Desde que era pequeño, siempre que abro un libro voy directo a la dedicatoria. “In Memoriam». A nuestro padre Eugenio Erhardt Hormaeche (1923-2007), quien siempre nos enseño, con su ejemplo, lo importante de la vida.
Rafael Erhardt Oraá y Eugenio Erhardt Oraá, Vice-Chairman y Presidente del actual ERHARDT. Grupo de Empresas, y cuarta generación de la honorable familia, recuerdan, de esta manera, a su padre y antecesor en el cargo, y a la responsabilidad de llevar adelante un grupo de empresas centenario. El libro que la contiene es, ERHARDT. 1882-2007. SEMBLANZAS. Editado por E.Erhardt y Cia. S.A. en el año 2007, año en que la Empresa celebraba sus 125 de existencia. Su D.L.: BI-2647-07.
Piensen los lectores en el inmenso orgullo y responsabilidad, ganados a pulso y esfuerzo, que representa llevar el timón de una organización centenaria y familiar. Piensen también los lectores que por nacionalidad y localización de la empresa, esta ha sufrido, en su historia, dos guerras mundiales y una guerra civil, la española, que pusieron a prueba el temple y la madera de que estaban hechos los Erhardt. Y salio buena. Rigor y eficacia germánicos unidos a tesón vasco a través de generaciones. La lectura del libro desvela los secretos del éxito y la promesa de su regeneración futura.
En su introducción Rafael Erhardt Oraá recuerda, que, en el largo camino seguido, no todo han sido éxitos, recuerda también, que las inversiones a veces son para la obtención de beneficios a largo plazo, que una empresa es un ser vivo que se transforma y que de los fracasos se aprende y se adapta uno a las circunstancias del momento, pero, y nunca como las grandes corporaciones, se da el carpetazo, abandonando un país o una línea de negocio. Reinvención y renovación para renacer a lo largo de la historia.
Por su parte Eugenio Erhardt Oraá habla de orgullo, agradecimiento e ilusión. Ya antes de leerle se puede entender perfectamente: Orgullo por el pasado, ya que pocas, muy pocas, empresas del sector pueden mostrar en su escudo heráldico la huella de más de un siglo.
Agradecimiento, evidentemente, para todos los que lo han hecho posible, y desde estas líneas a quien a liderado con mesura, ponderación y sentido común una empresa de renombre en la Vida Marítima de este país.
Ilusión, evidentemente también, por el futuro. El Sr. Erhardt habla de un sueño y de seguir soñando con ilusión. La realidad, globalmente dura en estos momentos, no podrá con la ilusión y el tesón de una saga que busca perpetuarse en la buena historia del trabajo y el exito. El tiempo les dará la razón; este es el deseo que enviamos desde estas líneas.
El libro, después de la introducción, relata la historia general de la Empresa en los siguientes capítulos: Erhardt una Empresa Familiar, 1882-2007; Guten Morgen, Bilbao, con el que nombramos este articulo y que es una bonita narración de la llegada de un emigrante a un país de contrastes; De Hierro: Minas, Caminos y Hombres, sobre la actividad inicial de la Empresa; Krupp: Breve Semblanza de un Imperio, que narra la historia, resumida, de semejante coloso de los negocios, la carpeta del cual traía bajo su brazo Eugene Erhardt cuando llego a Bilbao; Erhardt & Dekkers, “La Familia Holandesa”, que narra la vida de la filial, empresa naviera, de Holanda; Líneas y Consignaciones, articulo dedicado a las diferentes navieras consignadas en España por Erhardt entre las que destaca la HAPAG y la NORDDEUTSCHER LLOYD, entre otras muchas; Alvargonzalez, socios y amigos, narra las relaciones personales con este otro gran personaje de nuestra Vida Maritima; Erhardt Naviera: El Mar Nuestra Pasión, muy interesante capitulo que habla de las navieras que tuvo la Sociedad. Eran estas Naviera Eco, S.A., Tráficos Navieros S.A. y Off-Shore España, que abrió en nuestro país el mercado de los Supply-Ship; Comercio Exterior: Tradición Viajera, prácticamente en los orígenes y espíritu de la creación de Erhardt; Vocación de Comerciantes, donde se habla de las representaciones y espiritu comercial de los lideres de la Compañía; Años 60 y 70: El Grupo Industrial, historia de la rama de la Empresa que se implico en la industria, los talleres, factorías, etc.; Erhardt y el Mundo del Seguro: Un largo Camino….en Buenas Compañías, habla de la larga tradición de Erhardt en el mundo de las aseguranzas, empezado en 1918 con la Nord-Deutsche Versicherungs-Gessellchaft (seguros marítimos); La Actividad Constructora e Inmobiliaria, otra de las facetas de la Compañía; Especialidad, los Aislantes: ITASA, empresa de aislamientos que muestra la cara polifacetica de la Empresa; Recuperación de Materiales, o REMASA, dedicada al desguace de buques, donde llego a desguazar entre otros 128 buques, al KUNGSHOLM y a varios portaaviones de escolta americanos. Interesante y curioso este capitulo de la Compañía; De las Expediciones a la Logística Integral, o como se desarrollaban los servicios de importación y exportación en los años de la posguerra; Fletamento y Operador de Buques, pasado y presente de esta rama de la Compañía.
Interesantísimo apartado del libro; Los Servicios Portuarios, relato sobre esta parte del negocio marítimo; Negocios al Pormenor; Nuevas Aventuras, de la restauración a la náutica deportiva y de la moda a lo que pueda llevar en el futuro la aventura de un negocio interesante; Erhardt Tecnología, la Nueva Frontera, o el mundo de las comunicaciones y la tecnología; Formarse…o Conformarse, división de tecnologías de la información; Comunicación Corporativa, sobre la identidad y la imagen de empresa; Adictos a la Innovación, en que se recuerda que aunque con solera e historia, la Empresa mira adelante y evoluciona, sin rupturas, hacia nuevos horizontes. Por fin en el capitulo Clientes, Fieles Compañeros de Camino, se recuerda con agradecimiento y cariño a los clientes fieles que han hecho grande a la Compañía.
Colofón del libro son los apartados Asi Fuimos, Asi Somos; Guerras, Crisis y Depresiones, cronograma de la carrera de obstáculos que les ha tocado vivir a los Erhardt, y 1882-2007….Un Equipo en Marcha, recuerda lo que fue, lo que es y lo que sera la gran casa. Un libro calido y agradable de leer, que muestra el orgullo por el pasado y la decisión y el valor para afrontar el futuro.
Pero, como todo en la vida, esta gran organización tuvo su génesis en la voluntad de dos personas que la hicieron nacer y desarrollarse. Veamos a través de apuntes del mismo libro quienes fueron sus fundadores: El comienzo de esta historia se remonta a la segunda mitad del Siglo XIX cuando, en Wasseralfingen (Alemania), nacen los hermanos Erhardt, Eugen en 1857 y Karl en 1855.
El origen de la compañía se sitúa años más tarde cuando, en 1882, en Stuttgart, el joven Eugen Erhardt, con 25 años, junto con su hermano Kari, crean Erhardt & Co. como una Geselischaft mit beschranktez Haftung. El objeto social de la compañía era actuar como representante de compañías industriales y agente naviero; su primer cliente fue la siderúrgica alemana Fried Krupp GmbH.
En esas fechas, la compañía se estableció en Bilbao y Santander con un capital de 100.000 pesetas para atender los intereses mineros que Krupp tenía en España, así como para supervisar y coordinar las exportaciones del mineral de hierro con destino al norte de Europa y representar a los barcos que atendían dicho tráfico.
Hay que tener en cuenta que a finales del Siglo XIX la firma Krupp era una de las mayores compañías de la época, con intereses en diversas actividades y regiones. En España se abastecía de materia prima por lo que, estratégicamente, decidió participar en
el negocio de las minas de hierro; una de las mayores productoras era Orconera Iron Ore Co. Ltd, situada en Somorrostro.
Adicionalmente, Krupp estableció en 1873 su propia compañía naviera en Rotterdam, para asegurarse el aprovisionamiento del mineral, fundamentalmente español.
Debido a esta estrecha relación con Krupp, Erhardt se establece en Colonia y Rotterdam para supervisar, como agente, los barcos que llegaban al norte de Europa cargados de mineral de hierro y para controlar los que retornaban a Bilbao con material siderúrgico transformado: raíles para el ferrocarril, tubos, etc. Muchos de estos productos eran transformados en la propia siderúrgica de Krupp.
Erhardt los comercializaba y vendía como representante de la firma.
Los hermanos Erhardt, además de trabajar juntos en la compañía, se casan con dos hermanas Lingenbrink; Eugen se casa con Alwine (1858-1936) y Karl con Emilie (1859-1929).
Eugen Erhardt Kausler viaja constantemente entre Alemania, Holanda y España, pero es en Bilbao donde establece su residencia, donde asienta su hogar junto con su esposa y donde nacen sus cuatro hijos: el mayor Eugenio en 1887, el segundo Otto en 1889, Richard en 1892 y la pequeña Martha en 1899. Por otra parte, Karl se instala en Stuttgart con su familia.
En las últimas décadas del Siglo XIX, en Bilbao, se produce un gran desarrollo industrial. Entre 1880 y 1890 se multiplicó la extracción de hierro en Vizcaya, llegando a alcanzarse la décima parte de la producción mundial, pasando de obtenerse más de 3.5 millones de toneladas, en 1880, a 6.5 millones, en 1890, de las cuales se exportaron unos 4.8 millones. Estas ingentes cantidades de mineral salían por el puerto de Bilbao, fundamentalmente a Inglaterra y Escocia, el 70%, y a Holanda y a Alemania el 25%.
Toda esta actividad dinamiza la vida económica vizcaína y el puerto de Bilbao se convierte en uno de los primeros de Europa por volumen de mercancía. Por todo ello, a partir de 1900, aparecen compañías navieras que inician los tráficos de línea regular con el puerto de Bilbao, fundamentalmente aquellas que tienen tráficos con el Norte de Europa y América del Sur. Erhardt, dentro de sus actividades, fue consiguiendo la representación en el puerto de Bilbao de algunas de las navieras que comenzaban el tráfico regular; entre otras: la Norddeutscher Lloyd, la Deutsche Dampfschiffahrts Geselischaft Hansa Linie, la Hamburg-Amerika Linie, o la Oldenburg-Portugiesische Dampfschiffs-Rhederei.
La primera guerra mundial (1914-1918) influye notablemente reduciendo el desarrollo iniciado por la compañía, especialmente en lo que se refiere a la parte alemana, gestionada por Karl, que desaparece, y también se minimiza enormemente el negocio holandés y, por ende, el español.
Eugen Erhardt Kausler muere en 1919, a los 62 años, en Colonia.
En 1919 sus hijos Eugenio y Otto ya trabajaban en el negocio familiar; el primogénito se queda en Bilbao y asume el control de la compañía tras la muerte de su padre junto con Wilheim Eickhoff, socio y hombre de confianza de Eugen.
Eugenio Erhardt Lingenbrink se casó con Soledad Hormaeche y Arriaga (1895-1952) natural de Plencia; tuvieron 3 hijos: la mayor, Mercedes, nacida en 1920, Eugenio, en 1923 y Alberto, en 1925.
En 1921 la compañía se transforma en una sociedad limitada española, con objeto de continuar los negocios de la casa Erhardt & Co. GmbH. Se firma ante el notario de Bilbao D. Celestino María del Arenal la constitución de la firma E. Erhardt y Cía. Ltda.; dicha compañía tenía el domicilio social en Bilbao y contaba con una sucursal en Santander y otra, recién abierta, en Barcelona.
Los primeros socios fueron los hermanos Erhardt Lingenbrink, Eugenio, Otto y Martha, así como Wilheim Eickhoff.
Mientras, Otto, que vivía y trabajaba en Rotterdam, se hizo cargo del negocio familiar en Holanda, donde ya se había constituido una sociedad holandesa bajo el nombre de Erhardt & Dekkers; en dicha firma también tenían participación sus hermanos Eugenio y Martha y el señor Dekkers.
A partir de 1920, y hasta 1945, la tendencia del comercio efectuado por el puerto de Bilbao es negativa. De hecho, la crisis industrial de 1921 afectó muy seriamente a la actividad siderúrgica vizcaína.
La crisis económica mundial llega a España también en los años 30; los sectores más afectados fueron la agricultura y la industria extractiva que trabajaban, en gran medida, para la exportación. Al mismo tiempo se agravaba la situación de las finanzas del país y la caída del valor de la peseta adquiría caracteres alarmantes. La economía española, ya de por sí precaria, se vio paralizada por el comienzo de una triple crisis: agrícola, industrial y monetaria. La situación de la población activa empeora y aumenta el paro.
Eran unos años agitados y de cambios. También el negocio se transformaba; durante estos años la compañía desarrolla nuevas actividades en los campos de fletamentos y como representante de compañías de Seguros, además de seguir actuando como agente de la siderúrgica Krupp y de otras firmas como Franz Haniel, etc.
En esta década, tanto la guerra civil (1936-1939) como la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) obligan a un paréntesis en las actividades de la sociedad inmersa en una recesión económica que terminaría en 1947.
En Septiembre de 1946, los hermanos Eugenio y Alberto Erhardt se incorporan al negocio familiar. Posteriormente, tras la muerte de su padre Eugenio Erhardt Lingenbrink, en 1951, con 64 años, y de su madre Soledad, un año después, los tres hermanos heredan las acciones en E. Erhardt y Cía. Ltda.
Por este motivo, en el verano de 1951 la tercera generación de los Erhardt toma el control de la firma, nombrando a Eugenio Erhardt Hormaeche como director gerente. Durante los siguientes años los hermanos Eugenio y. Alberto trabajan estrecha e intensamente para hacer crecer a la compañía y adaptarla a las nuevas circunstancias del país.
En 1950, Eugenio Erhardt Hormaeche se había casado con María Luisa Oraá en Bilbao y de esta unión nacen ocho hijos: Eugenio, Maria Luisa, Isabela, Ana, Eduardo, Ramón, Iñigo y Rafael.
En los años 50 y 60 se vive una época de expansión dentro de la compañía. Se abren las oficinas de Madrid, San Sebastián, Aviles y, posteriormente, La Coruña que se unen a las ya establecidas en Santander y Barcelona. Se fundaron distintas sociedades por todo España: navieras, como Tráficos Navieros y Naviera Eco, estibadoras como Carmesa, la aseguradora Ércos, sociedades industriales como Mecánica de la Peña, Itasa, Erpo, Mecaner, Tamese, Talleres Moreda y Serantes… se inician actividades de ingeniería como la creación de Sener, Remasa, Indesa, constructoras como Inducosa, etc. Todo ello, sin abandonar las líneas de actividad tradicionales, es decir la representación de armadores e industriales y el comercio exterior.
Debido a esta expansión, se trasladaron las oficinas centrales de Erhardt en Bilbao pasando al edificio de la calle Ercilla en 1956…..
El libro prosigue con la historia familiar hasta la llegada de los actuales gestores, y, al mismo tiempo, narra la transformación de la Empresa y su adaptación a los cambios estructurales de cada momento de la Historia. No obstante, y como los lectores de esta pagina bien conocen, nuestro limite cronológico se que da en los años cincuenta, por lo que nos concentraremos en esta franja de tiempo, y, volviendo con el libro, veremos lo que sintió Eugen Erhardt Kausler el día en que desembarco en Bilbao: Aquel 29 de Junio de 1882, jueves, un cielo plomizo cubría la Villa de Bilbao. A ratos, una fina lluvia limpiaba sus calles.
Eugenio Erhardt Kausler acababa de desembarcar. Con 25 años recién cumplidos, y casado hace apenas dos meses con Alwine Lingenbrink, Eugenio tenía el palpito, casi la seguridad, de que, a partir de ahora su vida, su familia y su trabajo iban a estar indisolublemente unidos a aquella ciudad en la que apenas llevaba unas horas.
Hace sólo unas semanas que ha creado ERHARDT Y CÍA.GMBH y ha conseguido para ella un contrato como agencia de la empresa siderúrgica alemana Krupp con la responsabilidad de supervisar la producción de las minas de hierro de Vizcaya y Cantabria que cuentan con importantísimos contratos de compra de mineral por parte de Krupp. ERHARDT deberá encargarse, además, de la organización de los envíos de mineral siderúrgico a Alemania hasta las fábricas de Krupp en Essen.
Eugenio Erhardt no puede evitar pensar que el discurrir de su vida se ha acelerado tremendamente en los últimos meses: se acaba de casar, ha creado su empresa, ha establecido relaciones comerciales con un imperio, el de los Krupp… Y ahora, ahí está él, en un país cuya lengua desconoce, en una ciudad de poco más de 40.000 habitantes, a las orillas de un río, el Nervión, a pocos kilómetros del mar Cantábrico… El ánimo se le encoge.
Pero son sólo unos segundos. Enseguida se repone. Bilbao, ahí afuera, le está esperando. Antes de salir a la calle, desde el modesto hotel del Casco Viejo donde se hospeda, ordena su equipaje.
En la mesita de noche, un periódico alemán que le ha acompañado en la travesía hasta Bilbao. Lo ha leído varias veces: comentarios sobre la Triple Alianza que firmaron en Viena el pasado 20 de Mayo, Alemania, el Imperio Austrohúngaro e Italia; el estreno de una nueva ópera de Richard Wagner, «Parsifal” parece que se llama; noticias sobre la ocupación de Egipto por tropas británicas; alguien, un tal Robert Koch, que dice haber descubierto la vacuna contra la tuberculosis; la nota necrológica de Garibaldi, fallecido unas semanas antes…. ¡Ah! También hay algo referente a España: parece qué un tal Gaudí, arquitecto, ha comenzado la construcción en Barcelona de un gran templo que llaman de la Sagrada Familia.
Unas horas más tarde, ya de vuelta de nuevo en el hotel, Eugenio rememora, gratamente sorprendido, el Bilbao que acaba de descubrir.
Le ha impresionado la pujanza financiera de la ciudad, en una sola calle, la de Bidebarnera, en poco más de 100 metros, se alinean seis oficinas bancarias. En esa misma calle está la sede del Banco de España en Bilbao. Le han dicho que en la ciudad existen 11 firmas financieras de mayor o menor entidad. Ha visto la sede principal del más importante banco de la villa, el Banco de Bilbao, creado por comerciantes locales en 1855.
Se trata de un edificio singular de especial empaque situado al lado de la iglesia de San Nicolás, junto al Arenal. Se empezó a construir en Enero de 1868, según le han dicho, a cargo del arquitecto parisino Mr. Lavallé. El edificio es de estilo neoclásico, de serena y equilibrada elegancia. Parece que dentro de pocas semanas, se va a abordar una sustancial ampliación.
Ha visitado también la Plaza Nueva, en pleno centro del Casco Viejo, construida en 1830 en estilo neoclásico.
Paseando por la margen derecha de la Ría ha conocido la iglesia de San Antón, con fachada del siglo XVI. Junto a la iglesia, los restos de un puente que recibía su nombre de la iglesia adyacente y que, según le comentan, había desaparecido ese mismo año por efectos de una riada. Ambos, iglesia y puente, son símbolo de la Villa representados en su escudo.
Allí, junto a la iglesia de San Antón, le han enseñado el edificio construido a finales del siglo XVII que alberga el Concejo y el Consulado. Se trata de un inmueble un tanto achacoso y pequeño, le parece, para cumplir adecuadamente con sus fines. Bien es cierto que le han comentado que se planea la construcción de una nueva Casa Consistorial en los terrenos del antiguo Convento de San Agustín, a la orilla de la Ría, en dirección a Deusto.
Paseando Bilbao, Eugenio ha conocido también la Sociedad Bilbaína, una especie de club donde se reúne en su sede de la Plaza Nueva lo más selecto de la pujante burguesía bilbaína.
Ha sido un día agotador. ¡Pero le queda tanto por ver, tantas cosas por aprender!…
Al día siguiente, caminando desde las Siete Calles del Casco Viejo, atraviesa el puente de Isabel II (los bilbaínos lo llaman «del Arenal») y se dirige hacia el Ensanche, la zona de expansión del nuevo Bilbao que está naciendo.
El puente, de hermosa factura, se construyó en 1847 pero hace sólo 2 años que fue reformado totalmente.
Allí, en el Ensanche, Eugenio ha visto la estación de ferrocarril de Abando, inaugurada en 1863.
Algo más arriba, visita las obras de la plaza de toros de Vista Alegre, ya casi finalizadas. Se trata de un espléndido coso de 24 lados, de tres pisos, con ventanas semicirculares en los superiores y puentes en el inferior.
En el Noticiero Bilbaíno de aquel día, aunque Eugenio, claro, no puede leerlo porque sólo conoce unas pocas palabras de español, se anuncia la inauguración de la plaza para el próximo 13 de Agosto de 1882. El aforo, lo dice también el periódico, será de 12.394 asientos.
El Ensanche es, todavía, en 1882, un esbozo de la urbe que está llamada a ser Bilbao. El proyecto del Ensanche de Bilbao, aprobado en 1876, es un plan de ordenación urbano ambicioso que verá su realidad práctica en las próximas décadas.
De vuelta al Casco Viejo, tiene ocasión de admirar el «Teatro de la Villa», en el Arenal, pegado a la ría. Le dicen que sus estructuras, tras sufrir dos guerras y asedios, están dañadas y que, próximamente, está previsto su derribo y posterior construcción de otro de mayor empaque y capacidad.
Por la tarde, Eugenio hace una visita imprescindible en Bilbao: se acerca a la Basílica de Begoña, construida sobre una antigua ermita del siglo XVI. Le impresiona la belleza gótica del templo y sus espléndidas dimensiones.
En días sucesivos, ya más reposadamente, el joven Eugenio irá conociendo Bilbao y su hinterland en su aspecto portuario, industrial, minero …
Descubre que, si como decía Herodoto, «Egipto es un don del Nilo», con la misma razón se puede decir que «Bilbao es un don de su puerto y de su ría».
En efecto, Bilbao es, desde siempre, una ciudad portuaria. La población nació al amparo de su puerto. Con la fundación del Consulado de Bilbao se establecieron relaciones con muchos puertos europeos y se construyeron diversos muelles.
Posteriormente, en 1877, nació la Junta de Obras del Puerto y Ría de Bilbao que prosiguió construyendo diques de abrigo y nuevos muelles comerciales.
Aquí surgió, gracias al Puerto, en esos años, la moderna siderurgia de la ría de Bilbao.
En realidad las primeras factorías siderúrgicas de Vizcaya se establecieron a mitad del siglo XIX pero su desarrollo fue muy modesto. El crecimiento de la siderurgia vizcaína tuvo lugar a partir de 1876, tras la finalización de la guerra carlista, y en un clima de relativa estabilidad tras la restauración borbónica. Pero todo esto (infraestructuras portuarias, paz civil, estabilidad política) no habría sido suficiente si no se hubiese contado con minas de hierro de excepcional calidad en las cercanías (Somorrostro, Saltacaballos, Setores …). Bien es verdad que la mayor parte de ese mineral de hierro se dedicaba a la exportación, pero la aportación de la minería del hierro fue esencial para el desarrollo siderúrgico por un triple motivo: la presencia, casi a pie de factoría, del mineral de hierro, la capitalización obtenida por los propietarios mineros que permitió la financiación de las siderurgias y, por último, la oportunidad de traer, en el viaje de vuelta de los barcos cargados con mineral con destino Inglaterra, Holanda y Alemania, carbón británico de superior calidad y precio inferior al de producción nacional.
En aquel año de 1882 estaba ya en funcionamiento la Fábrica de San Francisco en Sestao. Y en ese mismo año, 1882, en que Eugenio Erhardt puso su primer establecimiento en Bilbao, empezaban su producción las empresas Metalurgia y Construcciones La Vizcaya y la Sociedad Altos Hornos y Fábricas de Hierro y Acero de Bilbao.
Eran años de crecimiento y prosperidad notables en que se desarrollan, asimismo, amén de las mineras y siderúrgicas, las industrias metálicas y navieras. Merece resaltarse el carácter moderno de la industria vasca naciente, organizada en forma de sociedades anónimas con el apoyo de las pujantes entidades financieras de la zona.
Eugenio Erhardt se estableció definitivamente en Bilbao. En cuanto pudo trajo a la Villa a su esposa Alwine con la tuvo cuatro hijos: Eugenio, Otto; Richard y Martha. Todos ellos nacidos en Bilbao.
Su empresa, ERHARDT GMBH, prosperaba. Supervisa la producción de hierro de las minas con contratos de venta con Krupp, gestiona los barcos que parten hacia el norte cargados de mineral de hierro y retornan a Bilbao con productos siderúrgicos transformados (tubos, raíles para el ferrocarril…). Viaja, por razones de negocio, incesantemente entre Bilbao, Santander y Rotterdam donde ha establecido sus oficinas. Eugenio fallecio en 1919, en Colonia.
En esos largos años, ¡37¡, que transcurren entre su llegada a Bilbao en 1882 hasta su temprano fallecimiento en 1919, Eugenio ha sido testigo privilegiado de la historia…..
En efecto, y en esos años también, y como el libro indica, Bilbao y el han vivido juntos una vida intensa, plena.
En una bonita cita de Rudyard Kipling, el autor acaba apuntando: “Pocos podemos amar toda la tierra, pero es pequeño el corazón del hombre, y solo cabe en el amor por un pedazo de tierra, el mas querido….”
Aquel palpito que tuvo en 1882, una tarde de Junio, recién desembarcado, no le engaño. Aquella pequeña ciudad, Bilbao, iba a ser, ya para siempre, su ciudad.
Desde estas líneas deseamos para la cuarta, y para las futuras generaciones de Erhardt, una larga vida y una gran suerte para llegar a ser un símbolo, mas que centenario, del moderno Bilbao, del marítimo sobre todo, ya que siempre debemos recordar nuestros orígenes.
Foto 1.- Kart Erhardt y su esposa Emile Lingenbrinck, fotografiados en Berlín en 1885. Del libro ERHARDT. 1882-2007. SEMBLANZAS.
Foto 2.- La familia de Eugen Erhardt fotografiada en 1911 en Colonia. De izquierda a derecha: Richard, Marta, “Nena”, su esposa Alwine, Otto, Eugen padre y Eugen hijo. Primera y segunda generación de la saga. Del libro ERHARDT. 1882-2007. SEMBLANZAS.
Foto 3.- Reunion familiar en Viersen. Año 1912. Del libro ERHARDT. 1882-2007. SEMBLANZAS.
Foto 4.- Escritura de constitución de E. Erhardt y Cia., Ltda.., el 29 de agosto de 1921 ante el notario de Bilbao D. Celestino Maria del Arenal. Del libro ERHARDT. 1882-2007. SEMBLANZAS.
Foto 5.- Fotografía tomada el 25 de junio de 1930, durante el cumpleaños de Alberto Erhardt. Segunda generación. Del libro ERHARDT. 1882-2007. SEMBLANZAS.
Rafael Erhardt Oraá y Eugenio Erhardt Oraá, Vice-Chairman y Presidente del actual ERHARDT. Grupo de Empresas, y cuarta generación de la honorable familia, recuerdan, de esta manera, a su padre y antecesor en el cargo, y a la responsabilidad de llevar adelante un grupo de empresas centenario. El libro que la contiene es, ERHARDT. 1882-2007. SEMBLANZAS. Editado por E.Erhardt y Cia. S.A. en el año 2007, año en que la Empresa celebraba sus 125 de existencia. Su D.L.: BI-2647-07.

Piensen los lectores en el inmenso orgullo y responsabilidad, ganados a pulso y esfuerzo, que representa llevar el timón de una organización centenaria y familiar. Piensen también los lectores que por nacionalidad y localización de la empresa, esta ha sufrido, en su historia, dos guerras mundiales y una guerra civil, la española, que pusieron a prueba el temple y la madera de que estaban hechos los Erhardt. Y salio buena. Rigor y eficacia germánicos unidos a tesón vasco a través de generaciones. La lectura del libro desvela los secretos del éxito y la promesa de su regeneración futura.
En su introducción Rafael Erhardt Oraá recuerda, que, en el largo camino seguido, no todo han sido éxitos, recuerda también, que las inversiones a veces son para la obtención de beneficios a largo plazo, que una empresa es un ser vivo que se transforma y que de los fracasos se aprende y se adapta uno a las circunstancias del momento, pero, y nunca como las grandes corporaciones, se da el carpetazo, abandonando un país o una línea de negocio. Reinvención y renovación para renacer a lo largo de la historia.
Por su parte Eugenio Erhardt Oraá habla de orgullo, agradecimiento e ilusión. Ya antes de leerle se puede entender perfectamente: Orgullo por el pasado, ya que pocas, muy pocas, empresas del sector pueden mostrar en su escudo heráldico la huella de más de un siglo.
Agradecimiento, evidentemente, para todos los que lo han hecho posible, y desde estas líneas a quien a liderado con mesura, ponderación y sentido común una empresa de renombre en la Vida Marítima de este país.
Ilusión, evidentemente también, por el futuro. El Sr. Erhardt habla de un sueño y de seguir soñando con ilusión. La realidad, globalmente dura en estos momentos, no podrá con la ilusión y el tesón de una saga que busca perpetuarse en la buena historia del trabajo y el exito. El tiempo les dará la razón; este es el deseo que enviamos desde estas líneas.
El libro, después de la introducción, relata la historia general de la Empresa en los siguientes capítulos: Erhardt una Empresa Familiar, 1882-2007; Guten Morgen, Bilbao, con el que nombramos este articulo y que es una bonita narración de la llegada de un emigrante a un país de contrastes; De Hierro: Minas, Caminos y Hombres, sobre la actividad inicial de la Empresa; Krupp: Breve Semblanza de un Imperio, que narra la historia, resumida, de semejante coloso de los negocios, la carpeta del cual traía bajo su brazo Eugene Erhardt cuando llego a Bilbao; Erhardt & Dekkers, “La Familia Holandesa”, que narra la vida de la filial, empresa naviera, de Holanda; Líneas y Consignaciones, articulo dedicado a las diferentes navieras consignadas en España por Erhardt entre las que destaca la HAPAG y la NORDDEUTSCHER LLOYD, entre otras muchas; Alvargonzalez, socios y amigos, narra las relaciones personales con este otro gran personaje de nuestra Vida Maritima; Erhardt Naviera: El Mar Nuestra Pasión, muy interesante capitulo que habla de las navieras que tuvo la Sociedad. Eran estas Naviera Eco, S.A., Tráficos Navieros S.A. y Off-Shore España, que abrió en nuestro país el mercado de los Supply-Ship; Comercio Exterior: Tradición Viajera, prácticamente en los orígenes y espíritu de la creación de Erhardt; Vocación de Comerciantes, donde se habla de las representaciones y espiritu comercial de los lideres de la Compañía; Años 60 y 70: El Grupo Industrial, historia de la rama de la Empresa que se implico en la industria, los talleres, factorías, etc.; Erhardt y el Mundo del Seguro: Un largo Camino….en Buenas Compañías, habla de la larga tradición de Erhardt en el mundo de las aseguranzas, empezado en 1918 con la Nord-Deutsche Versicherungs-Gessellchaft (seguros marítimos); La Actividad Constructora e Inmobiliaria, otra de las facetas de la Compañía; Especialidad, los Aislantes: ITASA, empresa de aislamientos que muestra la cara polifacetica de la Empresa; Recuperación de Materiales, o REMASA, dedicada al desguace de buques, donde llego a desguazar entre otros 128 buques, al KUNGSHOLM y a varios portaaviones de escolta americanos. Interesante y curioso este capitulo de la Compañía; De las Expediciones a la Logística Integral, o como se desarrollaban los servicios de importación y exportación en los años de la posguerra; Fletamento y Operador de Buques, pasado y presente de esta rama de la Compañía.

Colofón del libro son los apartados Asi Fuimos, Asi Somos; Guerras, Crisis y Depresiones, cronograma de la carrera de obstáculos que les ha tocado vivir a los Erhardt, y 1882-2007….Un Equipo en Marcha, recuerda lo que fue, lo que es y lo que sera la gran casa. Un libro calido y agradable de leer, que muestra el orgullo por el pasado y la decisión y el valor para afrontar el futuro.
Pero, como todo en la vida, esta gran organización tuvo su génesis en la voluntad de dos personas que la hicieron nacer y desarrollarse. Veamos a través de apuntes del mismo libro quienes fueron sus fundadores: El comienzo de esta historia se remonta a la segunda mitad del Siglo XIX cuando, en Wasseralfingen (Alemania), nacen los hermanos Erhardt, Eugen en 1857 y Karl en 1855.
El origen de la compañía se sitúa años más tarde cuando, en 1882, en Stuttgart, el joven Eugen Erhardt, con 25 años, junto con su hermano Kari, crean Erhardt & Co. como una Geselischaft mit beschranktez Haftung. El objeto social de la compañía era actuar como representante de compañías industriales y agente naviero; su primer cliente fue la siderúrgica alemana Fried Krupp GmbH.
En esas fechas, la compañía se estableció en Bilbao y Santander con un capital de 100.000 pesetas para atender los intereses mineros que Krupp tenía en España, así como para supervisar y coordinar las exportaciones del mineral de hierro con destino al norte de Europa y representar a los barcos que atendían dicho tráfico.
Hay que tener en cuenta que a finales del Siglo XIX la firma Krupp era una de las mayores compañías de la época, con intereses en diversas actividades y regiones. En España se abastecía de materia prima por lo que, estratégicamente, decidió participar en
el negocio de las minas de hierro; una de las mayores productoras era Orconera Iron Ore Co. Ltd, situada en Somorrostro.
Adicionalmente, Krupp estableció en 1873 su propia compañía naviera en Rotterdam, para asegurarse el aprovisionamiento del mineral, fundamentalmente español.
Debido a esta estrecha relación con Krupp, Erhardt se establece en Colonia y Rotterdam para supervisar, como agente, los barcos que llegaban al norte de Europa cargados de mineral de hierro y para controlar los que retornaban a Bilbao con material siderúrgico transformado: raíles para el ferrocarril, tubos, etc. Muchos de estos productos eran transformados en la propia siderúrgica de Krupp.
Erhardt los comercializaba y vendía como representante de la firma.
Los hermanos Erhardt, además de trabajar juntos en la compañía, se casan con dos hermanas Lingenbrink; Eugen se casa con Alwine (1858-1936) y Karl con Emilie (1859-1929).

Eugen Erhardt Kausler viaja constantemente entre Alemania, Holanda y España, pero es en Bilbao donde establece su residencia, donde asienta su hogar junto con su esposa y donde nacen sus cuatro hijos: el mayor Eugenio en 1887, el segundo Otto en 1889, Richard en 1892 y la pequeña Martha en 1899. Por otra parte, Karl se instala en Stuttgart con su familia.
En las últimas décadas del Siglo XIX, en Bilbao, se produce un gran desarrollo industrial. Entre 1880 y 1890 se multiplicó la extracción de hierro en Vizcaya, llegando a alcanzarse la décima parte de la producción mundial, pasando de obtenerse más de 3.5 millones de toneladas, en 1880, a 6.5 millones, en 1890, de las cuales se exportaron unos 4.8 millones. Estas ingentes cantidades de mineral salían por el puerto de Bilbao, fundamentalmente a Inglaterra y Escocia, el 70%, y a Holanda y a Alemania el 25%.
Toda esta actividad dinamiza la vida económica vizcaína y el puerto de Bilbao se convierte en uno de los primeros de Europa por volumen de mercancía. Por todo ello, a partir de 1900, aparecen compañías navieras que inician los tráficos de línea regular con el puerto de Bilbao, fundamentalmente aquellas que tienen tráficos con el Norte de Europa y América del Sur. Erhardt, dentro de sus actividades, fue consiguiendo la representación en el puerto de Bilbao de algunas de las navieras que comenzaban el tráfico regular; entre otras: la Norddeutscher Lloyd, la Deutsche Dampfschiffahrts Geselischaft Hansa Linie, la Hamburg-Amerika Linie, o la Oldenburg-Portugiesische Dampfschiffs-Rhederei.
La primera guerra mundial (1914-1918) influye notablemente reduciendo el desarrollo iniciado por la compañía, especialmente en lo que se refiere a la parte alemana, gestionada por Karl, que desaparece, y también se minimiza enormemente el negocio holandés y, por ende, el español.
Eugen Erhardt Kausler muere en 1919, a los 62 años, en Colonia.
En 1919 sus hijos Eugenio y Otto ya trabajaban en el negocio familiar; el primogénito se queda en Bilbao y asume el control de la compañía tras la muerte de su padre junto con Wilheim Eickhoff, socio y hombre de confianza de Eugen.
Eugenio Erhardt Lingenbrink se casó con Soledad Hormaeche y Arriaga (1895-1952) natural de Plencia; tuvieron 3 hijos: la mayor, Mercedes, nacida en 1920, Eugenio, en 1923 y Alberto, en 1925.
En 1921 la compañía se transforma en una sociedad limitada española, con objeto de continuar los negocios de la casa Erhardt & Co. GmbH. Se firma ante el notario de Bilbao D. Celestino María del Arenal la constitución de la firma E. Erhardt y Cía. Ltda.; dicha compañía tenía el domicilio social en Bilbao y contaba con una sucursal en Santander y otra, recién abierta, en Barcelona.
Los primeros socios fueron los hermanos Erhardt Lingenbrink, Eugenio, Otto y Martha, así como Wilheim Eickhoff.

Mientras, Otto, que vivía y trabajaba en Rotterdam, se hizo cargo del negocio familiar en Holanda, donde ya se había constituido una sociedad holandesa bajo el nombre de Erhardt & Dekkers; en dicha firma también tenían participación sus hermanos Eugenio y Martha y el señor Dekkers.
A partir de 1920, y hasta 1945, la tendencia del comercio efectuado por el puerto de Bilbao es negativa. De hecho, la crisis industrial de 1921 afectó muy seriamente a la actividad siderúrgica vizcaína.
La crisis económica mundial llega a España también en los años 30; los sectores más afectados fueron la agricultura y la industria extractiva que trabajaban, en gran medida, para la exportación. Al mismo tiempo se agravaba la situación de las finanzas del país y la caída del valor de la peseta adquiría caracteres alarmantes. La economía española, ya de por sí precaria, se vio paralizada por el comienzo de una triple crisis: agrícola, industrial y monetaria. La situación de la población activa empeora y aumenta el paro.
Eran unos años agitados y de cambios. También el negocio se transformaba; durante estos años la compañía desarrolla nuevas actividades en los campos de fletamentos y como representante de compañías de Seguros, además de seguir actuando como agente de la siderúrgica Krupp y de otras firmas como Franz Haniel, etc.
En esta década, tanto la guerra civil (1936-1939) como la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) obligan a un paréntesis en las actividades de la sociedad inmersa en una recesión económica que terminaría en 1947.
En Septiembre de 1946, los hermanos Eugenio y Alberto Erhardt se incorporan al negocio familiar. Posteriormente, tras la muerte de su padre Eugenio Erhardt Lingenbrink, en 1951, con 64 años, y de su madre Soledad, un año después, los tres hermanos heredan las acciones en E. Erhardt y Cía. Ltda.
Por este motivo, en el verano de 1951 la tercera generación de los Erhardt toma el control de la firma, nombrando a Eugenio Erhardt Hormaeche como director gerente. Durante los siguientes años los hermanos Eugenio y. Alberto trabajan estrecha e intensamente para hacer crecer a la compañía y adaptarla a las nuevas circunstancias del país.
En 1950, Eugenio Erhardt Hormaeche se había casado con María Luisa Oraá en Bilbao y de esta unión nacen ocho hijos: Eugenio, Maria Luisa, Isabela, Ana, Eduardo, Ramón, Iñigo y Rafael.
En los años 50 y 60 se vive una época de expansión dentro de la compañía. Se abren las oficinas de Madrid, San Sebastián, Aviles y, posteriormente, La Coruña que se unen a las ya establecidas en Santander y Barcelona. Se fundaron distintas sociedades por todo España: navieras, como Tráficos Navieros y Naviera Eco, estibadoras como Carmesa, la aseguradora Ércos, sociedades industriales como Mecánica de la Peña, Itasa, Erpo, Mecaner, Tamese, Talleres Moreda y Serantes… se inician actividades de ingeniería como la creación de Sener, Remasa, Indesa, constructoras como Inducosa, etc. Todo ello, sin abandonar las líneas de actividad tradicionales, es decir la representación de armadores e industriales y el comercio exterior.
Debido a esta expansión, se trasladaron las oficinas centrales de Erhardt en Bilbao pasando al edificio de la calle Ercilla en 1956…..
El libro prosigue con la historia familiar hasta la llegada de los actuales gestores, y, al mismo tiempo, narra la transformación de la Empresa y su adaptación a los cambios estructurales de cada momento de la Historia. No obstante, y como los lectores de esta pagina bien conocen, nuestro limite cronológico se que da en los años cincuenta, por lo que nos concentraremos en esta franja de tiempo, y, volviendo con el libro, veremos lo que sintió Eugen Erhardt Kausler el día en que desembarco en Bilbao: Aquel 29 de Junio de 1882, jueves, un cielo plomizo cubría la Villa de Bilbao. A ratos, una fina lluvia limpiaba sus calles.

Eugenio Erhardt Kausler acababa de desembarcar. Con 25 años recién cumplidos, y casado hace apenas dos meses con Alwine Lingenbrink, Eugenio tenía el palpito, casi la seguridad, de que, a partir de ahora su vida, su familia y su trabajo iban a estar indisolublemente unidos a aquella ciudad en la que apenas llevaba unas horas.
Hace sólo unas semanas que ha creado ERHARDT Y CÍA.GMBH y ha conseguido para ella un contrato como agencia de la empresa siderúrgica alemana Krupp con la responsabilidad de supervisar la producción de las minas de hierro de Vizcaya y Cantabria que cuentan con importantísimos contratos de compra de mineral por parte de Krupp. ERHARDT deberá encargarse, además, de la organización de los envíos de mineral siderúrgico a Alemania hasta las fábricas de Krupp en Essen.
Eugenio Erhardt no puede evitar pensar que el discurrir de su vida se ha acelerado tremendamente en los últimos meses: se acaba de casar, ha creado su empresa, ha establecido relaciones comerciales con un imperio, el de los Krupp… Y ahora, ahí está él, en un país cuya lengua desconoce, en una ciudad de poco más de 40.000 habitantes, a las orillas de un río, el Nervión, a pocos kilómetros del mar Cantábrico… El ánimo se le encoge.
Pero son sólo unos segundos. Enseguida se repone. Bilbao, ahí afuera, le está esperando. Antes de salir a la calle, desde el modesto hotel del Casco Viejo donde se hospeda, ordena su equipaje.
En la mesita de noche, un periódico alemán que le ha acompañado en la travesía hasta Bilbao. Lo ha leído varias veces: comentarios sobre la Triple Alianza que firmaron en Viena el pasado 20 de Mayo, Alemania, el Imperio Austrohúngaro e Italia; el estreno de una nueva ópera de Richard Wagner, «Parsifal” parece que se llama; noticias sobre la ocupación de Egipto por tropas británicas; alguien, un tal Robert Koch, que dice haber descubierto la vacuna contra la tuberculosis; la nota necrológica de Garibaldi, fallecido unas semanas antes…. ¡Ah! También hay algo referente a España: parece qué un tal Gaudí, arquitecto, ha comenzado la construcción en Barcelona de un gran templo que llaman de la Sagrada Familia.
Unas horas más tarde, ya de vuelta de nuevo en el hotel, Eugenio rememora, gratamente sorprendido, el Bilbao que acaba de descubrir.

Le ha impresionado la pujanza financiera de la ciudad, en una sola calle, la de Bidebarnera, en poco más de 100 metros, se alinean seis oficinas bancarias. En esa misma calle está la sede del Banco de España en Bilbao. Le han dicho que en la ciudad existen 11 firmas financieras de mayor o menor entidad. Ha visto la sede principal del más importante banco de la villa, el Banco de Bilbao, creado por comerciantes locales en 1855.
Se trata de un edificio singular de especial empaque situado al lado de la iglesia de San Nicolás, junto al Arenal. Se empezó a construir en Enero de 1868, según le han dicho, a cargo del arquitecto parisino Mr. Lavallé. El edificio es de estilo neoclásico, de serena y equilibrada elegancia. Parece que dentro de pocas semanas, se va a abordar una sustancial ampliación.
Ha visitado también la Plaza Nueva, en pleno centro del Casco Viejo, construida en 1830 en estilo neoclásico.
Paseando por la margen derecha de la Ría ha conocido la iglesia de San Antón, con fachada del siglo XVI. Junto a la iglesia, los restos de un puente que recibía su nombre de la iglesia adyacente y que, según le comentan, había desaparecido ese mismo año por efectos de una riada. Ambos, iglesia y puente, son símbolo de la Villa representados en su escudo.
Allí, junto a la iglesia de San Antón, le han enseñado el edificio construido a finales del siglo XVII que alberga el Concejo y el Consulado. Se trata de un inmueble un tanto achacoso y pequeño, le parece, para cumplir adecuadamente con sus fines. Bien es cierto que le han comentado que se planea la construcción de una nueva Casa Consistorial en los terrenos del antiguo Convento de San Agustín, a la orilla de la Ría, en dirección a Deusto.
Paseando Bilbao, Eugenio ha conocido también la Sociedad Bilbaína, una especie de club donde se reúne en su sede de la Plaza Nueva lo más selecto de la pujante burguesía bilbaína.
Ha sido un día agotador. ¡Pero le queda tanto por ver, tantas cosas por aprender!…
Al día siguiente, caminando desde las Siete Calles del Casco Viejo, atraviesa el puente de Isabel II (los bilbaínos lo llaman «del Arenal») y se dirige hacia el Ensanche, la zona de expansión del nuevo Bilbao que está naciendo.
El puente, de hermosa factura, se construyó en 1847 pero hace sólo 2 años que fue reformado totalmente.
Allí, en el Ensanche, Eugenio ha visto la estación de ferrocarril de Abando, inaugurada en 1863.
Algo más arriba, visita las obras de la plaza de toros de Vista Alegre, ya casi finalizadas. Se trata de un espléndido coso de 24 lados, de tres pisos, con ventanas semicirculares en los superiores y puentes en el inferior.
En el Noticiero Bilbaíno de aquel día, aunque Eugenio, claro, no puede leerlo porque sólo conoce unas pocas palabras de español, se anuncia la inauguración de la plaza para el próximo 13 de Agosto de 1882. El aforo, lo dice también el periódico, será de 12.394 asientos.
El Ensanche es, todavía, en 1882, un esbozo de la urbe que está llamada a ser Bilbao. El proyecto del Ensanche de Bilbao, aprobado en 1876, es un plan de ordenación urbano ambicioso que verá su realidad práctica en las próximas décadas.

De vuelta al Casco Viejo, tiene ocasión de admirar el «Teatro de la Villa», en el Arenal, pegado a la ría. Le dicen que sus estructuras, tras sufrir dos guerras y asedios, están dañadas y que, próximamente, está previsto su derribo y posterior construcción de otro de mayor empaque y capacidad.
Por la tarde, Eugenio hace una visita imprescindible en Bilbao: se acerca a la Basílica de Begoña, construida sobre una antigua ermita del siglo XVI. Le impresiona la belleza gótica del templo y sus espléndidas dimensiones.
En días sucesivos, ya más reposadamente, el joven Eugenio irá conociendo Bilbao y su hinterland en su aspecto portuario, industrial, minero …
Descubre que, si como decía Herodoto, «Egipto es un don del Nilo», con la misma razón se puede decir que «Bilbao es un don de su puerto y de su ría».
En efecto, Bilbao es, desde siempre, una ciudad portuaria. La población nació al amparo de su puerto. Con la fundación del Consulado de Bilbao se establecieron relaciones con muchos puertos europeos y se construyeron diversos muelles.
Posteriormente, en 1877, nació la Junta de Obras del Puerto y Ría de Bilbao que prosiguió construyendo diques de abrigo y nuevos muelles comerciales.
Aquí surgió, gracias al Puerto, en esos años, la moderna siderurgia de la ría de Bilbao.
En realidad las primeras factorías siderúrgicas de Vizcaya se establecieron a mitad del siglo XIX pero su desarrollo fue muy modesto. El crecimiento de la siderurgia vizcaína tuvo lugar a partir de 1876, tras la finalización de la guerra carlista, y en un clima de relativa estabilidad tras la restauración borbónica. Pero todo esto (infraestructuras portuarias, paz civil, estabilidad política) no habría sido suficiente si no se hubiese contado con minas de hierro de excepcional calidad en las cercanías (Somorrostro, Saltacaballos, Setores …). Bien es verdad que la mayor parte de ese mineral de hierro se dedicaba a la exportación, pero la aportación de la minería del hierro fue esencial para el desarrollo siderúrgico por un triple motivo: la presencia, casi a pie de factoría, del mineral de hierro, la capitalización obtenida por los propietarios mineros que permitió la financiación de las siderurgias y, por último, la oportunidad de traer, en el viaje de vuelta de los barcos cargados con mineral con destino Inglaterra, Holanda y Alemania, carbón británico de superior calidad y precio inferior al de producción nacional.
En aquel año de 1882 estaba ya en funcionamiento la Fábrica de San Francisco en Sestao. Y en ese mismo año, 1882, en que Eugenio Erhardt puso su primer establecimiento en Bilbao, empezaban su producción las empresas Metalurgia y Construcciones La Vizcaya y la Sociedad Altos Hornos y Fábricas de Hierro y Acero de Bilbao.

Eran años de crecimiento y prosperidad notables en que se desarrollan, asimismo, amén de las mineras y siderúrgicas, las industrias metálicas y navieras. Merece resaltarse el carácter moderno de la industria vasca naciente, organizada en forma de sociedades anónimas con el apoyo de las pujantes entidades financieras de la zona.
Eugenio Erhardt se estableció definitivamente en Bilbao. En cuanto pudo trajo a la Villa a su esposa Alwine con la tuvo cuatro hijos: Eugenio, Otto; Richard y Martha. Todos ellos nacidos en Bilbao.
Su empresa, ERHARDT GMBH, prosperaba. Supervisa la producción de hierro de las minas con contratos de venta con Krupp, gestiona los barcos que parten hacia el norte cargados de mineral de hierro y retornan a Bilbao con productos siderúrgicos transformados (tubos, raíles para el ferrocarril…). Viaja, por razones de negocio, incesantemente entre Bilbao, Santander y Rotterdam donde ha establecido sus oficinas. Eugenio fallecio en 1919, en Colonia.
En esos largos años, ¡37¡, que transcurren entre su llegada a Bilbao en 1882 hasta su temprano fallecimiento en 1919, Eugenio ha sido testigo privilegiado de la historia…..
En efecto, y en esos años también, y como el libro indica, Bilbao y el han vivido juntos una vida intensa, plena.
En una bonita cita de Rudyard Kipling, el autor acaba apuntando: “Pocos podemos amar toda la tierra, pero es pequeño el corazón del hombre, y solo cabe en el amor por un pedazo de tierra, el mas querido….”
Aquel palpito que tuvo en 1882, una tarde de Junio, recién desembarcado, no le engaño. Aquella pequeña ciudad, Bilbao, iba a ser, ya para siempre, su ciudad.
Desde estas líneas deseamos para la cuarta, y para las futuras generaciones de Erhardt, una larga vida y una gran suerte para llegar a ser un símbolo, mas que centenario, del moderno Bilbao, del marítimo sobre todo, ya que siempre debemos recordar nuestros orígenes.
Foto 1.- Kart Erhardt y su esposa Emile Lingenbrinck, fotografiados en Berlín en 1885. Del libro ERHARDT. 1882-2007. SEMBLANZAS.
Foto 2.- La familia de Eugen Erhardt fotografiada en 1911 en Colonia. De izquierda a derecha: Richard, Marta, “Nena”, su esposa Alwine, Otto, Eugen padre y Eugen hijo. Primera y segunda generación de la saga. Del libro ERHARDT. 1882-2007. SEMBLANZAS.
Foto 3.- Reunion familiar en Viersen. Año 1912. Del libro ERHARDT. 1882-2007. SEMBLANZAS.
Foto 4.- Escritura de constitución de E. Erhardt y Cia., Ltda.., el 29 de agosto de 1921 ante el notario de Bilbao D. Celestino Maria del Arenal. Del libro ERHARDT. 1882-2007. SEMBLANZAS.
Foto 5.- Fotografía tomada el 25 de junio de 1930, durante el cumpleaños de Alberto Erhardt. Segunda generación. Del libro ERHARDT. 1882-2007. SEMBLANZAS.
fOTO 6.- Erhardt y Alvargonzalez. Socios y amigos. Del libro ERHARDT. 1882-2007. SEMBLANZAS.
Foto 7.- Eugenio Erhardt Hormaeche y su esposa Maria Luisa Oraá. Tercera generación y padres de la actual directiva. Del libro ERHARDT. 1882-2007. SEMBLANZAS.
Foto 8.- Anuncio de la empresa de embarques E.Erhardt y Cia. Del libro ERHARDT. 1882-2007. SEMBLANZAS.
Foto 7.- Eugenio Erhardt Hormaeche y su esposa Maria Luisa Oraá. Tercera generación y padres de la actual directiva. Del libro ERHARDT. 1882-2007. SEMBLANZAS.
Foto 8.- Anuncio de la empresa de embarques E.Erhardt y Cia. Del libro ERHARDT. 1882-2007. SEMBLANZAS.
¡Menudas joyas que publicas! Gracias…
Hola, que tal? Mi nombre es Erica Erhardt, soy artista plástica, vivo en Uruguay. Muchas gracias por lo que has publicado, por aquí se sabe poco de antepasados de este apellido. Por otro lado es lindo leer lo que escribes… soy de las personas que va contra viento y marea por conseguir lo que quiere… quizás viene de familia. Si tienes algúna otra información que me puedas facilitar mi correo es somos.bichitos@hotmail.com. Saludos cordiales.
Hola erika soy de buenos aires y la verdad q si somos pocos los q tenemos este apellido , yo tengo parientes en entre rios Ramírez y por aquellos pagos tambien ahy Erhardt, bueno t mando saludos !!Emanuel Erhardt es mi face !!
Hola Emanuel! Soy de Crespo (20 km de Ramírez) y también tengo familiares en Ramírez, pasa que todos nuestras generaciones que provenían de Isletas, dpto. Diamante, son de la misma familia.
Yo estoy muy orgulloso de haber trabajado en Mecanica De La Peña pero viendo esta hostoria…de los erhad digamos que los sucesores me han defraudado especialmente Alfonso y Alejandro