
La de Bilbao fue una de las de mayor personalidad y la más longeva. Diseñada según parece por CECILIO DE GOYTIA Y VALLE, la batea flotante que constituyo durante muchos años la sede del REAL SPORTING CLUB, uno de los dos clubs náuticos de solera de Bilbao, fue conocida popularmente como CASA BOTE y posteriormente como VIEJAS TABLAS. La batea, también según fuentes consultadas, se construyo despiezada en Inglaterra y se ensamblo en los ASTILLEROS DEL NERVION. Corría por entonces el año 1.900.
…»Las Viejas Tablas» era una gabarra de 25 metros de eslora por 10 metros de manga y 1 metro aproximado de calado. En 1909 se le añadieron 9 metros más de eslora. Con 2 cubiertas y 1 sentina, en esta había un gran almacén para guardar las yolas, la bodega y la cocina de carbón desde 1904.
La cubierta principal tenía de popa a proa un salón, a continuación a estribor el «Senado» y a babor una pequeña oficina y el tocador de señoras. A continuación 2 vestuarios. Estos vestuarios eran de obligado uso para cambiarse de ropa, bajo multa de 10 Ptas. según el reglamento de 1900.
En la cubierta, en el lado de estribor se encontraba el «Choritoqui» sobre el que se situaba el jurado de regatas, aquí se encontraban las ruedas de la fragata blindada «NUMANCIA», en esta cubierta tradicionalmente era el único lugar donde podían estar las señoras.

En 1908 se realizan diferentes mejoras en la batea, se barajan diferentes opciones como la construcción de un edificio nuevo, pero se desestima por su alto coste, al año siguiente se añade a la estructura del Club una ampliación del flotador para dar un mayor espacio a la terraza superior, de esta forma se incrementaba la superficie de las dependencias de la Secretaría y del Office. Además se cambió el sistema de iluminación por uno nuevo eléctrico, con un coste de 2.850 Ptas. el que recibía el suministro eléctrico desde tierra, por medio de un cable submarino»… Esta somera descripción de la batea se puede encontrar en la pagina web REAL CLUB MARITIMO DEL ABRA-REAL SPORTING CLUB, en donde los estimados lectores también pueden encontrar un libro sobre la historia de este notable club flotante.
Sobre sus orígenes, y de un curioso artículo aparecido en la REVISTA GENERAL DE MARINA, del AÑO 1.906, titulado «Regatas Organizadas por el Real Sporting Club De Bilbao«, leemos y condensamos: …»Por estas razones y por otras muchas que no insertamos, dada la índole de esta Revista, la impresión recibida en nuestras recientes visitas al Real Sporting Club de Bilbao ha sido extraordinariamente agradable y consoladora, y bien merece que intentemos describirla aun cuando reconozcamos que, para salir airosos de tan difícil empresa, hacen falta una costumbre que no tenemos y una pluma muy superior á la nuestra, torpe y mal cortada: confesión que esperamos tengan presente los que se sirvan dispensarnos el honor de leer estas mal pergeñadas cuartillas.

Tal vez haya quien crea que la constitución de esta Sociedad de sports náuticos ha obedecido, no sólo á lo que su nombre indica, sino además á algo que suponga ostentación y vanidad, y de aquí que juzguemos natural, para tributar al verdadero mérito nuestro caluroso aplauso, empezar nuestro relato desde la fundación ú origen, porque éste es la prueba más clara de la manera de ser sencilla y modesta de los fundadores.
Hará unos siete años, seis ú ocho amigos tomaron en arriendo, en Zorroza, la antigua casa llamada de la Cuarentena, muy próxima á la ría, y, además de dedicarse al juego de la barra, adquirieron una pequeña chanela para ejercitarse en el sport náutico de la boga. Estos acuerdos satisficieron por el momento los deseos de todos; pero la práctica del último ejercicio trajo al poco tiempo la adquisición de un bote ligero sin aparejo, y muy poco después, aquella modesta y fraternal Sociedad, animada de un cantado espíritu, y llevada de la digna aspiración de medir noblemente sus fuerzas, adquirió en París una yola de cuatro remos, y con ella, ostentando la bandera de su patria y la matrícula de Bilbao, fue á tomar parte en las regatas internacionales de Bayona, obteniendo un primer premio. En 1900, ó sea al año próximamente de haber arrendado la casa de la Cuarentena, en vista de que los vapores con sus cadenas y amarras, la navegación ó movimiento de la ría y la poca anchura de su cauce dificultaban no poco los ejercicios náuticos, y los pestilentes olores despedidos por los animales muertos que frecuentemente depositaba la marea en la orilla convertían aquellos lugares en un foco peligroso para la salud, D. Pedro Laiseca, actual Tesorero, persona distinguida y verdadero yatchman enragé, para salvar los inconvenientes que quedan enumerados y corresponder á la loable y creciente afición de todos, propuso instalar un Club flotante en armonía con los progresos conseguidos, idea que fue aceptada con entusiasmo y por unanimidad, como no podía menos de suceder entre jóvenes que huyendo de la holganza y de los vicios que ella acarrea, invertían el tiempo entre sus deberes de estudiantes y su desarrollo físico por entender, por cierto muy sabiamente, que el ejercicio combinado y armónico de las facultades de la inteligencia y de las energías del cuerpo son progreso y vida, ó sea el summum de la felicidad para el individuo y, por ascendente escala, progreso y vida para la familia y la nación: como lo atestiguan Francia, Alemania é Inglaterra siguiendo la sapientísima máxima: Mens sana in corpore sano.

A la iniciativa del Sr. Laiseca y al entusiasmo de todos se debe, por consiguiente, la construcción del actual Sporting, debiendo consignarse como alabanza justa, que entonces el número de socios no pasaría de veinte, jóvenes en su mayor parte; que sus bolsillos, como de estudiantes, estaban más repletos de ilusiones que de moneda, y que aun cuando parecía, y en realidad lo era, una obra colosal, casi un sueño, la construcción de un amplio flotador de hierro dispuesto ad hoc para servir de almacén ó dique á los esquifes y demás embarcaciones ligeras que ya se habían adquirido, para la instalación de pañoles y cocina, y para construir sobre su cubierta el salón, secretaría, cuarto de baño, etc., etc., la perseverancia en el ahorro y en las plausibles súplicas á las respectivas familias logró dar cima á tan excelente idea y ver fondeado en aguas del puerto el hermoso y esbelto Club, cuya fotografía va á continuación, Club que para nosotros tiene una importancia y significación grandísimas por la voluntad ó esfuerzo que le da vida y por la patriótica y por consiguiente salutífera atmósfera que en él se respira.
El aumento de socios, de una parte, y de otra el aliento que produce ver coronados por el éxito los esfuerzos realizados, dieron lugar á la adquisición de varios balandros ó yates en las casas más acreditadas de Francia é Inglaterra, con cuyas embarcaciones han venido tomando parte sin interrupción en las regatas de Santander y San Sebastián, y sin interrupción obteniendo triunfos que sancionan la gran pericia marinera alcanzada por un gran número de socios del Sporting Club de Bilbao, los cuales, en vez de dormirse sobre sus laureles, han tomado parte estos dos últimos años en las célebres regatas internacionales de Kiel, á las que han concurrido, no con la pretensión de vencer á los colosos en esta clase de sport á él avezados desde hace mucho tiempo; sino con la persuasión, digna de ensalzarse, de su inferioridad y sin otra mira que aprender de aquéllos para perfeccionar ó completar su instrucción marinera.

Nada de extraño tiene, por consiguiente, que S. M. el Rey Don Alfonso XIII al venir á Bilbao con motivo de solemnizarla terminación de las obras del puerto, aprovechase la ocasión para premiar con el título de Real, concedido á este Sporting, los progresos náuticos del mismo, y que por lo beneficiosos que éstos resultan para la nación, despertando y extendiendo la afición marinera, concediese el pasado año á todos los socios la alta distinción de poder usar uniforme con el honroso botón de ancla de la Marina del Estado é insignias en la gorra con la Corona Real.
Aun tratándose de la temporada estival, que es la adecuada para los sports náuticos y la que trae consigo cierta paralización ó descanso en algunas profesiones, esta Sociedad sólo empieza á animarse al avanzar la tarde; porque compuesta en su mayoría de armadores, abogados, médicos, ingenieros, electricistas, farmacéuticos, drogueros, agentes de Bolsa, etc., etc., sus socios dedican gran parte del día á las tareas de sus respectivas profesiones, siendo por consiguiente cerebros en actividad ó ruedas de engrane de la inmensa máquina cuyo movimiento no es otra cosa que la manifestación de la vida nacional; con lo cual queda patentizado que esta Sociedad, sí bien es de sports náuticos, no está constituida como tal vez alguien crea, por adinerados sin cultura y sin más ocupación que la vanidosa de ostentar sus millones»…
Hay que leer entre líneas, evidentemente, en este estupendo fragmento del largo artículo publicado por la REVISTA GENERAL DE MARINA con motivo de las regatas celebradas en septiembre de aquel año en Bilbao y presididas por el Rey de España D. Alfonso XIII.
También en INTERNET y en un notable articulo titulado Del yachting a la vela, de los caballitos a la piscina. La sociabilidad de las elites y sus espacios. Club Maritimo del Abra- Real Sporting Club de Bilbao, escrito por Eduardo J. Alonso Olea, de la Universidad del Pais Vasco. Departamento de Historia Contemporanea, este autor da un repaso a la siempre compleja elección de sus espacios de acción por parte de las clases adineradas, y, ciñéndonos a las menciones hechas a la batea y al Real Sporting Club, condensamos las siguientes anotaciones: …»En definitiva, la fundación y evolución de los dos clubes, fusionados en 1.972, son reflejo del gusto de las nuevas clases acomodadas beneficiadas por el desarrollo económico vizcaíno tras la ultima guerra Carlista por reunirse en un ámbito controlado y poder dedicarse a actividades relacionadas con su status económico, en muchos casos fundadas en modelos británicos: la vela, el billar, el whisky, el te, las pastas, los crisantemos…
El móvil fundacional del Sporting fue “estimular y fomentar toda clase de ejercicios físicos y en especial los marítimos”…
En Vizcaya había una larga tradición en construcción naval y en salir al mar, no desde luego por motivos recreativos como por la más pura necesidad. En el siglo XIX la Ría se vio jalonada de astilleros de barcos de madera (como los de los Arana en Abando) que determinaron el desarrollo de unas actividades auxiliares (jarcias, fundiciones…). Pero estos astilleros tradicionales desaparecieron o se vieron necesitados de una radical transformación con la extensión del casco metálico y del vapor. De este modo, desde la primera y pionera iniciativa de Martinez Rivas con los Astilleros del Nervión, a primeros de siglo tenemos ya las instalaciones que vertebrarán el sector hasta la crisis de los 70: Euskalduna, La Naval…
Aficionados hubo, según nos cuenta Orueta, que alquilaron una casa en Zorroza, mirando a la curva de Elorrieta, a los Ybarra, donde se ejercitaban en yolas y «perissoir» (canoas pequeñas). Este grupo primigenio de aficionados al remo y a la vela es el que en unos años fundó el Sporting. Alejandro de la Sota también nos dice que en esa casa, tras una tarde de remo, los socios no podían pedir «siquiera ponché» porque no lo daban, lo que indica la concentración original en el aspecto puramente deportivo del primitivo Sporting. Frente al Maritimo, que contaba desde sus primeros días de funcionamiento de una sede social fija, el Real Sporting Club de Bilbao se concentró en la organización de regatas, siendo una mezcla entre club deportivo y elitista club social exclusivo para hombres. Muchos de sus miembros, en la medida en que mantenían en Las Arenas casas de veraneo todavía, fueron los mismos que años más tarde promovieron y formaron parte del Marítimo, no siendo extraño encontrar los mismos nombres, en años distintos, en la directiva o en la presidencia. Este fenómeno también lo encontramos con otros clubes del momento, como el Nautico de Bilbao o incluso con la Sociedad Bilbaina (en cuyos locales, por cierto, se celebraron muchas reuniones invernales de las Juntas del Sporting y del Maritimo)
Es difícil decir nada antes de 1902 sobre el Sporting puesto que su información escrita arranca de otoño de ese año, aunque sí sabemos que la Junta Directiva del Sporting Club de Bilbao, sin el Real, cumplimentó en agosto de 1900 a Alfonso XIII en su visita a Bilbao. Precisamente de ese momento data su primer reglamento, aprobado el 24 de agosto, en el que sí aparece el término Real; paradójicamente, en una reedición del mismo reglamento de 1902, desaparece el término Real para llamarse Sporting Club de Bilbao. En ambos reglamentos ya aparece la alusión al ‘»edificio flotante» o «Casa-bote».
La Junta Directiva, que era el órgano rector del Club, desde el Reglamento de 1906 se dividía además en comités, como el del flotador, de los salones y biblioteca, despensa, lavabos y cuartos de baño, conservación, alumbrado, fondeaderos, etc. Por supuesto, anualmente, se convocaba una Junta General de Socios a los que se rendía cuentas económicas y de las gestiones, iniciativas o reparaciones llevadas a cabo durante el año.
El acceso al Club, además de contando con la previa presentación de dos socios y la aprobación de la Directiva, se mantenía vedado a los menores de 20 años varones, por supuesto, aunque en 1905 se varió la edad hasta los 18 años. Como el Rey era el Presidente de Honor desde 1900, en 1904 hicieron Vicepresidente honorífico al Príncipe de Asturias. La Directiva funcionaba como Comisión de admisión, con un sistema de bolas blancas y negras, para votar favor o en contra, respectivamente, del candidato sin ninguna discusión previa, según la practica habitual de la Bilbaína o en otros clubes. Para compensar una bola negra hacían falta tres blancas…
Frente a la mayor complejidad de la actividad normal del Maritimo, como veremos, el Sporting aun contando con servicios como restaurante o bar, realmente estaba mas volcado en la actividad náutica»…
Sobre la batea en si, que es el foco de atención de nuestro artículo, el autor cita: …»La inicialmente conocida como «Casa-Bote», o las «Viejas Tablas», su sede fue quizás el mayor sello de identidad del club a lo largo de ochenta años. En realidad era una batea, una gabarra, con un gran cajón inferior, el flotador, cuyo techo era de cemento, base de los lócales propios del Club. Obviamente el hecho de ser una gabarra condicionaba los servicios de la entidad; el agua dulce se tenía que cargar en aljibes o por medio de una tubería desde el muelle de hierro, la cocina económica hubo de esperar casi seis años desde su botadura. En verano solía estar en el Abra, cerca de Portugalete, mientras en que invierno quedaba en Axpe, donde limpiaban fondos cuanto era preciso. Se comunicaba por medio de un gasolino, tanto con Portugalete como con Las Arenas, desde donde se traía y llevaba a los socios.
La batea se construyó según unas fuentes en Astilleros del Nervión, ambiciosa iniciativa de Francisco Martinez Rivas una década atrás, en 1900; según otras (Antonio Menchaca) se trajo despiezado desde Inglaterra. De cualquier forma fue su principal seña de identidad y hasta su hundimiento en 1981 fue el centro de sus actividades. Sus planos parece que fueron diseñados por Cecilio de Goytia y Valle, lo que le vatio el nombramiento de socio honorario en mayo de 1900…
El acto con el que se inauguraba la temporada veraniega era la propia bajada de la batea del Sporting desde Axpe hasta Portugalete, que solía ser ocasión de una comida de hermandad, a base de alubias o garbanzos y merluza frita, tras lo cual se pasaba a las tradicionales partidas de chámelo o dominó, jugado sobre unas mesas de mármol para que sonaran bien las fichas.
El propio Sota reconoció en su reseña sobre el restaurante del Sporting en Hermes, que era discutible su pertinencia, porque cuando más se esmeraba la cocinera, cuando el club estaba con todas sus galas, era precisamente en los días de regata, cuando «aquellos señores comen según el viento sople». De cualquier forma, cuando iba el Rey era cuando la cocina se hacía más elaborada. Festejos reales aparte, la propia insuficiencia de la cocina o del personal disponible hacía que los menús de las regatas fueran bastante más sencillos que los del Maritimo, dejando aparte como decimos las visitas reales o la comida de Castro Urdíales que se solía contratar con un restaurante bilbaíno, durante muchos anos el del Hotel Torróntegui, o el Hotel Portugalete.
El Sporting, presidido de forma honorífica por el Rey tuvo una especial vinculación con el monarca, con un monarca que, como es ampliamente conocido mantuvo y ejerció un evidente poder político, además de una relación directa con las élites económicas del país. Las visitas veraniegas de Alfonso XIII, regulares entre fines de agosto y primeros de septiembre hasta la llegada de la República, salvo veranos con problemas (huelga de 1910, crisis de 1914, Annual.) permitían establecer y mantener lazos con el entorno del poder….
El Sporting, junto con el Club Nautico de San Sebastian y el Club de Regatas de Santander constituyeron, en 1.900, la Federación de Clubs Nauticos del Cantabrico, que promovió una Copa del cantabrico. Estas regatas, y todas las promovidas por los tres clubes, se uniformizaron por medio de un único reglamento, publicado en 1.902, en vigor hasta que en 1.906 se aprobó el Reglamento Internacional. La Copa del Cantábrico, reservada a los socios de los tres clubes fundadores, fue ganada por primera vez por Tomas de Zubiria en 1.907. Por supuesto, el Sporting tuvo un papel importante en la Copa del Rey y es el organizador de la regata más antigua del país, la Copa Gitana»…
Las visitas reales eran fundamentales para una institución de este tipo y según el autor una des estas clásicas citas se desarrollaba de la siguiente manera: …»El prototipo de visita real, tomemos por ejemplo la de 1906, consistía en la llegada de Alfonso XIII a mediados de agosto a la Villa, el 13 de agosto, domingo. Tras ir a comer al Maritimo, Alfonso XIII, presenció una jornada de regatas, con multitud de público tanto en las embarcaciones como en el muelle de Santurce y en el de Churruca, de balandros, de traineras, canoas y botes, dándose fa salida con el cañón del Sporting. A la noche, el Rey invitó a cenar a las directivas del Sporting y del Maritimo en el yate real GIRALDA. En esta visita el Rey regaló dos yolas al Club y confirmó el privilegio de que los socios del Sporting pudieran usar un uniforme especial, uniforme que fue posteriormente usado por el propio monarca en muchas de sus visitas, ya al Sporting ya al Maritimo, el pico. Por las memorias de Prieto, que era un joven periodista en 1.907, sabemos que en la cubierta superior de la batea y como colofón de un agradable banquete el Monarca improviso su primer discurso»…
La unión del Monarca con el Club fue tan profunda que en la época de la dictadura, al obligar a cambiar el nombre de Sporting, debido a la fobia del régimen por el idioma, iba acompañada dicha petición por la de cambiar la foto del Monarca por la del dictador, lo que ocasiono la resistencia y reticencia de mas de un socio.
El resto de la historia recomiendo que se lea en el trabajo citado ya que excede en parte de lo que es el interés y limite cronológico de esta pagina.
Me ha gustado mucho el articulo estoy buscando informacion sobre el veleroHispania (botadura,regatas etc…),sus tripulantes y las travesias que realizo el Rey Alfoso XIII con este su velero.
Si me podeis facilitar informacion u orientar por donde buscar os lo agradecia muchisimo.
Un saludo
En general se denomina erróneamente al transbordador de Portugalete como «puente colgante», pero nunca como aquí lo había encontrado calificado como «flotante». Sea usted tan amable.
Estimado Sr.
No se habla del puente de Portugalete, sinó de un club nautico instalado en una batea flotante
Las Viejas Tablas me recuerdan a mi mas temprana juventud. Tuve el privilegio de vivir aquel abra del Real Sporting Club, todo un lujo….; Las regatas, el magnifico ambiente del club. La merluza rebozada…con pimientos…menú típico para los mas jóvenes….El gasolino que te llevaba a tierra, parada junto a la grúa Titan…Chipirón…el perro de Manolo el marinero…Los Galeas que diseño y construyo el Potro en Udondo…luego, mas tarde los super-galeas, el Lar V y el Altamar. Calima, de Emilio Ibarra y Nacho Aznar, Machichaco de Juanito Olabarri….el entrañable Endavant del arquitecto Sans Gironella. Mi padre. El Prinrose Disparate del Conde Zubiria…..
Nostalgias de otra época, también, que duda cabe de una juventud ya lejana….
Supongo que hablo de comienzos los años 60…Tuve la gran suerte de poder vivirlo. No me cabe una duda.
Buenas tardes:
Estoy interesado en recuperar datos, fotos e información general sobre el CLUB NÁUTICO de BILBAO.
Se fundó en el año 1.881
Tenía la sede en el primer piso del Teatro Arriaga ( Bilbao )
Por las inundaciones de Agosto del 1983, interrumpió sus actividades.
Sus últimos Presidente y Vicepresidente, fueron D. Fernando de Oraá y D. Miguel Ángel Artiach.
Muchas gracias. ????????????????