BERGANTIN GOLETA FE

Con sorpresa, el capitan y primer oficial, miraban al joven agregado que con los ojos inyectados en adrenalina, cara de sueño y miedo, intentaba torpemente atarse el chaleco salvavidas mientras se abrochaba la brageta del pantalon y los botones de la camisa, todo al mismo tiempo, despues de haber batido el record de subida de escala desde el camarote hasta el puente, en busca de su lugar para abandono de buque.
La explicación: Falta de atención por no mirar el tablon de anuncios donde se anunciaba el ejercicio de botes en el petrolero, una siesta de aquellas de pijama y un despertar sobresaltado por los timbres de alarma. El resultado: un cachondeo epico que aquel agregado novato, yo mismo, tuvo que soportar durante unos dias. Afortunadamente el tiempo vuela.
Esta anécdota comica tiene su contrapartida en los miles de crudas realidades que en la historia de la navegación se han dado y dan, y que muchas veces no conceden a los que la viven ni el beneficio de enterarse de que pasa. Afortunadamente para ellos pasan de una vida a la otra sin la terrible crueldad de vivirlo.
Vienen a la mente, sin mas, la terrible tragedia del Munchen, del Derbyshire y mucho mas cercano a nosotros la tragedia del Bonifaz.
Mi amigo Manuel, al que no tengo el gusto de conocer personalmente, creo que es, aparte de un excelente marino, gallego como no, un romantico, un poeta y una buena alma. Su pagina web homesdepedraenbarcosdepau, recoge en estos dias, y por iniciativa propia, un homenaje a los marinos del Bonifaz, en el que ha mobilizado a toda la pequeña sociedad que vivio la tragedia. Incluso el estupendo escritor Manuel Rodriguez Aguilar, que nos honra con alguna colaboración en esta pagina, ha escrito un estupendo articulo sobre el buque que los estimados lectores podran ver en la citada pagina.
Apertas Manuel y desde estas lineas un agradecimiento por tan estupenda obra en memoria de nuestros compañeros fallecidos.
Otras veces, la suerte unida al valor y la improvisación, hacen que la mar no se cobre el tributo que siempre reclama y que tarde o temprano obtiene.
Digo valor porque lo hubo y de que manera. Digo improvisación, falta de entrenamiento, falta de dinero y financiación y sobre todo falta de autocritica, porque tambien los hubo. Al final se remata la cuestion con alabanzas, medallas y verborrea y hasta la siguiente. Los protagonistas arriesgaron su piel y la Sociedad de Salvamento de Naufragos escribio otra pagina de pundonor y valor. El bergantin goleta Fe se perdio. Los tripulantes se salvaron por sus propios medios. El bote de salvamento Martin de Aguirre, que estudiaremos pronto, tambien se perdio. El teniente de navio Jose Garcia de Quesada y Ferrer demostro lo que se le suponia, valor y temple. Los tripulantes de la barca de salvamento tambien. Y sin embargo…
Analizado con el tiempo falto entrenamiento y conocimientos. Esto implica dinero y financiación. Estamos en España, en 1.909, y como bien esta lo que bien acaba, y encima sobro valentia…solo decir que falto autocritica para aprender de errores.
Veamos lo ocurrido a traves de un articulo aparecido en la revista La Vida Maritima, Año VIII, Num264, de 30 de abril de 1.909: Torrevieja.- Naufragio del bergantín goleta Fe.—EsTorrevieja una encantadora ciudad levantina. A sus hermosas playas, de una belleza verdaderamente incomparable, acuden en los meses calurosos del estío las más aristocráticas familias del antiguo Reino de Murcia que, en los múltiples atractivos que encierra, encuentran una deliciosa compensación de las torturas y sinsabores experimentados durante el invierno; Torrevieja es bella, muy bella. Quien vaya á visitarla una vez siquiera durante el verano siente la necesidad de volver todos los años; por eso los veraneantes aumentan y se pueblan sus pintorescos alrededores de lindos y cómodos chalets, encerrados entre palmeras y flores.
La simpática ciudad ha sido teatro estos pasados días de un trágico suceso que, por fortuna, no llegó á tener las dolorosas consecuencias que hacía presagiar.
Los fuertes temporales que se desencadenaron en toda la costa de Levante, siendo causa de no pocos siniestros marítimos, originaron en dicho puerto la pérdida total del bergantín goleta Fe, en circunstancias emocionantes.
Había fondeado este barco en la rada en la mañana del día 6 del actual, próximamente á las cinco de la tarde; hizo señal de que fuera un práctico á bordo para intentar zarpar en vista del mal cariz que ofrecía el tiempo, á cada momento más amenazador.
Transmitida la señal al Ayudante de Marina y Capitán del puerto D. José García de Quesada y Ferrer, Teniente de Navio, contestó dicha autoridad que, dada la mucha mar y viento de Levante que había entrado, era de todo punto imposible la salida, y preguntó, sin obtener respues la, si algo ocurría á bordo.
Pero el temporal arreciaba y la noche se venía encima.
Apercibido el pueblo de lo que sucedía, congregóse en la playa y en los balcones y azoteas de las casas que daban á ésta, siguiendo con creciente interés los movimientos del ber-gantín, que no parecía correr peligro alguno.
Esto, no obstante, el Ayudante de Marina dispuso, con muy buen acuerdo que, además de los dos prácticos que tiene de guardia por las noches, se estableciera otra guardia con personal de la Sociedad de Salvamento de Náufragos, y se preparase el magnífico bote salvavidas Martín de Agilirre, propiedad de aquella Junta local.
Todo quedó dispuesto para acudir en socorro del bergantín á la primera señal de auxilio.
Transcurrió la noche en medio de constante zozobra. La furia del viento y los rugidos del mar, terriblemente alborotado, ponían espanto en los ánimos más valerosos. Las olas salpicaban de espuma á los que se atrevían á permanecer en la playa, y más de una vez estuvo á punto de sucumbir, envuelto en ellas, el Ayudante de Marina que, sin descansar un instante, no abandonó su puesto de peligro.
Amaneció el día 7 sin que amainara el temporal; antes, por el contrario, parecía aumentar por momentos. A las seis, en el bergantín izaron una señal que, interpretada por la Autoridad de Marina, decía: Necesito auxilio inmediato.
Sin vacilaciones, con una actividad pasmosa, reunióse la tripulación del bote salvavidas y se procedió á lanzarlo al agua, lo que se consiguió con gran trabajo, por la muchísima mar.
Daba la coincidencia de que el patrón del salvavidas era aquella la primera vez que salía en él, y por ello el Ayudante de Marina Sr. García de Qnesada creyó prudente embarcarse también en el bote. Así lo hizo y el Martín de Aguirre dirigióse en socorro del bergantín náufrago.
Imposible dar aquí cuenta de lo que padecieron en semejante travesía los heroicos marinos. Las olas eran montañas y el viento del N. E. un huracán. Ya próximos al costado del bergantín, fueron arrollados por un golpe de mar que los arrojó sobre él, des-trozándoles la caja de aire de proa y un bitón de la amura de estribor. Volvieron sobre el Fe buscándole la popa, y de nuevo fueron lanzados contra su costado, no obstante buscar siempre el sotavento; pero los grandes, los teiribles balances del bergantín, eran los que destrozaban al bote que empezó á hacer agua y á impedir á sus bravos tripulantes toda maniobra. Sin embargo, hicieron estos un supremo esfuerzo y trataron de acercarse á su popa, para que por ella se fuera desndo la tripulación. Vano empeño. Los golpes de mar y el viento lo impedía. El bote ya no gobernaba, las bombas no picaban. Los instantes eran críticos. El peligro inmimente. La tripulación comenzaba á rendirse y ,algunos de ellos los más, se pronunciaban abiertamente por volver a tierra.El desaliento empezaba á cundir, pero surgió sereno animoso, decidido á perecer en la humanitaria empresa el heroico teniente de navio Sr. García de Quesada. .
Las palabras fueron terminantes, precisas. Regresar a tierra era sencillamente ir á una muerte segura; porque las rompientes de la costa hubiera hecho pedazos el bote; su deber les llamaba á sucumbir en la demanda antes que retroceder; había que salvar á aquellos hermanos que pedían auxilio.
Los razonamientos de aquel valiente lograron convencerlos, y, reuniendo sus ya débiles tuerzas, intentaron una y otra vez acercarse a1 Fe. Desistieron, en vista de que el Martín de Aguirre se iba á pique. No les quedaba otra salvación que solicitar auxilio del vapor inglés Darblaid, que demoraba á sotavento. Hízose así, pero á duras penas, porque la mar, que despedía el buque, por una parte, y de otra, continuados balances, tenían a la pequeña embarcación en continuo peligro de zozobrar á su costado.
Llevaban más de dos horas de imponente lucha, presenciada desde tierra, y entre la angustia consiguiente, por todo el pueblo de Torrevieja, que paralizó su vida ordinaria para presenciar la trágica escena.
Por fin, próximos al costado de sotavento del vapor, por el que habían arriado una escala de las llamadas de gato, pudieron cobrar un cabo de los que les arrojaron y comenzar e! salvamento. Ya estaban casi todos salvados, cuando una terrible ola vino á caer sobre el bote, y al tratar el Ayudante de Marina de hacer firme el cabo del bote en la terada de aquél, fue alcanzado y arrojado al agua á gran distancia. A nadó y con muchísimo trabajo se encamino al bote, consiguiendo cogerse á uno de los cabos salvavidas, pero ya le faltaban las fuerzas, y hubiera perecido seguramente, á no ser por el patrón Vicente Mínguez y marineros Manuel García Solano y José María Torregrosa Tarrega, que lo echaron á bordo del mismo. Sin reponerse de la gravísima impresión sufrida, ordeno que continuara el salvamento, logrando que subieran todos al vapor. Al tratar él de asirse á la escala, le faltaron las fuerzas, y el heroico marino, perdido el conocimiento, cayó en el fondo del bote.
Ya en el vapor inglés, sin cuidarse de sí mismo, y con las ropas empapadas en agua, el Sr. García de Quesada volvió á ocuparse inmediatamente del salvamento de los tripulantes del bergantín que se efectuó arriando uno de sus botes, porque con los del Darblaid no podía contarse, pues dado el mucho tiro de las tiras, lo muy boyante del barco y los grandes ba-lances, se hubieran hecho pedazos contra el costado.
Comprendiendo estas razones los tripulantes del Fe, que ya se encontraba muy próximo al vapor inglés, por lo que habian garreado sus anclas, se embarcaron en dicho bote dos de sus hombres con una guía la cual dieron á bordo del buque, y una vez hecha firme ésta, se empezó el salvamento con gran riesgo. En el tercer viaje se destrozó el bote, pudiendo salvar á los que lo tripulaban, pero aún quedaban ocho hombres en el bergantín y cada vez era mayor el peligro. Se escuchaban sus voces desesperadas pidiendo auxilio. El Sr. García de Quesada dispuso que arriaran otro bote que les quedaba, y hecho esto, se pudo terminar el salvamento, con tan buena fortuna, que á prima noche estaba el bergantín embarrancado en la costa.
A bordo del Darbíaid permanecieron los náu-fragos del Fe y sus heroicos salvadores, hasta el día 10 que abonanzó el temporal, siendo reci-bidos. al desembarcar en la playa, con grandes transportes de alegría, y disputándose aquellos humanitarios vecinos el obsequiarlos y darles alojamiento en sus propias casas.
La ciudad entera de Torrevieja, que ha sido testigo de la memorable jornada que mi torpe pluma ha intentado reseñar en estas cuartillas, espera que sera recompensado el heroico teniente de navio D José García de Quesada, y con él los bravos tripulantes del bote salvavidas Martín de Aguirre
Firma el articulo Jose Moncada.
Epica de la mar. Veamos las caracteristicas del bergantin goleta Fe según el Lloyd´s Register of Shipping de 1.904-5 : Bergantin con casco de madera. Capitan, J. Vila ; señal distintiva, HMGL; 1 cubierta, dos palos; 250 toneladas de registro bruto; 241 de registro neto; construido por M.L. Lendon en Coruña (¿?); año 1.878; armador, Robert i Carreras Hermanos, de Barcelona; eslora, 103.6 pies; manga, 25.9 pies; puntal, 13.8 pies; matricula de Barcelona.
Desconozco mas datos del buque, que doy por supuesto (seguramente es asi pero esta sin confirmar) es el mismo que aparece en uno de los grabados del libro, curiosisimo, Vida Maritima de M.G. Moran. De 1.884 a 1.906.
Foto 1. El bergantin goleta Fe en viaje de Mayaguez a Barcelona, a la altura de las Islas Lucayas el 17 de mayo de 1.889. Del libro Vida Maritima de M.G. Moran.
Foto 2. El valiente teniente de navio D. Jose Garcia de Quesada y Ferrer. De la revista La Vida Maritima. Año 1.909.
Foto 3. Restos del bote Martin de Aguirre y de la goleta Fe. De la misma revista.
Foto 4. Tripulación de la Fe. 1 el capitan, 2 el primer oficial. De la misma revista
.

3 comentarios en “BERGANTIN GOLETA FE

  1. Gracias Vicente por tus cariñosos a la par que inmerecidos elogios hacia mi persona.

    El homenaje a las victimas del Bonifaz fue para mí como la escenificación del pago de una deuda pendiente que tenia contraída con la mar, con sus victimas y con mis raíces marineras y muradanas .

    Poder estar junto al Capitán Amézaga y ver, como con sus 86 años y apoyado en su bastón y con sus ojos enrojecidos por la emoción, saludaba y abrazaba a sus antiguos compañeros y camaradas; fue extraordinariamente gratificante.

    Comprobar, compartiendo junto a supervivientes y familiares de las victimas unas horas en el faro de Cabo Finisterre, lugar físico más cercano al naufragio, supuso la constatación de que muchos de ellos aun no habían superado su duelo y su dolor después de tanto tiempo.

    Ver como después de tantos años los herederos del naviero y armador del Bonifaz, Don Fernando Pereda , acudían a Muros y financiaban el traslado y la estancia de los parientes de las victimas , reafirmo mi convencimiento de que aun hay gente a la que merece la pena conocer en este complicado mundo que vivimos.

    Yo que quise ser un mero espectador de todos esos reencuentros y todas esas emociones, pude volver a comprobar algo que ya sabía, que la gente de la mar esta hecha de una pasta especial, no se si mejor o peor que la de otros colectivos, pero si diferente.

    Apertas amigo Vicente, y enhorabuena de nuevo por tu inmensa labor de divulgación de la Cultura Marítima, nuestra cultura.

  2. Gracias Vicente por tus cariñosos a la par que inmerecidos elogios hacia mi persona.

    El homenaje a las victimas del Bonifaz fue para mí como la escenificación del pago de una deuda pendiente que tenia contraída con la mar, con sus victimas y con mis raíces marineras y muradanas .

    Poder estar junto al Capitán Amézaga y ver, como con sus 86 años y apoyado en su bastón y con sus ojos enrojecidos por la emoción, saludaba y abrazaba a sus antiguos compañeros y camaradas; fue extraordinariamente gratificante.

    Comprobar, compartiendo junto a supervivientes y familiares de las victimas unas horas en el faro de Cabo Finisterre, lugar físico más cercano al naufragio, supuso la constatación de que muchos de ellos aun no habían superado su duelo y su dolor después de tanto tiempo.

    Ver como después de tantos años los herederos del naviero y armador del Bonifaz, Don Fernando Pereda , acudían a Muros y financiaban el traslado y la estancia de los parientes de las victimas , reafirmo mi convencimiento de que aun hay gente a la que merece la pena conocer en este complicado mundo que vivimos.

    Yo que quise ser un mero espectador de todos esos reencuentros y todas esas emociones, pude volver a comprobar algo que ya sabía, que la gente de la mar esta hecha de una pasta especial, no se si mejor o peor que la de otros colectivos, pero si diferente.

    Apertas amigo Vicente, y enhorabuena de nuevo por tu inmensa labor de divulgación de la Cultura Marítima, nuestra cultura.

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