LA ESTACIÓN TSH DEL AVISO GIRALDA

EL LEVANTE LAS MUEVE Y EL PONIENTE LAS LLUEVE

No fue la Armada la que intento estar a la altura de las circunstancias tecnológicas del momento. La proactividad de las compañías que investigaban en el sector de la comunicación inalámbrica les hizo contactar con los organismos oficiales y, estos, mas forzados por la inercia de los hechos que otra cosa, decidieron dar el paso adelante. Fueron primero los franceses, con unas pruebas que se realizaron entre estaciones situadas en tierra, entre Tarifa y Ceuta, y después entre Valencia e Ibiza, quienes se encargaron de poner la ciencia. Estamos en 1902.
Fue José Ferrandiz y Niño, Ministro de Marina, quien dio orden de efectuar las primeras pruebas a bordo de buques. Ya a partir de ese momento fue la tecnología Telefunken la escogida y, con terminales en el acorazado PELAYO y en el crucero EXTREMADURA se dan los primeros pasos, como ya hemos visto. Esto ocurría en julio de 1904. Unos meses antes, a bordo del aviso GIRALDA se realizaban las pruebas de funcionamiento, contactando desde a bordo con un automóvil-estación en tierra. El diario La Vanguardia, en su edición del 5 de octubre de 1903, así lo hacia constar. Leamos:…”Telegrafía sin hilos. San Sebastián.-

Aviso GIRALDA. Instalación de la antena radiotelegrafica. La foto y el texto de la REVISTA GENERAL DE MARINA. AÑO 1908.jpg
Aviso GIRALDA. Instalación de la antena radiotelegrafica. La foto y el texto de la REVISTA GENERAL DE MARINA. AÑO 1908.jpg

El señor Baselga ha visitado al ministro de Estado para invitarle á las pruebas de telegrafía sin hilos que se han de celebrar en el yate GIRALDA en comunicación con un automóvil que se situará en el campo de Ondarreta.
No se sabe si se efectuarán mañana, pues el Rey ha de asistir al simulacro de combate que efectuarán las tropas de esta guarnición, ó sea, los regimientos de infantería de Sicilia y de Bailen, junto con anos quinientos hombres de artillería.
Si mañana no pudiese asistir a las pruebas el Rey, se aplazarían para el martes”.
Esta primera estación del GIRALDA fue cambiada y mejorada por otra mucho mas potente de cuyas características se hacia eco la Revista General de Marina, quien en el numero de julio de 1908 daba una completa descripción, muy técnica, de la estación TSH del aviso GIRALDA. Aunque algo pesada técnicamente, es de indudable valor historico, con lo que la transcribimos integramente. Leamos:…”Estación Radiotelegráfica del Aviso GIRALDA.
La red de distribución del barco está conectada, por el intermedio de dos cortacircuitos y un interruptor bipolar, con los termínales de un motor de corriente continua representado á la derecha del esquema. Dicho motor está, como se ve, provisto de dos reóstatos. Uno, conectado en serie con el motor, sirve para verificar el arranque de éste en buenas condiciones, es decir, para evitar que la corriente de puesta en marcha alcance una intensidad peligrosa para el inducido, y es el que con el nombre de reóstato de arranque se encuentra en todas las instalaciones ordinarias de electromotores. El segundo reóstato se encuentra en cambio conectado en el circuito excitador del motor y sirve, por la variación que mediante él se puede producir en el flujo magnético inductor, para hacer variar entre ciertos límites la velocidad de la máquina y con ella la del alternador monofásico con que está directamente acoplada. Esa variación de velocidad es necesaria para poder modificar la frecuencia de dicho alternador, con objeto de ajustaría con la mayor precisión á la auto-inducción, capacidad, etc., del circuito alimentado de manera que en éste se verifique la condición de resonancia de que más adelante nos ocuparemos, y que como se sabe, constituye una de las características más salientes del sistema Telefunken.
Otros dos aparatos intercalados en el circuito del electromotor de corriente continua, son: un relai, que más propiamente se debería llamar interruptor de mínima, y un seguro de alta tensión. El primero tiene el objeto siguiente: si después de poner el motor en marcha, ó, dicho de otro modo, de poner en corto-circuito el reóstato de arranque, quedase por cualquier razón interrumpida la corriente, por ejemplo, por la fusión de los corta-circuitos, podría existir e1 peligro de que, por distracción ó inadvertencia del personal de servicio volviese á establecerse el fluido eléctrico, al reponer los fusibles sin haber vuelto la palanca del reostato de arranque á su posición inicial ó, lo que es lo mismo, sin haber intercalado resistencias en el circuito del motor.
El inducido de éste se vería, pues, recorrido por la corriente de puesta en marcha, que, como ya hemos indicado más arriba, podría causar serios perjuicios al devanado de la máquina. El relai ó interruptor de mínima evita por completo ese peligro, pues tan pronto como cese la corriente, no sólo deja interrumpido el circuito por la cesación del efecto atractivo del electroimán indicado en el esquema sobre su armadura, sino que además, por su combinación con el reóstato de arranque hace imposible el restablecimiento del fluido eléctrico antes de que la palanca de aquél haya vuelto á su posición inicial, ó, lo que es lo mismo, antes de haber intercalado en el circuito todas las resistencias contenidas en el aparato.
La bombilla de 16 bujías, indicada en el esquema á la derecha del relai, sirve como resistencia para reducir la tensión en los terminales de la bobina del interruptor de mínima, al valor para el cual está devanada dicha bobina. Al mismo tiempo puede servir esa lámpara como indicador para comprobar que, en circunstancias normales, la bobina está recorrida por una corriente, es decir, que no existe ninguna interrupción en si correspondiente circuito y que el aparato se encuentra, por tanto, listo para funcionar á la primera ocasión.
El seguro de alta tensión tiene por objeto impedir que por cualquier razón (contactos accidentales, etc.), adquiera el motor eléctrico el elevado potencial de que gozan los circuitos radiotelegráficos propiamente dichos, ó lo que es lo mismo, que el inducido ó inductor de dicha máquina se vean recorridos por el fluido de alta frecuencia que reina en los mencionados circuitos. El principio del tal aparato es conocidísimo y se funda en las leyes principales de la corriente alterna, según las cuales una capacidad ó una auto-inducción hacen un efecto análogo al de las resistencias ohmicas con respecto á la corriente continúa. Disponiendo, pues, dos circuitos en paralelo, de los cuales uno está constituido por el motor, con la gran auto-inducción de sus devanados, y el otro por condensadores de capacidad apropiada, no habrá más que elegir la resistencia aparente de éste último lo suficientemente pequeña con respecto á la del primero para que la corriente de alta tensión, obligada á bifurcarse por los dos, recorra prácticamente en su totalidad la derivación de los condensadores sin alcanzar la constituida por el motor. La buena repartición de las resistencias aparentes es tanto más fácil., cuanto que, tratándose de alta frecuencia, una auto-inducción, por pequeña que sea, ofrece gran impedancia al paso de la corriente, mientras que una capacidad, aun de pequeña magnitud, presenta una resistencia aparente casi insignificante. Es claro que para prever el caso de un solo contacto del circuito de alta tensión con el de baja, habrá que unir á. tierra el sistema de los dos condensadores corno indica el esquema.
Los .conductores existentes entre las armaduras exteriores de los condensadores y la toma de tierra, sirven de avisadores con ayuda de las lámparas en ellos intercaladas, de las cuales no está representada en el esquema más que una.
Dichos conductores se encuentran separados eléctricamente de la mencionada toma de tierra por medio de dos espacios libres demasiado grandes para la diferencia de potencial normal del alternador. En circunstancias ordinarias esos conductores no están, pues, recorridos por ninguna corriente; pero tan pronto como una causa perturbadora cualquiera produce una elevación de tensión suficiente, el fluido eléctrico atraviesa el espacio ó los espacios libres en forma de chispa, encendiéndose la lámpara lámparas correspondientes y advirtiendo al personal de servicio la existencia de un defecto que es necesario reparar.
Realmente, dada la casi imposibilidad material de que exista un contacto accidental entre los circuitos de alta tensión y el del motor de corriente continua, parece á primera vista ociosa la conexión del dispositivo explicado entre los termínales de dicha máquina.

Convertidor rotatorio. Estación radiotelegrafica del aviso GIRALDA. Foto y texto de la REVISTA GENERAL DE MARINA. AÑO 1908.jpg
Convertidor rotatorio. Estación radiotelegrafica del aviso GIRALDA. Foto y texto de la REVISTA GENERAL DE MARINA. AÑO 1908.jpg

Es preciso, sin embargo, no olvidar que, á más de los contactos, efectos de inducción pueden producir elevaciones de tensión perniciosas, y aunque la distancia existente en el GIRALDA entre los circuitos de alta frecuencia y el de corriente continua es demasiado grande para temer con fundamento una perturbación de esa índole, se comprende que para prever todos los casos posibles, la Telefunken disponga en sus modelos normales de estaciones, seguros de alta tensión, tanto para el electromotor continuo, como para el alternador monofásico de qua vamos á ocuparnos á continuación.
La excitación de esta máquina se toma de la red de corriente continua, como indica el esquema, y su correspondiente circuito está provisto de un reóstato de campo, para regular la tensión en los límites convenientes, y de dos fusibles. Alternador y motor están acoplados directamente, y el aspecto de su conjunto, dispuesto en un departamento especial para que el ruido producido por sus movimientos no moleste la recepción radiotelegráfica, se puede deducir de la figura. El oficial ó individuo telegrafista no tiene que ocuparse para nada del motor, el cual, puesto en marcha y regulado, está á cargo del personal de maquinas, limitándose por tanto la tarea del mencionado telegrafista, en lo que atañe á la maquinaria, á la maniobra del reóstato de campo del alternador, situado al alcance de su mano, para regular la tensión de la maquina en correspondencia con la longitud de chispa que se quiere utilizar.
El circuito alternativo de baja frecuencia (53 períodos por segundo, que es la del alternador; se encuentra conectado á los termínales de la dinamo monofásica. En él, á más de un seguro de alta tensión, idéntico al anteriormente explicado, se encuentra una bobina de reacción, que constituye otra particularidad del sistema Telefunken. Dicha bobina no tiene, en efecto, sólo por objeto la limitación de la corriente del alternador, cuando el carrete inductor, de que hablaremos más adelante, se encuentra en corto-circuito á través de los terminales del explosor radiotelegráfico, circunstancia que, por otra parte, como veremos más tarde, es difícil de verificarse con el inductor de resonancia empleado por la Telefunken; la misión principal de la mencionada bobina, es disminuir considerablemente la energía suministrada por el alternador para la transmisión radiotelegráfica. Intercalando esa bobina entre el inducido de la dinamo monofásica y el devanado primario del inductor, puede, en efecto, variarse la auto-inducción del correspondiente circuito de manera adecuada para que no tenga lugar, como ocurriría sin la bobina, una chispa en el explosor para cada alternancia de la corriente primaria, sino que más bien se acumule sucesivamente la energía de varías alternancias en el inductor y solo se produzca una chispa cuando la tensión haya alcanzado un valor suficientemente elevado.
Como la velocidad de sucesión de las chispas que se obtiene por ese método basta y sobra para la práctica de la radiotelegrafía, siendo la correspondiente á la frecuencia del alternador (109 chispas por segando) inútilmente excesiva, se comprenden, pues, las ventajas que ofrece el procedimiento mencionado, sin contar otras de distinta índole, que permiten telegrafiar con estados de la atmósfera desfavorables para la transmisión de ondas, sin tener que aumentar el consumo de energía con respecto al necesario en días buenos. No entramos en detalles á propósito de esa segunda ventaja porque probablemente no llegará á utilizarse en la Marina de guerra, y en general, á bordo de cualquier barco, en donde, por una parte, la potencia de las máquinas radiotelegráficas no es de ningún modo considerable, y por otra el problema del consumo de energía no tiene ni con mucho la importancia que en instalaciones terrestres.
El circuito alternativo de baja frecuencia termina en el circuito primario del carrete de inducción después de encontrar un interruptor con corta-circuitos fusibles, etc., dispuesto juntamente con el correspondiente al circuito continuo sobre una placa de mármol, en la cual también se encuentran acondicionados el amperímetro y el voltímetro, visibles en el esquema, de los cuales el último está provisto de un conmutador cuyo objeto se comprende á simple vista.
Además, está montado en el mencionado cuadro el relai de que antes hablamos, encontrándose el conjunto en la misma cámara que el grupo convertidor del alternador y motor acoplados entre sí. En serie con la bobina primaria del carrete están intercalados un manipulador Morse y el interruptor de bloqueo. Por el primero se hacen, como ya es sabido, los signos telegráficos á transmitir, mientras que el segundo sirve en colaboración con el conmutador indicado en el dibujo, para disponer la estación lista para la recepción ó la transmisión, dejando fuera de acción el circuito correspondiente á la maniobra contraria.
Llegamos, pues, al circuito de alta frecuencia ú oscilatorio que constituye, si no la principal, una de las partes más importantes de una estación radiotelegráfica. Como se deduce del esquema, consta el tal circuito de una auto-inducción y varias capacidades conectadas en serie entre sí á los terminales secundarios del carrete de inducción, á más del explosor derivado de los antedichos termínales. La particularidad de esa combinación consiste, en el sistema Telefunken, en que las diversas magnitudes antes nombradas estén de tal modo calculadas, que el circuito oscilatorio esté en resonancia con el de baja frecuencia, es decir, que á pesar de ser la fuerza electromotriz secundaria del carrete correspondiente á la del alternador insuficiente para hacer saltar una chispa entre los terminales del explosor, Ía diferencia de potencial entre dichos termínales adquiere el valor suficiente para producir una descarga explosiva de alta frecuencia, gracias á la cual se puede producir la irradiación de ondas en el medio ambiente en la forma ya sabida. Se ve, pues, que la mencionada resonancia del circuito oscilatorio produce en cierto modo el mismo resultado que la bobina de reacción conectada en serie con el alternador de que antes hablamos, es decir, disminución de la energía necesaria para la transmisión de signos á una cierta distancia, y que, por consiguiente, ambas características, ayudándose mutuamente, hacen posible la emisión de ondas á distancias relativamente enormes con pequeñas potencias. Por otra parte impiden también esas características la producción de un arco permanente en el explosor, gracias á la tensión relativamente débil que actúa sobre sus terminales después de la descarga.
No entraremos en detalles á propósito del dispositivo esbozado en el esquema para variar el número de espiras de la auto-inducción del circuito oscilatorio intercaladas entre la tierra y la antena, ni tampoco sobre el objeto del sintonizador ó bobina de reacción regulable conectada en serie con la antena. Ambas cosas se han tratado, en efecto, ya en una descripción publicada en la Revista General de Marina sobre la estación Telefunken de Britz.
Entre el sintonizador y la antena, propiamente dicha, está intercalado un pequeño explosor que hace el papel de un interruptor automático, y cuyo funcionamiento se reduce á dar paso al fluido enviado por la estación al transmitir, impidiéndolo, por el contrario, al suministrado por otra estación durante la recepción. No es difícil comprender como se lleva esto á cabo teniendo en cuenta que existe una enorme diferencia entre las tensiones de ambos fluidos, y por consiguiente, se ve que durante la recepción, no sólo está incomunicado el circuito de baja frecuencia por el interruptor de bloqueo, de que antes hablamos, sino que también queda en las mismas condiciones el de alta frecuencia, no dejando, por tanto, á las ondas recibidas más camino libre que el que conduce al cohesor ó al revelador electrolítico, de los cuales vamos á ocuparnos.
Como se ve en el esquema, los dos sistemas de recepción, escritor y auditivo, pueden emplearse al mismo tiempo mediante el aparato llamado variómetro ó transformador especial, cuya conexión se deduce del esquema, que acopla magnéticamente á ambos con la antena. La disposición peculiar de dicho variómetro que permite, modificando la inducción entre sus bobinas, variar la tensión comunicada á los circuitos receptores por las ondas recibidas hace posible una sintonización de gran exactitud, que no sólo reduce en enorme proporción el efecto perturbador de las descargas atmosféricas, ó de las ondas emitidas por una estación enemiga, sino que permite la recepción simultánea de dos despachos trasmitidos por dos diferentes estaciones aunque las respectivas longitudes de ondas sean poco diferentes.
Del secundario del variómetro sale un conductor para los circuitos primarios de dos pequeños transformadores, conectados mutuamente en serie, y cuyos correspondientes secundarios alimentan respectivamente el cohesor y la válvula electrolítica. En esta última se puede, mediante un conmutador, variar el número de espiras activas del correspondiente secundario, lo que favorece extraordinariamente la exactitud de la sintonización. Cada uno de los anteriores aparatos tiene un condensador en paralelo, cuyo objeto es algo diferente, según que se trate de uno ó de otro. El de la válvula electrolítica tiene por objeto evitar el amortiguamiento de las ondas recibidas que resultaría de la elevada resistencia ohmica de dicha válvula. Las oscilaciones eléctricas encuentran, en efecto, un camino no amortiguado á través de dicho condensador, gracias á lo cual la válvula sólo absorbe una pequeña parte de la energía puesta en movimiento, es decir, la correspondiente á la pequeña tensión existente en los terminales del condensador, cuya capacidad es considerable.

Estación radiotelegrafica del aviso GIRALDA. Foto y texto de la REVISTA GENERAL DE MARINA. AÑO 1908.jpg
Estación radiotelegrafica del aviso GIRALDA. Foto y texto de la REVISTA GENERAL DE MARINA. AÑO 1908.jpg

El condensador acoplado en paralelo con el cohesor tiene en cambio por objeto mantener prácticamente constante la capacidad resultante del correspondiente circuito como es necesario para asegurar un buen funcionamiento, y con este objeto dicho condensador posee una capacidad, sobre poco más ó menos, cinco veces mayor que la del cohesor.
Los otros condensadores que se ven en el esquema, conectados en serie con el cohesor ó con la válvula, se llaman de bloqueo, y tienen por objeto impedir el paso del fluido de alta frecuencia á los aparatos telegráficos ó telefónicos propiamente dichos. Su funcionamiento es en cierto modo análogo al de los seguros de alta frecuencia especificados al principio del presente artículo.
No creemos necesario especificar la distribución de los aparatos telegráficos y telefónicos propiamente dichos, de las baterías de pila, et3., pues ésta es la ordinaria y sabida de las estaciones Telefunken instaladas á bordo de los demás buques de guerra. La única variación se refiere al relais telegráfico que pertenece al modelo moderno de la Telefunken, designado por esa Sociedad como “Relevador impermeable”. Este aparato, que se encuentra completamente acorazado, presenta con respecto al tipo antiguo las ventajas de una insensibilidad absoluta contra el calor, humedad, etcétera, así como una gran insensibilidad contra perturbaciones de índole mecánica y magnética.
Además, la sensibilidad de funcionamiento es mucho mayor, y su ajuste sencillísimo.
No nos queda por especificar, después de mencionar la fotografía adjunta, que indica el conjunto de la estación radiotelegráfica instalada en la caseta de derrota, más que la antena, representada por otra fotografía, también adjunta.
La antena del GIRALDA, está compuesta, como se ve, de cuatro conductores horizontales y paralelos que, partiendo de la verga mesana terminan en la del trinquete, prolongándose desde allí en otros cuatro alambres que forman la conexión con los aparatos propiamente dichos. El ancho de la antena es de 4 metros.
La estación que acabamos de describir posee un alcance de unos 390 kilómetros, consumiendo 2 kilovatios de potencia primaria. La estación Rochefort, que poseía antes el citado aviso, alcanzaba solamente 50 kilómetros”.
Volveremos con mas información sobre el que fue gran avance tecnológico de la época, y como fueron las primeras implantaciones en buques y sus correspondientes estaciones terrestres. Nosotros recomendamos una pagina web llamada Seefunk + Seeschiffhart.
Esta web, Vida Maritima, es una página de compilación de datos y estudio de libros y paginas web. Si algún lector conoce bibliografía sobre este tema, y quiere compartirlo con los lectores, le quedaríamos muy agradecidos por su colaboración.

5 comentarios en “LA ESTACIÓN TSH DEL AVISO GIRALDA

  1. Actualmente estoy en busca de datos y documentos sobre la vida de Ramón Prados Pita, que según los documentos que tengo, facilitados por el Museo Naval, estuvo embarcado en este barco, desde el 9 de septiembre de 1919 hasta el 2 de enero de 1923, donde ascendió a cabo y obtuvo la medalla de Marruecos con pasadores de Melilla y Tetuan. Y buscando en diarios de la época, tuvieron condecoraciones toda la tripulación. Por la actividad de este en Marruecos.

    Aprovecho para pediros permiso para poder copiar y pegar foto, para acompañar a su biografía, claro esta que una vez terminado hacer referencia de vuestra colaboración, más enlace.

    En poder os mando enlace del diario en el que se hace referencia a este tema.

    Gracias por vuestra atención.
    Paco

  2. Estimado amigo, gracias por el interesante artículo, soy un profesor de la Escuela de Telecomunicación de Las Palmas y también yo estoy a la búsqueda de información sobre el proceso por el que se seleccionó la tecnología Telefunken frente a la Marconi en los buques de la Armada en 1904 (inicialmente este Giralda, el Extremadura y el Pelayo). Te rogaría también el permiso para poder reproducir alguna de las imágenes, así como cualquier dato adicional al respecto

    Gracias por adelantado

    Rafael

    1. Rafael, buenos dias

      Por supuesto puedes usar lo que gustes. Como ves esta bien referenciado el origen de la informacion.

      Atentamente

      Vicente

  3. Interesantisimo trabajo! enhorabuena. Aporto informacion adicional para los que sigan interesados/as en la telegrafia a bordo de los buques de la armada de esta epoca.
    En abril de 1924 se concedia un credito de 24.000 pts para instalar un equipo marconi Y.C. 3. de 500w en el aviso Giralda. Informacion sacada del Diario Oficial de la Marina

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