VIRGEN DE LOS MILAGROS; DE APODO DAMIANIN

EL BON PILOT ES CONEIX EN LA MAROR

El gran pailebote VIRGEN DE LOS MILAGROS fue uno de los fiascos de la marina mercante nacional. Se perdió como consecuencia del primer viaje que hizo (no en el primer viaje) y el nombre que lucía en sus amuras no consiguió evitar la fuerza del sino, de manera que aquel bello velero de cuatro palos, abandonado y desarbolado en la bahía de los Alfaques, sucumbió finalmente a una noche de mal tiempo y acabo tragado por los arenales en el bellísimo delta del Ebre; su apodo era DAMIANIN (en este caso el segundo).

Pailebote VIRGEN DE LOS MILAGROS zarpando de Vinaroz. Copyrigth El Ilustrador de Barcos. Prohibida su reproducción.jpg
Pailebote VIRGEN DE LOS MILAGROS zarpando de Vinaroz. Copyrigth El Ilustrador de Barcos. Prohibida su reproducción.jpg

El material gráfico existente sobre el buque es –lógicamente- muy escaso, o desconocido, y la ilustre paleta de El Ilustrador de Barcos (Roberto Hernández) nos ayudara a dar color a los momentos felices y tristes de esta hermosa goleta o pailebote. Nuestro agradecimiento.
Acuarela. Prohibida su reproducción: Zarpando de Vinaroz. Vista desde la punta del Dique de Levante en su etapa de primer tramo de ampliación. La farola fue una preciosidad que diseño Pelegrí Sans. El barco aligerado y flotación por debajo de las marcas para que se entienda la mala estiba que llevaba. Las escandalosas aún sin izar pero la marinería preparada en las cofas para la maniobra.
En el libro Historia de Vinaros (Autor: Joan M. Borras), en el apartado relativo a 1917, se lee:
…”La nota culminante de nuestra marina fue la construcción de un pailebote de cuatro palos y de 1.200 toneladas, bajo la dirección del maestro de ribera Francesc Lluch y propiedad de Damián Frontera. Tenía 50 m. de eslora, 10,20 de manga y 5,10 de puntal. Había de llevar motor. Debido a sus grandes dimensiones se hubo de habilitar la playa al lado del muelle dando el Ayuntamiento toda clase de facilidades en lo tocante a la vía pública. La construcción duró dos años. Pero tuvo mala suerte, pues la hermosa nave, en uno de los primeros viajes, embarrancó en la Rápita«…
Realmente su tonelaje (no sabemos de qué tipo; si era de registro –seguramente-, de carga, de peso muerto) oscila entre las 600 toneladas de lo que era el primer proyecto a las 1.400 que según algunas fuentes llego a tener. Por ejemplo, el diario El Restaurador, en su edición de 31 de julio de 1918, anotaba:
…”En los astilleros de Vinaroz reina actividad extraordinaria, construyéndose numerosas embarcaciones mixtas de vela y de motor. Ahora se está terminando un barco de unas mil quinientas toneladas para D. Damián Frontera, propietario de aquella población”…
En la revista San Sebastián, edición de 11 de febrero de 1917, se anotaba:
…”Pronto empezará a montarse un barco de 600 toneladas para d. Damián Frontera. Lo construye el maestro de ribera D. Francisco Lluch y como medirá unos 35 metros, al no poder emplazarlo en la playa del Puerto, se armará detrás del mismo, frente a la casa del Farero”…
Y en la sesión del Ayuntamiento de Vinaros de 20 de mayo de 1919 se propone que “se den toda clase de facilidades a D. Damián Frontera que está haciendo construir un “pailebot” de 600 a 700 toneladas, y como ha de molestar un poco en la vía pública, no exigirle responsabilidad alguna, atendiendo a la importancia de estos astilleros con un barco de tal tonelaje“(Fuente: Vinapedia.es)
En la misma revista San Sebastián, edición de 19 de agosto de 1917 se anotaba:
…”Para dar más facilidades a la montura del barco de mil toneladas que se construye en esta para D. Damián Frontera se está instalando una máquina de vapor y aparato de aserrar en la playa junto al punto de emplazamiento del buque.”…
En la misma revista, en su edición del 23 de marzo de 1919 se cita:
…“La próxima semana D. m. será botado el buque de 1.400 toneladas de D. Damián Frontera. El mal tiempo impidió hacerlo días pasados”…
En la edición de revista San Sebastián del día 11 de mayo de 1919 se leía:
…“El día 7 empezaron los trabajos de la botadura del buque de D. Damián Frontera. A las 4’40 del 8, después de un fuerte empuje con los aparejos que maniobraban unos 150 marineros, quedó el barco flotando sobre las aguas pero hasta las 10 no quedó libre del todo, y a las 2 de la tarde entró ya en el puerto, sin lamentar desgracia alguna aunque si con un gasto sumamente extraordinario. Felicitamos a cuantos hay coadyuvado a tan difícil operación y en especial a nuestro amigo señor Frontera”.
Su construcción supuso todo un hito en Vinaros, siendo, de largo, el más grande de los veleros que allí se construyeron. Calafates, carpinteros, expertos en velamen, herreros y artesanos de diversas especialidades tomaron las playas de Vinaros en donde se construía el titánico velero y dieron vida durante un par de años a la ilusión de un gran proyecto.
Desafortunadamente para todos, incluidos los historiadores, el gran y hermoso buque, imprudentemente cargado y lastimosamente sorprendido por una de las terribles llevantadas del Mediterráneo, vino a morir, tras una larga agonía, a unas decenas de millas de donde fue construido.
Su tragedia la veremos a partir de un libro muy interesante titulado Naufragis a la Mar de L´Ebre, escrito por Lluís Millan i Roca (ISBN: 84-606-0103-X) que ya hemos citado en esta web.
Traducido del catalán, el libro apunta:
…”El «VIRGEN DE LOS MILAGROS» rebautizado por los marineros con el nombre del armador; «DAMIAN» o «DAMIANIN«.
Entre los muchos testimonios de la Rápita y de Vinaros, tenemos el de un viejo marino José Huertas Morión, Chico en aquellos tiempos, hijo del que era Ayudante Militar de Marina de Sant Carles de la Rápita, D. Manuel Huertas Carrasco, que vivió los hechos y conoció a los protagonistas.
“Resulta que una vez, después de una noche de mal tiempo de Levante, cuando se hizo de día, el pueblo marinero de la Rápita, asombrado, vio fondeado un gran velero de cuatro mástiles, dos de los cuales los tenia caídos sobre cubierta.
Como en estos casos las noticias acostumbran a correr a la velocidad de un rayo, pronto los habitantes del pueblo supieron que se trataba de la goleta sencilla de cuatro palos VIRGEN DE LOS MILAGROS, construida en Vinaros, que estaba en su viaje inaugural.
Siguiendo la costumbre del pueblo, inmediatamente, se le puso un sobrenombre: DAMIANIN, debido al nombre del armador Damián Frontera.
Era su primer viaje que inicio después de quedar alistado de astillero y aparejo. Había tomado un parcial de bocois de vino y se dirigía a completarlo a Marsella, con destino a América, cuando le ocurrió el contratiempo que le hizo arribar a la Rápita en donde quedo fondeado con las dos anclas.
La cuestión fue que aquel primer viaje iniciado nunca se llevó a término y que aquel bonito buque, recién estrenado, tuvo una vida muy corta.
Los buques, en su mayoría, no los pierde la mar, los pierden los hombres que los mandan. En el caso del VIRGEN DE LOS MILAGROS fue un caso de mala estiba y de negligencia en el mando. La carga de bocoyes se estibo alta, en el entrepuente, dejando la bodega vacía para estibar la carga de Marsella. Navegando a la vela hacia aquel puerto, en el golfo de Sant Jordi el buque fue sorprendido por un fuerte temporal de levante.
Navego en malas condiciones y sufriendo mucho por llevar la carga estibada tan alta e ir forzado de velas. La situación se hizo inaguantable. En uno de los fuertes pantocazos, se hundió el entrepuente de la bodega donde iban estibados los bocoyes de vino, a causa del peso de estos y cayeron todos a la bodega. Muchos reventaron. Otros, sin ningún trincaje, rodaban de costado a costado golpeando las cuadernas que aguantaron debido a que el buque era nuevo. Se puede imaginar la dureza de estos golpes.
De repente cayo el palo de mesana con todo su aparejo, palo que era de hierro. Cayó sobre cubierta y no mato a nadie de verdadero milagro. A poco de navegar en tan malas condiciones y a la capa, cayo el mayor de popa sobre cubierta, que también era de hierro. Estos dos palos faltaron a un metro de la fogonadura, por encima de la cubierta. No quedaban derechos más que los dos palos de proa, de madera, con los que el buque se aguantaba a la capa.
El patrón mando virar en redondo poniendo proa a tierra y notificando a la tripulación su intención de varar el buque para salvar la tripulación. Los marineros hacían uso de las bombas de achique hasta la extenuación. Las bodegas estaban inundadas. Pero lo que salía por las bombas era vino.
Cerca de la costa reconocieron la Rapita y trataron de llevar el buque a un punto próximo al puerto, siempre con el viento en popa o a un largo, porque el buque, por la falta del aparejo de popa no podía ceñir. Conocedores de la costa, se adentraron en la bahía de los Alfaques, y al llegar a un sitio propicio fondearon con las dos anclas.
Habían salvado el buque y se había salvado la tripulación.
Al hacerse de día la gente marinera de la Rápita vio, asombrada, la presencia de aquel bonito buque fondeado cerca del pueblo, que muchos conocían de ir a vender pescado a Vinaros cuando se estaba construyendo.

Pailebote VIRGEN DE LOS MILAGROS casi desarbolado y a la capa cerca de Sant Carles de la Rapita. Copyrigth El Ilustrador de Barcos. Prohibida su reproducción.jpg
Pailebote VIRGEN DE LOS MILAGROS casi desarbolado y a la capa cerca de Sant Carles de la Rapita. Copyrigth El Ilustrador de Barcos. Prohibida su reproducción.jpg

Acuarela. Prohibida su reproducción: El segundo es un boceto acuarela-carboncillo con el VIRGEN DE LOS MILAGROS ya con problemas de estabilidad y en situación comprometida
Los viejos marineros, reunidos en el “mollet” miraban el velero y negaban con la cabeza. Le pregunte el tío Cisco (Francesc Navarro Gasparin, natural de la Rápita y practico del puerto) porque hacían eso los viejos marinos, y me dijo que el buque llevaba ya mucho tiempo fondeado con las dos anclas y sin tripulación, y que debido al borneo continuo, las cadenas, los arganeos, debían estar muy ligados y hechos un cordón, y que en estas condiciones podía ocurrir que faltasen y el buque quedase a la deriva.
Y llego un dos de enero, en que la sierra del Montsia dijo allá va viento. Fue una de aquellas mestraladas (del Mistral) de invierno de las que hacen época. No se podía transitar por las calles. Aquella noche, desde la sierra de Sant Benet hasta Salou ni las gaviotas se aguantaban en la mar. Fue una noche infernal. Nadie del pueblo pudo dormir tranquilo.
Cuando se hizo de día el DAMIANIN había desaparecido. Con prismáticos se le veía claramente embarrancado en la Costa de Fora, preso de los arenales.
¡Ya estaba bien arreglado el VIRGEN DE LOS MILAGROS! De allí no había poder humano que pudiese sacarlo.
Con el tiempo, otro buque atraco a su costado para sacar los despojos que quedaban. Después, el buque fue desmantelado y solo quedaron el casco y los dos palos supervivientes. Muchos años duraron las costillas del buque sobre la arena. Se fue hundiendo poco a poco hasta desaparecer del todo, como otros muchos veleros que quedaron para siempre en las costas del Delta”…
A este relato de Huertas Morión, estupendo como siempre, debemos hacer varios comentarios que nos permiten el tiempo y los medios electrónicos disponibles hoy en día.
Culpar al capitán o patrón de la tragedia es, creo, no analizar todas las variables del problema. En las tragedias de la marina mercante casi siempre hay una constante en el lado oscuro; el dinero.
Necesidad de llegar un determinado día u hora; si no…
Debe cargarse toda la carga a cualquier precio; si no…, etc. etc., en lo que podría ser una larga lista de condicionantes crematísticos -que dan asco- pero que son el día a día del comercio marítimo. Resumen; demasiado dinero en juego. Consecuencia; tragedias a veces ya previstas en las cuentas de explotación de los buques.
Otro de los condicionantes de esta tragedia fue –a mi entender y en el reino de las suposiciones- alguna debilidad estructural del buque, como muestra la caída de los dos palos popeles –ambos de hierro- al faltar justo en el mismo punto. ¿Quizás algún fallo en el diseño? Probablemente nunca se sabrá.
También es censurable –aparentemente- la desidia en el abandono del buque, ya que cualquiera que viva o haya navegado en esas aguas sabe de las llevantadas y de las mestreladas y de sus consecuencias. Dejar casi abandonado un buque de ese tamaño a lo que pueda acontecer trae como consecuencia lo que paso. ¡Cualquier mala situación a la que no se da solución, tiende a empeorar! Lo sabe todo el mundo, y, en la mar, más todavía.
Fuera como fuese, se perdió uno de los buques más representativos y bonitos de la construcción naval mediterránea en el campo de los veleros.

Un comentario en “VIRGEN DE LOS MILAGROS; DE APODO DAMIANIN

  1. Hola , mi familia viene de vinaroz familia de pescadores ,que en el 1940 mi abuelo ( Francisco Tomas Paris ) en una tormenta en el mar desaparecio junto con sus conpañeros de faena , estoy recuperando datos de la fecha y localizando a la familia de mi madre , le pido por favor si conoce algo de la historia de marineros y la cofradia de pescadores de Peñiscola-Vinaroz ,me lo haga saber ,muchas gracias por su tiempo.

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