Homes de Pedra en Barcos de Pau es la pagina web de un marino con alma de poeta y de gran corazón, quien a promovido, después de remover conciencias, la restauración de la memoria de los caídos en la Costa da Morte; la Costa de la Muerte, cuyo nombre habla por si solo. Uno de los artículos de este estupendo blog esta dedicado al naufragio del paquete de la P&O, GREAT LIVERPOOL, ocurrido en la ria de Corcubion y por motivos que todavía permanecen poco claros en su parte técnica, ya que, evidentemente, fue un fallo humano. El autor habla de los raqueros, –wreckers en ingles- gente que vivia en parte con el resultado de la apropiación de los bienes llevados a la playa como consecuencia de un naufragio. En Estados Unidos y Canada se dieron casos de extrema violencia en que estos no solamente provocaban el naufragio, sino que atentaban contra la vida de los tripulantes. Generalmente era la miseria y el hambre las que provocaban semejantes actitudes que aun hoy se dan en estas circunstancias. También en Santander eran conocidos por este nombre muchachos de corta edad que robaban en los barcos o se lanzaban al agua desnudos a recoger las monedas –perras gordas- que les lanzaban los tripulantes o transeúntes. Esta imagen, como vemos, ha quedado espléndidamente reflejada en el puerto de Santander por el artista escultor. 
Veamos la cita del autor de Homes de Pedra en Barcos de Pau sobre la tragedia del GREAT LIVERPOOL: El hundimiento del GREAT LIVERPOOL en la playa de Gures a la entrada de la ría de Corcubión, fue uno de los naufragios que mas contribuyó a la creación y posterior difusión de la leyenda negra de la Costa de la Muerte, donde raqueros y despiadadas gentes asaltaban y mataban a los pobres náufragos que tenían la mala fortuna de venir parar a estas costas.
Era el GREAT LIVERPOOL un lujoso buque de pasaje de 1150 t. de casco de madera y maquina a vapor que movía sus palas. Como era costumbre en los buques de su tipo por aquellos años, también aparejaba de bergantín con tres mástiles.Su botadura se realizo el 14 de octubre de 1837, y pertenecía a la naviera “Peninsular and Oriental Steam Navigation Company” la P&O.
Embarcados en el GREAT LIVERPOOL viajaban 140 personas entre tripulación y pasaje, que hacían el viaje entre la India y el Reino Unido.
En la noche del 24 de Marzo de 1846, tocaba posiblemente en los traicioneros bajos de los Meixidos , situados a tres millas de la costa al SW de la playa de Gures donde luego después de quedar sin gobierno a causa de la embestida , fue a embarrancar ya rompiendo el alba.
El capitán Macleod mando tender a su tripulación un cable desde el navío a la playa, para que guiados por el pudiesen embarcados en botes, desembarcar el pasaje.Un bote con cuatro marineros se apresto a hacerlo, pero el tremendo oleaje reinante a causa del fuerte viento imposibilito la maniobra volcando el bote y poniendo en grave riesgo las vidas de sus tripulantes que tuvieron que nadar para ganar la playa.Los pasajeros presos de pánico optaron por saltar y tratar de llegar a la playa, y ahí ocurrió la tragedia… Los más perjudicados fueron como siempre los más débiles, niños y personas de edad avanzada sufrieron grandes bajas.
Los supervivientes aun tendrían que soportar más calamidades.
De la aldea aledaña a la playa de Gures comenzó a llegar ayuda a los supervivientes, pero entre esas humanitarias personas se colaron gentes venidas de otros lugares cuyas intenciones eran otras muy distintas.
El Capitán Macleod , optó por atrincherarse en la playa para evitar el saqueo y enviar una avanzadilla a Corcubión para avisar de su naufragio al cónsul británico, y pedir ayuda a las autoridades locales.
Después de varios días de vicisitudes los supervivientes atrincherados en la playa de Gures fueron auxiliados pudiendo abandonar la playa y transportar las valiosas mercancías que custodiaban.
Un triste episodio a principios del siglo XIX que ayudo a fomentar la leyenda negra de nuestra costa.
La tragedia pudo haber sido mucho peor, pero se saldo con un bajo número de victimas y con la vida de su Capitán, que se suicido cortándose la garganta. Era terrible el peso de la conciencia en la mente de esos hombres de mar cuando ocurría una de estas tragedias.
THE STORY OF P&O, es un excelente libro corporativo escrito por David Howarth y Stephen Howarth. Su ISBN es 0-297-83358-8, y relata, a grandes rasgos, la historia casi bicentenaria de tan honorable institución.
Ya puestos, recordemos que el origen del transporte de correo en buques de vapor en Inglaterra lo realizo P&O, y que los destinos eran la costa atlántica de Iberia con final en Gibraltar. Uno de los primero buques fue el DON JUAN, de interesantísima historia, que acabo en tragedia en las aguas de Tarifa, y que pudo haber costado, aunque afortunadamente no fue así, el futuro de la noble institución. Guardaremos para un futuro artículo esta interesante historia. Veamos ahora lo que narra el libro sobre el final del GREAT LIVERPOOL: …P&O tuvo menos naufragios que otras compañías, quizás debido a la cuidadosa elección de sus Capitanes, pero no escapo a estos: la navegación entonces era mucho mas peligrosa de lo que lo es hoy con las modernas ayudas a la navegación. Extrañamente, los mas destacables naufragios de P&O fueron en aguas europeas, a pesar de que las cartas de navegación estaban bastante mejor detalladas y trazadas que las de las rutas orientales. Año tras año, la Dirección no tenia naufragios que contar a los propietarios, pero en 1846 se recuerda, “con gran lamento”, que el GREAT LIVERPOOL, el primero de los dos grandes buques que la Compañía había comprado para el trafico con Alejandría, había embarrancado en Cabo Finisterre.
Fue un extraño percance igual que lo había sido la perdida del DON JUAN nueve años antes. Finisterre era un punto bien conocido de paso como otro cualquiera en el mundo. El buque iba en dirección Norte: había navegado en esta dirección la costa de Portugal y la occidental española. El tiempo no era particularmente malo y el Capitán debió conocer su posición de una manera correcta. Parece ser, como así lo fue también en el caso del DON JUAN, que el Capitán cambio el rumbo a estribor demasiado pronto. Tenía algunos centenares de pasajeros a bordo. Se dijo que había tocado unos bajos a siete millas de la costa, pero no había ningún bajo a esa distancia de Finisterre. Fuese lo que fuese lo que toco, pudo salir de ello, pero ya con el buque con el casco muy dañado y hundiéndose y teniendo que embarrancarlo en la costa. Todos los tripulantes se salvaron excepto tres pasajeros. Una mujer, un niño y su criada india.
Pudieron poner el correo a salvo también. El cuarto oficial, cuyo nombre era William Bencraft, era un aventurero que a menudo brillo en las crisis, y cuando la marea bajo y dejo el barco reposando en la playa, corto un agujero en el casco, cargo las sacas de correo, las cargo en un pequeño velero local y las transporto hasta La Coruña, en donde encontró otro vapor de P&O que las transporto hasta destino.
La historia es incompleta. No hay una explicación convincente de lo que ocurrió, y no existe una explicación definitiva de cómo una tripulación y pasaje de varios centenares de personas fue alojada y alimentada en aquel rincón distante de España, o de cómo los pasajeros fueron devueltos a casa. El buque se declaro perdida total constructiva, pero solo estaba asegurado en dos tercios de su valor y estaba todavía financiándose…..
Dieron a William Bencraft un sextante con un arco de oro lo que le era completamente merecido. Desafortunadamente, y para lamento de todos, el Capitán McLeod se suicido.
Bonito relato, que no acaba de explicar que, seguramente, el cuidado de toda aquella gente debió ser llevado a cabo por la compasiva y extraordinaria calidad humana gallega, silenciando de esta manera comportamientos de seres despreciables que se lucraban con las tragedias de los demás.
Foto 1.- La abertura de sus líneas en el Mediterráneo forzó a P&O a comprar buques mas grandes de los que tenia. El LIVERPOOL se compro y se reformo, agrandando su tamaño, renombrándolo GREAT LIVERPOOL para no confundirlo con el otro LIVERPOOL de la flota. Litografía de J.I. Herdman según cuadro de N.J. Kemp de 1840. Del libro THE STORY OF P&O.

Veamos la cita del autor de Homes de Pedra en Barcos de Pau sobre la tragedia del GREAT LIVERPOOL: El hundimiento del GREAT LIVERPOOL en la playa de Gures a la entrada de la ría de Corcubión, fue uno de los naufragios que mas contribuyó a la creación y posterior difusión de la leyenda negra de la Costa de la Muerte, donde raqueros y despiadadas gentes asaltaban y mataban a los pobres náufragos que tenían la mala fortuna de venir parar a estas costas.
Era el GREAT LIVERPOOL un lujoso buque de pasaje de 1150 t. de casco de madera y maquina a vapor que movía sus palas. Como era costumbre en los buques de su tipo por aquellos años, también aparejaba de bergantín con tres mástiles.Su botadura se realizo el 14 de octubre de 1837, y pertenecía a la naviera “Peninsular and Oriental Steam Navigation Company” la P&O.
Embarcados en el GREAT LIVERPOOL viajaban 140 personas entre tripulación y pasaje, que hacían el viaje entre la India y el Reino Unido.
En la noche del 24 de Marzo de 1846, tocaba posiblemente en los traicioneros bajos de los Meixidos , situados a tres millas de la costa al SW de la playa de Gures donde luego después de quedar sin gobierno a causa de la embestida , fue a embarrancar ya rompiendo el alba.
El capitán Macleod mando tender a su tripulación un cable desde el navío a la playa, para que guiados por el pudiesen embarcados en botes, desembarcar el pasaje.Un bote con cuatro marineros se apresto a hacerlo, pero el tremendo oleaje reinante a causa del fuerte viento imposibilito la maniobra volcando el bote y poniendo en grave riesgo las vidas de sus tripulantes que tuvieron que nadar para ganar la playa.Los pasajeros presos de pánico optaron por saltar y tratar de llegar a la playa, y ahí ocurrió la tragedia… Los más perjudicados fueron como siempre los más débiles, niños y personas de edad avanzada sufrieron grandes bajas.
Los supervivientes aun tendrían que soportar más calamidades.
De la aldea aledaña a la playa de Gures comenzó a llegar ayuda a los supervivientes, pero entre esas humanitarias personas se colaron gentes venidas de otros lugares cuyas intenciones eran otras muy distintas.
El Capitán Macleod , optó por atrincherarse en la playa para evitar el saqueo y enviar una avanzadilla a Corcubión para avisar de su naufragio al cónsul británico, y pedir ayuda a las autoridades locales.
Después de varios días de vicisitudes los supervivientes atrincherados en la playa de Gures fueron auxiliados pudiendo abandonar la playa y transportar las valiosas mercancías que custodiaban.
Un triste episodio a principios del siglo XIX que ayudo a fomentar la leyenda negra de nuestra costa.
La tragedia pudo haber sido mucho peor, pero se saldo con un bajo número de victimas y con la vida de su Capitán, que se suicido cortándose la garganta. Era terrible el peso de la conciencia en la mente de esos hombres de mar cuando ocurría una de estas tragedias.
THE STORY OF P&O, es un excelente libro corporativo escrito por David Howarth y Stephen Howarth. Su ISBN es 0-297-83358-8, y relata, a grandes rasgos, la historia casi bicentenaria de tan honorable institución.
Ya puestos, recordemos que el origen del transporte de correo en buques de vapor en Inglaterra lo realizo P&O, y que los destinos eran la costa atlántica de Iberia con final en Gibraltar. Uno de los primero buques fue el DON JUAN, de interesantísima historia, que acabo en tragedia en las aguas de Tarifa, y que pudo haber costado, aunque afortunadamente no fue así, el futuro de la noble institución. Guardaremos para un futuro artículo esta interesante historia. Veamos ahora lo que narra el libro sobre el final del GREAT LIVERPOOL: …P&O tuvo menos naufragios que otras compañías, quizás debido a la cuidadosa elección de sus Capitanes, pero no escapo a estos: la navegación entonces era mucho mas peligrosa de lo que lo es hoy con las modernas ayudas a la navegación. Extrañamente, los mas destacables naufragios de P&O fueron en aguas europeas, a pesar de que las cartas de navegación estaban bastante mejor detalladas y trazadas que las de las rutas orientales. Año tras año, la Dirección no tenia naufragios que contar a los propietarios, pero en 1846 se recuerda, “con gran lamento”, que el GREAT LIVERPOOL, el primero de los dos grandes buques que la Compañía había comprado para el trafico con Alejandría, había embarrancado en Cabo Finisterre.
Fue un extraño percance igual que lo había sido la perdida del DON JUAN nueve años antes. Finisterre era un punto bien conocido de paso como otro cualquiera en el mundo. El buque iba en dirección Norte: había navegado en esta dirección la costa de Portugal y la occidental española. El tiempo no era particularmente malo y el Capitán debió conocer su posición de una manera correcta. Parece ser, como así lo fue también en el caso del DON JUAN, que el Capitán cambio el rumbo a estribor demasiado pronto. Tenía algunos centenares de pasajeros a bordo. Se dijo que había tocado unos bajos a siete millas de la costa, pero no había ningún bajo a esa distancia de Finisterre. Fuese lo que fuese lo que toco, pudo salir de ello, pero ya con el buque con el casco muy dañado y hundiéndose y teniendo que embarrancarlo en la costa. Todos los tripulantes se salvaron excepto tres pasajeros. Una mujer, un niño y su criada india.
Pudieron poner el correo a salvo también. El cuarto oficial, cuyo nombre era William Bencraft, era un aventurero que a menudo brillo en las crisis, y cuando la marea bajo y dejo el barco reposando en la playa, corto un agujero en el casco, cargo las sacas de correo, las cargo en un pequeño velero local y las transporto hasta La Coruña, en donde encontró otro vapor de P&O que las transporto hasta destino.
La historia es incompleta. No hay una explicación convincente de lo que ocurrió, y no existe una explicación definitiva de cómo una tripulación y pasaje de varios centenares de personas fue alojada y alimentada en aquel rincón distante de España, o de cómo los pasajeros fueron devueltos a casa. El buque se declaro perdida total constructiva, pero solo estaba asegurado en dos tercios de su valor y estaba todavía financiándose…..
Dieron a William Bencraft un sextante con un arco de oro lo que le era completamente merecido. Desafortunadamente, y para lamento de todos, el Capitán McLeod se suicido.
Bonito relato, que no acaba de explicar que, seguramente, el cuidado de toda aquella gente debió ser llevado a cabo por la compasiva y extraordinaria calidad humana gallega, silenciando de esta manera comportamientos de seres despreciables que se lucraban con las tragedias de los demás.
Foto 1.- La abertura de sus líneas en el Mediterráneo forzó a P&O a comprar buques mas grandes de los que tenia. El LIVERPOOL se compro y se reformo, agrandando su tamaño, renombrándolo GREAT LIVERPOOL para no confundirlo con el otro LIVERPOOL de la flota. Litografía de J.I. Herdman según cuadro de N.J. Kemp de 1840. Del libro THE STORY OF P&O.