Aunque aun en construcción, en la pagina web www.juancarlosdiazlorenzo.com los lectores encontraran una excelente fuente de información sobre la mar y los marinos de nuestro Estado. Como no, escrita por Juan Carlos Díaz Lorenzo, la pluma que la ampara es, como siempre, garantía de rigor, valor histórico y fuente de consulta imprescindible. Demos tiempo al tiempo para que quede preñada de vida marítima y podamos hacer uso de tan inestimable base de datos e información.
También de Juan Carlos Díaz Lorenzo es el libro ANTONIO ARMAS. LA TRADICIÓN DE UN NAVIERO, que afortunadamente para todos los amantes de la historia tiene su continuación en el libro NAVIERA ARMAS. UNA NUEVA GENERACION.
El primero de ellos, editado en Las Palmas de Gran Canaria, en 1995, esta impreso por Litografía A. Romero S.A. y su ISBN es 84-605-3235-6. Con el permiso de su autor nos basaremos en el para hacer una pequeña introducción de Antonio Armas Curbelo, el naviero mas destacado que han dado las Islas Afortunadas, y del que fue su primer buque como tal naviera; el pequeño motovelero ASTELENA. Leamos: Trayectoria y vicisitudes. Una compañía naviera nacida en Canarias hace más de cincuenta años y que en 1992 celebró sus bodas de oro constituye un hecho singular en la historia marítima de las islas y de la Marina Mercante española, pues mantenerse a lo largo de media centuria de forma ininterrumpida en el negocio naviero no representa una empresa fácil. Ese hito lo ha logrado Naviera Armas -o Antonio Armas Curbelo S.A., como se denominó hasta finales de 1994- y el hecho viene refrendado, además, por un importante programa de renovación de flota, con una inversión de 7.000 millones de pesetas en la construcción de dos nuevos buques mixtos para los servicios interinsulares de Canarias y el establecimiento de nuevas líneas comerciales.
Han pasado, pues, cincuenta años y la contraseña de esta empresa con el gallardete sobre fondo azul y amarillo con círculo blanco y las iniciales AA en color rojo, es muy familiar de todos los canarios, porque además lleva consigo el prestigio de un constante quehacer y, lo que es más importante, tiene la virtud de ofrecer al Archipiélago un servicio de primera línea y calidad en consonancia con los más avanzados y modernos medios de transporte como son, en la actualidad, un total de seis buques rolones que configuran una dinámica autopista sobre el mar de las islas.
Sus orígenes los encontramos en la persona de Antonio Armas Curbelo, natural de Yaiza (Lanzarote), en donde nació en 1899 en el seno de una familia humilde. En 1919, cuando aún no contaba 20 años de edad, abrió en Arrecife un establecimiento de tejidos y a partir de entonces su vida -y la de sus hermanos Gregorio y Leonardo- fue una constante labor de trabajo, esfuerzo y sacrificios hasta alcanzar una posición envidiable en el concierto económico insular.
El espíritu inquieto y emprendedor de Antonio Armas hizo que su actividad comercial se fuera incrementando y se convirtiera con el paso del tiempo en propietario de una ferretería, representante de los automóviles de la firma americana General Motors, socio de una factoría de pescado y de las salinas de Arrecife, corresponsal del Banco Español de Crédito (BANESTO), Banco de Bilbao, etcétera.
En lo familiar, el 21 de abril de 1927 contrajo matrimonio con Efigenia Fernández Cabrera, en ceremonia celebrada en la iglesia de San Roque, en Tinajo, pueblo natal de la desposada, de cuya unión nacieron tres hijos: María Elena, Gloria y Antonio.
La primera experiencia de Antonio Armas Curbelo como armador se produjo, previsiblemente, hacia 1936, cuando compró a Antonio Bordón el pailebote ROSARIO, y que habría de perderse el 24 de diciembre de 1937 a la entrada de Puerto Naos, en Arrecife, en medio de un temporal con vientos muy fuertes del SW.
Según recuerda el patrón Juan Umpiérrez Martín, que en esa época se dedicaba a la pesca con su padre y sus hermanos, la tripulación del ROSARIO -conocido también como Rosarito- no lo pudo gobernar y el barco, que lo mandaba maestro Juan Chacón, acabó hundiéndose frente al lugar que en la actualidad ocupa la Escuela de Formación Náutico Pesquera de la capital lanzaroteña.
Esta circunstancia le obligó a buscar otros horizontes y Antonio Armas Curbelo, siempre inquieto y atenazado por las dificultades económicas -no olvidemos que España estaba en guerra-, se fue con su amigo Hermenegildo Duarte durante seis meses a bordo del pesquero CARMEN a la pesca de la corvina en Cabo Blanco, en 1938, aunque la campaña no tuvo éxito.
Como puede apreciarse, el protagonista principal de esta historia fue un hombre de su tiempo, un trabajador incansable y, sobre todo, un luchador nato y dotado con una singular visión para los negocios, a quien los azares del destino le situaron en un puesto relevante en la historia marítima de Canarias, si bien el personaje jamás quiso arrogarse protagonismo alguno.
Pronto, el talante de aquél hombre emprendedor, creó escuela. El negocio iba prosperando. Antonio Armas se interesó también por el tráfico salinero, que le era consustancial y que por entonces tenía un marcado protagonismo en la vida comercial insular. La sal era necesaria para muchas cosas y, entre otras, para las salazones de pescado, todo lo cual conformaba una cadena comercial, pues el puerto de Lanzarote era uno de los principales núcleos de operaciones de los pesqueros artesanales y en tierra firme se generaba una actividad importante, en la que la sal – hasta la aparición de los frigoríficos- suponía un elemento imprescindible.
Los contratiempos sufridos no le desanimaron y «luchaba con una forma de pensar en la que su palabra estaba por encima de cualquier contrato», como bien recuerda su hijo Antonio Armas Fernández, que ha sabido ser el fiel continuador de la herencia de su padre, y ha tenido la virtud e inteligencia -como pocos- de expandir y multiplicar su legado.
Uno de los tráficos más típicos del cabotaje de la época era el de la piedra de cal, que tenía a Puerto Cabras -o Puerto del Rosario, si se prefiere-, en Fuerteventura, como el principal centro de dicha actividad….
Evolución de la flota: Antonio Armas trabajó en las salinas y en sus primeros años exportaba la sal a Las Palmas a bordo de embarcaciones que arrendaba, hasta que se produjo el arranque de su etapa como armador con la adquisición, en septiembre de 1941, del pailebote ASTELENA, con el que habría de iniciar la gran trayectoria de lo que ha sido la naviera que conocemos cincuenta años después.
Con la citada unidad se dedicó en un principio al transporte de sal desde las salinas de Janubio y de Arrecife -de la que fue propietario- a los mercados de Fuerteventura y Gran Canaria.
El crecimiento de su actividad le obligó a trasladarse en 1942 de Arrecife a Las Palmas y en la calle del General Vives, a dos pasos del parque de Santa Catalina, abrió su primera oficina comercial.
En 1944 inició sus vínculos con el puerto tinerfeño y en octubre de ese mismo año adquirió el pailebote RAPIDO. A partir de 1954 enlazó con Santa Cruz de La Palma y otros pequeños puertos y embarcaderos palmeros, dedicándose, sobre todo, al tráfico de la piedra de cal y retorno con espectaculares cubertadas de varas y estacones para los tomateros.
El negocio marítimo de Antonio Armas Curbelo fue creciendo con el paso de los años. A los pioneros ASTELENA y RAPIDO siguió la compra de otras unidades de su misma clase…
El autor sigue narrando extensamente los avatares de la naviera, bajo el mando de Antonio Armas Curbelo, hasta la la llegada del relevo generacional, culminado en el año 1968 y confirmado definitivamente en 1973. En 1985 fallece el fundador de la naviera. Esto ocurre el 20 de marzo, y, según el autor cita, Juan Francisco Fronte, en su columna Desde Mi Noray, del diario LA PROVINCIA, citaba: Con Antonio Armas desaparece una importante figura de la historia del Puerto de La Luz. Fue uno de los grandes impulsores del tráfico de cabotaje interinsular y con los puertos de Africa Occidental.
Un gran y relevante personaje canario, indudablemente.
Respecto al ASTELENA, el autor cita: ASTELENA (1941-1979). Construcción: 1904 -Varadero de Julián Cedín Leis Puenteceso- La Coruña
Registro bruto: 99 toneladas. Registro neto: 95 toneladas. Peso muerto: 170 toneladas.
Eslora total: 25,57 metros. Eslora e.p.p.: 22,80 metros. Manga: 6,80 metros. Puntal: 2,70 metros. Calado: 1,50 metros. Matrícula: Las Palmas. Distintiva: EEAS. Propulsión: Un motor semi-diesel. Potencia: 170 caballos. Velocidad: 6 nudos.
El más famoso de todos los motoveleros de Antonio Armas Curbelo fue, sin duda, el ASTELENA, que lo adquirió en septiembre de 1941 a la sociedad velera La Semana, de Bilbao. Por entonces ya era un barco viejo.
El patrón Juan Umpiérrez recuerda que «tenía unos tensores por dentro para sujetar las cuadernas del casco».
El buque, velero puro en sus comienzos, había sido construido por el carpintero de ribera Julián Cedín Leis, quien, el 11 de abril de 1904, ante el notario Rafael Pérez Santamaría, de La Coruña, lo entregó a José Calle Astorquia, uno de los socios de La Semana, que pagó 45.800 pesetas, coste final de su construcción.
Cuando lo compró Antonio Armas Curbelo pagó por él la significativa cantidad de 45.000 10 pesetas y desde Bilbao -con el patrón Juan de León al mando- hizo viaje a Arrecife para incorporarse de inmediato a las faenas del servicio interinsular canario.
Sin embargo, el estado de conservación del barco era tan pésimo que fue necesario proceder a una reconstrucción total del casco y en el varadero de Puerto de Naos, en Arrecife, maestro Pancho Trujíllo fue el encargado de los trabajos y «lo dejó como nuevo». Desapareció entonces el botalón de proa y el aparejo inicial, con lo que el ASTELENA cobró aspecto de motovelero y, devuelto de nuevo a la vida marinera, en sus primeros tiempos estuvo dedicado al tráfico de la sal y piedra de cal, que llevaba a Las Palmas, Tenerife y La Palma, desde donde regresaba cargado de varas para los tomateros de Fuerteventura.
La vida marinera del ASTELENA está llena de incidentes, el más grave de los cuales ocurrió en el puerto tinerfeño el 13 de septiembre de 1954, cuando la explosión de una bombona de butano lo abrió de cuajo de popa a proa y se hundió. En el siniestro perecieron cuatro tripulantes. El barco pudo ser reflotado con la ayuda de una cabria flotante que se trajo desde Las Palmas y, de nuevo, las manos expertas de maestro Pancho Trujillo -que vino desde Arrecife- fue el encargado de su reconstrucción. Entonces se le puso un puente a popa, se mejoró la habilitación y con su estampa modernizada aún le quedaban bastantes años de vida por delante.
Los años no pasaban en balde y el veterano motovelero acusaba los achaques de su larga vida. En 1961 lo auxilió el RAPIDO, otro de los barcos de la flota, tras quedar al garete. En 1966 fue el motovelero DIANA, también de Antonio Armas, el que acudió en su ayuda y en aquella operación intervino además la motonave ANDRES RIAL. Luego, en junio de 1968 embarrancó en Jandía y pudo ser reflotado gracias a la intervención de la motonave MARIJE, de su misma contraseña. Al año siguiente, fue la motonave LARRALDE la que acudió en su ayuda tras captar una llamada de auxilio.
Innecesario para los servicios de la flota de Antonio Armas y desplazado por la presencia de las motonaves, el veterano ASTELENA fue vendido a Leandro Sanginés, un conocido comerciante de Arrecife de Lanzarote, que lo preparó como correo para enlazar Arrecife y Mauritania.
No hubo acuerdo y, finalmente, el 18 de mayo de 1979, la Dirección General de la Marina Mercante autorizó la exportación del buque a Holanda, adquirido en 145.000 pesetas por el capitán Antón den Teuling, bajo cuya bandera pasó a realizar viajes turísticos.
Esperamos la colaboración de algún lector para completar la historia del buque antes y después de su inclusión en la flota de Armas Curbelo.
Foto 1.- La familia Armas-Fernández. Del libro ANTONIO ARMAS. LA TRADICIÓN DE UN NAVIERO.
Foto 2.- El ASTELENA en aguas de los Roques de Anaga. Preciosa acuarela de Francisco Noguerol. Del libro ANTONIO ARMAS. LA TRADICIÓN DE UN NAVIERO.
Foto 3.- Las salinas de Arrecife. De la pagina web ARCHIVO FEDAC.
Foto 4.- Motovelero ASTELENA en sus últimos años de mar. Archivo Alejandro Pérez Armas. Del libro ANTONIO ARMAS. LA TRADICIÓN DE UN NAVIERO.
También de Juan Carlos Díaz Lorenzo es el libro ANTONIO ARMAS. LA TRADICIÓN DE UN NAVIERO, que afortunadamente para todos los amantes de la historia tiene su continuación en el libro NAVIERA ARMAS. UNA NUEVA GENERACION.

El primero de ellos, editado en Las Palmas de Gran Canaria, en 1995, esta impreso por Litografía A. Romero S.A. y su ISBN es 84-605-3235-6. Con el permiso de su autor nos basaremos en el para hacer una pequeña introducción de Antonio Armas Curbelo, el naviero mas destacado que han dado las Islas Afortunadas, y del que fue su primer buque como tal naviera; el pequeño motovelero ASTELENA. Leamos: Trayectoria y vicisitudes. Una compañía naviera nacida en Canarias hace más de cincuenta años y que en 1992 celebró sus bodas de oro constituye un hecho singular en la historia marítima de las islas y de la Marina Mercante española, pues mantenerse a lo largo de media centuria de forma ininterrumpida en el negocio naviero no representa una empresa fácil. Ese hito lo ha logrado Naviera Armas -o Antonio Armas Curbelo S.A., como se denominó hasta finales de 1994- y el hecho viene refrendado, además, por un importante programa de renovación de flota, con una inversión de 7.000 millones de pesetas en la construcción de dos nuevos buques mixtos para los servicios interinsulares de Canarias y el establecimiento de nuevas líneas comerciales.
Han pasado, pues, cincuenta años y la contraseña de esta empresa con el gallardete sobre fondo azul y amarillo con círculo blanco y las iniciales AA en color rojo, es muy familiar de todos los canarios, porque además lleva consigo el prestigio de un constante quehacer y, lo que es más importante, tiene la virtud de ofrecer al Archipiélago un servicio de primera línea y calidad en consonancia con los más avanzados y modernos medios de transporte como son, en la actualidad, un total de seis buques rolones que configuran una dinámica autopista sobre el mar de las islas.
Sus orígenes los encontramos en la persona de Antonio Armas Curbelo, natural de Yaiza (Lanzarote), en donde nació en 1899 en el seno de una familia humilde. En 1919, cuando aún no contaba 20 años de edad, abrió en Arrecife un establecimiento de tejidos y a partir de entonces su vida -y la de sus hermanos Gregorio y Leonardo- fue una constante labor de trabajo, esfuerzo y sacrificios hasta alcanzar una posición envidiable en el concierto económico insular.
El espíritu inquieto y emprendedor de Antonio Armas hizo que su actividad comercial se fuera incrementando y se convirtiera con el paso del tiempo en propietario de una ferretería, representante de los automóviles de la firma americana General Motors, socio de una factoría de pescado y de las salinas de Arrecife, corresponsal del Banco Español de Crédito (BANESTO), Banco de Bilbao, etcétera.
En lo familiar, el 21 de abril de 1927 contrajo matrimonio con Efigenia Fernández Cabrera, en ceremonia celebrada en la iglesia de San Roque, en Tinajo, pueblo natal de la desposada, de cuya unión nacieron tres hijos: María Elena, Gloria y Antonio.
La primera experiencia de Antonio Armas Curbelo como armador se produjo, previsiblemente, hacia 1936, cuando compró a Antonio Bordón el pailebote ROSARIO, y que habría de perderse el 24 de diciembre de 1937 a la entrada de Puerto Naos, en Arrecife, en medio de un temporal con vientos muy fuertes del SW.

Según recuerda el patrón Juan Umpiérrez Martín, que en esa época se dedicaba a la pesca con su padre y sus hermanos, la tripulación del ROSARIO -conocido también como Rosarito- no lo pudo gobernar y el barco, que lo mandaba maestro Juan Chacón, acabó hundiéndose frente al lugar que en la actualidad ocupa la Escuela de Formación Náutico Pesquera de la capital lanzaroteña.
Esta circunstancia le obligó a buscar otros horizontes y Antonio Armas Curbelo, siempre inquieto y atenazado por las dificultades económicas -no olvidemos que España estaba en guerra-, se fue con su amigo Hermenegildo Duarte durante seis meses a bordo del pesquero CARMEN a la pesca de la corvina en Cabo Blanco, en 1938, aunque la campaña no tuvo éxito.
Como puede apreciarse, el protagonista principal de esta historia fue un hombre de su tiempo, un trabajador incansable y, sobre todo, un luchador nato y dotado con una singular visión para los negocios, a quien los azares del destino le situaron en un puesto relevante en la historia marítima de Canarias, si bien el personaje jamás quiso arrogarse protagonismo alguno.
Pronto, el talante de aquél hombre emprendedor, creó escuela. El negocio iba prosperando. Antonio Armas se interesó también por el tráfico salinero, que le era consustancial y que por entonces tenía un marcado protagonismo en la vida comercial insular. La sal era necesaria para muchas cosas y, entre otras, para las salazones de pescado, todo lo cual conformaba una cadena comercial, pues el puerto de Lanzarote era uno de los principales núcleos de operaciones de los pesqueros artesanales y en tierra firme se generaba una actividad importante, en la que la sal – hasta la aparición de los frigoríficos- suponía un elemento imprescindible.
Los contratiempos sufridos no le desanimaron y «luchaba con una forma de pensar en la que su palabra estaba por encima de cualquier contrato», como bien recuerda su hijo Antonio Armas Fernández, que ha sabido ser el fiel continuador de la herencia de su padre, y ha tenido la virtud e inteligencia -como pocos- de expandir y multiplicar su legado.
Uno de los tráficos más típicos del cabotaje de la época era el de la piedra de cal, que tenía a Puerto Cabras -o Puerto del Rosario, si se prefiere-, en Fuerteventura, como el principal centro de dicha actividad….
Evolución de la flota: Antonio Armas trabajó en las salinas y en sus primeros años exportaba la sal a Las Palmas a bordo de embarcaciones que arrendaba, hasta que se produjo el arranque de su etapa como armador con la adquisición, en septiembre de 1941, del pailebote ASTELENA, con el que habría de iniciar la gran trayectoria de lo que ha sido la naviera que conocemos cincuenta años después.
Con la citada unidad se dedicó en un principio al transporte de sal desde las salinas de Janubio y de Arrecife -de la que fue propietario- a los mercados de Fuerteventura y Gran Canaria.
El crecimiento de su actividad le obligó a trasladarse en 1942 de Arrecife a Las Palmas y en la calle del General Vives, a dos pasos del parque de Santa Catalina, abrió su primera oficina comercial.

En 1944 inició sus vínculos con el puerto tinerfeño y en octubre de ese mismo año adquirió el pailebote RAPIDO. A partir de 1954 enlazó con Santa Cruz de La Palma y otros pequeños puertos y embarcaderos palmeros, dedicándose, sobre todo, al tráfico de la piedra de cal y retorno con espectaculares cubertadas de varas y estacones para los tomateros.
El negocio marítimo de Antonio Armas Curbelo fue creciendo con el paso de los años. A los pioneros ASTELENA y RAPIDO siguió la compra de otras unidades de su misma clase…
El autor sigue narrando extensamente los avatares de la naviera, bajo el mando de Antonio Armas Curbelo, hasta la la llegada del relevo generacional, culminado en el año 1968 y confirmado definitivamente en 1973. En 1985 fallece el fundador de la naviera. Esto ocurre el 20 de marzo, y, según el autor cita, Juan Francisco Fronte, en su columna Desde Mi Noray, del diario LA PROVINCIA, citaba: Con Antonio Armas desaparece una importante figura de la historia del Puerto de La Luz. Fue uno de los grandes impulsores del tráfico de cabotaje interinsular y con los puertos de Africa Occidental.
Un gran y relevante personaje canario, indudablemente.
Respecto al ASTELENA, el autor cita: ASTELENA (1941-1979). Construcción: 1904 -Varadero de Julián Cedín Leis Puenteceso- La Coruña
Registro bruto: 99 toneladas. Registro neto: 95 toneladas. Peso muerto: 170 toneladas.
Eslora total: 25,57 metros. Eslora e.p.p.: 22,80 metros. Manga: 6,80 metros. Puntal: 2,70 metros. Calado: 1,50 metros. Matrícula: Las Palmas. Distintiva: EEAS. Propulsión: Un motor semi-diesel. Potencia: 170 caballos. Velocidad: 6 nudos.
El más famoso de todos los motoveleros de Antonio Armas Curbelo fue, sin duda, el ASTELENA, que lo adquirió en septiembre de 1941 a la sociedad velera La Semana, de Bilbao. Por entonces ya era un barco viejo.
El patrón Juan Umpiérrez recuerda que «tenía unos tensores por dentro para sujetar las cuadernas del casco».
El buque, velero puro en sus comienzos, había sido construido por el carpintero de ribera Julián Cedín Leis, quien, el 11 de abril de 1904, ante el notario Rafael Pérez Santamaría, de La Coruña, lo entregó a José Calle Astorquia, uno de los socios de La Semana, que pagó 45.800 pesetas, coste final de su construcción.
Cuando lo compró Antonio Armas Curbelo pagó por él la significativa cantidad de 45.000 10 pesetas y desde Bilbao -con el patrón Juan de León al mando- hizo viaje a Arrecife para incorporarse de inmediato a las faenas del servicio interinsular canario.
Sin embargo, el estado de conservación del barco era tan pésimo que fue necesario proceder a una reconstrucción total del casco y en el varadero de Puerto de Naos, en Arrecife, maestro Pancho Trujíllo fue el encargado de los trabajos y «lo dejó como nuevo». Desapareció entonces el botalón de proa y el aparejo inicial, con lo que el ASTELENA cobró aspecto de motovelero y, devuelto de nuevo a la vida marinera, en sus primeros tiempos estuvo dedicado al tráfico de la sal y piedra de cal, que llevaba a Las Palmas, Tenerife y La Palma, desde donde regresaba cargado de varas para los tomateros de Fuerteventura.
La vida marinera del ASTELENA está llena de incidentes, el más grave de los cuales ocurrió en el puerto tinerfeño el 13 de septiembre de 1954, cuando la explosión de una bombona de butano lo abrió de cuajo de popa a proa y se hundió. En el siniestro perecieron cuatro tripulantes. El barco pudo ser reflotado con la ayuda de una cabria flotante que se trajo desde Las Palmas y, de nuevo, las manos expertas de maestro Pancho Trujillo -que vino desde Arrecife- fue el encargado de su reconstrucción. Entonces se le puso un puente a popa, se mejoró la habilitación y con su estampa modernizada aún le quedaban bastantes años de vida por delante.

Los años no pasaban en balde y el veterano motovelero acusaba los achaques de su larga vida. En 1961 lo auxilió el RAPIDO, otro de los barcos de la flota, tras quedar al garete. En 1966 fue el motovelero DIANA, también de Antonio Armas, el que acudió en su ayuda y en aquella operación intervino además la motonave ANDRES RIAL. Luego, en junio de 1968 embarrancó en Jandía y pudo ser reflotado gracias a la intervención de la motonave MARIJE, de su misma contraseña. Al año siguiente, fue la motonave LARRALDE la que acudió en su ayuda tras captar una llamada de auxilio.
Innecesario para los servicios de la flota de Antonio Armas y desplazado por la presencia de las motonaves, el veterano ASTELENA fue vendido a Leandro Sanginés, un conocido comerciante de Arrecife de Lanzarote, que lo preparó como correo para enlazar Arrecife y Mauritania.
No hubo acuerdo y, finalmente, el 18 de mayo de 1979, la Dirección General de la Marina Mercante autorizó la exportación del buque a Holanda, adquirido en 145.000 pesetas por el capitán Antón den Teuling, bajo cuya bandera pasó a realizar viajes turísticos.
Esperamos la colaboración de algún lector para completar la historia del buque antes y después de su inclusión en la flota de Armas Curbelo.
Foto 1.- La familia Armas-Fernández. Del libro ANTONIO ARMAS. LA TRADICIÓN DE UN NAVIERO.
Foto 2.- El ASTELENA en aguas de los Roques de Anaga. Preciosa acuarela de Francisco Noguerol. Del libro ANTONIO ARMAS. LA TRADICIÓN DE UN NAVIERO.
Foto 3.- Las salinas de Arrecife. De la pagina web ARCHIVO FEDAC.
Foto 4.- Motovelero ASTELENA en sus últimos años de mar. Archivo Alejandro Pérez Armas. Del libro ANTONIO ARMAS. LA TRADICIÓN DE UN NAVIERO.
Hola D. Antonio:
Fui Jefe de Máquinas de la empresa en los barcos,
Volcán de Tisalaya, Volcán de Teneguia, Volcán de
Tamia, Volcán de Timanfaya, Volcán de Tauce,
Volcán de Tinache y por ultimo Volcán de Tamasite.
Los antiguos. Llevo 11 años jubilado y pertenezco a un club de camping, Caravaning Club Tinerfe. Casi
todos los veranos viajo a la Península hacia Portimao. Este ultimo año no viaje. Antes lo hacia en Transmediterranea, pero me interesa mas por Portugal y mejor ahora por Huelva. El Club estuvo tratando de conseguir un descuento al viajar hacia
Portimao, pero no se logró. No se podia hacer un pequeño esfuerzo?. Iriamos mas componentes del camping.
Un cordial saludo.
mi padre navego cuarenta años en la empresa ,me gustaría conseguir una foto del diana cuando le hicieron una reforma
un saludo juan luis umpierrez
Hola fui sobrecargo en naviera armas en el antiguo volcán de tamasite. Quisiera dar las gracias a d. Antonio armas y en particular a d. Antonio armas «Junior» y felicitarles por el buen rumbo de la naviera de la que guardo un gratisimo recuerdo
Quisiera saber si los armas de cuba son dependientes de ustedes mi bisabuelo era de aquí de las islasiguientes se llamaba victor de armas, me gustaría saber si tenemos algún parentesco , disculpen las molestias, mi abuelo decía que el de se lo habían incluido y así se quedo y que los armas todoson eran familia.siento mucho infortunar.
le tengo que dar mil gracias soy una madre muy orgullosa de tener a mi hijo trabajando en naviera armas ya lleva dos campañas y se siente muy contento de pertenecer a esta naviera el empezó en el volcán tamasite y hoy esta en volcán de timanfaya
Buenas,no busco ningún tipo de molestia, así como un acercamiento a posibles familiares que debo tener en Canarias.Mi nombre es Pedro Javier Alejo Armas,mi madre se llama Rina Armas Orizondo,somos de Cuba y vivimos en la provincia de Santa Clara.Mi bisabuelo murió en un barco iendo para Canarias,pues estaba enfermo de fiebre bubónica,y en aquel entonces su cuerpo fué lanzado al mar.No somos (de Armas)aclaro.Soy Músico y por favor si nesecitamos saber que parentesco pudiese haber con ustedes o no.Supe de su existencia por unas amistades cubanas que vivieron allá pero se fueron a los Estados Unidos,creame que mi familia por parte de madre desde que tengo uso de razón han querido saber de esa parte de nuestra familia,vuelvo y repito con el único interés de hacercarnos o al menos saber de los nuestros que viven allá.Pido discúlpas si estoy importunando pero a mi familia le ha hecho mucha ilución tener aunque sea una respuesta.Mi bisabuelo se llamaba Pedro Victorino Armas Linares natural de Santa Cruz de Tenerife y mi abuelo que también murio mucho antes de yo nacer se llamaba Pedro Armas Moralez.Hago esto de esta forma porque no hay manera o nunca a existido otra forma.Muchas gracias y disculpe cualquier molestia que esté ocacionando…
Hola yo estube nabegando en los año 70 en el antonio Armas y luego pase al volcan deyaiza en la Ruta entre las isla con el capitan don Manuel Garrocho martinez ymealegro que la compañia alla prosperado como lo esta Asiendo mealegro por antoñito que asi le llamabamos poraquellos tiempos y su primo Gregorio Armas un saludo atoda la familia