EL CRUCERO RIO DE LA PLATA

UNA NUEVA MARCACIÓN, EVITARA COLISIÓN

Sufragado por suscripción popular de españoles establecidos en Argentina y Uruguay, el pequeño crucero RIO DE LA PLATA fue dado de alta en la Armada en 1900 y de baja en 1931.
Como todos los buques construidos bajo estas circunstancias no fue ejemplo sobresaliente de virtudes militares pero si tuvo una amplia y útil hoja de servicios para la Armada. Fue unidad de combate, buque portaminas y pontón de apoyo a la incipiente Aeronáutica Naval.

Foto del RIO DE LA PLATA, a estrenar, en donde se aprecia perfectamente su puente abierto y la disposición de la artillería. De la revista El Mundo Naval Ilustrado. Año 1899.tif
Foto del RIO DE LA PLATA, a estrenar, en donde se aprecia perfectamente su puente abierto y la disposición de la artillería. De la revista El Mundo Naval Ilustrado. Año 1899.tif

Según el diario La Vanguardia, en su edición del sábado, 22 de abril de 1899, en su página 6, la tripulación del crucero salió del Ferrol para su embarque en este:
…”Con rumbo al Havre ha salido del puerto del Ferrol donde tomó á bordo los tripulantes del crucero RIO DE LA PLATA, el crucero auxiliar PATRIOTA”…
Las pruebas las realizo en el mes de mayo, según cita La Vanguardia, en su edición del lunes, 5 de junio de 1899, en su página 2:
…”Según comunican del Havre, el crucero RIO DE LA PLATA, construido por la Sociedad Forges et Chantiers de la Mediterranée, por cuenta de la Asociación patriótica española de las Repúblicas Argentina y Uruguay, para el Gobierno español, practicó el día 24 de mayo sus pruebas oficiales de velocidad á tiro natural, obteniendo como resultado, durante una corrida de seis horas con el desplazamiento máximo, la velocidad de 18 millas ó sea milla y media más que lo estipulado en la contrata.
Este crucero es de acero, cubierta protectora, de dos hélices, el casco tiene revestimiento exterior de madera de teca forrado de cobre: desplaza 1.776 toneladas, tiene dos cañones de 14 cm., 4 de 10 cm., 4 de 57 milímetros, 6 ametralladoras y 2 cañones de desembarco, y 7.000 caballos en sus máquinas. Las calderas son multitubulares Normand-Sogaudy”…
Como era lógico, su primer viaje fue a la Argentina; a Buenos Aires, entrando en el Río de la Plata que le daba nombre y siguiendo el habitual ritual de visitas y discursos patrióticos. De aquel Río de la Plata, de sorprendente color rojizo para sorpresa de todos los que lo ven la primera vez, cruzo al Pacifico y visito Chile y Perú, volviendo a aguas metropolitanas donde mostró la bandera en múltiples puertos de la costa mediterránea.

El RIO DE LA PLATA en lugar y fecha indeterminados.tif
El RIO DE LA PLATA en lugar y fecha indeterminados.tif

El tema de la bandera del buque, muy sensible siempre en la Armada, era narrado por La Vanguardia, en su edición del miércoles, 14 de junio de 1899, en su página 2:
…”Respecto al crucero «RIO DE LA PLATA» que dentro de breves días saldrá para España, completamente alistado de la factoría del Havre, donde ha sido construido, dice un colega de Montevideo lo siguiente:
«Botado al mar el crucero «RIO DE LA PLATA», ofrecido por el activo patriotismo de los españoles del Uruguay y la Argentina á la armada de su nación, cruzará el Atlántico y vendrá al Plata á recibir la confirmación efectiva de su nombre y á recoger la magnífica bandera de combate que le está destinada y que se halla depositada en el consulado español da la vecina República.
Dicha bandera es de opulento oró español, tejida, de una pieza. El escudo que la adorna y prestigia es una verdadera obra de arte, bordado en alto realce con gusanillo de plata y oro y formados con mostacillas los diversos colores de sus cuarteles.
El cofre destinado á la bandera, primorosamente esculpido, ostenta en su tapa, enlazados, los escudos argentino, oriental y español, y por su cornisa corre una cinta ondulada de bronce con esta leyenda: «Las damas españolas, argentinas y orientales á la gloriosa España».

Crucero RIO DE LA PLATA. La Carraca. Año indeterminado.tif
Crucero RIO DE LA PLATA. La Carraca. Año indeterminado.tif

Es, pues, la bandera del nuevo y gallardo barco de guerra una ofrenda de mujer.
El coste intrínseco de la bandera fue de 14.000 pesetas y de 2.000 el del cofre que la guarda.
Ha sido una suerte, al fin de cuentas, el retraso de la casa constructora en la entrega del «RIO DE LA PLATA». Entregado cuando debió serlo, habría corrido probablemente la infortunada, aunque gloriosa suerte de la armada española.
Entregado ahora, servirá, agregado á las pocas unidades que le quedan á España de su penoso desastre, para rehacer lenta y sólidamente su poderío naval.
Se adelanta que el «RIO DE LA PLATA» quedará de estación en Montevideo.
Desde ahora se preparan fiestas y ceremonias destinadas á propiciarle un entusiasta recibimiento”…
Su llegada a España la narra La Vanguardia, en su edición del lunes, 21 de agosto de 1899, en su página 3.
…”El «RIO DE LA PLATA»
Telegrafían de San Sebastián diciendo que el crucero RIO DE LA PLATA, mandado por el capitán de fragata señor Mac Mahon, ha fondeado hoy fuera de la bahía, recibiendo orden de fondear en el puerto de Pasajes.
Esta tarde lo ha visitado el ministro de Marina, y probablemente mañana lo visitará la Reina”…

Esta foto del crucero saliendo del puerto de Le Havre para incorporarse a la Armada, es de la revista La Vida Maritima. Año de 1902.jpg
Esta foto del crucero saliendo del puerto de Le Havre para incorporarse a la Armada, es de la revista La Vida Maritima. Año de 1902.jpg

En efecto, la visita real la narra La Vanguardia en su edición del jueves, 24 de agosto de 1899, en su página 6, en que cita:
…”Visita á la escuadra. San Sebastián 23. —La Reina, sus hijos y la alta servidumbre de Palacio, con los generales Gómez Imaz, Cámara y otros, han visitado el nuevo crucero RIO DE LA PLATA.
Pasaron cerca de una hora á bordo, haciéndoseles los honores correspondientes.
El Rey vestía uniforme de marino. La Reina se embarcó en la escampavía GUIPUZCOANA, rodeando el buque unos 30 botes.
Los barcos que componen la escuadra de instrucción asomaron por la boca del puerto y saludaron las tripulaciones á la familia real con vivas durante la regia visita.
La Reina dio orden de que se mandara el siguiente telegrama al presidente de la Junta Patriótica de Buenos Aires: «Su majestad al visitar el RIO DE LA PLATA me ordena manifieste la complacencia y el placer que siente por el generoso donativo hecho por esa Junta á la madre patria, y me manda asimismo haga públicas estas manifestaciones á todos los donantes.»
La Reina ha manifestado al general Cámara que en vista de la mala navegación que últimamente han tenido los buques pequeños de la escuadra, pasaran á fondear en el puerto de Pasages, á fin de que estén mejor protegidos”…
En agosto de 1899 llega a Ferrol para acabar de montar su artillería.
En La Vanguardia, edición del domingo, 10 de diciembre de 1899, en su página 3, se anunciaba su salida para Buenos Aires:
…”El nuevo crucero «RIO DE LA PLATA» ha salido de los caños de la Carraca, dirigiéndose á Santa Cruz de Tenerife, en cuyo punto permanecerá veinticuatro horas, marchando a las Palmas de Gran Canaria, donde se repostara de todo lo que haya consumido durante ese trayecto.

En esta foto se aprecia la común decoración de las proas de los buques de combate. Herencia decimonónica que se perdió tras la Gran Guerra. De la revista La Vida Marítima, Agosto de 1905.JPG
En esta foto se aprecia la común decoración de las proas de los buques de combate. Herencia decimonónica que se perdió tras la Gran Guerra. De la revista La Vida Marítima, Agosto de 1905.JPG

Una vez repuesto, y ya con velocidad económica, saldrá para el puerto de San Vicente (islas de Cabo Verde), emprendiendo después su navegación para él Río de la Plata.
Permanecerá, tanto en Montevideo como en Buenos Aires, solo el tiempo necesario para que pueda ser visitado por todos los donantes de fondos para su construcción.
En Buenos Aires recibirá de las damas argentinas la bandera que, bordada por ellas, a de entregarse solemnemente á su llegada.
El «RIO DE LA PLATA» al mando del capitán de fragata don Jacobo Mac-Mahón, va provisto de cuanto necesita para tan larga navegación, y lo tripulan 213 hombres.
Desde la República Argentina saldrá para el estrecho de Magallanes, recorriendo la costa del Pacifico hasta el Callao donde esperará órdenes del Gobierno.
Se cree que regresará á España por el Cabo de Buena Esperanza”…
En abril de 1903, era comandante del buque el capitán de fragata don Julio Azemar.
A finales de 1903, en un Consejo de Ministros del Gobierno español, el ministro de Hacienda dio cuenta de una concesión de crédito para gastos de viaje del crucero Río de la Plata á la Exposición de San Luis. Todavía estaba muy cerca el sentimiento de la catástrofe colonial, y el tema del viaje tuvo su consiguiente polémica.
En el diario La Vanguardia, en su edición del viernes, 6 de noviembre de 1903, en su página 6, aparecía la siguiente nota:

4 de septiembre de 1915 en el dique de La Campana del Arsenal de Ferrol. Como portaminas. Foto Buques de la Armada Española a Través de la Fotografía (1.849-1.900).jpg
4 de septiembre de 1915 en el dique de La Campana del Arsenal de Ferrol. Como portaminas. Foto Buques de la Armada Española a Través de la Fotografía (1.849-1.900).jpg

…”Personas enteradas del asunto y que se interesan por el prestigio de España, muestran extrañeza porque el Gobierno ha acordado enviar el crucero RIO DE LA PLATA, mandado por un capitán de fragata, á la Exposición de San Luis (Estados Unidos).
Entienden estas personas que España, ó no debía mandar ningún barco, ó mandar un acorazado ó algún otro barco que hiciera representar mejor papel á nuestra nación”…
El viaje estuvo lleno de incidencias –en la prensa y en la mar- y en la edición del diario La Vanguardia, del sábado 14 de noviembre de 1903, se leía un artículo titulado La Republica de Panamá y el Crucero RIO DE LA PLATA, en el que se recordaba la manera de hacer de los americanos en bien de sus intereses. En este artículo se cita:
…”Sin duda para robustecer esos prestigios y para dar una nota elevadísima de nuestro poderío y seriedad, enviamos ahora á San Luis el crucero «RIO DE LA PLATA», que además de hacer un ridículo papel junto á los barcos que allí concurran, es un buque, que el único valor que tiene, y éste es realmente muy grande, es el demostrar que en la Argentina hubo y aun sin duda los hay, muy buenos españoles.
Ni el Estado puede reclamar para sí la gloria de su construcción: fue un regalo, regalo hecho en días de prueba y regalo que allá en las aguas de nuestros vencedores y recientes amigos, si la materia inerte pudiera avergonzarse, se avergonzaría.
Hay que decirlo todo. El envío de ese barco á San Luís, es la abdicación más pública y manifiesta de aquella nuestra dignidad y altivez legendarias y ejemplares, en días ya muy lejanos. Es pasar una esponja impregnada, no en agua purificadora, sino en negra tinta sobre la ya negra mancha de nuestro desastre; es, en una palabra, sancionar con los colores de nuestra bandera, el despojo inicuo de que fuimos víctimas.

Ya con su casco pintado de negro. Del libro La Construcción Naval Militar Española.jpg
Ya con su casco pintado de negro. Del libro La Construcción Naval Militar Española.jpg

No habremos tenido un barco para que fuese á Venezuela á enterarse de si hubo ó no ofensa para España en lo hecho con el cónsul de La Guayra, pero lo tenemos para ir á San Luis á saludar al pabellón que nos aniquiló en Cavite y Santiago. No habrá un barco para ir á Colón ó Panamá á defender y amparar á los compatriotas que allí pueden ser víctimas de la revolución: pero lo tenemos, para no pasar plaza de mal criados, ante la galante invitación de Roosevelt; no tenemos un barco para enviar á Ceuta, como pide en forma perentoria casi su gobernador, pero lo tenemos para ir á pasar desapercibidos, y gracias que no sea más que eso, en las aguas en que no debiera ondear nuestra bandera de guerra, hasta que una nueva generación hubiera olvidado lo que no puede olvidar la presente. No nos queda ya ni la idea de lo que fueron algunos de nuestros hombres. Si hubiera vivido Prim, por ejemplo, á la invitación americana hubiera contestado así: «España no puede enviar representación naval á San Luis, porque no le queda ya nada de lo que ella descubrió y los otros benefician: no le queda nada ni un solo barco; todos ellos y con ellos la gloria del descubrimiento fueron hundidos por los corteses invitantes.» Pero Prim, falta ya hace muchos años y con él se perdió la casta”…

Ya como pontón de la base de aeronáutica naval de Barcelona. Del libro Portaaviones Españoles.jpg
Ya como pontón de la base de aeronáutica naval de Barcelona. Del libro Portaaviones Españoles.jpg

Ni más, ni menos, en este artículo firmado por Néstor Desciez. La herida de Cuba estaba abierta todavía.
El viaje ya empezó mal; sin dinero. Lo atestigua La Vanguardia en su edición del jueves, 19 de noviembre de 1903, en su página 8:
…”El «RIO DE LA PLATA» Mañana se hará á la mar, con rumbo á Nueva Orleáns, el crucero RIO DE LA PLATA. Dicho buque representará á España en la manifestación naval que se celebrará en San Luis con motivo de la Exposición que allí tendrá lugar.
Él barco mencionado emprende el viaje en condiciones económicas muy malas, pues no habiéndose aprobado por las Cortes el crédito de 150.000 pesetas que se ha pedido, tendrá que esperar en Cabo Verde para hacer carbón y víveres á que el ministro de Hacienda gire á su comandante 60.000 francos”…
Durante el viaje del buque todavía se discutía en las Cortes la necesidad, o no, de aprobar el crédito de 144.408 pesetas necesario para llevar a término el viaje. El señor Bores y Romero impugnaba dicho crédito, por estimar innecesario que el crucero RIO DE LA PLATA fuese á la Exposición de San Luis, mientras Eugenio Silvela justificaba el envío de dicho barco.
Sea como fuese, el buque salía de vuelta para España en enero de 1904. En la Vanguardia, edición del jueves, 14 de enero de 1904, en su página 6, se citaba:
…”El «RIO DE LA PLATA» El día 15 saldrá de Nueva Orleans para España el crucero RIO DE LA PLATA. Se detendrá algunos días en Santo Domingo para el despacho de una importante comisión”…
En su vuelta a España, y durante su estancia en Saint Thomas, sufre un abordaje con un buque que le ocasiona ligeras averías en uno de los montajes de artillería.
En abril de 1904 fue escolta del yate GIRALDA en sus navegaciones por el Mediterráneo.
A finales de mayo de 1904 se nombra comandante del buque a D. Eduardo Menacho.
En 1.906, durante la famosa Conferencia de Algeciras, estuvo comisionado para el transporte de la embajada magrebí, comisión diplomática bajo órdenes del Duque de Almodóvar del Río, presidente de la Conferencia de Algeciras.
En La Vanguardia, en su edición del martes, 9 de enero de 1906, en su página 5, así lo confirmaba:
…”Se ha dispuesto que el crucero RIO DE LA PLATA se dirija á Tánger, para conducir á Algeciras á los representantes del Sultán que han de asistir a la Conferencia sobre Marruecos.
Es probable que durante el tiempo que dure la Conferencia permanezca el RIO DE LA PLATA en Algeciras, y que vaya allí también el CARLOS V”…
En su estancia en este puerto, una de las lanchas del crucero, abordada por un vapor se partió y fue a pique. Como consecuencia murió el marinero Manuel Elveira.
La delegación marroquí fue devuelta a Tánger en buques de la Armada. La Vanguardia lo notificaba en su edición del lunes, 9 de abril de 1906, en su página 2:
…”Tánger 8, 6.41 tarde. Han llegado el crucero RIO DE LA PLATA y el torpedero DESTRUCTOR conduciendo á los delegados marroquíes de regreso de Algeciras, acompañados por el ministro de España.
Las baterías de la plaza tributáronles los honores de reglamento. Han llegado también otros delegados europeos, viniendo todos muy bien impresionados por el resultado de la Conferencia, congratulándose de haber podido resolver los peligrosos problemas marroquíes, augurando al mismo tiempo la paz internacional”…
En 1907 se integra en la flota combinada franco-española debido a la rebelión sangrienta de Casablanca.
A mediados de mayo de 1907, y como consecuencia del temporal, llega de arribada a Ferrol, de donde había salido con destino a Cádiz, consiguiéndose salvar el buque.
En el verano de 1909 manda el buque D. Pedro Vázquez, capitán de fragata.
A principios de noviembre de 1909 prueba las nuevas calderas que se le habían instalado en una gran carena que sufre el buque.
Poco después se incorpora a la flota. En La Vanguardia, edición del martes, 16 de noviembre de 1909, en su página 7, se anotaba:
…”Nuestros buques. Han fondeado en Melilla el crucero EXTREMADURA y el cañonero GENERAL CONCHA. El segundo jefe de la escuadra, general Ferrer, arbolará su insignia en el NUMANCIA.
La segunda división de dicha escuadra la formarán con dicho buque, los cruceros RIO DE LA PLATA y EXTREMADURA, quedando á cargo del general Ferrer la dirección de las operaciones cuando el comandante general se ausente con el CARLOS V para Galicia”…
En 1911 realiza un viaje a Canarias. Lo narra el diario La Vanguardia en su edición del sábado 7 de octubre de 1911:
…”Con destino á Canarias, en el crucero RIO DE LA PLATA, hoy ha embarcado el ayudante del Rey, coronel señor Martínez Anido, comisionado por S. M. para repartir socorros á los damnificados de la Isla del Hierro”…
El 25 de octubre de 1911, en el puerto de Larache, se incendió el vapor alemán CASABLANCA. Un trozo del RIO DE LA PLATA participo, con una bomba portátil, en la extinción del incendio.
En agosto de 1914 se dirige a Vigo para efectuar un recorrido de la máquina y seguidamente marcha a Canarias. En los años de la Gran Guerra sigue su comisión en las aguas norteafricanas y durante algún tiempo actúa como transporte de minas.
En 1915 vuelve a aguas cantábricas con las labores habituales de escolta al yate real.
En mayo de 1918, en Ferrol, hace de perro guardián de uno de los submarinos alemanes refugiados. Lo cita La vanguardia en su edición del miércoles, 22 de mayo de 1918, en su página 9, en que cita:
…”Intento de fuga de un submarino. Ferrol, 20, 5 tarde.
Se completaron los temores que se abrigaban respecto á la tentativa de evasión del submarino alemán U.G. 38, fondeado al costado de la brigada torpedista, y que fue sorprendido en el momento en que empezaba á evolucionar.
Ignórase quién pudo facilitar las piezas de la maquinaria que le habían sido quitadas para evitar que pudiera evadirse. Nuevamente se ha ordenado que el crucero RIO DE LA PLATA, que se encontraba fondeado en la bahía, se traslade al arsenal, instalándose al costado del sumergible para vigilarlo más de cerca. Las autoridades de marina intervienen en el asunto”…
La última comisión de servicio que se encomendó al «RIO DE LA PLATA» ya no pudo cumplirla. Se hallaba en El Ferrol en febrero de 1919, cuando recibió la orden de alistarse para conducir a Southampton el cadáver de la condesa de París. Pero el estado de las calderas del barco no le permitió emprender el viaje. Y allí permaneció inmóvil hasta que un par de años después vino a Barcelona remolcado (Fuente: La Vanguardia, edición del jueves, 30 de julio de 1931. Artículo de Juan B. Robert)
La costa norteafricana, con sus sangrientas circunstancias, fue su teatro de operaciones hasta que en 1.921 es enviado a Barcelona, fondeado como pontón de soporte, para auxilio de la base de hidroaviones de la Aeronáutica Naval junto al más veterano AUDAZ y una pequeña flotilla de lanchas –las H-1 a H-5 (ML inglesas)- adquiridas para auxilio de las operaciones aeronavales.
Sus características técnicas y vida operativa las obtenemos del libro Buques de la Armada Española a Través de la Fotografía (1.849-1.900), escrito por Juan Luis Coello Lillo y Agustín R. Rodríguez González (ISBN: 84-95088-37-1). Sin duda mi libro favorito sobre la Armada y uno de esos de consulta obligada sobre el vapor en la marina de guerra española. No puede faltar en nuestras bibliotecas. Veamos:
…”El 21 de junio de 1897 la Sociedad Patriótica Española de las Repúblicas del Río de la Plata contrató con la firma francesa Forges et Chantiers de la Mediterranée -vieja conocida de la Armada, como hemos visto- la construcción de un pequeño crucero protegido, que sería llevada a cabo esta vez en el astillero que dicha sociedad poseía en Le Havre. Colocada su quilla el 1 de octubre siguiente, cayó al agua el 17 de septiembre de 1898, siendo entregado por su constructor el 30 de junio de 1899, fecha en que fue donado al Estado. Con la característica estética gala de fin de siglo, recibió el nombre de RIO DE LA PLATA en merecido homenaje a quienes lo hicieron realidad, emprendiendo viaje hacia España el 18 de agosto siguiente desde su ciudad natal de Le Havre, momento que recoge la imagen. El RIO DE LA PLATA iba a haber tenido un gemelo cuya construcción se encomendó en enero de 1898 al Arsenal de La Carraca, llamado PUERTO RICO (rebautizado GENERAL LINIERS el 12 de abril de 1899), pero sus obras quedaron interrumpidas al poco tiempo, cancelándose definitivamente el 27 de agosto de 1903 y siendo desguazado en la grada, aunque algunos de los materiales acopiados se terminaron utilizando en el crucero protegido REINA REGENTE, segundo de este nombre. El RIO DE LA PLATA fue un buque muy viajero durante sus primeros años de servicio, destacando un largo periplo por América del Sur entre diciembre de 1899 y marzo de 1901 en el que puso de manifiesto sus buenas condiciones marineras; dicho viaje incluyó, por supuesto, una prolongada estancia en Argentina y Uruguay, donde pondría el broche final a la llamada Estación Naval del Río de la Plata, mantenida allí por la Armada desde 1845. Pero el escenario principal de sus navegaciones serían las aguas de Marruecos, donde prestó intensos servicios hasta 1921, en que quedó afecto como pontón a la Aeronáutica Naval, amarrado en Barcelona. Una década después, en junio de 1931, el RIO DE LA PLATA fue dado de baja y desarmado en Cartagena, vendiéndose para desguace en 1932”…
También, aunque con notables errores debido a que los buques todavía estaban en gradas, en el libro La España Marítima, de Leandro de Alesson y López se apunta:
…”RIO DE LA PLATA y GENERAL LINIERS.- Buques iguales. Cruceros protegidos de 3ª clase; casco de acero; eslora, 76,86 metros; manga, 10,80 metros; puntal, 0,60 metros; calado máximo, 4,65 metros; fuerza de máquina, 9 000 caballos; velocidad, 2-2 millas por hora; radio de acción, 14.000 millas á consumo económico, combustible en las carboneras, 260 toneladas; desplazamiento, 1.800 toneladas; hélices, 2; palos militares, 2 con dos cofas y un balconcillo, chimeneas, 2. Blindaje: torre de combate, 37 milímetros, costado, 20 milímetros; demás partes, 49 milímetros. Artillería: 2 cañones sistema Canet de 15 centímetros y tiro rápido, 4 García Lomas de 10 centímetros y tiro rápido; 6 tiro rápido de 57 milímetros, sistema Nordenfeldt, y 4 ametralladoras sistema Maxim-Nordenfeldt de 37 milímetros. Construidos en Forges et Chantiers de la Mediterranée y la Carraca respectivamente, con el dinero de los españoles residentes en las repúblicas de América del Sur”…
Los cañones principales eran en realidad 2 Schneider-Canet de 140 mm y 35 calibres. La artillería secundaria, 4 Krupp de 105 mm. La potencia indicada, 6.931 caballos para una velocidad de 19 nudos. La maquinas eran de triple expansión de la firma Singaud y las calderas, cilíndricas, en número de cuatro de la marca Normand y como ya hemos visto, el que debería haber sido el PUERTO RICO, y después GENERAL LINIERS, no se acabó de construir.
Veamos, antes de acabar, sus actividades, según la prensas, como auxiliar de la Aeronáutica Naval.
Inmediato a su designación para ir a Barcelona a la base aeronáutica, aparecían las primeras críticas en función a su estado operativo. En La Vanguardia, edición del viernes, 24 de junio de 1921, en su página 16, se citaba:
…”Afirmase que el crucero «RIO DE LA PLATA» no irá á Barcelona, debido á su mal estado. Dícese que los técnicos consideran dicho barco peligroso para la navegación”…
No fue así, y el buque llego a Barcelona.
Un resumen, especialmente interesante y documentado, lo da Juan B. Robert en La Vanguardia, en su edición del viernes, 12 de septiembre de 1930, en su página 3, en que analiza los primeros –y dolorosos aunque ilusionantes- años de la Aeronáutica Naval. El diario cita:
…”Un decenio escaso tiene de vida la Aeronáutica Naval española, que desde sus principios ha tenido como sede a Barcelona.
El contraalmirante don Manuel de Florez en su segunda etapa ministerial de ocho meses (1919-1920), fue quien llevó a la «Gaceta» la creación de este servicio tan importante en la Marina moderna.
Una R. O. de enero de 1921 creó en Barcelona la Escuela de Aeronáutica Naval, que un año después se trasformaba oficialmente en la División Naval de Aeronáutica, disuelta a fines de 1924 para adoptar la primitiva organización de Escuela, teniendo como anexos la Estación transportable de Aeronáutica instalada en el «DEDALO», los aeródromos, hangares, talleres e instalaciones técnicas e industriales del servicio y los buques adscritos a él, que actualmente son el viejo crucero «RIO DE LA PLATA», convertido en pontón, y algunas pequeñas unidades de la flota; elementos que forman en conjunto la llamada Estación Aeronaval de Barcelona.
No han sido muy pródigos los presupuestos nacionales en recursos económicos para el desarrollo de la Aeronáutica Naval, que según dice un ilustre almirante de nuestra Armada, es una planta que so mantiene por el entusiasmo de quienes la cultivan, sin recibir el calor y vida tan necesarios para su arraigo. Por donde quiera que se mire el problema aéreo de España, escribe el citado jefe, encontramos el mar, y consecuentes con nuestro desdichado atavismo histórico, le volvemos una vez más la espalda.
La Aeronáutica Naval se ha forjado en nuestra patria gracias a una labor tenaz, fructífera y patriótica, aunque oscura y desconocida para la generalidad, de un puñado de jefes y oficiales de la Armada que han puesto en la empresa alma y vida, y entre quienes no sería justo callar los nombres de sus primeros organizadores, los almirantes Flórez y Buhigas, y los actuales contraalmirante y capitán de navío don Luis de Castro y don Pedro Cardona.
Una porción de bravos muchachos, cuyo número crece de año en año, y que de cuando en cuando ve sus filas mermadas siniestramente por el fulgor de la tragedia, es la materia prima, inmejorable, del escogido personal que constituye el nervio del servicio aeronáutico de la Marina.
Como si fuera fecunda la sangre de los que caen víctimas de la más arriesgada especialidad de la Armada en los tiempos de paz, en cada promoción son en mayor cantidad los alféreces que se dedican a la aviación, conducidos a ella por espíritu de modernidad, por amor a la profesión y por sus entusiasmos juveniles.
Pero si la aviación naval, por fervores y sacrificios del personal, incluyendo a los subalternos, se manifiesta pujante, no tiene en cambio actualmente la solidez necesaria para representar una fuerza efectiva y real en sus funciones y finalidad de la defensa nacional. Hace falta gastar mucho dinero aún en ella, porque contra lo que erróneamente suele creerse, la aviación no es un arma barata y la consignación presupuestaria del Estado sigue siendo casi irrisoria.
No gastamos más que lo estrictamente indispensable para no perder la eficiencia de una organización tan sólo rudimentaria y en esquema, de la Aeronáutica Naval. En aras a la brevedad, no citamos cifras comparando los presupuestos de las distintas fases de la Aeronáutica en España, con lo que se gasta en otras naciones, incluso en aquellas que no figuran en la primera categoría internacional y cuyos presupuestos de gastos globales están a la par de los nuestros.
El material aeronáutico es caro por su corta vida, por su enorme desgaste y por las muchas pérdidas de aparatos que experimenta.
Más sensibles, y de elevado porcentaje en relación con los cuadros del personal, son las bajas sufridas por éste a partir del verano de 1923, cuando los «Caballeros del Aire» de la Marina recibieron su doloroso bautismo de sangre en Mahon, con el incendio del avión que tripulaban el teniente de navío don Vicente Cervera y el oficial del Cuerpo Administrativo de la Armada don Juan R. Suárez de Tangíl, pereciendo ambos. Más de una veintena de aviadores de la Aeronáutica Naval han muerto desde entonces en accidentes de vuelo, entre jefes y subalternos, y más dé la mitad de ellos han caído en Barcelona, cuna del Servicio y tumba de esos beneméritos soldados. Y cuando no, de Barcelona salieron pletóricos de vida y de salud, llenos de juvenil optimismo, tripulando los aparatos que poco después habían de servirles de mortaja.
Ahora mismo, el 3 de septiembre, al iniciarse el supuesto táctico a que este año se han reducido las maniobras navales, la catástrofe del «Dornier A» en las cercanías de El Ferrol, ha costado las vidas del alférez de navío don Fernando Cano-Manuel y de Aubaréde, oficial alumno de la Aeronáutica Naval perteneciente a una dinastía de marinos, y que hace poco había formado su hogar en Barcelona; del contramaestre don Jaime Planas Pujol, hijo de Cataluña; y de los mecánicos Luis Azcárate, José Sánchez Mariscal, Manuel Trubio y Juan Navarro.
El año pasado, el día 5 de abril, perecía en Albacete por accidente de aviación, el alférez don Jesús Núñez Rodríguez, también de ilustre familia de marinos, hermano del oficial aviador don Antonio, que en Barcelona había escrito una página de heroicidad en los anales de la Aeronáutica Naval, arrojándose con grave riesgo desde el dirigible que tripulaba para extraer del agua a su compañero don Juan Manuel Duran, caído con su aparato en la aciaga mañana de julio de 1928, cuando perdió la vida el célebre aviador del «Plus Ultra».
En Barcelona ocurrieron también los accidentes de aviación en los que murieron el teniente coronel do Ingenieros de la Armada don Hilario Ramos, el capitán de corbeta don Adolfo Contreras, el teniente de navío don Guillermo Llera, el alférez de navío don Pío Esteban Escoriaza, contramaestre don Juan Calaza, cabos Moisés Cholvi y Felipe Benito Domínguez, mecánicos Manuel García y Juan Raja, marineros José Piner y Tomás Pérez, desde 1924 a 1927.
El alférez de navío don Jorge Vara Morlán murió en campaña, volando sobre Tiguisas, y el mecánico José Lorenzo Conde, en Huelva. Estos dos nombres completan la lista de los beneméritos de la patria y de la Aeronáutica Naval, caídos todos en plena juventud, en cumplimiento de su deber, y cuyo recuerdo no debería borrarse nunca de la memoria de quienes en otros órdenes de la vida, la dedican a la misma finalidad, a cumplir el suyo”
Firma el artículo, como ya hemos dicho, Juan B. Robert.
También -esta vez muy condensado- de un largo artículo, aparecido en La Vanguardia, edición del jueves, 30 de julio de 1931, en su página 3, y firmado por Juan B. Robert, se anotaba sobre el final del RIO DE LA PLATA:
…”El crucero «RIO DE LA PLATA». Durante una década casi cumplida ha sido el crucero «RIO DE LA PLATA» huésped inmóvil del puerto de Barcelona, a donde llegó el 6 de agosto de 1921 procedente de El Ferrol, a remolque del vapor «ESPAÑA NUMERO 3» convoyado por el torpedero «AUDAZ».
Desde aquella fecha quedó afecto a la Escuela de Aeronáutica Naval creada con carácter provisional, según R. O. de 4 de enero de 1921, denominada División de Aeronáutica Naval por otra disposición del año siguiente, derogada en noviembre de 1924, para adoptar definitivamente la organización primitiva de Escuela. El Director de la Escuela era a su vez comandante del «RIO DE LA PLATA», con alojamiento a bordo del navío, que había descendido de la categoría de crucero a la ínfima de pontón.
Una orden del Ministerio de Marina dictada el pasado mes de junio, dispuso que el «RIO DE LA PLATA» fuera conducido a Cartagena para desarmarlo y sesenta días después de su llegada a dicho arsenal, será dado de baja en la flota.
El remolcador «CICLOPE» se lo llevó desde Barcelona, llegando ambos a Cartagena el 17 de julio. Así ha terminado este antiguo crucero su larga vida de servicios, que ha doblado la de 15 años concedida a los buques de su clase por el Tratado de Londres de 1930”…
El buque quedo desarmado en Cartagena y fue desguazado, según parece ser en 1935. En el diario La Vanguardia, en su edición del jueves, 11 de julio de 1935, en su página 15, se anotaba:
…”El desguace del crucero RIO DE LA PLATA.
Decididamente va a ser desguazado el crucero de la Marina de guerra española RIO DE LA PLATA, que tantos años estuvo fondeado en Barcelona, donde fue utilizado como Escuela de Aviación Naval en el año 1921 y siguientes, basta hace escasamente tres años en que fue trasladado a Cartagena para su desarme y desguace”…

3 comentarios en “EL CRUCERO RIO DE LA PLATA

  1. Me gustaría conocer algo de la tripulación de este barco. My bisabuelo fue contramaestre de este barco en 1911. ¿Existen fotos o datos sobre él?

    1. Mi abuelo Gabriel García Vera, natural de Cartagena, estuvo destinado en este crucero como fogonero desde el 02/01/1914 hasta el 17/07/1914. No dispongo de ninguna fotografía de la tripulación del mismo. Saludos.

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