MAS VALE FORTUNA EN TIERRA QUE BONANZA EN LA MAR
En el libro Los Barcos de la Junta del Puerto de Santander. 1884-1991 (ISBN: 84-923292-5-4), escrito por José Antonio Sarabia Solana y Pedro M. Sarabia Rogina, se da buena cuenta de los auxiliares que trillaron las aguas en el puerto de Santander. Una pequeña lanchita, de casco bruñido y negro, llamada SANTAMARIA fue durante muchos años parte de la vida marítima de ese puerto. Veamos lo que citan los autores del libro:
…”La Junta encargó al famoso astillero escocés William Denny Brothers de Dumbarton, cuna de los mejores buques de la Compañía Trasatlántica, la construcción de una lancha de vapor cuya misión era la de sustituir a la nave «JULIETA«, perdida durante la explosión del «CABO MACHICHACO» ya comentada anteriormente. Se negoció un precio final de 640 libras esterlinas gracias a la supresión del condensador y la sustitución de la máquina principal de alta y baja presión por otra solamente de alta presión. La embarcación fue la construcción número 506 del astillero británico.
Antes de decidirse por el astillero radicado en Escocia se habían desechado otras propuestas presentadas por Julio G. Neville, de Liverpool; John Mac Donald, de Greennock y Mac Nangthtan, de Glasgow.
La construcción de la «SANTAMARIA» se ordenó el 29 de junio de 1894; el 16 de diciembre del mismo año se embarcó con destino a Santander, puerto al que llegó ocho días después. Las principales características de la embarcación se relacionan a continuación:
Casco (material): Madera; Eslora: 11,90m; Manga: 2,45 m; Puntal: 1,23 m; Velocidad: 8,38 nudos en milla medida.
En las pruebas realizadas en Santander sólo alcanzó 7,5 nudos.
Caldera. Tipo/presión: Llama retorno/130 libras por pulgada cuadrada (9,14 Kgs./cm2)
Máquina (en origen): Compound; Cilindros: 127/244 x 155,7 mm; Potencia: 35,15 c.v.i.; R.P.M: 325.
La lancha de vapor fue dada de alta con el nombre de «SANTAMARIA» en recuerdo de Ricardo Sáenz de Santamaría, fallecido en los sucesos del «CABO MACHICHACO«, acaecidos un año antes. Su silueta era de una gran belleza clásica, airosa y elegante. Fue cuidada y mantenida con primor por su tripulación, hasta tal punto que más que una embarcación de servicio parecía un barco destinado al recreo, un verdadero yate.
Al parecer la máquina de la embarcación presentó algunos problemas que motivaron una serie de quejas dirigidas al constructor. Éste se defendió aduciendo que los inconvenientes surgidos se debían a la impericia del personal encargado del manejo del barco.
Sus días acabaron el 24 de agosto de 1937, fecha en la que fue incendiadada y hundida, sin recuperación posible, en la dársena de Puertochico de la capital montañesa”…
De esta preciosa chocolatera flotante no hay casi fotos, que se sepa, por lo que la colaboración de los lectores en obtener algo más seria de mucho agradecer.