ANCHORS AWEIGH
El GIBEL ZERJON fue comprado como consecuencia de una necesidad; la de encontrar una alternativa mas económica al GIBEL SARSAR.
El GIBEL ZERJON fue en origen el vapor CARRON. Había sido botado el 14 de octubre de 1909 por los astilleros Scott´s Shipbuilding & Engineering Co. Ltd., en la localidad de Greenock, con el número de grada 429. Se entrego a sus armadores, The Carron & Co., de Grangemouth, en diciembre de 1909, y, para nuestro interés, lo compro M.H. Bland en 1921. En 1928, es vendido a la Compagnie de Navigation Mixte, y renombrado DJEMILA, cubriendo a partir de ese momento la ruta Marsella-Argel.
Se desguaza en Italia en septiembre de 1934.
Su historia y características las obtendremos del interesantísimo libro Bland Gibraltar, escrito por Graeme Somner, y publicado en 1981 por la World Ship Society (ISBN: 0-905617-16-9). Veamos varios apuntes sobre el buque: …”Se trabajo durante este periodo (1923) para encontrar una alternativa mas economica para ser compañero de viajes del GIBEL SARSAR, el cual, después de seis meses de trabajar en la línea dejaba dudas de si como buque con limitada capacidad de pasaje y carga era una solución viable. Se tenian noticias de que el vapor de Carron & Co., CARRON (1909) seria puesto a la venta inminentemente. En esos momentos se hallaba dando servicio de cabotaje para carga y pasaje en navegaciones entre Grangemouth y Londres. Comenzaron pues las negociaciones para la adquisición del buque, y al final de la temporada de verano –Los servicios costeros de pasaje estaban en declive en Inglaterra y sus armadores ya no requerían de los servicios de un buque con acomodación para 122 pasajeros de primera clase, 80 de segunda y 200 de tercera clase- en septiembre de 1921, se adquirió por una suma de 62.000 libras esterlinas. Fue renombrado GIBEL ZERJON (I) y zarpo de Grangemouth el 29 de septiembre con destino a Gibraltar. Hizo su primer viaje de Tánger a Casablanca el 27 de octubre de 1921”…
Mas adelante el libro cita: …”Comenzando en enero de 1922, Bland opero un servicio semanal de pasaje y carga entre Casablanca, Tánger, Gibraltar, Oran, Argel y Alicante, usando el GIBEL SARSAR y el GIBEL ZERJON (I), pero ya en noviembre de aquel año este servicio daba perdidas. No obstante, se obtuvieron beneficios extra operando ambos buques en ese mes en viajes de Argel a Marsella, consecuencia de la huelga de marinos en Francia. Ambos buques dieron seis viajes redondos llevando 2000 pasajeros y carga. La Compañía también intento hacerlos rentables a ambos buques, ofertando un servicio, tres veces a la semana, entre Malta y Siracusa, pero el contrato lo gano un comerciante maltes llamado Joseph Gasan.
Los servicios Casablanca-Alicante fueron severamente recortados en enero de 1923 y el GIBEL SARSAR solo opero semanalmente entre Gibraltar, Tánger y Casablanca, mientras el GIBEL ZERJON (I), el mas económico de operar de los dos, navegaba semanalmente entre Casablanca, Tánger, Gibraltar y Melilla, con una extensión de las navegaciones, en semanas alternativas, a Oran, Argel y Alicante”…
No obstante, la poca rentabilidad de la línea, hace que para mediados de marzo de 1924 el único barco operativo sea el GIBEL ZERJON y que las extensiones en la navegación a Argel y Alicante sean suprimidas.
Volviendo al libro, leemos: …”Los servicios ramal operados por el GIBEL ZERJON (I) fueron mas recortados en febrero de 1927, cuando se suprimió el llegar a Oran, lo que dejo la navegación de Melilla a Casablanca de la ruta original de España al Norte de África como la única operativa. No obstante, incluso en este periodo difícil, Bland ya estaba contemplando la introducción en la línea de un buque que fuese capaz de cargar coches. Con el aumento del número de coches en las carreteras de Europa, y las condiciones mejoradas en Marruecos, había una gran necesidad de medios de transporte de coches entre Gibraltar y la zona internacional de Tánger.
Había también una necesidad de encontrar un reemplazo para el GIBEL ZERJON (I), el cual era ahora demasiado grande y muy caro de operar en una línea tan recortada”…
Para satisfacer la necesidad de un buque con capacidad de transporte de buques, Bland pone en servicio el GIBEL DERSA (II), que ya hemos visto en esta pagina, y, como consecuencia de ello, el GIBEL ZERJON se vende durante 1928 a la Compagnie de Navigation Mixte.
Quizás el servicio de más relevancia del buque se da con motivo de la visita del Presidente de la República Francesa al protectorado Marroquí, en abril de 1922. Esta noticia es comentada por el diario La Vanguardia, en su edición de 11 de abril de 1922, y en ella, curiosamente, se narra un viaje a bordo del GIBEL ZERJON. Condensamos y transcribimos solo la parte del viaje: …”Se dice que el presidente de la República francesa y el Alto Comisario de España celebrarán una entrevista. La esperada sumisión de los Beni-Said. Impresiones de un viaje de Tánger a Casablanca.
La vida de relación entre los pueblos es un deber tan ineludible y necesario como entre los hombres. Este deber se hace inexcusable pon la proximidad, cuando se trata de dos pueblos vecinos que tienen intereses análogos que defender y que velar.
Saber que en la casa inmediata a la nuestra ocurre un hecho extraordinario; tener ocasión de aprender algo nuevo de lo bueno que veamos y no asomarnos, siquiera sea unos momentos, guiados por una noble y legítima curiosidad, más que discreción puede ser calificado el hecho de ñoñería, o mejor aún, de suicida indiferencia. Que una cosa es el insano fisgoneo y otra muy distinta la curiosidad elevada y noble que engendra el deseo de conocer lo que no se sabe y puede sernos de alguna utilidad. Si España hubiera cultivado con más ahínco esa vida de relación, si no hubiese vivido durante muchos años indiferente y ajena hacia todo lo que sucedía fuera de sus fronteras, acaso no tendría a estas horas que luchar contra determinadas dificultades con que hoy tropieza.
La visita del señor Millerand a la zona del Protectorado francés en Marruecos tiene, a no dudarlo, una gran importancia en los momentos actuales. Marruecos es, a la sazón, de todos los problemas mundiales planteados, el de mayor interés y el de más honda preocupación para España. Que no en balde hemos puesto aquí nuestras mayores esperanzas y no en vano estamos regando el suelo marroquí con nuestro dinero y con la sangre cálida y generosa de nuestra juventud. Nos va en ello, más que el prurito de significarnos como potencia acreditada y culta, nuestra propia dignidad nacional, y aun dijéramos mejor: la propia vida.
Comprendiéndolo así, La Vanguardia no podía permanecer indiferente a este viaje del presidente de la República francesa a Marruecos. Y a este fin ha honrado con su representación a quien esto escribe, para que informe a los lectores de todos los pormenores relacionados con esa visita. En la tarea pondremos toda nuestra buena voluntad y nuestra humilde inteligencia, además de la experiencia que nos han dado los doce años de nuestra permanencia en Marruecos.
Henos, pues, a bordo del magnífico vapor «GIBEL ZERJON», honra y gala de la casa Bland, de Gibraltar, camino de Casablanca.
Embarcamos a las ocho de la noche en Tánger, y al decir de los técnicos en la materia, no presenta el tiempo muy buen cariz.
Quiere esto decir que la danza ha de ser movidita, para desventura de los que no se hallen curados de las molestias del mareo. Por fortuna, podemos incluirnos en el número de los que, sin ser lobos de mar, van en un buque como en su propia casa.
En el «GIBEL ZERJON» viajan también y por la misma causa, los ministros de Francia, Italia, Bélgica y Portugal acreditados en Tánger. Vienen también a bordo otras varias personalidades tangerinas de la colonia francesa, por deber, las más; por curiosidad, otras. El número de curiosos no es crecido, pues la concesión de los oportunos pasaportes fue restringida con una gran severidad. Por lo que a nosotros se refiere, hemos de confesar que, hasta ahora, no se nos ha puesto el más ligero inconveniente.
Y cuenta que, según tenemos entendido, ha sido el propio mariscal Lyautey quien ha hecho la selección, no ya de los periodistas franceses que desde la metrópoli han de acompañar al señor Millerand en este viaje, sino también la de los periódicos que han de estar representados.
Quien esto escribe será el único periodista español que presenciará la visita presidencial.
Quiera, pues, Al-lah que no hallemos ninguna dificultad invencible en nuestra labor.
El viaje va deslizándose monótono y vulgar. Cuando entramos en el comedor, observamos en las mesas esos listones que se colocan a lo largo, -pesebreras dice gráficamente el argot de a bordo, -para evitar que los platos corran de un lado a otro con balanceo excesivo del buque. Ello nos confirma la predicción de los que, a la salida, nos auguraron bastante baile.
Mediada la cena -poco más de una hora de Tánger,- vemos por los ventanales del comedor la luz del faro de cabo Espartel.
El poniente sopla con relativa violencia y el «GIBEL ZERJON», a pesar de su enorme vientre y de su crecida mole, es mecido por las olas como una brizna.
El idioma francés se generaliza a bordo. De vez en cuando se oye chapurrear alguna frase en español para entenderse con los camareros y el personal subalterno del buque. En el fumador se forman varias tertulias.
Algunos juegan a las cartas. Otros han sucumbido ya al invencible mareo y han huido en busca del camarote, sin que a algunos les haya servido de nada su habilidad ni su argucia diplomática para salir airosos. El mareo no respeta a nadie: es inconvencible por la persuasión y, además, muy irreverente.
Reanudamos estas impresiones a las siete de la mañana. El viaje ha sido menos molesto de lo que nos suponíamos, a juzgar por los augurios. A las ocho y media divisamos allá, a lo lejos, agrupaciones de casitas blancas. Es Fedala. Una hora después aparecen esfumadas y empenachadas de humo las siluetas de los buques de la escuadra francesa. Poco a poco van destacándose, en el fondo, los puntitos albos de las edificaciones de Casablanca. Nuestro viaje marítimo toca a su fin. A las diez cruzamos por entre los buques de la escuadra francesa, fondeados fuera de la bahía…Hemos llegado.
Pero nos aguarda una gran decepción y un serio contratiempo. A poco de-fondear se aproxima a nuestro buque una canoa automóvil, a bordo de la cual viene un cónsul francés, de uniforme.
Sube la escala y da una orden terminante: sólo podrán desembarcar los señores eme pertenezcan al cuerpo diplomático de Tánger. Los demás nos quedaremos, por ahora, a bordo, hasta que en el semáforo sea colocada una bola negra”…
El articulo, después de divagar en asuntos que no son de4 nuestro interés, finaliza: …”En efecto, la bola ha aparecido en el semáforo y las lanchas de desembarco se acercan al GIBEL ZERJON. Son las doce menos cuarto. Alberto España. A bordo del «GIBEL ZERJON», el 5 de abril”…
Las características del buque, según el libro Bland Gibraltar, eran las siguientes: …”GIBEL ZERJON (I). (1921-1928), vapor a helice. 402 pasajeros.
O.N. 124460. 2.361 GRT. 1.075 NRT. 295 x 45 x19 pies.
Maquinas de triple expansión, tres cilindros, maquinas de vapor construidas por Scott´s Shipbuilding & Engineering Co. Ltd., Greenock, 600 hp.
12.1909: Completado por Scott´s Shipbuilding & Engineering Co. Ltd., Greenock, para The Carron Co., de Grangemouth.
11.1914: Requisado por el Almirantazgo como Boarding Vessel.
10.1919: Devuelto a los armadores.
9.1921: Adquirido por M.H. Bland & Co. Ltd. Y renombrado GIBEL ZERJON.
9.1928: Vendido a la Compagnie de Navigation Mixte, de Marsella y renombrado DJEMILA.
9.1934: Vendido a Ricuperi Metallice, de Turin, y desguazado en Italia”…