En la web corporativa de la empresa Artaza Pasajes S.A. se encuentra un resumen de lo que fue la antigua naviera, que tuvo, entre otras actividades, la explotación de buques de pesca y mercantes. La web cita: …”Nuestra empresa comenzó su andadura el día 5 de Febrero del año 1917 siendo su principal actividad la de almacenistas y distribuidores de carbón, lo cual, pasados unos años y dado que se importaba mucho carbón de países como Reino Unido y Alemania, hizo que la empresa adquiriera sus propios medios de transporte comprando barcos y convirtiéndose como consecuencia en armadores de buques. Igualmente tenía su propia flota de camiones para la distribución del carbón tanto de uso industrial como doméstico en su zona de influencia del País Vasco, Navarra y Aragón.
Igualmente, como consecuencia de su actividad, la propia empresa pasó a ejercer de agente de aduanas para despachar sus propias importaciones de carbón así como las de sus clientes los cuales, les confiaban también sus propios despachos de materias primas como pasta de madera, madera, chatarras etc. etc. convirtiéndose con los años esta actividad en una parte importante de su negocio.
Fue el año 1921 cuando la empresa adquirió también su primer vapor dedicado a la pesca iniciando su actividad como armadores de buques de pesca que duró muchos años, finalizando la misma hacia 1950 (los vapores de pesca fueron los nombrados LENENGOA, BIGARRENA, UROLA, JAIZQUIVEL, BONANTZA, BEDURIA, TXIRISTRA, después IGNACIO ARTAZA y ERREKA, que después fue el CONCHITA ARTAZA y SANTA CATALINA. Fuente: Buques.org)
La actividad de armadores de buques mercantes, se inició en el año 1926 con la compra del vapor de madera al que se le llamó «AMELIA» el año 1926; tras ésta compra le fueron sucediendo otros como «JUAN ARTAZA» (1929), «JOSE MARI ARTAZA» (1930), «LOLITA A» (1932), «LOLITA ARTAZA» (1934), ISIDORO «ARTAZA» (1976), y «RAIMUNDO A» (1982). Cuando la «era del carbón» terminó por su sustitución por otros combustibles, la empresa continuó con su actividad armadora, transportando todo tipo de mercancías entre puertos de la península, Europa y Norte de África, finalizando su actividad armadora el año 1987.
Una vez finalizada su actividad de armadores de buques mercantes, la empresa pasó a denominarse Artaza Consignaciones, S.A., quedando su principal actividad centrada en la consignación de buques y mercancías así como de Agentes de Aduanas, siendo igualmente representantes en Pasajes de diversas asociaciones aseguradoras de buques denominadas P&I (Protection and Indemnity).
Desde el 1 de Enero de 1996, la empresa se denomina Artaza Pasajes, S.A. y prosigue con su actividad de empresa consignataria de buques y mercancías, manteniéndose como una de las empresas líderes en despachos de aduanas y toda su gestión administrativa que la conlleva, contando con corresponsales en todas las fronteras y puertos de España”…
Debemos citar que fue fundada por Isidoro Artaza y Fernando Otegui con un capital social de 35.000 pesetas. También participaba Felipe Artaza, y un año después de su fundación se amplió el capital hasta las 150.000 pesetas, quedando los tres socios fundadores a partes iguales. En 1927, Fernando Otegui deja la compañía que queda en manos de los hermanos Artaza (Fuente: web Buques.org)
Tratare de contactar con esta empresa a ver si nos pueden enviar información y fotos sobre los fundadores de la Compañía.
Hoy nos centraremos en un pequeño vaporcito costero, de nombre en origen PORTEUR 4, construido en Inglaterra en el año 1899 con el número de grada 484 de los astilleros Lobnitz & Company, de Renfrew, para la compañía Beynel & Vigner, de Le Havre, y que acabaría sus días como JUAN ARTAZA, en 1970, desguazado en Aviles.
Según el Lloyd´s Register of Shipping: Año 1930 (consultado a través de la web Plimsoll Ship Data), sus características técnicas eran las siguientes: …”Vapor con casco de hierro y a hélice; señal distintiva: HTGN; ex MARIA DEL CARMEN; registro bruto: 193 toneladas; registro neto: 81 toneladas; eslora entre perpendiculares: 127,3 pies; manga: 25,9 pies; puntal en bodega: 6,9 pies”…
Otros datos, extraídos de la Lista Oficial de Buques: Año 1935, son los siguientes: …”señal distintiva: EETU; eslora: 38,80 metros; manga: 7,90; puntal: 2,10; calado máximo: 2,74; registro bruto: 192,81 toneladas; registro neto: 85,18; carga máxima: 650 toneladas; desplazamiento: 670 toneladas; maquina compound de dos cilindros; 32 caballos nominales; 7 nudos de velocidad en carga; 1 caldera trabajando a 9,8 kilos de presión; capacidad de las carboneras: 80 toneladas; consumo diario: 6,75 toneladas”…
El buque tuvo la siguiente vida marítima:
En fecha indeterminada (¿1920?) pasa a la Cia Marítima Arenas, de Bilbao, renombrándose MARIA DEL CARMEN.
En 1926 pasa a la compañía de H. Mendoza Garcia, Bilbao, con el mismo nombre.
En 1930 (o fines de 1929) luce la contraseña de Artaza y Cia., San Sebastian, con el nombre de JUAN ARTAZA.
En los años treinta tuvo una serie de contratiempos que pudieron poner fin a sus días y al de sus tripulantes. La diosa Fortuna no quiso que fuese asi. Veamos estos incidentes a través de las hemerotecas. En el diario El Heraldo de Madrid, edición de 14 de enero de 1935, en su página 16, se anotaba: …”El Temporal en el Norte. Se presta auxilio al vapor JUAN ARTAZA que sufrio averias en alta mar.
San Sebastián 14.- Un vapor de carga que venía de Gijón sufrió una avería a tres millas de este puerto a consecuencia del temporal. Llegó a este puerto un bote con tres tripulantes para demandar auxilio. El delegado marítimo ordenó que saliera de Pasajes un remolcador con otros barcos, que recogieron al vapor «JUAN ARTAZA«, llevándole tras enormes esfuerzos al puerto de Getaria, donde entró de madrugada. Sigue el fuerte temporal”…
Mucho más extenso en la explicación se muestra el diario El Día, en su edición del martes 15 de enero de 1935, en que cita: …”Avería en alta mar con temporal. El vapor JUAN ARTAZA que estuvo a punto de naufragar fue remolcado al puerto de Guetaria.
El domingo a media mañana entro en este puerto un bote con tres marineros de un buque mercante que se hallaba a poca distancia de Donostia demandando auxilio.
Los tres marineros hicieron saber primeramente en el puerto y más tarde en la delegación marítima, que pertenecían al buque de carga JUAN ARTAZA que procedente de Gijón venía con rumbo a Pasajes con carbón.
Agregaron que hallándose a dos millas del faro de Igueldo, de este puerto, el buque había sufrido graves averías en la máquina, razón por la cual se hallaba a la deriva sin poder campear el temporal, peligrando que un golpe de mar le arrojara contra las rocas.
Ante la situación en que se encontraba el buque, el capitán del mismo dispuso que se echara al agua un bote y que tres tripulantes se dirigieran a Donostia para dar conocimiento de lo que sucedía y pedir auxilio.
El delegado marítimo se puso al habla con la casa consignataria de Pasajes, a fin de que se dispusiera la salida de algún barco que prestara auxilio al JUAN ARTAZA cuya situación se hacia cada vez peor a causa del fortísimo temporal reinante.
El delegado marítimo y los consignatarios convinieron en disponer la salida de un buque que ayudara al JUAN ARTAZA a entrar en el puerto de Pasajes.
Inmediatamente el armador don Agustín Ciriza ordeno que se cediera a la casa Artaza el vapor de su propiedad número 4 para que prestara auxilio al buque que se encontraba en peligro.
El vapor de la casa Ciriza número 4 se hizo rápidamente a la mar a prestar socorro y cuando llego al costado del JUAN ARTAZA se encontró con que en aquel punto se encontraban ya los pesqueros ILTZA GAIN y MAITE, los cuales al regresar al puerto después de terminadas las faenas de la pesca se encontraron con el vapor averiado quedando a su costado.
Allí continuaron mientras el Casa Ciriza Numero 4 daba remolque al JUAN ARTAZA, pero debido al fuerte temporal, saltaron varias veces los cables de amarre sufriendo por este intervalo averías el buque de la casa Ciriza por cuya causa tuvo que regresar a puerto.
Entonces tomo el remolque el pesquero ILTZA-GAIN que custodiado por el MAITE emprendió la marcha hacia Guetaria.
La travesía se hizo penosísima debido al estado del mar y a la poca potencia del buque remolcador y al fin, tras grandes esfuerzos llegaron al puerto a las dos de la madrugada.
En Guetaria quedo amarrado el JUAN ARTAZA hasta que mejore el tiempo y repare las averias para venir al puerto de Pasajes.
Los pesqueros que realizaron la labor de remolque regresaron al puerto de Pasajes por la mañana.
Del puerto de Donostia salió también, a las cinco de la tarde, la motora salvavidas de la Sociedad de Salvamentos, que se dirigió al lugar en que el buque se hallaba por si podían ser necesarios sus servicios, no haciéndolo antes porque se tenía la seguridad de que no existía peligro para los tripulantes.
Afortunadamente la lancha salvavidas no tuvo necesidad de intervenir.
El JUAN ARTAZA había salido a las diez de la mañana del sábado de Gijón, con 550 (ilegible) toneladas de carbón con destino a la casa Artaza de Pasajes, de la que es propiedad el citado buque.
A las siete y media de la mañana del domingo fue cuando le ocurrió el accidente, quedando la maquina casi inutilizada. Como le quedo algo de maquina pudo ayudar a los pesqueros antes citados en la labor realizada. Los marineros que se lanzaron en el bote por orden del capitán cumplieron su misión corriendo gran riesgo a causa del estado del mar.
Al delegado marítimo manifestaron que aunque la máquina del JUAN ARTAZA funcionaba con dificultad debido al estado del mar necesitaba ayuda para poder ganar puerto.
La actitud de estos marineros así como la de los bravos arrantzales de los pesqueros que acudieron en socorro del JUAN ARTAZA y la tripulación de este fue elogiadísima”…
Unos meses más tarde, a finales del mismo año, se repitió la situación, pero esta vez el buque estuvo a punto de perderse.
Según el diario El Heraldo de Madrid en su edición de 31 de diciembre de 1935, en su página 7, los hechos ocurrieron de la siguiente manera: …”El temporal en España. El vapor «JUAN ARTAZA» embarranca en los bajos de Castillón, donde el temporal lo destrozará.
Gijón 31.- Al salir el vapor «JUAN ARTAZA» con rumbo a Pasajes, con cargamento de carbón, perdió el gobierno, y la marejada reinante estuvo a punto de estrellarlo contra el dique Lequerica. Una lancha de salvamento de náufragos, con gran riesgo de sus tripulantes, consiguió salvar a los marineros del «JUAN ARTAZA».
Los salvadores fueron ovacionados al llegar al puerto. El «JUAN ARTAZA» fue lanzado por las olas contra los bajos de Castillón, donde embarrancó. Se cree que el temporal lo destrozará. El buque y el cargamento estaban asegurados. Pertenecía a los armadores Artaza y Compañía, de Pasajes, y fué construido en 1916.
Su tripulación estaba compuesta por 12 hombres”…
Más información daba el diario El Noroeste, Diario de Gijón, en su edición del martes 31 de diciembre de 1935, en que se hacia este extenso relato: …”Poco antes de las cinco de la larde en que se dejaba sentir alguna marejada y en el poste de señales del puerto local figuraba la señal de precaución, se hicieron á la mar varios barcos costeros, entro ellos el «LUISIN» y el «JUAN ARTAZA«.
Aquel salió sin novedad alguna, y a poco lo seguía el «JUAN ARTAZA» con un cargamento de 546 toneladas de carbón consignadas a Pasajes, a sus propios armadores, Artaza y Compañía.
Cuando el «JUAN ARTAZA» se hallaba precisamente frente al faro que señala la canal de entrada al puerto, fallo el guardín, ó sea la cadena que hace funcionar el timón, quedando el buque á la deriva.
Ante el peligro que ello constituía por las grandes olas que allí rompían, el “JUAN ARTAZA» comenzó a sonar la sirena demandando auxilio, mientras parte de la tripulación intentaba reparar, momentáneamente, la avería, atando la cadena rota con un cable, faena esta que hubieron de desistir de llevar a la práctica debido a que el vapor se había atravesado en la barra y las olas barrían su cubierta, corriendo con ello gran peligro de ser arrastrados por el mar.
En auxilio de los náufragos.
Cuándo al «JUAN ARTAZA» le faltó la dirección y demandaba auxilio, venían hacía el puerto dos vaporcitos pesqueros propiedad del señor Bengoechea, uno de los cuales, el llamado ANGELINA intentó aproximarse al vapor accidentado con el propósito de prestarle ayuda, estando á punto de ser volcado por un gran golpe de mar.
Ante el peligro, ambos pesqueros ganaron el puerto.
Desde los primeros momentos, el público que a aquellas horas pescaba por el puerto local se dio cuenta de todo lo que ocurría, y desde el muro se presencia con el natural sobresalto la suerte que corrían los tres vapores citados.
La lancha del Salvamento de Náufragos, en la que espontáneamente embarcaron varios marineros del Pósito, salió con toda rapidez hacia el JUAN ARTAZA, llegando al costado de este cuando apenas habían transcurrido cinco minutos desde el accidente, procediendo al salvamento de la tripulación.
La lancha del Salvamento regresó seguidamente a los muelles, dejando en tierra a parte de los tripulantes, algunos de los cuales hubieron de ser socorridos con ropas del público debido a que ante el temor dé un rápido hundimiento del buque se habían despojado de parte de sus ropas.
Se Intenta salvar el buque.
El patrón y otro marinero embarcaron nuevamente en la lancha de Salvamento, dirigiéndose hacia el vapor accidentado con el propósito de darle remolque si fuese posible.
Todos los esfuerzos por la tripulación de la lancha de Salvamento de Náufragos resultaron estériles para salvar al «JUAN ARTAZA«, y el numeroso público que desde tierra presenciaba las maniobras elogiaba calurosamente á los bravos marineros que con grande peligro para sus vidas trataban de dar remolque al barco siniestrado.
La embarcación salvadora pasó por momentos de verdadero peligro, é incluso desde tierra se le hicieron requerimientos para que desistiesen de sus propósitos, habiendo de hacerlo a las seis y media de la tarde, después de grandes trabajos, cuando el JUAN ARTAZA era arrastrado hacia el acantilado de Castrillón, donde quedo embarrancado y duramente batido por el oleaje.
Es de hacer notar que el JUAN ARTAZA hubiese sido salvado en dos ocasiones en que estuvo proa al puerto en la misma punta de Liquerica.
Un remolcador o un vaporcito cualquiera que estuviese a la expectativa pudo muy bien en aquellas ocasiones darle un remolque e introducirlo en el antepuerto.
La lancha del Salvamento intento hacerlo con grave peligro para los marineros de la misma Ángel Carvajal, José Pérez García y Lupiano Lamar, quienes saltaron a bordo del JUAN ARTAZA pero por falta de remolques consistentes y la escasa fuerza de la lancha, no fue posible evitar que el buque se estrellara contra las rocas de Castrillón.
Tripulantes del vapor siniestrado.
Apenas los tripulantes del JUAN ARTAZA saltaron a tierra, el público en general se prestó a ofrecerles toda clase de socorros, siendo trasladados en un automóvil al domicilio del consignatario en Gijón, don Pedro Sierra, donde se les suministro ropas y alimentos, pasando después a una pensión.
Componían la tripulación del JUAN ARTAZA el patrón Manuel Álvarez García, de Puerto de Vega; contramaestre, Wenceslao Crespo Pérez, de Luarca; habilitados, Helías Méndez Méndez, de Gijón (Jove); Paulino Fernández de Ortigueira (Asturias); Félix Egaua, de Zumaya; Fogoneros, Antonio Rodríguez, de La Puebla de Caramiñal y Benito Montes, de Marín; marineros Abraham Casal Rimol, de Mugardos; José Pereira Lago, de El Barquero y Antonio García Álvarez, de Puerto de Vega; cocinero, José A. Días Iglesias, de Castropol y marmiton Esteban Fernando Egaña , de Zumaya, hijo del habilitado.
Como decimos, todos fueron puestos a salvo por la lancha del Salvamento.
L.a admirable labor de la lancha del Salvamento de Náufragos.
Antes de mencionar los nombres de los bravos hombres que en la lancha del Salvamento de Náufragos tan estimables servicios realizados en este naufragio de ayer, interpretando el sentir general del público que presenció los trabajos, hemos de enviarles desde aquí nuestra más sincera felicitación por el arrojo y valentía de su acción, dirigiéndonos á las autoridades correspondientes para que se les procure una recompensa que premie tan noble y espontánea decisión.
Ofrecieron sus vidas para acudir en auxilio de los náufragos, intentando después salvar del rudo oleaje al «JUAN ARTAZA» los siguientes vecinos del barrio de Cimadavilla.
Patrón de la lancha Raimundo Santurio; mecánico de la misma Alberto Menéndez; marineros, José Prieto García, Bernardo Menéndez (el popular jugador del Sporting de Gijón conocido por «Nani»), Luis Fernández, Emilio Muñiz, Gervasio García Sobral, Ángel Fernández, Luciano Lámar, José Lastra, Ramón García Cobo, Teodosio Campano y Ángel Carbajal.
Prueba de los incesantes trabajos realizados después por la lancha del Salvamento para remolcar el JUAN ARTAZA es que aquella sufre algunos desperfectos producidos al faltar los remolques.
El buque naufragado.
Desde luego, el «JUAN ARTAZA» puede considerarse perdido dado el lugar donde quedó embarrancado. Allí rompen las olas con extraordinaria violencia y es posible que después de la marejada quede completamente inutilizado.
Las características del «JUAN ARTAZA» eran las siguientes: De casco de hierro, fue construido en Inglaterra en el año 1890. En 1930 pasó a propiedad de Artaza y Compañía, de Pasajes (sus actuales dueños) después die introducidas algunas mejoras. Estaba matriculado en San Sebastián desde esa fecha. Tenía 38,80 metros de eslora, 7,90 de manga y 2, (ilegible) de puntal, con 2,74 de calado máximo.
Desplazaba 670 toneladas y su peso neto era de 85,18.
Como decíamos más arriba, su consignatario en Gijón es don Pedro Sierra, quien nos anunció ayer noche que tanto el vapor como el cargamento estaban asegurados, el primero en la Mutua de la Federación de Armadores de Buques Pesqueros”…
Excelente relato, aunque con imprecisiones técnicas, que muestra la valentía de la gente de mar de esos lares.
Aunque parezca mentira, dado que solo un porcentaje mínimo de vapores se salva en esas condiciones, el buque pudo ser recuperado. Lo normal en estos casos es que la mar lo destroce, el buque se parta, y, una vez hundido, es arrastrado hacia las profundidades. El pequeño JUAN ARTAZA se empeñó en sobrevivir; y así lo hizo.
El salvamento comenzó con la descarga de parte de la mercancía del buque. El mismo diario El Noroeste, en su edición del miércoles 8 de enero de 1936, así lo hacía notar: …”Ayer comenzó la descarga del vapor “JUAN ARTAZA» según adelantábamos, en las primeras horas de la mañana de ayer comenzaron los trabajos de preparación de un cable desde el muro do Fomento hasta uno de los palos del vapor «JUAN ARTAZA«, que se halla encallado desde hace días en las inmediaciones del cargadero conocido por «El Globo«.
A mediodía comenzó la descarga del carbón que tiene a bordo, haciéndolo con el cable mencionado por medio de calders. Se espera que en ocho o nueve días quedará el vapor completamente alijado del cargamento, y entonces se podrán apreciar mejor las averías que tiene, así como será más factible su traslado á un lugar conveniente para comenzar su reparación”…
Por fin, durante el transcurso de las mareas vivas, y antes de fin de mes, el JUAN ARTAZA era puesto a flote. Lo narra el diario El Heraldo de Madrid, en su edición del lunes 27 de enero de 1936: …”Se ha logrado salvar al vapor «JUAN ARTAZA«. Los remolcadores lo han trasladado a uno de los muelles de Gijón.
Gijón 27.- Continuaron ayer los trabajos de salvamento del vapor «JUAN ARTAZA«, interviniendo en ellos los remolcadores «GADITANO» y «AUXILIAR«, así como un buque pesquero.
Los trabajos dieron feliz resultado, pues el barco pudo ser sacado del lugar donde se encontraba varado desde hace tiempo, y con el auxilio de los remolcadores se lo trasladó a uno de los muelles locales, donde se procederá a descargar el carbón que tiene almacenado en la bodega de proa para taponarle las grietas que presenta el casco y luego proceder a un examen meticuloso por el que se pueda conocer’ el importe de la reparación de las averías sufridas”…
Y esta es la narración de los hechos más destacables de este pequeñísimo vapor costero, cuya vida transcurrió con absoluta normalidad, exceptuado su periodo militar en la guerra civil en que se bautizó como ITXAS ONDO, hasta el final de sus días, bajo el soplete, en Avilés, allá por 1970.
Si alguien puede aportar datos sobre los patrones que lo mandaron, con mucho gusto transcribiremos en esta página sus aventuras.
Agradecemos al El Ilustrador de Barcos su deferencia hacia nuestra web.
Me gustaría saber de un barco que desapareció en el mar y donde iba un tío de mi padre de apellido Santurio