SOCIEDAD COOPERATIVA DE LOS EMPLEADOS DE LA COMPAÑIA TRASATLANTICA

ARDIENTE (Buque con gran tendencia a orzar)

El pago en especie a los empleados de una determinada compañía es hoy una práctica habitual. A veces justifica un nivel de salarios más bajo o, tristemente, posiciones cercanas a la esclavitud. Solo ocasionalmente es un concepto de ayuda y atención al empleado por parte de la compañía. Hace muchos años no era común este tipo de complementos que en la práctica no resultaban autofinanciados, con lo que la existencia de uno de estos –no el único– resulta curiosa en nuestra vida marítima y era, como no, la Compañía Trasatlántica la propietaria de ella.

Cooperativa de los empleados. Cádiz. El Mundo Naval Ilustrado.JPG
Cooperativa de los empleados. Cádiz. El Mundo Naval Ilustrado.JPG

Llámese paternalismo, espíritu cristiano de buena fe o de secta, la cooperativa de la Compañía Trasatlántica era una realidad a finales del siglo XIX, y veamos a través de un apunte y fotos de la revista El Mundo Naval Ilustrado, Año 1, Núm. 10, edición del 15 de Septiembre de 1898 algunas de sus peculiaridades:
…”Esta Sociedad altamente benéfica, parece ser como un complemento del bienestar que a todos sus servidores proporciona la patriótica Compañía Trasatlántica. Trabajo mucho en su planteamiento y desarrollo el jefe de la Armada Sr. Agacino y es tan grande el logrado en los pocos años que lleva de funcionar aquel establecimiento, que su venta mensual asciende a cerca de 50.000 pesetas. Se surten de ella todos los obreros, empleados y personal a flote. Pagan las compras los obreros por semana vencida, los empleados por mes devengado y el personal embarcado, bien sea en buques que hacen la carrera a Cuba o a Filipinas, a la terminación del viaje.
Las deudas de todos los que fallecen, desertan o dejan de pertenecer a la Compañía se condonan, pues esta no persigue a nadie por tal concepto.
La Compañía concede a la Cooperativa su protección y ayuda y fortalece su caja para facilitarle los pagos, pues solo con su capital no podría llevar hasta el extremo que lo efectúa la serie de ventajas siguientes: 1º El peso es rigurosamente exacto; 2º Ningún genero esta adulterado; 3º Como la venta mensual (45.000 pesetas) es elevadísima, ningún genero se envejece; 4º Llevándose para cada socio o consumidor una cuenta corriente, en todo momento pueden los interesados aclarar cualquier duda sobre sus gastos; 5º el calzado, la ropa y otras compras pueden realizarse a plazos; 6º Medico gratis, medicina gratis, abogado gratis, dentista gratis para los obreros necesitados, escuela de niños gratis y escuela nocturna para hombres gratis; 7º Los que estando embarcados se ausenten para Cuba o Filipinas navegan con la tranquilidad de que a sus familias no les faltan los alimentos en tanto se verifica el viaje; 8º Todos los géneros están más baratos que en plaza. La economía por este solo concepto puede estimarse en un 15 por ciento; 9º Los socios o hijos de estos pagan en el gimnasio la tercera parte, o sea pesetas 2,50”…
Sigue el artículo con una serie de curiosas advertencias importantes como descuentos por determinadas cantidades, el pago de la deuda durante el mes a cerrar, datos del abogado y el dentista etc.

Despacho General. Observense las cenefas en el techo con los servicios ofertados. El Mundo Naval Ilustrado.JPG
Despacho General. Observense las cenefas en el techo con los servicios ofertados. El Mundo Naval Ilustrado.JPG

La citada cooperativa sostenía a su vez el Centro Obrero de Matagorda, otra de las obras sociales de la Compañía, que iremos viendo con el tiempo.
¿Pero cual fue el origen y la potencia económica de la Cooperativa? En la Revista Contemporánea, Año XXVI, Tomo CXVII, Volumen VI, edición de 30 de marzo de 1900, se anotaba como parte de un artículo titulado Historia y situación actual de la Cooperación en España:
…”La Sociedad Cooperativa de la Compañía Trasatlántica que creemos a sido fundada a principios de 1893. Es sociedad de carácter patronal, debida a la solicitud del Marqués de Comillas, Presidente del Consejo de la poderosa compañía.
De la memoria y balance relativos a 1894 resulta que en fin de este año eran 268 los socios fundadores, 307 los consumidores y 515 los obreros, todos pertenecientes a la Compañía Trasatlántica: su capital social 34.568 pesetas y su fondo de reserva 9.496. Las ganancias en dicho año 11.744 pesetas, y las ventas habían montado a 427.470. El obrero y empleado reciben los artículos de su consumo, así en víveres como en vestido, con notable rebaja, disfrutan de un crédito razonable, tienen gratis médico, botica, abogado, dentista, escuela diurna de niños y nocturna de adultos, y en casos de defunción no se aumentan las lágrimas de los herederos con la reclamación de sus débitos a la Sociedad.
Fácil será que la misma compañía plantee una institución semejante en Barcelona, en donde tiene estación naval y un numeroso personal en sus oficinas”…
Este condensado es de un extenso artículo firmado por Joaquín Díaz de Rabago.
Desconocemos el año en que dejo de operar.

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