LUNA AMARILLA O ROJIZA, QUE LLOVERÁ PROFETIZA
En marzo de 1881 llegaban a Manila los pequeños costeros FILIPINO y CASTELLANO, construidos en Dumbarton por R. Chambers, en Lower Woodyard. Sus números de grada eran el 12 y 13 respectivamente.
El CASTELLANO, el de nuestro interés, fue botado el 6 de octubre de 1880, era un vapor con casco de hierro de 287 toneladas de registro bruto y 178 de registro neto. Su eslora entre perpendiculares era de 139,8 pies, la manga de 23,2 y el puntal en bodega de 9,6 pies. Fue completado el 12 de noviembre de 1880.
La máquina era compound de dos cilindros construida por Matthew Paul & Co., del mismo Dumbarton, con los cilindros de un diámetro de 20 y 30 pulgadas, para una carrera de 27. Tenía una caldera timbrada a 70 psi que le daba 350 ihp, lo que le permitía una velocidad comercial de 11 nudos.
Su armador era Olano, Larrinaga & Co., que planeaba disponer ambos vaporcitos, junto a los BILBAO Nº 1 y BILBAO Nº 2 en el trafico inter-islas filipino.
Tanto el FILIPINO como el CASTELLANO eran típicos vaporcitos feeder de una sola bodega corrida y maquina a popa, que costaron 5.000 libras esterlinas cada uno de ellos.
Al llegar a Filipinas, antes de entrar en servicio, se les instalo la clásica shade-deck, habitual de los mares tropicales.
Resumiendo, su vida marítima fue la siguiente:
El 22 de diciembre de 1880 salían de Barcelona hacia Manila el FILIPINO y el CASTELLANO (Fuente: Diari Catalá. Edición de 25 de diciembre de 1880)
Según el diario La Correspondencia de España, en su edición de 3 de noviembre de 1886, el CASTELLANO es fletado por representantes del vapor CROMPTON, perdido en el estrecho de Balabac, y trajo a Manila, el 3 de septiembre de ese mismo año, parte de la carga recuperada de aquel vapor y noticias del estado del buque.
En 1891 se vende a Francisco Reyes y Compañía, de Manila, quien lo dedica al mismo servicio que realizaba.
Pasa a formar parte del conglomerado de la Compañía Marítima.
En 1898, tras la pérdida de la colonia por parte de España, pasa a la línea Manila-Hong Kong.
En el terrible tifón que asolo Hong Kong el 18 de septiembre de 1906, es arrastrado por la fuerza del viento desde su fondeadero y lanzado a tierra, por encima del nivel de la pleamar escorada, y se da por perdido. Aquel terrible tifón le costó la vida a más de 6.000 seres humanos y, entre varadas y hundimientos, hubo más de veinte vapores afectados.
Tuvo varias destacadas participaciones en la historia marítima de Filipinas y las posesiones coloniales españolas en el Pacifico.
Las ambiciones alemanas en las Carolinas despertaron la corte de Castilla, que, solo entonces, se dignó prestar atención a aquellos territorios.
El CASTELLANO llevo a los integrantes de la que debía ser la primera factoría de las islas, a instancias del marqués de Comillas, y que nunca llego a construirse. La debía liderar el Sr. Antonio Olons. La llegada a Yap fue bien recibida por los naturales del país y se desembarcó el material que se transportaba. También estaban en la zona el cañonero MARQUES DEL DUERO y el transporte SAN QUINTIN. (Fuente: Diario El Siglo Futuro. Edición del sábado 2 de enero de 1886)
El capitán del vapor en aquellos momentos era el Sr. Bengoechea.
Tras la pérdida de la guerra de 1898, el CASTELLANO, con el permiso de los americanos, estuvo socorriendo y recogiendo las guarniciones españolas que habían quedado aisladas o prisioneras.
En 1899 estaba de capitán D. José Mª Ugarte y de primer oficial D. Francisco Sala y Sala.
Como ya hemos dicho, en 1906 se pierde como consecuencia de un gran tifón en el puerto de Hong-Kong