DON JUAN FERNANDEZ Y LA CORBETA PEPITA

LUNA SALIENTE, MAREA CRECIENTE

Pequeños buques y grandes capitanes. Grandes olvidos y mucho, mucho anonimato. Demasiado para grandes hombres de mucho valor y gran profesionalidad. Solamente la casualidad, la suerte o algún pequeño apunte en algún diario o revista, breve y conciso casi siempre, hacen que se sepa algo de algunos, de los muchos que hubo, valientes que con su pericia y experiencia salvaron muchas vidas en la mar. Uno de ellos, D. Juan Fernández y Gómez, sobre el cual la revista La Vida Marítima, en su Año XIV, Numero 493, edición de 10 de septiembre de 1.915, hace la siguiente anotación sobre el valeroso marino: …»Santander.- D. Juan Fernández y Gómez. -El 13 de agosto falleció y al día siguiente fue conducido á la última morada el que en vida fue amantísimo esposo y padre cariñoso, amigo y abnegado capitán de la marina mercante, don Juan Fernández y Gómez, cuya vida laboriosa y honrada, afable trato y conversación amena, siempre cordial, le granjearon el afecto de cuantos le trataron.
D. Juan Fernández y Gómez. Foto de la revista La Vida Marítima. Año 1915.jpg
D. Juan Fernández y Gómez. Foto de la revista La Vida Marítima. Año 1915.jpg

Dedicado desde niño á las nobles faenas del mar, pronto por sus elevadas dotes de inteligencia y valor llegó á ocupar los más altos puestos en los buques de vela dedicados á los más peligrosos derroteros.
En 1857 se hizo segundo piloto. Navegó como tal durante dicho año, y luego en el bergantín PAQUITO y en las corbetas PEPITA, JOVEN EMILIA y MATILDE. Navegó de capitán á bordo de la corbeta PEPITA, bergantín PAQUETE MANZANILLO y corbeta DOÑA SOL, y fue capitán del vapor REOCIN durante veinticinco años, navegando entre Santander, Aviles, Dunkerque y Amberes.
Realizó numerosos salvamentos, entre los que merecen especial mención el del vapor inglés EBOR con toda su tripulación; el del bergantín austriaco RECORDS y su gente, que por las dificilísimas circunstancias de mar en que fue llevado á cabo, fue condecorado en Amberes con la cruz y corona del Mérito naval Austriaco, distintivo que fue impuesto al valeroso marino montañés por todas las autoridades, de gran uniforme, según órdenes del propio Emperador Francisco José.
También por salvar á la dotación completa de la corbeta noruega FORTFAT fue obsequiado por el Rey de los Estados Escandinavos con un magnífico anteojo en el que se lee: Oscar Norges og Sveriges Konge til Capitain Juan Fernández for Kjoek ogóedel Daad. 1881, cuya traducción castellana viene á ser la siguiente: Osear, Rey de Noruega y de Suecia, al capitán Juan Fernández, en agradecimiento de una noble acción, 1881. Reciban nuestro más sentido pésame su numerosa y virtuosa familia, sus verdaderos é incontables amigos y la marina mercante»…
Se dice pronto. Todos los que hemos navegado sabemos, cerrando los ojos e imaginando, lo que hay detrás de estas líneas.
Su primer mando como capitan fue en la corbeta PEPITA. Veamos traduciendo de un buen catalan lo que Agusti Maria Vilá i Galí nos relata en su imponente La Marina Mercant de Lloret de Mar. Segles XVIII i XIX (ISBN:84-606-0697-X) de 1.992: …»A-13 Corbeta PEPITA. Según documentación encontrada en la Escribanía de Marina de Barcelona, esta corbeta debió de pertenecer a Salvador Samá i Martí, marques de Marianao, de la propiedad del cual debió pasar a la razón social Samá, Sotolengo y Cia., de La Habana.

La corbeta PEPITA. Óleo sobre tela de Mongay. Gentileza de la Sra. Elisa Fiat de Parés. Del libro La Marina Mercant de Lloret de Mar. Segles XVIII i XIX.jpg
La corbeta PEPITA. Óleo sobre tela de Mongay. Gentileza de la Sra. Elisa Fiat de Parés. Del libro La Marina Mercant de Lloret de Mar. Segles XVIII i XIX.jpg

El 2 de noviembre de 1.867 , Jaume Taulina i Garriga , gerente de la casa Hijos de Taulina y apoderado de Pedro de Sotolengo, gerente de Samá, Sotolengo y Cia., solicita la protocolización en la Escribanía de Marina de Barcelona de la propiedad de las corbetas PEPITA y JOVEN EMILIA y de la fragata NUEVA BONAVENTURA. Con la misma fecha y la misma condición, vendió la corbeta PEPITA, de 314 toneladas, que ya constaba inscrita en la matricula de Barcelona, por mitades a ; Pelegrí Maciá i Mataró , segundo piloto, de la matricula de Barcelona, por el precio en conjunto de 6.700 pesos fuertes. Pero hete aquí que, al cabo de cinco años, el 23 de marzo de 1.872, aparece otro documento según el cual Pere Nolasc Pujol i Gumá, del comercio, y vecino de Barcelona, apoderado de la casa Gumá Hermanos, de Matanzas, propietarios de la corbeta PEPITA, del folio 208 de la lista primera de la matricula de La Havana, la vende a: Baldomero Roig y Cia., de Barcelona, 1/3; Pelegrí Maciá i Mataró, segundo piloto, 1/3 y a Lluís Bufill i Baixivern, 1/3, por el precio total de 9.000 pesos fuertes. Los vendedores habían adquirido el buque a Felix C. Puig, vecino de Cárdenas, el 2 de marzo de 1.871.
¿Se trata de una misma embarcación, o de dos naves diferentes?. La falta de información suficiente no permite, por ahora, aclarar esta duda. Fijemosnos, no obstante, en un detalle del cuadro de la corbeta: en su palo mayor ondea la bandera de la matricula de La Habana. Por otro lado sabemos que en el año 1.846, en Barcelona, el mestre d´aixa Francesc Joan Sistere, había construido una embarcación aparejada de polacra que había estado bautizada como PEPITA. Constan como armadores Pere Maristany y la razón social Serra, Parlade y Samá Hermanos, y en 1.868 pasa a ocupar el folio 201 de la lista primera de embarcaciones de La Habana. Aquí se podría haber cometido un error de trascripción en el número del folio: que en algún momento se tomase 201 por 208.
Dos transacciones en el espacio de cinco años sobre un buque a favor de participes comunes en todos los casos nos llevan a formularnos dos conclusiones bien diferentes. Primera: se trataba de dos naves: la primera desaparece, tal vez por naufragio, y los mismos que habian participado en la compra de esta, junto a un tercero – la firma Baldomero Roig y Cia- adquieren la segunda, que casualmente lleva el mismo nombre que la primera. Segunda hipótesis: se trata de una misma nave, salida de astilleros con aparejo original de polacra, que mas tarde es cambiado a corbeta. Este barco sufre diversos cambios de propietario y es propiedad por dos veces, en un intervalo de cinco años, de unos mismos propietarios a la parte (parçoners en catala)

La corbeta Pepita totalmente desarbolada en pleno Atlántico. Óleo de Mongay. Gentileza de la Sra. Elisa Fiat de Parés. Del libro La Marina Mercant de Lloret de Mar. Segles XVIII i XIX.jpg
La corbeta Pepita totalmente desarbolada en pleno Atlántico. Óleo de Mongay. Gentileza de la Sra. Elisa Fiat de Parés. Del libro La Marina Mercant de Lloret de Mar. Segles XVIII i XIX.jpg

A la muerte de Lluis Bofill i Baixivern, el 1/3 de la nave que poseia en propiedad pasa, según el testamento, a propiedad de sus sobrinos, Maria, Pelegrí y Amelia Maciá i Granell, bajo la condición de no poder vender la participación a no ser que se invierta en otro buque.
El 25 de noviembre de 1.874 los testamentarios de Lluis Bofill i Baixivern Pelegrí, Macia i Mataró y Joseph Cosso i Bonil- venden el 1/3 de la propiedad del buque a Baldomero Roig y Cia., por 2.000 pesos fuertes, cantidad que el comprador retiene en virtud de la clausula testamentaria antes mencionada y, para mas seguridad, los compradores hipotecan la 1/3 parte comprada.
El nuevo buque en el cual invierten la cantidad obtenida podría haber sido la polacra-goleta DESPEJADA, que consta en el año 1.880 como mandada por Pelegrí Maciá i Granell«…
Extraordinario relato de Vilá i Galí. La arqueología industrial es una pasión y la documentación disponible, aun de reciente fecha, lleva a veces a caminos sin salida. El autor, honestamente, hace lo que un buen historiador debe hacer; exponer los hechos y las posibilidades. Sobresaliente.

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