EL EXTRAÑO CASO DEL MURILLO

Copyrigth del Sr. Manuel Rodriguez Aguilar.
Hace ya muchos años, un vapor español abordó y hundió en el Canal de la Mancha a un velero británico que transportaba a emigrantes que iban a trabajar a la isla de Tasmania. Su nombre era MURILLO y tras de sí dejó casi a trescientas víctimas, entre hombres, mujeres y niños, personas que buscaban un futuro mejor lejos de su patria.
Litografia del vapor MURILLO. Del Illustrated London News.jpg
Litografia del vapor MURILLO. Del Illustrated London News.jpg

La naviera M. Sáenz y Compañía, Sociedad en Comandita, se constituyó en Sevilla en 1861. Su primer buque se llamó VELAZQUEZ y fue construido en 1862 por el astillero escocés de Randolph, Elder and Company, en Govan. Unos años más tarde decidió ampliar la flota encargando otros dos vapores más al mismo astillero. Sus nombres eran MURILLO y ZURBARÁN y fueron entregados en el año 1866. El primero de ellos se trataba de un pequeño vapor con casco de acero y dos chimeneas que tenía 739 TRB. En el año 1872 falleció Miguel Sáenz y la naviera sufrió una reconstitución, aunque manteniendo el mismo nombre, y en la que figuraba Robert MacAndrew & Co. como mayor accionista. Los buques de M. Sáenz y Compañía mantenían un servicio de carga general entre Sevilla y Londres, con escalas intermedias en otros puertos de su ruta, como Lisboa y Cádiz.
El NORTHFLEET era una Blackwall Frigate de tres palos con 951 TRB y 895 TRN, y tenía unas dimensiones de 55 metros de eslora, 9,8 metros de manga y 6,1 metros de puntal. Había sido construida por Pitcher & Co. en 1853 para el armador Duncan Dumbar, de Londres, y desde el principio empezó a realizar viajes con pasaje y carga al Extremo Oriente (Australia, China e India). En el año 1872 pertenecía al armador John Patton, Jr., también de Londres. A finales de ese año fue fletado para llevar a trabajadores y sus familias, además de 340 toneladas de raíles y 240 toneladas de equipos varios, que habían sido contratados para construir el ferrocarril de Tasmania (Hobart-Launceston). Al mando del NORTHFLEET se encontraba el capitán Edward Knowles (también viajaba su esposa) y contaba para este viaje con una tripulación de 35 hombres. El 13 de enero de 1873 partió de Gravesend, una ciudad situada a las orillas del río Támesis, con destino a Hobart, la capital de la isla australiana de Tasmania. El componente humano transportado estaba compuesto por 342 personas: 248 hombres, 42 mujeres y 52 niños, lo que hacía un total de 379 personas a bordo.
Nada más dejar el río Támesis quedó patente el mal tiempo. El capitán Knowles no tuvo más remedio que buscar refugio para un “cargamento” tan delicado. El 22 de enero el NORTHFLEET se encontraba fondeado esperando una mejora del tiempo en un punto situado entre dos y tres millas de Dungeness, una ciudad costera del sureste de Gran Bretaña próxima a Folkestone. A las 22:10 horas, en una noche clara y con todas las luces encendidas, fue abordado prácticamente en la mitad de la eslora por un vapor que navegaba a buena velocidad, sin que el todavía desconocido causante hiciera nada por detenerse y ayudar al velero en peligro, desapareciendo en la oscuridad de la noche. A esa hora, la mayoría de sus ocupantes estaban durmiendo bajo cubierta. El fuerte impacto unido a la rápida entrada de agua en el interior hizo que inmediatamente cundiera el pánico.

El NORTHFLEET. Brodie Collection, La Trobe Picture Collection, State Library of Victoria. De la web Trove.jpg
El NORTHFLEET. Brodie Collection, La Trobe Picture Collection, State Library of Victoria. De la web Trove.jpg

El velero se hundió en media hora sin que los numerosos barcos que se encontraban en las proximidades hicieran algo por ayudar a los náufragos, salvo algunas excepciones. En el retraso del rescate intervinieron varios factores. El primero fue que el capitán Knowles no envió una señal de socorro hasta pasado un cuarto de hora porque no consideró la gravedad de la situación en su velero. Además, el cañón de señales no pudo dispararse porque el tubo estaba bloqueado. No obstante, debido al pánico de los pasajeros el capitán se tuvo que emplear a fondo revolver en mano para que pudieran embarcar en los botes salvavidas las mujeres y los niños. Al final, solo el remolcador CITY OF LONDON, el lugre MARY, el PRINCESS y una embarcación de los prácticos rescataron a los supervivientes. Como curiosidad indicar que el clipper CORONA, fondeado a escasas 300 yardas del NORTHFLEET, no colaboró en el salvamento al encontrarse el hombre que estaba de guardia dormido.
Sin detenerse tras la colisión continuó viaje el MURILLO. El vapor español, que estaba al mando del capitán Berrute, no había sufrido daños. Su primera escala era el puerto de Lisboa pero no paró hasta Cádiz, ya que las autoridades británicas habían emitido orden de arresto contra el vapor español al sospechar de su participación en el desastre. La razón del cambio de destino se debía a que entre Portugal y Gran Bretaña existía acuerdo de extradición. El 31 de enero arribó el MURILLO al puerto de Cádiz. El periódico The New York Times, en su edición del 1 de febrero, publicaba lo siguiente: “There is now doubt that it was the Spanish steam-ship MURILLO, which sank the emigrant ship NORTFLEET, in the English Channel. The MURILLO has arrived at Cadiz and made a report of the disaster.”
Los supervivientes fueron 86 personas: 71 hombres, 2 mujeres (una era la esposa del capitán), 2 niños (uno era un bebé) y 23 tripulantes (ningún oficial estaba entre ellos). Entre los 293 fallecidos y desaparecidos se encontraba el capitán Knowles, y un buen número de cuerpos nunca pudieron ser recuperados. El 22 de septiembre del mismo año, el MURILLO fue arrestado en Dover, ocho meses después de la tragedia. En una sentencia de The Court of Admiralty se embargaba el buque a la vez que reprendía duramente la conducta del capitán Berrute y de sus oficiales. En reconocimiento al sacrifico del capitán Knowles, a su viuda le fue concedida la Civil List pension. Nuestro protagonista, llevando en el casco el nombre de ROELAS, se hundió en el mes de diciembre de 1887, tras colisionar con el vapor británico CASCAPEDIA, de 2.860 TRB, en el estuario del río Mersey (en las proximidades de Duke’s Rock), al Noroeste de Gran Bretaña.
Mi agradecimiento a Vicente Sanahuja.

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