia.
Esta fotografía es la reproducción de una pintura inglesa, retrato al óleo de la brik-barca «TETUAN», matrícula de Santander en 1860.
Fué la «TETUAN» uno de los veleros distinguidos que formaron la aristocracia de los mares en la mitad del siglo xix. Barcos que decoraban y enriquecían el puerto de la capital de la Montaña.
En otros puertos los barcos no pasan de ser aparatosa balumba de maquinaria mercantil utilitaria y ceñuda, evocadora de tragedias y de países enigmáticos. En la bahía de Santander el barco de porte es mucho más: es un personaje; avanza con majestad, se nos acerca con delicada cautela, fondea con grave ritual y nos interesa profundamente todo lo que sale de sus entrañas.
Aquí los barcos adquieren relieve estético; les da realce y elegancia este gran escenario de diáfana inmensidad, de paisajes virgilianos, de picachos que se amontonan y empinan hasta el cielo para contemplar, de lejos, la línea ordenada, severa y luminosa de la ciudad.
Desempeñó la barca «TETUAN» importante papel entre aquellos veleros que aumentaron y defendieron la riqueza de nuestros padres en tenaces batallas contra el Océano. Volvían al reposo de la bahía pregonando victorias con el orgullo de su velamen, henchido y matizado por la magia del viento y de la luz.
De aquella barca fué su capitán-piloto don Antonio Plasencia, esclarecido nauta, ciudadano ejemplar y profesor de ilustres marinos montañeses.
Don Antonio nació, como ligado al mar, en Cádiz, isla de San Fernando, año de 1816. En su Academia Náutica ingresó el 31 y el 36 embarcó en el «NAVIO GUERRERO», desarmado en el Ferrol el 39. Desde el Ferrol vino Plasencia a Santander, y el año 40 tomó el mando del bergantín «EBRO» de esta matrícula. Autorizado por el gobierno el capitán como piloto de la carrera de las Indias, hizo a Manila varios viajes, y algunos más entre Inglaterra, Habana y Santander, cerrando en este puerto el derrotero triangular basta que el «EBRO» trágicamente naufragó en el mar de las Antillas por un fuerte huracán, el año 46. Salvado Plasencia, enfermo y dolorido por el naufragio, se repuso con brío en el sagrado y dulce reposo familiar. Hizo algunos apuntes fragmentarios de sus memorias, que hoy leemos, y en ellos dice, con ingenua ironía: el año 1843 tuve valor para casarme, sin un real, con deudas y con 26 años.
El 48 capitaneó la corbeta «PRECIOSA» santanderina, en viajes a Málaga, California y Santander hasta el año 52. En 1853 el célebre y rico armador don Juan Pombo dio a Plasencia el mando de la barca «CASTILLA» con destino al Pacífico, y el 56 un inteligente y activo comerciante pasiego, don Manuel Abascal, encomendó a don Antonio la capitanía de la fragata «PRIMERA DE SANTANDER». Este barco fue construido dentro de la misma capital.
El paseo de Pereda, hoy de gran urbe, avenida espléndida y jardín, era, mediado el siglo XIX, estrecho muelle desde el antiguo de Las Naos hasta la casa núm. 29. Precisamente en el arranque de la calle Lope de Vega finaba el muro que detenía el mar.
Hacia el norte se descubría una playa, limitada por escollera, base de una colina engalanada con huertas y maizales; altura manifestada hoy por la pendiente de la citada calle que corona y enaltece la iglesia de los Hermanos Carmelitas.
En lo que era la playa, y ahora se levanta el Banco Hispano-Americano, existía el año 1850 un astillero para quechemarines y pinazas.
El heroico señor Abascal, para espansión de su genio mercantil y progreso de la ciudad, mandó construir allí una fragata, hasta de 600 toneladas. Los buenos y ociosos santanderinos, los días de paseo, admiraban la construcción ciclópea. Don Manuel presenciaba la obra desde el balcón lateral de su casa. Botado el casco el año 55, salió el 56 el barco al mando de Plasencia, para Valparaíso, se repitieron estos viajes basta el 1858.
El año 59, la famosa y opulenta casa de los Abarca firmó un contrato con el capitán don Antonio y el señor Seminario, corresponsal en Guayaquil, para comprar, en sociedad, un velero adecuado a la navegación del Pacífico. Plasencia fue a Inglaterra y adquirió un brik-barca en los astilleros de Sunderland. Era el año 60. El ejército español se batía en Marruecos. El día 6 de febrero terminó la guerra con la toma de Tetuán. Llegó la noticia al capitán Plasencia que se bailaba en Inglaterra, y mandó bautizar su brÍk-barca con aquel nombre en memoria de la paz española.
Dobló la «TETUAN» varias veces el cabo de Hornos y a una llegada de Valparaíso quedó impotente para volver al Pacífico, por la feroz y arrolladora competencia marino-mercantil.
La mecánica moderna, diosa dominadora del mundo, encendió sus hogueras, movió veloces hélices, engranajes maravillosos y arrojó la romántica gloria de los veleros a la vergüenza del desguace, mientras sigue lanzando a los mares y cielos esas ciudades flotadoras que hoy recorren, exploran y familiarizan los Continentes.
Desde el año 1863, vivió el capitán Plasencia en descanso amoroso de su hogar montañés. El 71 fue nombrado oficial de la Armada española por haber completado varios viajes alrededor del globo terráqueo.
Desde el año 68 era profesor de la Escuela Especial de Náutica, de Santander. Fue maestro, director y consejero paternal de sus discípulos, de los que nacieron, como el maestro, para el mundo inmenso de los mares en donde la muerte ondula sobre las olas, el viento ruge y muerde, y el barco salta y gime como si le doliera el corazón.
El noble y sabio profesor dejó la cátedra con la vida el año 1886.
En el mar y en la tierra había cumplido, con actos de amor y sudores de sangre, la imposición divina del Paraíso”…
Firma este articulo A.P.B.
Estuvo a punto de perderse en Manila, en un duro bagio, según cita el diario La Regeneración, de Madrid, en su edición de 1 de diciembre de 1865, en su página 3:
…”Ayer tuvimos algunos detalles del gran temporal ocurrido últimamente en Filipinas.
El día 26 de setiembre se observó un notable descenso en el barómetro, como anuncio de próxima tempestad.
Los buques anclados en la bahía de Manila tomaron sus precauciones para evitar cualquier desastre en vista de los síntomas amenazadores que se presentaban.
El temporal se dejó sentir inmediatamente, empezando la lluvia y el viento antes que los buques pudieran ponerse á seguro. Tres de estos vararon en la playa de Santa Lucia, cerca del malecón y quedaron inmergidos en la ría. La barca TETUAN, que se hallaba en el puerto con seis mil quintales de tabaco á su bordo, pudo hacerse fuerte y salvarse casi milagrosamente.
La falúa ESPERANZA del resguardo, naufragó en la costa de Bataan, pereciendo el patrón, cinco marineros, tres grumetes y dos niños; después de haber luchado ocho horas, la falúa logró arribar a la playa de Bulaan, salvándose siete marineros”…
La barca TETUAN pasó después a manos inglesas, según indica el Lloyd´s Register of Shipping: Año: 1874-1875, en que cita a C.H. Stewart.
Mi opinión es que paso a la bandera inglesa en 1873 o 1874, en que, como ya hemos dicho sufre una modificación en la arboladura que el Lloyd´s cita textualmente:
…”12 & 14 yrs Mat ND82 srp 73”…
Poco después, en fecha indeterminada, su armador pasa a ser Peter Ventnor Grant, de Shangai (Fuente: Sunderland Site: Peter Searle)
Las características técnicas de la TETUAN eran, en origen, las siguientes:
…”registro: 435 toneladas; eslora entre perpendiculares: 129,0 pies; manga: 28,0; puntal en bodega: 18,0; clasificada como A-1”…
En el Lloyd´s Regiser of Shipping: Año 1874-1875, se dan las siguientes características:
…”O.N. 28381; señal distintiva: WBTQ; registro bruto: 438 toneladas; under deck: 433; registro neto: 415; eslora entre perpendiculares: 132,9 pies; manga: 28,2; puntal en bodega: 17,7”…
En este año, da conjuntamente matricula de Santander y de Londres, dando también el nombre del capitán español, Anseolaga, y el del inglés, J. Gavine, al tiempo que da las características antiguas (tachadas) y modernas del buque, lo que da a entender diferencias en las mediciones o modificaciones.
Como ya hemos dicho, en fecha indeterminada pasa a bandera alemana, desconociendo su final y su posible cambio de nombre.
Si algún lector puede ayudarnos a conseguir una foto del capitán D. Antonio Plasencia le estaríamos muy agradecidos.
L.O.B. 1871 señal distintiva J.S.B.T. registro de Manila, 449 toneladas.
L.O.B. 1875 es dado de baja de la L.O.B.