BURMEISTER & WAIN. (B&W) LOS INICIOS DE UNA GRAN FIRMA

Copyright del Sr. Manuel Rodriguez Aguilar.
Retrato de Carl Christian Burmeister, pintado por J. V. Gertner.jpg
Retrato de Carl Christian Burmeister, pintado por J. V. Gertner.jpg

En el mundo de la propulsión naval, ¿quién no ha oído hablar de la firma de motores marinos Burmeister & Wain (ver B & W 6.150 HP para los CAMPILO, artículo publicado en Vida Marítima en septiembre de 2007) De los marinos mercantes que hemos navegado durante años, ¿quién no ha estado en un buque que equipara un motor de ese fabricante danés que inicio sus actividades construyendo máquinas de vapor y buques? Es muy difícil encontrar a alguien que pueda dar una respuesta afirmativa a estas preguntas.
El desarrollo de la industria danesa a gran escala está íntimamente ligado al nombre de Burmeister & Wain” (B & W), y a lo que supone el gran esfuerzo de esas dos personas. No obstante, antes de empezar con las figuras de ambos fundadores oficiales hay que hablar de Hans Heinrich Baumgarter, un pionero industrial danés nacido en 1806 en Holstenbech (Dinamarca) que, gracias a su ingenio y a su trabajo, abrió un taller mecánico en Copenhague en 1843. En los comienzos aparecieron grandes dificultades pero enseguida fueron solventadas con una sólida personalidad y una honesta disposición, lo que hizo aumentar su prestigio como constructor. Desde un principio, su intención era crear una gran empresa, y para ello viajó a varios países con el fin de examinar las grandes instalaciones. Sin embargo, para cumplir sus ansias de expansión necesitaba el apoyo de un socio, circunstancia que se vería cumplida en pocos años.

William Wain, litografía realizada por J. W. Tegner.jpg
William Wain, litografía realizada por J. W. Tegner.jpg

La primera persona que dio nombre a la marca de motores fue Carl Christian Burmeister, que nació el 7 de enero de 1821 en Amagertorv (Dinamarca) en el seno de una familia pobre. Desde sus primeros contactos con la escuela demostró ser un buen estudiante. Entre los años 1836 y 1842 estudió en el Instituto Politécnico de Copenhague, origen de muchos de los trabajadores del taller de Baumgarter, especializándose en técnica mecánica. Enseguida empezó a destacar escribiendo algunos ensayos y realizando diferentes experimentos y desarrollos novedosos para la época. Acabados sus estudios aprovechó unos años para viajar a Viena y Paris, donde trabajó en varios talleres y adquirió una importante experiencia. A la vuelta de Paris en 1846, y gracias a los buenos oficios del director del Instituto Politécnico, coincidió con Hans Heinrich Baumgarter, que en ese momento necesitaba un socio, con el que comenzó un nuevo proyecto en ese mismo año.
El negocio común empezó con un pequeño capital, aunque en poco tiempo ya tenían treinta trabajadores contratados. Entre ambos establecieron una gran fundición en 1847, a la cual incorporaron varias máquinas auxiliares. La nueva empresa recibió numerosos pedidos y fue creciendo conforme pasaba el tiempo. La primera maquina de vapor marina que construyeron Baumgarter and Burmeister”, como se denominó la nueva empresa, se destinó al buque DRAGÓN y tenía una potencia de 16 HP. La gran calidad hizo crecer su reputación, así como el tamaño de las instalaciones de la empresa. El aumento de potencia en las máquinas de vapor hizo que los cascos de madera no aguantaran bien y en 1847, Baumgarter y Burmeister pensaron como solución construir cascos de hierro para los buques, demostrando ser unos adelantados para la época. El primer contrato para construir una máquina de vapor destinado a un buque de la Marina de Guerra danesa se firmó en 1858 y estaba destinada a la fragata JYLLAND. Tres años más tarde, cuando la empresa tenía ya 460 trabajadores en plantilla, fue botado el DAGMAR, un buque de palas dotado de maquinas de vapor de 300 HP construidas por Baumgarter and Burmeister”, con planos de William Wain, un ingeniero que había resuelto complejos problemas técnicos y que, gracias a ello, en poco tiempo ganó una gran reputación. Durante 16 años la alianza entre los dos empresarios continuó a la vez que aumentaban los pedidos y se multiplicaban los buques construidos. Las diferencias entre ambos (el primero era un hombre de construcción que su lugar estaba a pié de fábrica mientras que el segundo era un organizador que solo deseaba el desarrollo técnico) hizo que Baumgarter, al ver que su socio estaba plenamente capacitado para desenvolverse con la gran empresa que habían creado, al cumplir sesenta años decidió retirarse. En 1863, Carl Christian Burmeister era, por tanto, el único propietario de una gran empresa que crecía y crecía. Después de comprobar que la colaboración entre Burmeister y Wain se hubiera hecho más intensa, el primero inició negociaciones con el ingeniero inglés para incorporase como socio de pleno derecho, a pesar de sus reticencias iniciales.

El HERMOD, primer buque construido por “Baumgarter and Burmeister” en 1855.jpg
El HERMOD, primer buque construido por “Baumgarter and Burmeister” en 1855.jpg

A diferencia de los dos anteriores, William Wain nació en 1819 en Bolton (Inglaterra) en el seno de una familia acomodada. De joven ya destacaba trabajando en industrias de Bolton y así hablaban de él sus superiores: …“because in everything he did he gave evidence of unusual mechanical ability, great inventiveness, and a snack of creating something out of very little”… En cierta ocasión, el director técnico de los astilleros de la Marina de Guerra danesa se encontraba de viaje en Inglaterra negociando la construcción de buques de guerra y tuvo que entrevistarse con varios hombres de la industria mecánica. Todos le recomendaron a William Wain, así que decidió encontrarse con él en Londres. La propuesta que le hizo fue aceptada y desde ese momento se trasladó a Dinamarca, trabajando primero en algunos buques de la Marina de Guerra, alcanzando la categoría de jefe de máquinas en 1849. Más tarde pasaría a trabajar en los astilleros de la Marina de Guerra danesa, donde alcanzó la categoría de ingeniero inspector en 1856, y de adjunto al director en 1862, con el rango de capitán. Gracias a su trabajo tuvo una estrecha colaboración con la firma Baumgarter and Burmeister”. Con la retirada del primero de ellos, la propuesta que se le hizo al ingeniero concluyó positivamente el 11 de mayo de 1865, necesitando modificar la denominación de la empresa por Burmeister and Wain”.

Modelo de máquina de vapor fabricado por William Wain en 1860.jpg
Modelo de máquina de vapor fabricado por William Wain en 1860.jpg

Desde 1865 hasta 1872 fueron siete años que estuvieron marcados por el gran desarrollo de la empresa en todos los aspectos. Durante este periodo, Burmeister and Wain” construyó más de 30 barcos, 75 máquinas de vapor terrestres, 2 locomotoras y numerosas máquinas de vapor para otros servicios. En ese último año, la empresa cambió de nombre por: “Burmeister and Wain´s Engineering and Shipbuilding Company Limited”, empezando la construcción de unos impresionantes astilleros en la isla danesa de Refshale. El 12 de abril de 1874 se botó el primer buque en los nuevos astilleros: el CHRISTIANIA, seguido ese mismo día por el CHRISTIAN IX. Los siguientes años fueron de crecimiento y consolidación. En 1882 falleció William Wain y siete años más tarde le sucedió lo mismo a Carl Christian Burmeister, aunque sus nombres y sus espíritus permanecieron presentes en la denominación de la empresa a la que tantos años y esfuerzos dedicaron. Curiosamente, de 1898 data la firma del contrato entre Burmeister & Wain” y Rudolf Diessel, para la construcción de motores utilizando la patente del ingeniero alemán, motores que harían años más tarde mundialmente famosa a la firma danesa.

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