Luís dela Sierra, santanderino, nacido en 1920, es, junto a Rafael González Echegaray, un maestro en novelar la realidad. Personalmente soy un integrista en el tratamiento de la historia, pero reconozco que estos dos maestros de la literatura marítima no desfiguran la realidad de los hechos y la lectura de sus libros es un inmenso placer. En el libro CORSARIOS ALEMANES ENLA GRAN GUERRA(1914-1918) (ISBN:84-261-2147-0), de Editorial Juventud, Luís dela Sierra narra con maestría las aventuras de los corsarios alemanes en la Gran Guerra. Una obra maestra que se lee de una sentada, y que se puede releer tantas veces como gustemos, ya que no aburre nunca. Uno de los apartados de este libro lo dedica al corsario MOEWE (Gaviota) comandado por el valiente capitán de corbeta Nikolaus Zu Dohna-Schlodien, quien en el primer crucero sembró dos campos de minas que tuvieron efectos letales. De nuestro interés fueron la perdida del vapor BAYO, una completa catástrofe, que es la que veremos hoy, y la del vapor BELGICA, que veremos pronto.

El campo de minas maldito lo sembro el MOEWE según nos relata Luis de la Sierra en el libro citado: …”El 8 de enero de 1916 desfilaba el MOEWE, a 7 prudentes nudos, frente a la entrada occidental del canal de la Mancha, cruzándose con numerosos vapores, a los que, por supuesto, no intentó detener. Rebasada la isla de Ouessant -¡y qué agradable es, os lo aseguro, detectar con el radar esta pequeña avanzada francesa cuando, con mal tiempo, se quiere recalar en Bretaña procedentes del otro lado del Atlántico!-, de entre la bruma emergió un gran vapor, que pronto enmendó el rumbo y comenzó a seguir al corsario, que, a su vez, guiñaba ahora «descuidadamente» sobre el suyo. La estación radio del MOEWE -que no transmitiría un solo mensaje en todo el crucero- informó al comandante de que el sospechoso barco llamaba a las estaciones costeras, y, a continuación, que transmitía un largo mensaje cifrado en el código habitual de los buques de guerra ingleses. ¿Se trataba de algún crucero auxiliar británico? Media hora más de controlada tensión en el puente del MOEWE, y el inquietante seguidor invierte bruscamente el rumbo y desaparece… ¡Ventajas de un buen enmascaramiento!
En la tranquila noche del 9 al 10 de enero, el golfo de Vizcaya semejaba un gran estanque, y los alemanes, a 15 nudos y sin más sobresaltos que los producidos por las sombras de numerosos pesqueros franceses que, como pequeños fantasmas, faenaban por aquellas aguas, lanzaron por la borda 238 minas de contacto, formando una barrera de casi cien millas de largo, desde la isla de Yeu hasta la desembocadura del Gironda. A las tres de la madrugada del 10 terminaba la faena, con lo cual el MOEWE quedaba en condiciones para iniciar la guerra al tráfico.
Dohna Schlodien decidió operar inicialmente sobre la derrota que discurre entre el canal de la Mancha y las islas Canarias, por donde llegaban a Europa víveres y materias primas procedentes de Sudamérica y de África”…
Como ya hemos dicho, dos de esas minas llevaban escrito, en sangre, los nombres de dos vapores españoles.
La Maritima Esperanza, siendo managers Bayo, Lezama y Cia., inicio su andadura en Montevideo, con buques abanderados por conveniencia en aquella nación, y que sepa, entre otros tuvieron el E. L. DE BAYO, que desde 1910 ya paso a la matricula de Bilbao, el CHACHAN y el BAYO, llegado en 1913, y a quien, según el diario EL GLOBO, de Madrid, en su edición de 8 de enero de 1914, n.º 13.192, en su página 2, se le concede el abanderamiento. El diario cita: …”Ministerio de Marina.

Real orden trasladando acordada del Consejo de Estado por la que se concede el abanderamiento del vapor BAYO, de la Compañía La Marítima Esperanza”…
El BAYO fue en origen el vapor WHITEHALL, de la flota de Thomas Turnbull & Son, y fue el segundo vapor en llevar ese nombre en aquella compañía. Thomas Turnbull poseía también un astillero en donde se construía sus buques, y de hecho, el WHITEHALL llevaba el nombre de las gradas donde fue construido.
El buque llego coincidiendo con la muerte del propietario de la compañía, y venia a sustituir al primer buque con ese nombre de la compañia que había sido revendido a armadores de Inglaterra. Después de 21 años de servicio se vende a Bayo, Lezama y Cia.
Las características técnicas, según el LLOYD´S REGISTER OF SHIPPING, Años 1904-05, eran las siguientes: …”Vapor a helice con casco de acero; señal distintiva, MLNS; 1 cubierta corrida; tipo, partial awning deck; registro bruto, 2.776 toneladas; under deck, 2.131; registro neto, 1.793 toneladas; clasificado como + 100 A1; entregado en febrero de 1892; constructor, T. Turnbull & Son, de Whitby; armador, T. Turnbull & Son; eslora entre perpendiculares, 312,4 pies; manga, 40,7 pies; puntal en bodega, 21,9 pies; part. Awning deck de 172 pies; 6 mamparos cementados; dobles fondos celulares de 102 y 122 pies de largo con capacidad para 574 toneladas de lastre; matricula de Whitby; maquina alternativa de triple expansión; diámetro de los cilindros, 23, 37 ½ y 61 ½ pulgadas; carrera de los pistones, 39 pulgadas; presión de trabajo, 160 libras; potencia nominal, 235 caballos; 2 calderas; 6 hornos; superficie de parrilla, 99 pies cuadrados; superficie de calefacción, 3520 pies cuadrados; maquinas construidas por Blair & Co., de Stockton”…
Fue botado el 14 de enero de 1892.
La tragedia, ocurrida de madrugada, el día 13 de enero de 1916, solo dejo un superviviente, el segundo oficial Jesús de Azcune, recogido por la goleta francesa ARVORIA, y desembarcado en La Rochelle.
Pocos detalles desvelo la prensa. Asi en el diario LA CORRESPONDENCIA DE ESPAÑA, edición de 16 de enero de 1916, n.º 21.158, en su página 1, se citaba: …”El vapor BAYO.
Algunos detalles. Huelva. (Sábado, tarde.) El vapor «BAYO», volado por una mina submarina, salió de Huelva el día 8, á las tres y cuarenta de la tarde, cargando 4.080 toneladas de mineral de azufre, procedente de las minas de Ríotinto.
El «BAYO» frecuentaba este puerto. Su capitán, D. Julio Fernández Madreda, iba enfermo; aquí le asistió un médico de la Sanidad.
Entre la gente de mar ha producido penosa impresión la catástrofe”…
El diario EL GLOBO, de Madrid, en su edición de 17 de enero de 1916, n.º 13.827, en su página 3, daba mas detalles: …”El naufragio de! vapor BAYO.
Huelva, 15.- El vapor «BAYO», que salió de este puerto con cargamento de mineral, ha volado por consecuencia de un choque con una mina submarina en aguas de Chassiron, salvándose únicamente un marinero y el piloto, éste último gravemente herido.
Entre el personal embarcado en ésta, encuéntrase Ricardo Posada, contramaestre; Benito Limenar, calderetero; los marineros Manuel Novo, Juan Serrano López, José Arias y Jesús Garáz; los mozos Severíno Palen y Antonio Pernas; José Abuelo y Francisco Palacios, fogoneros, y Cipriano Balboa y Serafín Soto”…
Esperamos que algún lector pueda completar el listado definitivo de bajas del buque.
Para todo aquel interesado en este tema, existe un libro llamado ¿ESPAÑA NEUTRAL? LA MARINA MERCANTE ESPAÑOLA EN LA I GUERRA MUNDIAL (ISBN: 84-934485-4-0), escrito por el historiador Enric García, que es una excelente referencia para iniciar cualquier investigación.
Buenas tardes,
en el Bayo también falleció Juan bautista Bilbao Elguezabal, natural de Arrazua, hermano de mi bisabuela, también conocido por su seudónimo como cronista de «Batxi».
Un saludo
Jon Corcuera
Hola, yo soy nieta del superviviente Jesús Azcune Marcaida. Estoy recopilando todos los papeles de mi abuelo. Sé que tuvo dos naufragios en los que salió uno con el marinero que le llevaba el café y en el otro el sólo. El otro barco era el Mercedes. Me gustaría encontrar todo lo que se haya escrito. Muchas gracias por la información.