
Dicho esto, ya vimos en un artículo anterior la génesis de estas tres corbetas, que luego fueron cruceros, nombradas NAVARRA, ARAGON y la que hoy estudiaremos CASTILLA. También vimos el porque de su pobre construcción en madera y refuerzos metálicos y el que fue su autor o padre tecnológico, el ingeniero de la Armada, D. Tomas Eduardo Tallerie Ametller, del que damos una foto en el presente articulo y quedamos pendiente de la explicación de su vida y hechos. Sus características técnicas eran las siguientes: casco de madera; desplazamiento, 3.342 toneladas; eslora, 74,45; manga, 13,56; puntal, 8,30; calado 6,35; maquina de 1.100 caballos nominales y 4.400 indicados; velocidad, 15 nudos; capacidad de las carboneras, 460 toneladas; dotación, 360 hombres.
Es muy difícil, al hablar de buques de la Armada, establecer una cifras especificas para cada buque, ya que, normalmente, cuando se habla de buques que pertenecen a una determinada serie, se suelen dar unas cifras comunes a todos, lo que representa normalmente un error. No hay dos buques iguales, nunca los ha habido, y siempre hay pequeñas diferencias en cuanto a eslora (la dada para esta serie supongo que será la de entre perpendiculares o en la flotación), manga y puntal que diferencian los buques. Estas pequeñas diferencias las marcan la forma de trabajo de los diferentes astilleros –si los buques han sido construidos en diferentes sitios-, la experiencia y modificaciones realizadas a partir del prototipo, el tipo de plancha usado y si es de diferente suministrador, o, la forma de construcción usada por cada uno de los astilleros. A pesar de la mayor unificación teórica, siempre, siempre, existen diferencias en las medidas de los buques, que en este caso no he sabido encontrar.
Siguiendo con el buque, y como siempre también, una excelente descripción del crucero esta hecha en el libro BUQUES DE LA ARMADA ESPAÑOLA A TRAVES DE LA FOTOGRAFIA. (1849-1900), escrito por Juan Luis Coello Lillo y Agustín R. Rodríguez-González, libro que ya hemos visto en numerosas ocasiones en esta pagina web. Veamos la descripción: …»El Arsenal de La Carraca se encargó de la construcción del CASTILLA, tercero de los cruceros «de primera clase no protegidos» del tipo o clase «ARAGON». Al igual que sucedió con sus compañeros, las obras se fueron ejecutando pausadamente hasta quedar suspendidas desde mayo de 1873 para reemprenderse a partir de enero de 1877 según lo permitían las existencias de materiales y los demás servicios y trabajos encomendados al arsenal gaditano.
Su botadura tuvo lugar el 9 de septiembre de 1881, durando los trabajos para terminarlo casi un lustro más. El CASTILLA fue artillado esta vez con piezas alemanas Krupp también de retrocarga, en el mismo número, calibres y disposición que las Armstrong del NAVARRA, además de la pareja de tubos lanzatorpedos fijos; posteriormente se incrementó su armamento de tiro rápido con cuatro cañones Nordenfelt de 42 mm y dos cañones-revólveres Hotchkiss de 37 mm.
El CASTILLA inició sus navegaciones en agosto de 1886, formando parte de la Escuadra de Instrucción, con la que asistió, al igual que su gemelo NAVARRA, a la Exposición Universal de Barcelona en 1888; también marcharía a Tánger junto con toda la Escuadra en septiembre de 1889, al surgir una nueva crisis con Marruecos tras una larga sucesión de incidentes. El 9 de abril de 1890 salió de Barcelona con rumbo a las Filipinas, arribando a Manila el 17 de junio en compañía de los pequeños cruceros DON ANTONIO DE ULLOA y DON JUAN DE AUSTRIA, con los que compuso la llamada por la prensa «escuadra negra», debido a que hicieron la larga travesía con su casco pintado de este color, en vez del blanco reglamentario para los buques destinados a Ultramar. Entre las numerosas comisiones del CASTILLA por aguas asiáticas, podemos destacar un viaje al cada vez más moderno y poderoso Japón; como recuerdo del mismo se confeccionó esta bella tarjeta postal, de estilo netamente oriental que muestra al crucero en Yokohama el 12 de junio de 1893.

Dos años más tarde se firmaría con aquel país un tratado de límites, en evitación de cualquier posible ambición nipona sobre las posesiones españolas en el Pacífico.
A los pocos días del inicio de la Guerra del 98 el CASTILLA, bajo el mando del capitán de navío D. Alonso Morgado y Pita da Veiga, viajó a la bahía de Subic con la Escuadra del Apostadero de Filipinas del almirante D. Patricio Montojo, pero, al no haberse terminado de instalar por el Ejército las baterías de costa proyectadas, los buques españoles debieron volver a Manila, teniendo entonces nuestro protagonista la mala suerte de tocar en un bajo, que le provocó una vía de agua que pudo ser taponada de modo provisional, pero que le impedía poner en marcha su máquina sin que las vibraciones del casco volvieran a causar nuevas filtraciones; por ello, ante la falta de tiempo para efectuar las reparaciones necesarias en el Arsenal, el CASTILLA debió afrontar el combate de Cavite del 1 de mayo anclado en poco fondo, a fin de poderlo varar en caso necesario.
Situado en el centro de la formación española, plinto al insignia REINA CRISTINA, fue el único buque español pintado todavía de blanco, a excepción de sus reductos, lo que le hacía un excelente objetivo para la agrupación estadounidense al mando del comodoro George Dewey, siendo alcanzado numerosas veces por el fuego enemigo y terminando por quedar reposando sobre el fondo; finalmente, con importantes daños y bajas, así como buena parte de su armamento inútil, se ordenó la evacuación del buque, que acabaría de ser destruido por los incendios, ya sin control. Su tributo de sangre fue generoso: 22 muertos y 94 heridos, de un total de 278 tripulantes.
Por último, debemos recordar que el CASTILLA sería el causante principal de un tópico que se ha venido manteniendo hasta nuestros días: el de que todos o la mayoría de nuestros buques de la Guerra del 98 eran viejos y estaban construidos de madera, y por tanto sin posible salvación frente a los poderosos y modernos buques metálicos del enemigo; pero lo cierto es que el crucero CASTILLA y el pequeño y veteranísimo cañonero CUBA ESPAÑOLA fueron los únicos buques españoles con casco de madera que combatieron en aquel conflicto»…
Para ampliar esta información recurriremos al libro CRONICA DE LA MARINA ESPAÑOLA EN EL SIGLO XIX, 1868-1898, TOMO II, escrito por F. Fernando de Bordeje y Morencos y publicado por el Ministerio de Defensa en el año 1995 con ISBN: 084-7341-076-9; de este libro condensamos los siguientes apuntes del autor: …»La actividad operativa de la Fuerza Naval. La actividad de la fuerza a flote en 1886 se inició con la salida de la Escuadra de Instrucción hacia las Baleares ante la posibilidad de abrirse un conflicto con Alemania a causa del contencioso que nos oponía sobre la soberanía de las islas Carolinas, conflicto en el que Mahón podía convertirse en un claro objetivo para las fuerzas navales germanas, fuerza que fondearía en esta base el 18 de marzo.

La citada escuadra la componían las fragatas NUMANCIA, VITORIA y LEALTAD, buques a los que inmediatamente se les incorporarían la fragata ALMANSA y el crucero NAVARRA, ordenándose el 24 de octubre alistar a la batería flotante DUQUE DE TETUAN, ai crucero CASTILLA, fragata NAVAS DE TOLOSA y vapor LINIERS, con la finalidad de que pudiesen actuar como baterías flotantes. Por otro lado, dos meses antes, la corbeta MARIA DE MOLINA había recalado en Manila para reforzar los efectivos en aquel archipiélago, dado que el crucero VELASCO se encontraba en Hong Kong reparando sus calderas, envío que formaba parte de las medidas tomadas ante la eventualidad de un enfrentamiento con Alemania….
….Igualmente en Marruecos se abrió 1887 con indicios nada tranquilizadores. En enero, la fragata BLANCA condujo a Tánger al ministro plenipotenciario español Diosdado, en el momento en que se propagaba el rumor de la muerte del sultán Muley Hassan, por lo que el ministro de Estado Segismundo Moret comenzó a tomar medidas que se iban a materializar en el envío en octubre de los cruceros NAVARRA y CASTILLA a aquel puerto africano y la concentración en Málaga y Cádiz de ocho batallones de Infantería, dos escuadrones de Caballería y varias baterías de Artillería.
Temiéndose en las cancillerías europeas una acción preventiva española en Marruecos, Inglaterra se apresuró a enviar a Gibraltar una flota de cuatro acorazados mientras que Francia hacía acto de presencia con los, asimismo, acorazados COURBET y DESIRESSE e Italia con los cruceros AFFONDATORE y CASTELFIDARDO. La tensión subió de tono al reclamar España la isla del Perejil que, según el mapa de Coello de 1850, había sido siempre española, ofreciendo el gobierno de Madrid el crucero CASTILLA para que se trasladase una comisión a Roma con el fin de que el Papa León XIII mediase en dicha reclamación, embarcando en Tánger el 12 de febrero de 1888 el ministro de Asuntos Exteriores marroquí Mohamed Torres y el padre Lerchundi. El 19 de marzo regresó a Tánger procedente de Ñapóles el citado crucero, habiéndose conseguido aplazar el contencioso aunque ciertas acciones y decisiones marroquíes no iban a cooperar a restablecer la paz y las buenas relaciones»…
Como se ve, mantener un Imperio no era cosa fácil en un tiempo en que la ley del mas fuerte era impuesta con severidad y eficacia por las cancillerías europeas. Sigamos con los apuntes del libro: …»El 20 de mayo los Reyes inauguraron la Exposición Universal de Barcelona, encontrándose fondeados en la dársena o atracados a los muelles una variada representación de buques extranjeros, así como unidades nacionales, totalizando las dotaciones 19.995 hombres.
Nuestra Marina se vio simbolizada por la fragata NUMANCIA, en la que izó su insignia el ministro de Marina Rodríguez de Arias, mientras la BLANCA enarbolaba la del capitán general de Cartagena, contralmirante Valcárcel y Gerona. También asistieron los cruceros CASTILLA, buque insignia del comandante general de la Escuadra de Instrucción, NAVARRA, REINA REGENTE, ISLA DE CUBA e ISLA DE LUZON, además del DESTRUCTOR, planero PILES, transporte LEGAZPI y cañoneros PILAR y CÓNDOR….
….Dos días antes de la inauguración de la muestra, la reina María Cristina había visitado todos y cada uno de los buques de nuestra Marina allí presentes, así como la corbeta CONSUELO que funcionaba en aquel puerto como asilo naval, designándose al DESTRUCTOR como yate real durante la estancia de la Reina en Barcelona, unidad desde la que presenció una exhibición de la División de Torpederos…
….Al finalizar su estancia en Barcelona la NUMANCIA, acompañada por los cruceros CASTILLA e ISLA DE LUZON, puso proa al mar Tirreno con el fin de visitar varios puertos italianos y luego pasar al Adriático para alcanzar el austriaco de Fiume y otros puntos del litoral griego, finalizando dicho periplo en Tolón el 27 de agosto, a tiempo de asistir el 9 de septiembre a la entrega a la Armada del acorazado PELAYO.
….Fue asimismo en 1889 cuando Marruecos volvió a ser noticia ante el asalto, saqueo y secuestro del laúd MIGUEL Y TERESA el 4 de septiembre; buque que había zarpado de Málaga el 31 de agosto rumbo a Valencia, habiendo tenido la mala fortuna de recalar cerca de Alhucemas. El cañonero COCODRILO, basado en Melilla y fondeado en las Chafarinas por existir fuerte viento del NE, recibió la orden de acudir en apoyo del laúd, llegando a Alhucemas el día 20 de septiembre, siendo recibido con fuego de fusil.
Con tal motivo volvió a subir la tensión con el país vecino al tiempo que se recordaba como desde hacía meses Figueras, embajador español en Marruecos, había solicitado a Madrid el aumento de nuestra presencia naval en aguas africanas. Ahora, el incidente que le daba la razón motivó el envío el 23 de septiembre de la Escuadra de Instrucción que se encontraba atracada en Cádiz al mando del contralmirante Carranza e integrada por el PELAYO, sin habérsele montado aún la artillería de grueso calibre, la NUMANCIA y el crucero CASTILLA, dirigiéndose a las Alhucemas en cuyas aguas ya se encontraba la fragata GERONA y el crucero ISLA DE LUZON, aprovechando este último la proximidad de la tierra para efectuar ejercicios de tiro real. Por su parte el crucero ISLA DE CUBA se dirigió a Tánger sin conocer su comandante su misión, al mismo tiempo que el NAVARRA, llevando a bordo emisarios del Sultán, zarpaba de ese puerto con rumbo a Alhucemas a fin de liberar a los tripulantes del laúd.
Producto de ese incidente fueron las condiciones que Madrid impuso a Marruecos para no iniciar acciones preventivas sobre la costa de este país, figurando entre las peticiones las siguientes: destitución del caíd de Agadir, petición que provenía de 1887 y no se había cumplido; indemnización por cada buque que en lo sucesivo fuera atacado o apresado; ejecución del fanático que en Casablanca asesinó al hermano del médico de nuestra embajada, etcétera»…
Su final, sangriento, ya lo hemos narrado a través del libro BUQUES DE LA ARMADA ESPAÑOLA A TRAVÉS DE LA FOTOGRAFIA. (1849-1900).
Sobre el ingeniero Tallerie he escrito algo de su biografía en relación con su intervención en la construcción de la iglesia del Santo Hospital de la Caridad de Cartagena, que puede consultarse en el coleccionable que se publicó en la prensa del año 2005.
En efecto, soy el autor de una breve semblanza de este personaje y que se publicó tal como se dice en 2005, ya que es el autor del proyecto de construcción de la iglesia de la Caridad en Cartagena.