DE TODO UN MAESTRO EN LA MAR, TAL COMO TE LLEGA LO HAS DE DAR
…»El ultimo trasatlántico de vela que hubo en la bandera española fue la corbeta mallorquina ANIBAL.
Su historia después de ser la ANIBAL es la siguiente. Hacia 1907, se vende el buque, que pasa a ser propiedad -gracias al cariño de unos padres temerosos- de Francisco Palomares del Pino, alias “el marino”, convirtiéndola este en un buque escuela para la Marina Mercante, cosa que decenas y decenas de gobiernos de este país, siempre gobernados por gente seca y rancia de las castillas, jamás ha llegado a hacer.
Lo confirma el diario La Correspondencia Militar, en su número n.º 9.028, página 1, edición de 5 de agosto de 1907, en que citaba:
…”Escuela Náutica Flotante.
Un grupo de marinos andaluces, tan limitados en sus medios pecuniarios como ricos en patriotismo y en amor a su profesión, ha creado en Sevilla una Escuela Náutica Flotante en el hermoso buque corbeta PRINCIPE DE ASTURIAS con el fin de hacer oficiales y capitanes que a la vez se ejercitan en las faenes marineras se educan en los trabajos que más tarden habrán de mandar a sus subalternos.
La empresa acometida por estos beneméritos marinos es tanto más digna de alabanza, cuanto que, no sólo han consagrado a ella las modestas economías ganadas durante muchos años en arriesgada lucha con el mar, sino que no disfrutan de subvención oficial ni particular alguna; antes al contrario, la Escuela Náutica Flotante Española paga tributo al Estado como cualquier otra empresa industrial, y hasta al visitar puertos en prácticas de navegación es agobiada con derechos de muellaje, anclaje, etc., a diferencia de lo que acontece en el extranjero, donde estos barcos docentes están favorecidos con multitud de auxilios y privilegios.
La corbeta PRINCIPE DE ASTURIAS es el único buque mercante dedicado a la enseñanza que enarbola en sus mástiles la gloriosa enseña española. En ella se formara una brillante pléyade de esforzados y hábiles marinos, que en todos los mares serán representantes y mantenedores del honor y de la prosperidad de España.
Dignos son de entusiasta aplauso y de eficaz apoyo quienes dan vida a esta hermosa y patriótica fundación”…
También el Diario de Alicante, Año I, Número 179, en su edición de 4 de septiembre de 1907, en que citaba:
…”Se ha creado en Sevilla una escuela flotante de Náutica, a bordo de la corbeta PRINCIPE DE ASTURIAS, cuyo objeto es la preparación para oficiales, capitanes y maquinistas navales”…
Francisco Palomares del Pino, nacido en Sevilla en 1874 y fallecido en la misma plaza en 1941, forma parte de ese grupo, numeroso, de capitanes de la Marina Mercante que se hicieron famosos en la vida política y cultural del país.
La compra de la corbeta ANIBAL, para convertirla en escuela naval, se recogió en abundancia en la prensa escrita.
En el blog Ángela y Sevilla, creado por la nieta de Francisco Palomares, y como transcripción de la Enciclopedia de Andalucía, está la vida resumida de este ilustre marino:
…”Francisco Palomares del Pino, Llamado El “Marino” nació en Sevilla en 1874. Capitán de corbeta (realmente capitán de la Marina Mercante), torero, coleccionista, poeta, humorista, autor teatral, voluntario en la Guerra Europea de 1914 (Medalla Militar en Verdún, Legión de Honor en Iprés), Hijo del Fundador en Sevilla de la Iglesia Española Reformada Episcopal, fue uno de los tipos más humanos y populares de su tiempo. Los sevillanos y su alcalde Conde de Halcón, los malagueños, los madrileños, Lerroux, Azaña, Alfonso XIII y gentes de todos sus puertos que tocó su corbeta, gozaron con el ingenio de este andaluz desbordante. “Toda mi fortuna me la he gastado en reírme” confeso a E. Zamacois. Pero no tratamos de un superficial; por Real Orden del 17-XII-1922, le fue concedida la Cruz de Beneficencia y fundó en Sevilla el periódico “El País” del Partido Republicano Federal. Su talante liberal y el éxito de sus diecinueve obras teatrales (quedan 6 inéditas) llevaron al teatro sevillano del Duque al mismo Rey para asistir al estreno de Sangre Española, “zarzuela en homenaje al ejército que ha luchado en África”. El monarca lo llamo al palco: “Y tras este triunfo como autor, ¿Qué va a hacer? Palomares respondió: “Yo, por ahora, pensaba hacerme un traje en El Águila”. Cuenta Risquel (“Dígame”) que Alfonso XIII rio la respuesta y…se sorprendió cuando el dramaturgo se llevó su chistera por error. Una vez devuelta, recibió el regio regalo de una pitillera de plata. Palomares persistió en un republicanismo respetuoso.
En Septiembre de 1912, “el valiente Palomares- que debuta en Vista Alegre después de cruzar los mares” (que cantaban los sevillanos que a Madrid se trasladaron para verlo), de manos de Corchaito, tomó la alternativa, y el 5 de Julio de 1914, en cartel con Lagartijo Chico y también Corchaito, torea la primera corrida nocturna inaugurando “la magnífica iluminación eléctrica” en la Plaza de la Maestranza sevillana. Como el riesgo del marino y del torero eran una pieza con su sentido del humor, Palomares mismo hizo la crónica de su alternativa con unos versos que recrean la “Canción del pirata” de Espronceda: Ello fue en “A, C y T, revista mundial de primera necesidad” que era la delicia de la Sevilla de comienzos de siglo y que él fundó.
El periodista Núñez de Herrera– “Estampas de Sevilla”-, describe la casa de Palomares en la calle Castellar como un mundo increíble en el que el señorío del arte se alía con la sorpresa del esperpento y el humor. Antiguas armas, mosaicos romanos, yolas, patines de flotación, condecoraciones y diplomas, un pendón del Santo Oficio, sellos y grillos carcelarios de la Inquisición, pergaminos, ediciones curiosas, un tomo de la primera edición de “Las siete partidas”, tablas del siglo XVI, motores extraños… Y él, en la puerta, con su sombrero de ala ancha diciendo:- ¡Pasa hermano, estás en tu casa! Desde esta casa se llegaba al despacho del alcalde Halcón: “Vengo a que me diga usía si, entre los guardias al servicio de usía, hay alguno que quiera suicidarse”. El Conde conocía a “El Marino”: ¿Qué diablura nueva se te ha ocurrido Palomares? “Necesito un guardia cansado de la vida por cobrar esa miseria que les damos. He inventado un aparato para volar, quiero un piloto que lo ensaye”. Aquel pretendido invento, descrito por él como basado en el vuelo de las aves volátiles, no del “Ave María, que solo reza”, jamás existió, sino para alegría de los amigos, Se llamó el “micoplano”. Pero el empeño más bello de su vida fue la “Escuela Náutica Flotante, de su barco “PRINCIPE DE ASTURIAS” que él compró y consiguió fuera realmente tal escuela de singladuras famosas, con tripulantes y alumnos perfectamente disciplinados que el capitán Palomares preparó en Náutica. Enfermo, arruinado y empecinado en su risa, “El Marino” terminó su vida en 1941”…
¿Porque será que todos los grandes hombres mueren arruinados?, y Francisco Palomares, como hemos podido leer, era un marino excelente y un prohombre de la patria.
Su padre fue médico e inventor del Jarabe del Doctor Palomares, con el que se hizo rico, y para evitar que su hijo se dedicase al toreo le compro la bricbarca ANIBAL para convertirla en escuela flotante y para que su hijo olvidase los peligros del toreo. Poco debía saber el padre que la mortalidad en los buques a vela, en esos años, debía ser muy superior a cualquiera otra en la tierra.
Sea como fuere, la pasión por los toros no la quemo en la mar, y en 1912, cuando estaba en el puerto de Málaga, se vende la barca a intereses de Bosch y Sintes, mallorquines de origen, casa naviera establecida en Las Palmas de Gran Canaria, dedicada á toda clase de operaciones mercantiles, consignatarios de la Compañía Valenciana de Vapores Correos de África, y después de Trasmediterránea, quienes tenían una pequeña flota de veleros en las islas. A la ANIBAL la renombran GUADALHORCE, nombre con el que se perdería en gran tragedia, sin dejar rastro, lo que mantuvo -por meses- la angustia de los familiares. Durante los años veinte, uno de sus capitanes fue Mariano Guasch Ferrer.
En la web La Gaveta de Aguere, se dan unos interesantes datos de las navegaciones de la GUADALHORCE. El autor apunta:
…”Adquirido por los armadores de Guiniwada (Las Palmas), Bosch y Sintes, fue destinado por estos al tráfico de América, logrando excelentes travesías entre los puertos de Nueva York, Jacksonville y Canarias. Bajo la contraseña de Bosch y Sintes, realizó nueve viajes al puerto de Nueva Yok, haciendo la travesía con una duración media por viaje, de 36 singladuras, si bien registra alguna de 46 y, al menos una de 20. En los viajes entre el citado puerto estadounidense y las islas, la travesía media fue de 41 días de mar, con una de 33 singladuras y otra de 54”…
Ya a principios de 1932 un temporal estuvo a punto de hacerle naufragar. Lo narra el diario La Prensa en su edición de 10 de marzo de 1932:
…”Un temporal sorprende al GUADALHORCE.
Ha llegado al Puerto de La Luz la corbeta GUADALHORCE, que manda el capitán don Cipriano Garratón.
Procede de Jacksonville (Estados Unidos), y según refieren sus tripulantes, hallándose a 30 millas al sur de la isla de la Madera, fueron sorprendidos por un fuerte temporal, que estuvieron capeando varios días.
Al tratar de subir al palo mayor el marinero Alfredo García Mesa, fue alcanzado por un golpe de mar, cayendo al agua.
El capitán dispuso que fuese arriado un bote, para el salvamento de dicho tripulante, ocupándolo el primer oficial don José A. Galtier, el contramaestre José Duchemint, y los marineros Ceferino Mederos, José García y Narciso Navarro.
Después de grandes esfuerzos pudieron recoger del mar al citado marinero, que se hallaba completamente extenuado y sin fuerzas ya para seguir luchando contra el oleaje.
Regresaron con él a bordo, donde se le presto la debida asistencia”…
Esto, que narrado así parece sencillo, requería una competencia marinera de primer orden, un valor tremendo y un compañerismo de los que no quedan. Bajar un bote, con los pescantes de la época, en medio de un temporal en el Atlántico, y localizar al individuo en medio de aquella mar, bogando a plano, era puro arte marinero. Todos los hombres citados perecerían poco después en la tragedia.
Durante mucho tiempo se estuvo en la duda de si se había perdido o no, pero con el paso del tiempo aparecieron algunos restos en la isla de Cuba que confirmaron la tragedia. El buque se supone que se perdió el 9 de noviembre de 1932. En el diario La Gaceta de Tenerife, edición de 17 de febrero de 1933, se confirmaba finalmente la noticia:
…”El Naufragio de la Corbeta GUADALHORCE, de la Matricula de Canarias.
Con fecha 15 del actual mes de febrero, el delegado Marítimo de Las Palmas don Fernando Pérez Ojeda, ha publicado en la Prensa de aquella ciudad la siguiente nota:
El ilustrísimo señor don Emilio Suarez Fiol, inspector general de Navegación, en telegrama de hoy, tiene el sentimiento de comunicar a esta Delegación Marítima, que, según noticias recibidas de nuestro embajador en la Habana, han aparecido en Los Cayos de las Doce Lagunas, situado al Sur de Cuba, después del ciclón del 9 de Noviembre último, los restos de un velero destrozado totalmente, en el que se encontró la bandera española.
También ha sido encontrada en aquellos parajes una embarcación menor abandonada, que contiene una bandera española, otra de la matrícula de Canarias y un jersey con la etiqueta Manuel Cardenes, de Las Palmas.
Desgraciadamente todo hace suponer que tratase de la corbeta GUADALHORCE, de esta matricula”…
La noticia sigue con las clásicas ofertas de recaudación de dinero para las víctimas, que una vez perdido el buque, y sin rastro de él, quedaban desamparadas.
En una causa instruida contra armadores y el seguro, el juez dio la razón a los familiares. Lo narra La Gaceta de Tenerife, en su edición de 19 de junio de 1934:
…”De la pérdida del GUADALHORCE. En la causa seguida por don Agustín Navarro Falero, don Francisco Quesada Díaz y don Juan Romero Toledo contra la Compañía de seguros L´Abeille y la casa armadora Bosch y Sintes, sobre indemnización por accidente de mar, por dicho Tribunal se ha dictado sentencia condenando a estos a que paguen a los actores el importe de dos años de sueldos y dos años de manutención a cada uno, como indemnización por la muerte de sus hijos, ocurrida por el naufragio de la corbeta GUADALHORCE acaecido en la isla de Cuba el día 9 de noviembre de 1922 (realmente 1932) con los intereses del 5 por ciento anual”…
D. Ángel Toledo Julián, piloto de la GUADALHORCE, y el marinero Ramón Pérez Rodríguez, fueron otros de los fallecidos en la tragedia.
Hola, muy interesante tu página.
Estoy interesado en la vida de Pineda y me cuesta encontrar información.
¿Dónde podría consultar el libro que citas sobre Pineda?.
Es interesante.
Por cierto vivo en Barcelona, como anécdota mi bisabuelo era capitán de Roses y Pineda pintó un cuadro de su barco.
Hola, me interesa mucho la referencia a la familia Bosch y Sintes y al Guadalhorce. Mi bisabuela era Ana Bosch y Sintes. ¿podría indicarme donde encontrar más información?
Muchas gracias
hola este señor seria mi bisabuelo todo un honor ya era importante su padre medico farmacologo entre otras cosas y mi abuelo superviviente de cuatro guerra de la cia ceta.