BALBINITA, LOLA PUIGMAL O ADELA VILLANUEVA…

VENT DE LLEBEIG?, MARINER, PERDUT ET VEIG¡

…todas ellas tuvieron un denominador común que era, su patrón, Joan Villanueva.
Naufragis a la Mar de L´Ebre, escrito por Lluís Millán i Roca, editado por Publicacions Rápita (ISBN:84-606-0103-X) es un interesante libro sobre la vida marítima en el delta del Ebro. El Sr. Millan i Roca, es natural de Sant Carles de la Rapita, un paraje natural idílico digno de ver y que durante muchos años, durante la marina de antaño, fue una auténtica pesadilla para los capitanes que debían navegar por aquellas aguas.

La LOLA PUIGMAL en Barcelona. Fecha indeterminada. Del libro Los Ultimos Veleros del Mediterraneo. Tomo II.jpg
La LOLA PUIGMAL en Barcelona. Fecha indeterminada. Del libro Los Ultimos Veleros del Mediterraneo. Tomo II.jpg

Condensado y traducido, ya que el libro está escrito afortunadamente en catalán, leemos y apuntamos unas notas referentes a este velero que primero fue una “goleta de gabies“, después un pailebote y finalmente un motovelero con aparejo de pailebote.
El motovelero ADELA VILLANUEVA había salido del puerto de Alicante con rumbo a Barcelona con una carga de tejas planas. Lo mandaba su patrón y armador Joan Villanueva. Hacia su último viaje. Al llegar al puerto de destino, el buque seria vendido al consignatario de Málaga, Joaquín Pérez. El patrón Villanueva se retiraba del mando y de la mar después de haber pasado toda la vida. También se jubilaba su cocinero de toda la vida, el “tío Ángel”.
Pero el destino no aceptaría que este buen marino acabase sus días en tierra y le reclamaría al frio bentos.
El ADELA VILLANUEVA había tenido en su comienzo el nombre de BALBINITA y ya lo mandaba Joan Villanueva. El año 1.914 pasó a ser propiedad del armador Puigmal, de Barcelona, que le cambio el nombre por el de LOLA PUIGMAL. Seguía con el mismo patrón, que con el tiempo acabo siendo propietario y lo convirtió en motovelero. Le puso el nombre de su hija y le dejo aparejo de pailebote. Cuando iba a vela era una goleta de gavias.
Veamos sus últimos y trágicos momentos, acaecidos del 30 de noviembre al 1 de diciembre de 1947, según el citado libro:

El ADELA VILLANUEVA, que se perdio junto a su patrón y armador en el ultimo viaje. Del libro Naufragis a la Mar de L´Ebre.JPG
El ADELA VILLANUEVA, que se perdio junto a su patrón y armador en el ultimo viaje. Del libro Naufragis a la Mar de L´Ebre.JPG

…”El temporal era más duro por momentos. Se embarcaban las olas y se mojaba la cubertada de tejas. No hubo más remedio que tirarlas al mar. Hecho esto, se puso popa a la mar y se intentó llegar a Sant Carles de la Rápita.
La situación era crítica. Era de noche, tenían que localizar el faro de Buda y situarse para navegar con seguridad, situación difícil porque el faro con tiempos claros apenas se distinguía…
…los rociones pasaban por cubierta y se llevaban lo que había. En uno de los golpes de mar, el “tío Ángel”, el cocinero, desprevenido fue lanzado por la mar contra el depósito de agua y murió al destrozarse la cabeza contra este. Los golpes de mar lo zarandearon por cubierta ante los ojos desmoralizados de los marineros que en los palos trabajaban las velas. Otro golpe de mar, al romper en cubierta se llevó a otro tripulante…
…en uno de los golpes de mar, al caer el buque, se sintió un golpe fuerte que hizo retumbar el barco. Se había tocado fondo, pero al no sentir más, se supuso que se había golpeado en una de las muchas barras del lugar. La mar dura, se volvió a llevar a otro hombre.
La situación había empeorado, ya que el golpe había destrozado el timón. El velero corría el temporal sin gobierno. También se había abierto una vía de agua en el codaste que hacía que se inundase la bodega…

Estupenda foto de la cubierta del Adela Villanueva, seguramente fondeado. Del libro Naufragis a la Mar de L´Ebre.JPG
Estupenda foto de la cubierta del Adela Villanueva, seguramente fondeado. Del libro Naufragis a la Mar de L´Ebre.JPG

…El barco, a la deriva, se iba hundiendo poco a poco. En un lugar con poco fondo embarranco, quedando solo los palos velando el naufragio donde ateridos se aguantaban los supervivientes, helados de frio, aguantando el viento, la lluvia y la mar y sufriendo el no poder aguantar.
Se hizo de día y una de las barcas de la Rápita, la ENRIQUETA, de la familia pescadora Castellá-Ramón, vio a los marineros en los palos del derrelicto y los rescato. El patrón de la ENRIQUETA, Vicent Brunet, vio con desesperación como a solo dos cables del naufragio, el patrón de este, Joan Villanueva, le faltaban las fuerzas, caía a la mar y desaparecía para siempre. Se salvaron tres tripulantes de los ocho de la tripulación.
El motovelero que había quedado embarrancado a la altura de la costa del Trabucador se fue hundiendo hasta desaparecer del todo.
Sus características técnicas según la Lista Oficial de Buques de 1.935 eran:
…”Señal distintiva: EAEZ; año de construcción: 1.911; casco de madera; eslora: 22,45 metros; manga: 6,20 metros; calado máximo: 3,50 metros; registro bruto: 99,58 toneladas; registro neto: 82,74; carga máxima: 159 toneladas.
El motovelero llevaba un motor de 100 caballos, que se recuperó y se instaló en el motovelero SANTA PETRA, del armador Enric Formiga, que veremos pronto.
Y es que la mar es cruel, a veces como en este caso, hasta anecdóticamente.

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