LA PERDIDA DEL VAPOR SEGUNDO DEL CERRO

Colaboración del Sr. Manuel Rodríguez Aguilar.
Copyright del Sr. Manuel Rodríguez Aguilar.

Aunque su domicilio social se encontraba en Bilbao, la Compañía Naviera Portillo Ibáñez, S.A. tenía origen cántabro, y más concretamente, de la villa marinera de Castro Urdiales. La sociedad había sido fundada en el mes de julio de 1906, como consecuencia de la fusión de las pequeñas flotas de los empresarios Santiago Portillo y Antonio Ibáñez. Junto con los vapores operados por Luis de Ocharán, constituía uno de los dos grupos navieros más importantes originarios de la localidad cántabra, aunque por interés económico, comercial y legal ambos estaban radicados en Bilbao. Su actividad principal era el transporte de mineral de hierro desde los cargaderos de mineral instalados en las provincias de Vizcaya, Santander y Galicia hasta puertos británicos y holandeses.

Vapor SEGUNDO DEL CERRO en el puerto de Rotterdam. Colección Manuel Rodriguez Aguilar.jpg
Vapor SEGUNDO DEL CERRO en el puerto de Rotterdam. Colección Manuel Rodriguez Aguilar.jpg

Tres años después se fundó dentro del grupo una nueva sociedad bajo la denominación de Compañía Naviera Ibáñez Cerro Hermanos. Como las demás sociedades integrantes del grupo instaló su sede en Bilbao. El 1 de septiembre de 1909 compró un primer buque, que rebautizó MANUEL DEL CERRO. Se trataba de un vapor de procedencia británica y de segunda mano, construido en 1889 con casco de acero y 2.081 Toneladas de Registro Bruto. En el mes de febrero de 1910 recibió su segundo buque, que fue matriculado en la lista de Bilbao con el nombre de SEGUNDO DEL CERRO. El vapor había sido construido por el astillero británico Osbourne, Graham & Co., en Sunderland, para la sociedad J. F. Wilson & Co., domiciliada en West Hartlepool. El nuevo vapor, que salió del astillero constructor con el nombre de AUREOLA, era de casco de acero, proa recta, puente descubierto y con una única cubierta. Tenía 2.346 toneladas de Registro Bruto, 1.508 toneladas de Registro Neto y 3.700 toneladas de Peso Muerto. Sus principales dimensiones eran: 85,35 metros de eslora, 11,89 metros de manga y 5,96 metros de puntal. El equipo propulsor, compuesto por dos calderas de tres hornos y una máquina alternativa de triple expansión, proporcionaba una potencia de 205 NHP (1.150 IHP).
Aunque en el astillero figura en la relación de los construidos en 1892, sus propietarios lo recibieron el 9 de enero de 1893. El vapor AUREOLA pasó en 1904 a estar bajo el control de la compañía Wilson Shipping & Co. Ltd., si bien continuó siendo operado por la sociedad J. F. Wilson & Co. Ambas empresas eran propiedad del mismo armador: Joseph F. Wilson.
El vapor MANUEL DEL CERRO tuvo una corta vida con la bandera española en su popa. Debido a una espesa niebla y a la nula visibilidad, el buque español colisionó con un mercante alemán el 15 de junio de 1910 en las proximidades de la localidad holandesa de Texel. Había salido del puerto de Rotterdam y se dirigía a Saint Nazaire. Todos los hombres que integraban la tripulación del MANUEL DEL CERRO se salvaron, pero el vapor desapareció para siempre bajo las aguas del Mar del Norte. Por entonces, el SEGUNDO DEL CERRO había iniciado los viajes con mineral de hierro, que tomaba en la mayoría de las ocasiones en los cargaderos de Sestao y de la provincia de Lugo. El destino habitual era el puerto de Rotterdam, regresando en la mayoría de los viajes con carbón británico.
Su último viaje comenzó el día 2 de septiembre de 1910 en el cargadero de la Ínsua, situado en la concha de San Juan, de Vivero. El vapor embarcó un cargamento de mineral de hierro de la mina La Silvarosa, en la provincia de Lugo, perteneciente a la sociedad The Vivero Iron Ore Co. Ltd., que tenía su domicilio en Londres. El SEGUNDO DEL CERRO hizo una escala en Bilbao y en unos días partió hacia Rotterdam, con una tripulación de 23 hombres. El tiempo en el Golfo de Vizcaya era bastante malo, lo que le hizo retrasarse sobre las fechas previstas de llegada. Su siguiente escala era Dungeness, localidad británica en el Canal de la Mancha, donde embarcó un práctico que ayudaría al capitán en la navegación por esas difíciles aguas.
La partida fue el 30 de septiembre a la una de la tarde, estando prevista la llegada al puerto holandés el día 1 de octubre. A partir de ese momento se pierde la pista del vapor español SEGUNDO DEL CERRO.
Esos días había por el Mar del Norte un temporal espantoso que afectaba a una amplia zona, con furiosos vientos, olas gigantescas y una total falta de visibilidad. Lo siguiente que se sabe del vapor español es lo que encontraron al cabo de unos días los tripulantes de un pesquero holandés con base en Vlissingen; los restos de un buque desarbolado y hundido por la popa. Entre los restos sólo encontraron dos cadáveres, que fueron posteriormente identificados. Se trataba del práctico, de nacionalidad británica, y de un marinero, que fue reconocido gracias a un tatuaje en el brazo. Para los demás tripulantes, las aguas del Mar del Norte fueron su inesperada sepultura (“El Dios de las Misericordias haya acogido en su seno el alma de los desdichados tripulantes del vapor naufragado”). ¿Cómo transcurrieron los últimos instantes a flote del vapor español? Es un misterio. Lo único cierto es que con la pérdida de su segundo buque desaparecía la Naviera Ibáñez Cerro Hermanos.
La tripulación del vapor SEGUNDO DEL CERRO el día de su naufragio estaba compuesta de la forma siguiente: Capitán:  Pedro Azcúe; Primer Oficial: Antonio Elúa; Segundo Oficial: Ceferino Urizar; Contramaestre: Diego López; Marineros: Julio González, Agapito Sendón y Antonio Rodríguez, Mozos: Vicente Uriondor y Pedro Tellechea; Primer Maquinista: Leoncio Ancin; Segundo Maquinista: Antonio Díaz; Tercer Maquinista: Benigno Redondo; Calderetero: Pascual Regís; Fogoneros: Jaime Sastre, Francisco Santamaría y Armando Fontecha; Paleros: José López y Mariano Gutiérrez; Mayordomo: Ciriaco Aspiazu; Cocinero: Juan Uribar; Camareros: Juan Goitia y Demetrio Iturre, y marmitón: Celestino Irazábal.
El día 19 de marzo de 1915 se publicó en la Gaceta de Madrid una Real Orden que declaraba nula la Real patente de navegación mercantil número 221, expedida en Bilbao el 11 de marzo de 1911 al vapor SEGUNDO DEL CERRO.

Un comentario en “LA PERDIDA DEL VAPOR SEGUNDO DEL CERRO

  1. Estimado Vicente:
    Revisando datos del vapor «SEGUNDO DEL CERRO» he comprobado que se ha deslizado una errata en el artículo del Sr. Rodríguez Aguilar respecto al año en el que se produjo su naufragio. Éste ocurrió en 1911 y no en 1910.
    Lo he podido constatar a través de la hemeroteca del diario LA VANGUARDIA, de Barcelona. Durante 1911 hay varias citas sobre su actividad en la sección MOVIMIENTO MARÍTIMO. Y en la edición del 20 de octubre de 1911 figura una reseña sobre el final del buque.

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