Colaboración del Sr. Juan Ignacio Ugarte Lopategui.
Copyright del Sr. Juan Ignacio Ugarte Lopategui.
Capitán de la Marina Mercante.
El vapor BANDERAS tuvo el triste honor de ser el primer barco del Estado español hundido por un submarino alemán al iniciarse la 2ª Guerra Mundial; era el 18 de Febrero de 1940.
EL BANDERAS había sido construido en 1899 por William Pickersgill & Sons Ltd., de Southwick (Sunderland), Inglaterra. Fue el primer barco de la Cía. Naviera Vascongada, de Bilbao. Este tipo de construcción inglesa se hizo mucho para el tipo de barco convencional de cuatro bodegas de carga con su adicional para el consumo de carbón. Barcos que fueron empleados para carga general y graneles. Se dedicó en su mayor parte al gran cabotaje, y cabotaje también. Como otros, hizo muchos viajes con mineral de hierro de Bilbao a Inglaterra y volviendo con carbón.
Sus características técnicas las obtenemos en el Lloyd´s Register of Shipping, Años 1931-1932, extraídos desde la web Plimsoll Ship Data: …”Vapor a hélice con casco de acero; señal distintiva: HDMS; 1 cubierta corrida (acero) –deep framing; TSH; registro bruto: 2.255 toneladas; under deck: 1.921 toneladas; registro neto: 1.304 toneladas; botado en julio de 1899; astillero: W. Pickersgill & Son., de Sunderland; armador: Cia. Nav. Vascongada; eslora entre perpendiculares: 286,0 pies; manga: 43,2 pies; puntal en bodega: 18,7 pies; castillo de proa de 27 pies de extensión; superestructuras de 56 pies de extensión; toldilla de 23 pies de extensión; doble fondo celular con una capacidad de 575 toneladas; peak de popa con una capacidad de 54 toneladas; 5 mamparos cementados; maquina alternativa de triple expansión; diámetro de los cilindros: 21 ½, 35 y 57 ½ pulgadas; carrera de los pistones: 39 pulgadas; presión de trabajo: 160 libras; potencia nominal: 210 caballos; 2 calderas con 6 hornos en total; superficie de parrilla: 99 pies cuadrados; superficie de calefacción: 3221 pies cuadrados; maquinas construidas por G. Clark Ltd., de Sunderland”…
Añadiremos que el peso muerto era de 3.650 toneladas y la potencia indicada de la maquina era de 990 caballos, lo que le daba una velocidad aproximada de 9 nudos.
En la Primera Guerra Mundial ya sufrió un ataque de un submarino alemán, tuvo suerte, y pudo refugiarse en una ría gallega. Lo confirma el diario El Adelanto, en su numero 9993, edición de 29 de diciembre de 1916, en que cita: …”Bilbao. Buque cañoneado por un submarino.
La compañía naviera La Vascongada ha recibido un telegrama comunicándole el ataque de que fue objeto ayer su vapor BANDERAS en las cercanías de la Coruña, navegando de Huelva para Francia con cargamento de piritas de hierro.
Oyó un cañonazo y vio a un submarino que le mandaba se detuviera.
El capitán del BANDERAS, viéndose próximo a las aguas jurisdiccionales de España, acelero la marcha hacia la costa, siendo perseguido por el sumergible, que no cesaba de dispararle cañonazos sin lograr alcanzarle.
El BANDERAS se refugio en Punta de la Vega donde continua”…
Es de destacar en este episodio la valentía del capitán, ya que en total recibió 17 disparos del submarino.
En 1918 sufre una colisión con un buque sueco. En el diario La Correspondencia de Alicante, edición de 16 de febrero de 1918, en su numero 25, se comentaba: …”Accidentes Marítimos. (Por telégrafo) Madrid 16. 12,30 t. Choque de vapores.
Valencia. El vapor BANDERAS español que salio de este puerto el dia 1º de este mes con rumbo a Liverpool, choco a la altura de La Palisse con un vapor sueco.
El BANDERAS resulto con grandes averías.
Busco refugio en La Rochelle.
Lleva cargamento de naranjas y cebollas valorado en un millón de pesetas.
La reparación será costosísima”…
La carga consistía en 14.500 cajas de naranjas y 12.000 de cebollas. Desafortunadamente no he podido averiguar el nombre del vapor sueco.
Durante la Guerra Civil estuvo en el bando republicano, fue administrado por la Mid-Atlantic Shipping Co. de Londres. En 1938 quedó amarrado en Preston, Inglaterra, hasta el año 1939, creo que fue el mes de Abril, que regresó a Bilbao.
Su último viaje lo realizaba en Febrero de 1940. Había salido de Bona, Túnez con un cargamento de fosfato para Pasajes, vía San Juan de Nieva, Asturias.
El 18 de Febrero de 1940, siendo las 04.20 horas de la mañana fue torpedeado y hundido por el submarino alemán U-53 (Harald Grosse) a unas 5 millas de Cabo Villano, en la costa gallega. Murieron 22 tripulantes de los 29 que componía la dotación del buque.
Dos de los supervivientes, malheridos, fueron rescatados por el pesquero español TRITONIA y el resto también por pesqueros de La Coruña.
La situación del hundimiento aproximada era 43.10 N – 09.19 W.
El BANDERAS navegaba a unas 10 millas del convoy francés 65-KS/10-RS, llevando el mismo rumbo. Los alemanes alegaron creer que era una unidad rezagada de ese convoy, que llevaba la derrota de Gibraltar a Brest. De hecho, los dos últimos torpedos del U-53, fueron uno para el BANDERAS y el otro para uno de los barcos del convoy francés, que falló.
Recordemos que los submarinos alemanes tenían el amparo de las costas españolas y también se abastecían de combustible en puertos españoles. Este fue otro de los errores de los muchos cometidos por los alemanes y por recordar alguno, el MONTE GORBEA.
En un articulo firmado por Miguel San Claudio, del diario La Voz de Galicia, en su edición de 19 de octubre de 2013, se narraba la tragedia: …”Tres (cinco) buques y un destino. El hundimiento del BANDERAS en cabo Vilán inició una trágica historia.
El mar presenta tantas facetas como puntos de vista le apliquemos. La que nos interesa a los historiadores nos lo muestra como un medio a través del que se relacionan los seres humanos. Una de las maneras en las que nuestra especie interrelaciona es la violencia, siendo la guerra su estadio más evolucionado.
Galicia, por su posición avanzada sobre el Atlántico, yugulando la vía de comunicación más poderosa que ha conocido la humanidad, la que discurre frente a estas costas, no podía quedar al margen de los numerosos conflictos bélicos que ha protagonizado nuestro continente. Ni siquiera ha podido mantenerse al margen en aquellos en los que no representó más papel que el de servir de escenario a la lucha por el dominio del mar.
En el último de los grandes conflictos que hemos presenciado desde la primera fila de nuestro Finisterre, entre 1939 y 1945, los naufragios de buques y aeronaves fueron excesivamente numerosos.
El vapor español BANDERAS, propiedad de la Compañía Naviera Vascongada navegaba la madrugada del 18 de febrero de 1940, con un cargamento de fosfatos, a lo largo de a Costa de Morte a unas ocho millas de cabo Vilán. Las luces de los faros estaban en funcionamiento, pues aunque una terrible guerra azotaba Europa, España era un país neutral.
Por la proa del mercante español se extendía un convoy de buques mercantes escoltados por varios buques militares. Todos ellos navegaban totalmente oscurecidos para no delatar su presencia. Probablemente a bordo del BANDERAS desconocieran la presencia del convoy, ya que este navegaría despreocupadamente con la seguridad que otorga el saberse un mercante neutral, navegando por aguas propias. El que sí estaba enterado de la presencia de todos ellos era el korvettenkapitän, Harald Grosse, comandante del sumergible alemán que los acechaba, el U 53.
En algún momento en torno a las 03.30 horas, los vigías del sumergible apreciaron las luces del español, que supusieron rezagado del convoy francés denominado 65-KS/10-RS al que seguían. No podemos saber qué pasó por la mente del comandante germano, pero probablemente pensó que ese vapor por algún motivo no podía seguir el ritmo de sus compañeros y que quizás encendiera las luces para hacer creer que se trataba de un buque neutral. En cualquier caso, el buque fue atacado a las 04.20 horas.
Los torpedos fueron disparados sin previo aviso y los del BANDERAS solo advirtieron el peligro cuando su pequeño mundo se convirtió en un caos de explosiones, humo y desconcierto. Algunos afortunados no se apercibieron en absoluto. De 29 tripulantes, únicamente 7 salvaron sus vidas, y de ellos dos con heridas sumamente graves, el segundo oficial -probablemente a cargo de la guardia- y un marinero. Todos estos fueron recogidos por el arrastrero coruñés TRITONIA.
El U 53 marcaba así la octava muesca en su lista de buques hundidos, seis de ellos bajo su actual comandante en una sola patrulla. Pero este sería el último. Como si en aguas de la Costa da Morte esa madrugada se desatara una maldición, cinco días después, el U 53 fue echado a pique con toda su tripulación (45) por el destructor británico HMS GURKHA, entre las islas Faroe y las Shetland.
Pero cuando una maldición se pone en marcha, ni los dioses son capaces de detenerla. El destructor británico, la venganza del BANDERAS, fue a perecer el 9 de abril de ese mismo año cerca de la localidad noruega de Stavanger, mientras participaba en la campaña de Noruega. Una bomba de un bombardero alemán terminó con sus días sobre el agua y le dio la vida eterna en el fondo del mar del Norte. Alrededor de 30 víctimas en esta ocasión”…
En el libro Nuestros Náufragos. Gure Naufragoak, editado por el Museo Plasentia de Butron Museoa, en referencia al BANDERAS, y en concreto a su capitán D. José Antonio de Madariaga y Zabala, se hace el siguiente comentario: …”Nacido en Gorliz en 1888 y domiciliado en Plencia en la calle Goienkale, hijo de José Antonio Madariaga Aguirre y de Josefa Antonia Zabala Zaizar. Fue capitán del buque BANDERAS (de la Naviera Vascongada), habiendo realizado estudios en la Escuela Náutica de Plencia, falleció en el hundimiento de dicho buque a la edad de 52 años”…
Completando estos datos, y referente al capitán, familiar del que suscribe estas lineas, D. José Antonio Madariaga Zabala, nació en Gorliz, el 9 de Junio de 1888 (murió con 51 años), estuvo casado con Ageda Zobaran Lotina, matrimonio del que tuvieron nueve hijos: Anton, Begoña, Jesús, Ageda, Carmen, Merche, Asun, José y Juan.
Navegó preferentemente en el ARMURU de la Naviera Vascongada, también en el COBETAS, según aparece en la foto que ilustra este artículo, de la misma compañía. Fue práctico de la Ría de Bilbao, creo que fue durante la guerra civil, y poco después de la finalización de esta, en 1939 embarcó en el BANDERAS.
Respecto al 1er. maquinista, que antiguamente representaba ser Jefe de Maquinas, D. Luis Evaristo Lopátegui Garay, nació en Gorliz el 19 de Agosto de 1881 (murió con 58 años), estuvo casado con Juana Ugarte Zabala, y de ese matrimonio tuvieron nueve hijos: Pedro, Luisa, Igna, Evaristo, Mª Carmen, Juana, Vidal, Rosa y Marina.
Navegó habitualmente en el BANDERAS, y también en el MIRAFLORES de la misma compañía. El último embarque debió ser en el 1939, porque en Junio de ese año ya estaba embarcado.
Desafortunadamente, en la Comandancia de Marina, ahora Capitanía de Bilbao, no tienen nada sobre el BANDERAS y, mucho menos, embarques.
Recuerdo que antes se pedían embarques de tripulantes y las comandancias te proporcionaban para jubilaciones y demás, siempre que fueran barcos españoles. He preguntado en Prácticos de Portugalete por saber el periodo exacto que estuvo el capitán ejerciendo de práctico, pero no ha sido posible obtener la información.
En cuanto a los demás oficiales: El 1er. oficial, D. Antonio Astigarraga Astorquiza, estaba casado y con dos hijos, uno de ellos, José Antonio, fue el que le informaba a mi abuela sobre cómo iban las cosas acerca de la indemnización, quizás también lo hizo con las demás familias.
El 2º maquinista, D. Pablo Guillén Ruiz, estaba casado y con un hijo. El 3er. maquinista, D. Gabriel Breijo Monasterio, era soltero.
En el hundimiento del vapor BANDERAS el 18 de Febrero de 1940, perecieron 22 tripulantes de los 29 que componían la dotación. Los fallecidos fueron los siguientes: Capitán: José Antonio Madariaga y Zabala.
1er. Oficial: Antonio Astigarraga y Astorquiza.
1er. Maquinista: Luis Evaristo Lopátegui y Garay.
2do. Maquinista: Pablo Guillén Ruiz.
3er. Maquinista: Gabriel Breijo y Monasterio.
De la tripulación, y desconociendo sus cargos a bordo, estaban: Francisco Lorenzo; Marcelino Pérez; Eulogio Fernández; José Agulleira; Juan Lorenzo; Ramón Rocha; Antonio Vierna; Francisco Tajes; Juan Suárez; Luis Iglesias; Remigio Azcaray; José Anselmo Ugarriza; Ángel Fernández; Juan Díaz; Rogelio Ramírez; Miguel Barceló y Antonio Riera.
Todavía en 1962 esperaban los familiares de los tripulantes las indemnizaciones. En el diario El Correo Español, edición de 17 de febrero de 1962, se editaba el siguiente articulo firmado por V. de Balparda: …”Hace Ahora 22 años fue hundido el BANDERAS.
Los herederos de las victimas esperan todavía la indemnización oficial.
En la madrugada del día 18 del actual se cumplirá el 22 aniversario del naufragio de este buque, de la matricula de Bilbao, hundido en las costas gallegas durante la ultima guerra mundial por un submarino alemán.
La naturaleza del sinistro, la legislación social aplicable en 1940 y posiblemente otras circunstancias, incluyendo las derivadas de las relaciones internacionales en aquella época, hicieron que, oficialmente, las familias de las 22 victimas fallecidas en el naufragio quedaran en la práctica sin derechos legales, ya que considerado el naufragio como accidente de guerra, no le fue de aplicación el seguro de accidentes del trabajo ni tampoco el “seguro de guerra”, establecido precisamente unos días después –el 23 de febrero de 1940- pero sin carácter retroactivo.
Transcurrido mas de un año del hecho, los herederos de los tripulantes desaparecidos en el hundimiento tuvieron conocimiento de la decisión ministerial que fallaba el caso en la forma expuesta. Dispersas las familias en sus diferentes domicilios y sin ninguna relación entre si (ya que a excepción de la oficialidad y algunos miembros de la tripulación residentes en Vizcaya, el resto de la dotación desaparecida en el naufragio tenia sus domicilios en otras provincias). El caso podría decirse que fue considerado como uno de los tributos que el mar exige periódicamente, y la desgracia en los hogares de los marinos fallecidos como una consecuencia lógica de la dura vida marinera y de las circunstancias especiales del momento.
Mucho tiempo después, terminada la guerra mundial y normalizadas en parte las relaciones internacionales de Alemania, se iniciaron, primero particularmente y después con intervención del Sindicato Nacional de Transportes y Comunicaciones, las oportunas gestiones, que culminaron en 1957 con la presentación a través del Ministerio español de Asuntos Exteriores, de una reclamación conjunta en nombre de los herederos de las victimas, solicitándose la oportuna indemnización a cargo del Gobierno alemán como responsable del hundimiento del buque, mediante la inclusión de este naufragio como reparación de guerra.
Pero han transcurrido ya cinco años desde que se tramito esta solicitud conjunta, y a pesar de las laboriosas gestiones llevadas a cabo con intervención del Ministerio de Asuntos Exteriores y Embajada de España en Bonn, parece ser que esta reclamación, como todas aquellas que tienen la consideración de “daños de guerra”, esta en suspenso hasta la firma del Tratado de Paz (de conformidad por lo dispuesto con el acuerdo de Londres firmado el 26 de febrero de 1953), y sobre las posibilidades de llegar a una solución satisfactoria solo puede afirmarse que se hace todo lo posible para obtenerla.
Este retraso no dudamos que esta perfectamente justificado a la vista de las normas exigidas por las relaciones diplomáticas, lo establecido en los convenios Internacionales y todo el cúmulo de disposiciones legales de aplicación; pero veintidós años de espera para obtener una indemnización oficial es también un plazo demasiado largo para las viudas, los hijos y los padres de quienes perdieron la vida a bordo del BANDERAS”…
Nota: Rogamos la colaboración de los lectores para encontrar fotos del vapor BANDERAS.
Muy buen artículo este. Felicidades!!!!
Me alegro que le haya gustado.
Juan Ignacio Ugarte
¡Excelente! Voy a darle toda la difusión que pueda. Salud.
Me parece estupendo, gracias.
Juan Ignacio Ugarte
Un artículo muy completo, excelente.
Estimado Sr.
Muchas gracias por su comentario
He leído con atención el comentario sobre el hundimiento del buque Monte Bandeas. Me ha movido la curiosidad por conocer detalles del suceso del que siempre he oído hablar en la familia.
Enhorabuena a Juan Ignacio Ugarte Lopategui por el acierto y detalle de su investigación.
Mario, me alegro mucho que te haya gustado. Un abrazo, Juan Ignacio
¡Muchas gracias por la referencia!
Ángel Fernández Valdés era tío mío. Era el mayor de los hermanos de mi madre, asturiano, del concejo de Gozón. Era el sostenedor de la familia, pues mi abuela separada del servicio (había sido maestra de escuela durante la república) y mi abuelo me parece que estaba en la cárcel o acababa de salir. Quizá su recuerdo, siempre presente en la familia, fue lo que me hizo estudiar náutica.
Estimado Sr.
Gracias por su comentario
Me ha encantado el artículo y me ha emocionado, dado que nos conocimos en Górliz y estuvimos saliendo con José y Mª Carmen la de Pamplona. Un abrazo
Me alegro mucho que te haya gustado el artículo. Tengo un gran recuerdo de aquella época.
Un abrazo
impresionante artículo muy veraz e ilustrativo sobre mi abuelo José Antonio. Siempre escuché estas historias de pequeño y me alegro verlo por fin documentado en alguna parte, ya que es muy esclarecedora de la historia
reciente que afectó a nuestra familia materna
Muchas gracias por tu comentario Felipe . Nosotros también hemos escuchado la misma historia teniendo siempre presente la acuarela del «Banderas» en casa de la abuela, y nos solía decir, que no sólo perdió a su
marido, que también perdió a su primo, tu abuelo.
Hace tiempo que deberia haber leido este articulo , pero no sabia de el . Muy bueno
Muchas gracias por tu comentario, me alegro te haya gustado.
Querido Juan Ignacio
Soy Agustin OLeaga Liñero , nieto de Eulalia Lopategui , viuda de Luis Evaristo , Jefe de Maquinas.
Somos tres hermanos capitanes y uno radiotelegrafista que falleció
A través de mi hermano mayor Jose Manuel, he tenido conocimiento de esta tragedia.
Me acuerdo , como si fuese hoy ; las tardes y anocheceres en La Atalaya con la tia Juana , viuda de Luis Evaristo , mi abuela Eulalia , los tios primos etc , los buenos ratos
Juan Ignacio, Perdón hay un error
Mi abuela Eulalia, hermana de Luis Evaristo, No viuda
Qué tal Agustín? Me alegro hayas leído esta historia sobre la tragedia del «Banderas» donde perdimos a nuestro abuelo. Siempre hemos tenido presente, ya que esa pintura del barco que aparece en este artículo estaba en el comedor de La Atalaya, en esa casa tan querida de muchos. La abuela Juana nos contaba que esa acuarela fue pintada en Génova, estando ella a bordo.
Un abrazo.
Querido Juan Ignacio
Cuanto tiempo ha pasado desde nuestra niñez y juventud.
Mi movil es 607477191
Me puedes enviar un wapp y yo te llamo encantado
Fte abz, tu primo
Agustin
Hola primos,
Yo tambien releyendo estos comentarios.
Un beso para los dos
Hola Aurori! Me alegro de compartir contigo estos recuerdos.
Un abrazo.